La brisa de verano choca con el rostro del pequeño niño moreno de cabellos castaños oscuros que yace, de pie, sobre las gradas de la cancha de futbol. Está señalando con su dedo índice el balón de soccer que se desliza entre los pies de jugadores callejeros. La cancha no es la mejor de todas pero los chicos se imaginan en un estadio profesional siendo aplaudidos por mares de gente eufórica. Minho mueve su mano según la dirección del balón y grita:
– Ves Taemin, ves el balón, cómo se desliza entre los chicos, los pases. Pff… es sencillamente genial. –mira al chico pequeño de quizá unos 6 años de edad, quien tiene el cabello con un corte hongo color castaño, enmarañado. Taemin, está lamiendo completamente ensimismado un cono de helado sabor a fresa–. Algún día Tae, algún día seré yo quien este pateando ese balón y sabes qué.
– ¿Qué? –pregunta Taemin mordiendo la galleta del cono.
– El primer gol que haga te lo voy a dedicar.
– ¿De verdad hyung? –Grita el pequeño soltando lo que resta de helado al suelo, dando saltitos de un lado a otro, mientras aplaude eufórico–. ¿Lo prometes?
– Lo prometo.
– ¿Por el meñique hyung?
–Por el meñique.
*****
Taemin ha sido transferido de escuela por problemas con otros estudiantes. Es su primer día en una escuela completamente desconocida para él; sabe que su maestra se llama Jessica, pero no conoce nada del lugar. Esta perdido entre los pasillos vacíos de la gigantesca escuela primaria de Seúl y un montón de casilleros y gente desconocida.
Ahora Taemin tiene ocho años y su madre le ha dicho que es hora de que comience a sociabilizar y hacer las cosas por sí mismo. Pero Taemin aún es demasiado inocente y cerrado como para saber qué es lo que debe hacer en este momento. Asustado, corre hasta el final del pasillo y toma asiento en la esquina, encogiéndose, pegando las piernas a su pecho, abrazándolas y sollozando.
Minho quien ahora cursa el quinto grado y es el capitán del equipo de futbol, entra en las instalaciones con su uniforme de deporte y el balón de soccer en sus manos. El cabello está un poco más largo y húmedo por el sudor de un juego exhaustivo y agotador. Ha goleado unas cuantas veces y en ningún momento recordó la promesa que le hizo a Taemin.
Se aproxima a los casilleros y observa a la distancia un bulto indiscutiblemente reconocible; corre a su lado y acaricia los cabellos de Taemin con delicadeza para luego depositar, sobre su coronilla, un beso inocente y casto. El pequeño lo mira por vez primera, con los ojos rojos e hinchados, la nariz llena de mocos y las mejillas húmedas.
– No llores. –dice Minho con el ceño fruncido y ojos tristes–.Todo estará bien Tae, hyung está aquí para ti ahora.
–Hyung –susurra–, yo no quería que me transfirieran, no lo quería… pero… esos niños… hyung estoy morado… no pude defenderme… yo… –Taemin solloza y Minho lo abraza.
Hay una breve pausa, un corto silencio entre los chicos. Minho está muriendo de ira por dentro, su sangre hierve y quiere golpear a los niños que le hicieron daño a Taemin. Minho toma de los hombros a Taemin y lo distancia, limpia las lágrimas del pequeño, mientras éste se pierde en los ojos chocolate del moreno.
– Yo te protegeré de ahora en adelante. Lo prometo, por el meñique.
*****
– Es hora de irme Tae. –dice Minho con un hilo de voz y los ojos humedecidos en sus pestañas–. Papá abrió una sucursal en China y debe encargarse de los negociosos, quiere que todo se haga de acuerdo a su voluntad.
Taemin ahora tiene 12 años, su cuerpo se está desarrollando, no es tan atractivo físicamente como Minho pero aun asi es codiciado por muchos. Esta más alto pero Minho definitivamente sobre paso los limites; ahora el moreno tiene el cabello aún más largo y se convirtió en el chico de más prestigio y popular en la escuela. Quizá los primeros goles no fueron dedicados a Taemin pero los siguientes tenían su nombre, pero ahora Minho se ira.
– No quiero que te vayas. –solloza Taemin–. No quiero perderte, Minho yo te quiero y no como mi hyung.
Confiesa y sus piernas flaquean haciéndolo caer al suelo de rodillas, con la cabeza agachada y el cabello ahora pelirrojo cubriendo parte de su rostro. Minho se agacha y toma el rostro de Taemin entre sus manos. Une su frente con la del pequeño y dice: – También te quiero.
Hay una breve pausa entre ambos, un silencio en lo absoluto incomodo, donde ambos pueden sentir la respiración del uno chocar con la suya, donde la brisa primaveral es sencillamente placentera para ellos. Taemin observa esos ojos chocolate que tanto le gustan y suspira, saca su labio inferior y en tomo suplicante le pide a Minho que lo bese, pero éste traga saliva y lo mira vacilante incapaz de obedecer.
Taemin tira del cuello de la camisa de Minho y une sus labios con los del moreno, cerrando sus ojos, apretando los parpados. Minho se inmuta y abre los ojos como platos, sintiendo la calidez de esos suaves labios carnosos que lo están tocando por primera vez. Cierra los ojos despues de una brevedad de instantes y corresponde el beso; es un beso sencillo y casto de labios que apenas se tocan, de un par de adolescentes que experimentan por primera vez.
Se distancian, Taemin baja la mirada avergonzado y muerde su labio inferior. Minho toca sus labios con la llena de sus dedos y suspira. Levanta el rostro de Taemin, quien ha comenzado a jugar con el borde de su franela, nervioso, y le sonríe sincero y enamorado.
– No se besar. –confiesa–. Lamento si no ha sido como lo esperabas.
– Ha sido perfecto. –asegura Taemin con el rubor en las mejillas intensificándose–. Me ha gustado y… mucho. Éste ha sido mi primer beso.
Minho se levanta y extiende su mano para que Taemin lo haga también. Lo envuelve en un cálido y fuerte abrazo y susurra: –Volveré en el verano, lo prometo –une su meñique con el de Taemin sin soltar el abrazo y continúa: –Y voy a besarte como es debido, sin prejuicios.
– Sera nuestro segundo primer beso –dice Taemin distanciándose, observando a Minho con ojos brillantes como luceros.
– Nuestro segundo primer beso –afirma y camina en dirección al auto que lo espera frente a la casa de Taemin.
Pone su mano sobre la manija y vuelve su vista atrás para observar por última vez al chico que ama. Taemin está despidiéndose, agitando su mano con una sonrisa en el rostro y ojos cristalizados. Minho lo imita y sube al auto ordenándole al chofer que avance.
*****
Las horas trascurren entre libros de escuela media y salidas nocturnas. Han pasado 8 años desde la última vez que Taemin vio a Minho aquella devastadora tarde de marzo de 2004. Tantas promesas y al final ninguna se cumplió, pero Taemin lo ha superado, actualmente mantiene una relación con un chico llamado Jongin, a quien conoció durante sus clases de danza hace 6 años atrás; es un año menor que él pero increíblemente sexy, de piel bronceada y alta estatura.
El chico mantiene un empleo en un bar nocturno como bartender, y la única forma de que se vean fuera de las clases de danza, es cuando Taemin va a verlo por las noches en el bar. El chico de cabellos ahora castaños y corto con flequillo, toma asiento en la barra y suspira.
– Toma un trago hermoso, estas muy tenso. –dice Jongin del otro lado de la barra limpiando un vaso de whiskey con un pañuelo blanco.
– Mi vida es una mierda Jongin, mi padre no deja la bebida, estamos en el basurero de la miseria sin un won para pagar siquiera un dulce y para mi desgracia he descubierto que mi madre ahora es acompañante. ¿Entiendes lo que te digo? A-COM-PA-ÑAN-TE. ¡Quiero morir!
– Me tienes a mi Tae. –Jongin dice tocando la punta de la nariz de Taemin.
– Lo sé y te lo agradezco.
– Vivamos juntos amor, es hora de que te independices por completo.
– ¿Y qué voy hacer con mi vida?, no tengo dinero Jongin y tú no podrás mantenernos a ambos.
– Veras están buscando un bailarín aquí en el bar, la paga es buena y será suficiente para tus gastos.
– ¿Prostituirme?, ¿te has vuelto loco? No estoy tan desesperado.
– No lo harás, solo bailaras y yo estaré aquí.
Taemin suspira y asiente. Toma el trago y lo bebe en un solo sorbo, arruga la nariz; el líquido quema en su garganta pero no importa, esta noche quiere beber hasta olvidar.
*****
– ¿Regresar a Corea? –Minho observa con los ojos bien abiertos a su novio Chanmin.
– Debo encargarme de unos asuntos y te necesito a mi lado.
– Han sido muchos años unos… ¿diez? Ahora tengo una vida aquí, mi empleo no esta tan mal pero es lo de menos.
– Quieres cumplir tu sueño y Corea es el mejor lugar para hacerlo, regresemos.
– Chanmin es una locura.
– ¿Qué te preocupa?, ¿volverlo a ver?
Minho baja la mirada y maldice, odia cuando Chanmin le recuerda el pasado y, se arrepiente el haberle confesado que aun sentía cosas por su primer amor, que nunca lo olvido. Que él siempre estuvo allí, presente en sus pensamientos. Vivo como una flama que nunca se apaga.
*****
– ¡Damas y caballeros, con ustedes el grande, talentoso y hermoso Lee Taemin!
El presentador inicia los aplausos y el público le sigue eufórico; el telón rojo se abre y la música comienza a sonar, sensual y seductoramente. Hay un tubo en el centro de la tarima y unos focos de colores titilantes; el foco principal ilumina el cuerpo semidesnudo de Taemin, quien inicia una serie de pasos sensuales junto al tubo. Restregando su trasero de arriba abajo sobre el tubo, apretándolo con sus nalgas, muerde su labio inferior y gira.
Lame el tubo y lo rodea con una pierna girando un par de veces; lo toma por encima de su cabeza y comienza a deslizar sus piernas a los lados abriéndose por completo. El público enloquece, las mujeres están tocándose, algunos hombres se masturban ante los movimientos sensuales del chico y otros simplemente disfrutan del placer que otros les proporcionan. Desde otro punto de vista aquello puede parecer una orgia gay en todo su esplendor.
Su ahora ex novio Jongin, está en la barra mordiendo su labio inferior, observando los movimientos de caderas de Taemin, tocándose por encima de la tela del pantalón, para acabar desesperado, desabrochando el pantalón e introducir su mano en el interior de su bóxer para comenzar a tocarse.
– Es el mejor bar gay de la ciudad. –dice Chanmin por encima de la música, tomando asiento en una de las mesas frente al escenario. Minho observa detenidamente al chico que está de espaldas al público meneando su trasero de forma sensual mientras desliza sus manos por sus glúteos.
La música anuncia el fin del espectáculo y Taemin gira, suelta el lazo de su tanga y queda expuesto, hace una O con sus labios y guiña un ojo a Minho. Él podría jurar que lo ha visto antes.
*****
Han pasado dos meses; Minho no ha dejado de visitar el bar, pues con el pasar de los días descubrió que el chico del espectáculo que a todo el mundo enloquece es nada más y nada menos que su primer amor, su Taemin. Se arróbese a sí mismo porque quizá la causa de este arrebate de locura ha sido su culpa. Se odia por no haberlo protegido como lo prometió, por no haber estado allí para él todo este tiempo.
Pero ahora quiere intentar recuperar el tiempo perdido, quiere intentar sacarlo de este mundo lujurioso y promiscuo que lo tiene atado a una vida desdichada. Toma asiento en la barra y pide un trago que bebe en un instante; exige un segundo y hace exactamente lo mismo; esta por pedir otro cuando el chico que lo atiende dice: –Un mal día, ¿eh?
– Solo quiero verlo, es todo.
– ¿Qué?
– Hablo de Taemin. –Minho no está acostumbrado a la bebida y es por ello que ahora está ligeramente ebrio–. Han sido muchos años y no me perdono el haberme ido, el que haya terminado de esta forma.
– ¿De qué hablas? –pregunta Jongin intrigado.
– Nada. –vuelve su rostro al escenario y suspira–. ¿Cuánto cuesta pasar la noche con él?
– No cualquiera puede pagarlo, tocar a Taemin cuesta caro pero vale la pena. –Dice Jongin con malicia y una sonrisa sombría–. Ese chico es un dios en la cama.
Minho empuña sus manos y afila la mirada observando a Jongin con suspicacia. El chico levanta las manos como si le estuvieran apuntando con un arma y agrega:
–Wow, relájate. Taemin y yo tuvimos una relación en el pasado es todo. –Minho baja la mirada y traga saliva, eso le ha dolido más de lo que hubiera imaginado; estaba claro que Taemin no iba a esperar por él, asi como Minho no pudo esperarlo, pero aun asi duele. Entonces Jongin continua: –Todo acabo el día en decidió venderse.
Minho está consciente de que Taemin se vende, ¡no!, se prostituye pero escucharlo de ese modo es sencillamente devastador y no puede evitar el odiarse aún más. Tiene un nudo en la garganta y un puñal en el corazón justo ahora, pero está decidido, lo vera esa noche cueste lo que cueste. Asi que pregunta una vez más el costo de la noche y Jongin anota en una servilleta el monto, deslizándola entre su mano hasta acercarla a Minho; Minho la toma y bufea. Sin duda el chico está en lo cierto, una noche con Taemin es más costosa de lo que hubiera imaginado, pero no importa, él pagara el precio para enmendar su error.