POV JUNGKOOK
Eran las 8 a.m.
La primera clase de física debería comenzar en 10 minutos por lo que ya me encontraba sentado en mi pupitre habitual, que se encontraba frente a la pizarra, junto con mi compañero y mejor amigo, Jimin.
Habíamos acordado llegar temprano ya que era nuestro primer día de clases y no podíamos retrasarnos, sin mencionar las ansias que tenía porque llegara este día.
Mientras esperábamos la llegada del profesor, comencé a sumergirme en recuerdos, principalmente en el recuerdo de cómo comenzó todo y lo cual fue mi gran cambio de vida este año.
Pasando por mi amistad con Jimin. Quien considero como mi mitad, sé que parece raro, pero somos como hermanos de distinta sangre y sé que aunque la distancia en algún momento nos separe, eso no será un problema para nosotros.
Finalmente recordando mi inesperado comienzo hacia el final de mi etapa colegial. El cual no hubiera sido posible a no ser por esas cientos de preguntas y cálculos a descifrar. Sin ese examen, hoy me encontraría dos años más atrás de mi etapa escolar.
Dando comienzo a la historia con mi mejor amigo. Les diré que Jimin y yo nos habíamos conocido mi primer año de primaria cuando él se encontraba en tercer grado yo apenas comenzaba el primero.
Esto fué precisamente en un show de talentos que hacía nuestro instituto, al que mi madre me obligó a participar.
Allí bailé una canción pop y al final de mi “mini-show”, Jimin me buscó tras bambalinas para decirme: “Hey, estuviste genial. A mí también me gusta bailar, deberíamos hacerlo juntos” y dando media vuelta sobre sus talones se fué dejándome aludido sin poder responder.
Luego de lo ocurrido empezamos a entablar una amistad. Podría decirse que con el pasar del tiempo éramos inseparables, como papel y goma de pegar. Hacíamos cosas de niños de 6 y 8 años. Cada fin de semana nos dedicábamos a estar juntos, jugábamos futbol, íbamos al parque, montábamos nuestras bicis y miles de cosas interminables.
Al pasar los años, nuestra niñez fue reemplazada por adolescencia haciendo que saliéramos a fiestas en lugar de balancearnos en columpios. En una de esas fiestas conocimos a nuestros dos mejores amigos, Hoseok y Jin quienes era uno y tres años más grandes que Jimin.
Como solo se hallaba una preparatoria en nuestra ciudad, –Un pequeño barrio en Seúl- ambos debíamos asistir a la misma, aunque en distintos salones de clases ya nuestra diferencia de edad impedía que compartamos alguna asignatura. Pero todo esto cambió, cuando una oportunidad se opuso en mi camino. Lo que nos lleva a mi noticia inesperada, la cual cambió mi futuro.
Días antes de que terminara el ciclo lectivo y comiencen las vacaciones de verano, me dieron la posibilidad de avanzar hacia último año solo si accedía a realizar un examen; el cual hice sin tener esperanza alguna de aprobarlo.
Yo soy uno de los mejores promedios de Corea pero nunca confié en mí. La semana posterior a mi evaluación parecía que el tiempo estaba en “slow motion” , sentía los días multiplicarse y los relojes avanzar lentamente. Hasta que por fin, el día llego.
Era un viernes por la tarde, y con mi familia regresábamos de una salida al centro comercial .Me encontraba exhausto, opté por tomar una siesta, por lo que al llegar a mi hogar o pequeña mansión como le decían mis amigos (Ya que era una enorme casa, la cual mis padres habían heredados de mis abuelos maternos, quienes eran de dinero y lo gastaron para construir una casa para que cuando mi madre formara una familia, se trasladara allí ) .Me adentré a mi habitación de forma inmediata.
Cuando ya me encontraba adentro de la misma, observé algo extraño. Era un sobre amarillo claro con las insignias de mi instituto en él , HHS. Este se encontraba a los pies de mi somier. Sabía a la perfección que era, había llegado, era el resultado que más espere toda la semana, el cual definiría si mis años de escuela terminarían antes de lo esperado.
A paso lento, me acerqué y tomé el sobre entre mis manos ya sudadas por los nervios y la oprimí contra mi pecho. Podía sentir mi corazón querer salir de mi caja torácica a causa de la ansiedad. Quería conocer ese maldito resultado –pero temía lo peor- ya. Entonces, sin más pensarlo rasgué la parte superior del documento, sacando de su interior una hoja blanca con un breve texto en ella que decía:
“Estimado señor Jeon Jungkook : Se le informa que el examen realizado el día 14 de Julio a las 16.00 hs. ha sido aprobado satisfactoriamente. Encontrándolo a usted a nuestro nivel requerido y también dando a entender, que su ciclo escolar dará por concluir el próximo año, graduándose así, dos años por adelantado. Felicitaciones.
Atte.: High School of Seúl ”
Mi cerebro no procesaba las palabras escritas en esa carta – si así podía llamarle; “carta”-. Inmediatamente, una sonrisa decoró mi rostro de manera automática. El pensar que tendría compañeros nuevos que hasta ahora eran personas que solo me conformaba viendo en los recreos o la cafetería, profesores que solo anhelaba tener en el futuro y como compañero sin más ni menos a Jimin, mi “hermano” de toda la vida. Me dejaba imaginar que ese año sería inolvidable.
No podía pedir más, me sentía el chico con la mayor suerte del mundo, me creía bendecido. Mis sueños se estaban cumpliendo, a paso lento pero seguro. De pronto, una imagen había cruzado mi mente, era una persona, ESE ser especial del que me enamoré la primera vez que lo ví en aquel recreo, cuando chocamos el uno con el otro de manera no intencional. Entonces volteé a pedirle disculpas, y al verlo, me perdí en su mirada.
Su nombre era Kim, Kim Taehyung - era popular, toda la prepa lo conocía - .Un muchacho de 17 años de edad, con cabello color naranja y facciones similares a la de un pequeño león. Su cara emanaba ternura, muy diferente a su personalidad, que era una de las más rebeldes del instituto. Era un chico que asistía tarde a clases, respondía a sus profesores y no realizaba sus deberes. Todo lo contrario a mí, ya que yo era el chico prodigio, el famoso “nerd” .Un chico como Taehyung me pasaría por alto sin problema alguno.
Eso no me importaba en absoluto. Lo que me traía loco era que el muchacho que con una simple sonrisa me derretía tal helado bajo el sol, compartiría todas las clases conmigo durante un año entero. Podría verlo de lunes a viernes durante 8 horas – lo que duraba el horario – sin que él se enterara de ello.
Y si me animaba, lo dudo, un día me acercaría a él solo para hablar y quizás comenzar una relación de amistad, casi tan inseparable como la mía con Jimin. Porque aunque me costara admitirlo tenía muy en claro que Taehyung nunca se fijaría en mí, ni siquiera sabía si le atraían los hombres y mucho menos un nerd , lo cual era sabido que el los odiaba, es decir de cierta forma, me odiaba.
Ganarme aunque sea una sonrisa o mirada dirigida a mí, iba a ser la gloria. Yo solo quería que él sea feliz, y si lo era con alguien más que conmigo, yo me alegraría también. Haría lo que fuera por ver reír a la gente que le tengo cariño. Y a él, Kim Taehyung, le tenía cariño.
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-Lo siento - le oí decir a alguien. Sacándome de mis recuerdos y haciéndome volver a la realidad - pero agradezca que estoy aquí Sr. Spr..pr..Lo que sea. – No lograba reconocer aquella voz, pero podría describirla simplemente hermosa. No era grave ni aguda, era un tono justo, podría decirse que lo consideraba casi a la perfección.
Me decidí por enfocar la vista al frente – Entonces lo vi, era él y estaba discutiendo con… El profesor Sprout? ¿En qué momento había entrado ese hombre? ¿Cuánto tiempo pase sumido en mis profundos pensamientos? Al no tener idea de que ocurría solo mire con completa atención la escena frente a mí intentando descubrir que pasaba.
Taehyung se veía desarreglado, su uniforme arrugado y su camisa fuera del mismo. “Quizás no tuvo tiempo de arreglarse “murmuré de forma inaudible. Al terminar de analizar su ropa me dirigí a su rostro. El mismo con una frente sudorosa y los cabellos zanahoria revueltos hacia todos lados.
En su mirada se podría ver enojo, pero nada se comparaba a la miraba del profesor Sprout -el mayor de ambos, estaba rojo como un tomate a causa de la furia, y sus ojos lanzaban fuego como aliento de dragón-. Por poco imagine a Tae-así le decía yo, él no conocía su sobrenombre- prendiéndose fuego y volviéndose cenizas.
Cuando creía haber descubierto la razón de la discusión, escuché gritar a mi profesor de forma desaforada.
-Vaya a la oficina del director y… para su información, ES SPROUT !!!
-Bien, como diga - Dijo de forma despótica girándose hacia el pasillo, seguramente para dirigirse hacia donde el señor Sprout le ordenó ir. Susurrando algo entre dientes que se me hizo imposible de escuchar-
Mi primer día de clases comenzó como esperaba, aunque no seguía según mis planes-.Yo había planeado observarlo durante todo el día de forma disimulada, estando él en el salón, no en detención. Lugar donde estaría ahora a causa de su “pelea”, pero siempre lograba zafarse, aun no sabía como.
No debería dejar que el día se vuelva gris. Voy a ser positivo, definitivamente todo cambiará y a partir de mañana mi plan de “observación” se pondrá en marcha y saldrá con éxito. Todo estará bien.
Todo estará perfecto. Este año no habrá tristezas ni desilusiones. Este será mi maldito año.