Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El amor en las buenas y en las peores por amber0714

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Hola aquí les presento una historia con mi pareja preferida yaoi, los personajes no me pertenecen estos pertenecen a la ingeniosa Hinako Takanaga, espero les guste, recibo cualquier tipo de queja, recomendación y felicitación a cerca de la historia que enseguida leerán espero sea de su agrado y la disfruten.


Huyendo para sobrevivir


Quien iba a decir que terminarían así, corriendo por sus vidas, Morinaga miraba hacia los lados checando que nada se les acercara por sorpresa de las calles vacías y silenciosas de la ciudad tendían que encontrar un refugio pronto o llegar lo más rápido posible a su departamento si querían una esperanza de vida, mientras tanto mantenía en sus manos sujetada fuertemente una espada que había encontrada tirada cerca de un montón de cadáveres despedazados, Souchi iba al frente de su hermana Kanako y de su tía Matsuda. Así era como mantenían protegido al pequeño grupo Morinaga en la retaguardia mientras que Souichi los guiaba y protegía el frente. Souichi llevaba una mochila con provisiones y un cambio de ropa cada uno de los integrantes llevaba lo mismo en sus espaldas, las provisiones eran un tesoro que debían resguardar si querían sobrevivir.


Todo comenzó con una gran noticia que había revolucionado y puesto en un estado de euforia al mundo científico, un científico estadounidense junto con un colega ruso se jactaban de haber descubierto la cura para cualquier enfermedad conocida por el ser humano, este descubrimiento había sido el resultado de años de investigación y pruebas y por fin lo mostraban al mundo orgullosos. Al parecer había curado a los animales que tenía en el laboratorio todos con casos terminales, había documentado el asombroso cambio de animales moribundos a animales enérgicos y ruidosos querían comenzar la prueba en humanos de inmediato, tenía que probarla y cambiar al mundo de una manera radical. 


Con el permiso del gobierno esta nueva medicina fue probada en personas que se encontraba al borde de la muerte teniendo como resultado personas completamente diferentes fuertes y sin signo alguno de estar enfermas. Esto dio vuelta alrededor del mundo todas las personas que tenían algún tipo de enfermedad ya sea de gravedad o simplemente un catarro se en listaron para recibir la milagrosa medicina, pero también estuvieron los escépticos que reprobaban ese nuevo descubrimientos y también hubo personas que no la quisieron pues desde su punto de vista estaban o saludables o no les interesaba por muy innovador y prometedor que parecía el nuevo descubrimiento. 


Pero la realidad era demasiado hermosa para ser cierta, tiempo después de la nada las personas empezaron a tener episodios de agresividad y auto-mutilaciones pero por alguna razón por muy grave que parecía el daño auto infligido no parecía matarlos sólo cuando se cortaban las cabezas o se las golpeaban con suficiente fuerza la cabeza es como morían tanto grandes como pequeños las personas comenzaron a morir, el número de personas que se suicidaban eran abrumadores, comenzaron a alarmar a las personas a un estado de pánico total, exigían respuestas a la comunidad científica que curiosamente parecía haber desaparecido pues no daban respuestas ni siquiera sus afamados inventores de la cura milagrosa que al parecer solo estaba trayendo más desgracia que cosas buenas, estos episodios de agresividad por las personas que recibieron el medicamento pararon de la nada para voltear su violencia hacía otro objetivo; las personas “sanas” o sea a aquellas personas que no se había suministrado el medicamento y se encontraban cuerdas.


Al parecer esta enfermedad no se propagaba por medio del contagio pues nadie más allá de la lista de los “beneficiados” con la cura mostraron estos síntomas, pero no era nada para estar contentos estas personas infectadas con algún tipo de virus, con fuerza sobre humana, instintos asesinos y casi indestructibles se había puesto como meta arrasar con la humanidad y con la esperanza de volver algún día aquella normalidad que al parecer estaba muy distante, pues esto no solo ocurría en algunos barrios sino alrededor de todo el mundo, servicios, hospitales, TODO había parado y los pocos sobrevivientes se encontraban en sus casas o metidos en algún refugio esperando no ser encontrados por estas abominaciones que el mismo hombre había creado y era imposible combatir.


Pero había algo más estas bestias imparables por alguna razón solo en las noches eran demonios salvajes que mataban y mutilaban a todo ser humano que se encontrara en su camino, mientras que durante el día se les miraba correteando de un lado para otro evitando ser vistos por las personas como cachorros asustados, claro que aún seguían siendo peligrosos pues si se les daba la oportunidad estos continuaban asesinando pero al menos no corrían desesperados con la intensión de buscar a una víctima.


Y así es como nos encontramos nuevamente con nuestros excursionistas que cada vez apresuraban más su paso pues todavía faltaban unas 6 cuadras para llegar al departamento y solo faltaban unas horas para que el sol se ocultara y los dejará expuestos a bestias que no durarían en romperlos en pedazos.


-Morinaga Maldición, date prisa, falta poco-decía souichi completamente nervioso y exasperado. El hecho de tener a su pequeña hermanita y su tía indefensas en medio de la calle con asesinos sueltos esperando el momento adecuado para matarlos no le hacía mucha gracia. Quería estar lo más pronto posible en la seguridad de su departamento que ahora parecía más bien un fuerte ya que desde que comenzaron a suceder los suicidios, él y Morinaga había protegido el departamento con barrotes y ventilas de protección, desde su punto de vista algo exagerado pero sólo eso le permitiría dormir tranquilo, ahora se felicitaba por haber recurrido a esas medidas y saber que tenía un lugar seguro donde proteger aquello que le era importante.


-Sempai falta poco y dentro de tres horas se meterá el sol, lo mejor es que lleve a su familia al apartamento yo me desviaré a la tienda de convivencia para agarrar más víveres, ya que ahora seremos más y no sabemos cuándo tengamos la oportunidad de salir de nuevo- comentaba morinaga de forma objetiva y nerviosa.


-Te has vuelto loco imbécil que harás si te encuentras con algún salvaje, eh, dime idiota, te matarán sin oportunidad de que puedas huir, piensa Morinaga. Souichi estaba más que asustado y su forma de lidiar con ello era su agresividad.


-Pero sempai los salvajes cada vez son más por esta área, ya ni siquiera podremos salir durante el día y no sabes cuánto tiempo nos duren lo que tenemos ahora es el momento perfecto para aprovechar el hecho de que ya estamos fuera. Decía morinaga con la intención de hacerle ver lo evidente.


-NO ES NO, no te voy a dejar que dejes el grupo, el apartamento está cerca, ya tendremos otra oportunidad, nos las arreglaremos con lo que tenemos en la despensa y lo que llevamos nos aguantará por lo menos dos o tres semanas así que cállate y camina. Le dio la espalda y continuo con su labor de observar el frente y asegurar la ruta para quienes venía detrás de él, al igual que Morinaga traía un bate con la intensión de usarlo si era necesario jamás dejaría que pusieran un dedo sobre su familia, solo sobre su cadáver y ahora ese imbécil con esas ideas suicidas, que acaso no miraba el peligro o que. No le permitiría a Morinaga ponerse en peligro por algo que ya tenían ya vería después como le haría, tal vez otro día más temprano salir los dos para conseguir más, pero hoy NO, no cuando el tiempo estaba ya a su límite.


Morinaga a diferencia de sempai creía que su próxima salida podría tardar demasiado las bestias cada vez se aglomeraban más cerca de su departamento y aunque fuera de día era obvio que esas bestias los atacaría si se ponen en un lugar visibles a su sed de sangre, por lo que decidió desobedecer a su sempai, para Morinaga la familia de Souichi era como su familia los quería y al igual que el pelilargo está dispuesto a morir protegiéndolos sobre todo a Souichi, y correr el riesgo de que mueran por falta de alimento era algo a lo que no está dispuesto a aceptar aún si significaba poner su vida al filo de la navaja correría el riego de conseguir más alimento.


Cuando doblaron la esquina y se dio cuenta que el camino estaba despejando y solo faltaban 2 cuadras para llegar al apartamento se despegó del grupo y se echó a correr a toda velocidad, la tienda estaba a 4 cuadras le tomaría alrededor de 30 min ida y vuelta más el tiempo que le demorará tomar los víveres. Al parecer Souichi no se dio cuenta ya que él continúo con su labor de vigilar y avanzar.


-Bien llegamos-dijo abriendo la puerta­-Entren de inmediato, eh… do.. donde esta Morinaga, su hermana y su tía se giraron a sus espaldas encontrándose con nadie-Ese maldito me desobedeció, me las va a pagar, entren de inmediato voy a buscar a Morinaga, no salgan entendido. En eso Kanako se sobresaltó.


-Niisan por favor no nos dejes solas, que tal si uno de esas bestias entran, ya está anocheciendo, recuerda que la casa de tía Matsuda quedo completamente destrozada cuando nos atacaron si no fuera porque la puerta al sótano quedo oculta cuando las paredes se derrumbaron no estuviéramos aquí en estos momentos, por favor no nos dejes solas. Suplicaba la niña con desesperación.


-Kanako sé que estas asustada pero el apartamento Morinaga y yo lo aseguramos para que nada pudiera entrar, y por la misma razón de que ya está oscureciendo tengo que buscar a morinaga de inmediato, el muy idiota lo pueden matar, no te pongas hacer tus caprichos en estos momentos. Decía enojado y desesperado al mismo tiempo que solo podía imaginarse lo peor en estos momentos para Morinaga.


-Niisan por favor te lo suplico- Rogaba nuevamente la niña esperando convencer a su hermano.


-aaaaa….. Matsuda-san entren a la casa y cuide de Kanako vendré lo más pronto posible, en unos momentos más va a ver un poco de ruido debido a las bestias pero no se acercan nunca a la casa y un que así fuera no pueden entrar así que solo cierren y no abran la puerta entendido. Le decía a la persona mayor que lo escuchaba con total atención.


-Entendido Sou-Kun-


En eso entraron al departamento y Souichi se daba la vuelta para bajar nuevamente las escaleras y aventurarse a la calle que desde que había tocado la puerta lo que más deseaba era entrar a la seguridad de su hogar, pero Morinaga era demasiado preciado para él para dejarlo solo y más a unas horas de que el sol se ocultara­-Ese maldito como pudo hacerme esto, más te vale que estés vivo Morinaga, aaaggg maldición, por favor Dios que este bien. Decía con suma preocupación mientras avanzaba en la calle de manera precavida, lo último que quería es que él fuera el muerto cuando en realidad salió a ayudar.


Con Morinaga


El peliazul metía todo lo que se encontraba en la maleta que había tomado de pasada en una de las tiendas que tenía los vidrios destrozados, sin duda eso le ayudaría a carrear las cosas más fácilmente, cuando miro terminado su labor y la maleta llena la cerro dispuesto a tomar camino de regreso a su hogar, cuando se acercaba a la salida de la tienda, miro a dos salvajes que se estaban acercando a la tienda. Morinaga de inmediato tomo la espada y comenzó a temblar, bien el sabia como matarlos, ya sea decapitarlos o atravesarles con la espada la cabeza, pero una cosa era saberlo y otra muy diferente hacerlo, los salvajes eran sumamente fuertes y veloces aunque parecía que carecían de inteligencia, rebosaban de instinto asesino. Así que con cautela se agacho lentamente entre los estantes, y fue retrocediendo para alcanzar la salida de emergencia que se encontraba en la parte trasera de la tienda, estaba por llegar cuando el estruendo de los vidrios rotos lo sobresalto y casi grita de la impresión y el susto de no ser por su mano que alcanzo a tapar su boca antes que algún sonido saliera de ella, los salvajes habían atravesado las ventanas arrojándose contra ellas, olfateaban el aire y olfateaban las cosas que se encontraban cerca de ellos, se mantenía apoyados en las cuatro extremidades dándoles la apariencia de simios pero con los ojos completamente abiertos y muy rojos, tenían la mandíbula abierta mostrando sus colmillos y corriéndoles sangre por la barbilla, Morinaga estaba completamente congelado del susto, después de unos segundos reaccionó continuando su retroceso y alcanzando la salida la cual la fue abriendo poco a poco, una vez que verificó de manera rápida la salida se enderezó para salir, por lo cual no se percató cuando uno de los salvaje se puso en su espalda. El gruñido del salvaje hizo que se girará lentamente mirando de reojo como el salvaje se acercaba a él con el gesto más que distorsionado mostrando sus grandes dientes, luego levanto la mano mostrando sus alargadas uñas como garras y sin más le asesto un zarpazo a Morinaga en la espalda creándole cuatro grandes y profundas heridas.


Morinaga ante el fuerte ataque salió disparado de la tienda y cayó de frente pero se levantó de inmediato para atrancar la puerta y evitar que salieran los dos salvajes, pero aunque así lo hizo comenzaron a golpear la puerta, pronto esta colapsaría Morinaga entró en pánico así que se manera rápida se acercó al contenedor de basura y arrojo la maleta y después él se metió dentro cerrándolo de inmediato, después de unos segundos se escuchó el estruendo de la puerta siendo demolida y los gruñidos de los salvajes, el peliazul sin poder evitarlo comenzó a temblar rezaba para que no lo encontraran, después de unos minutos de escuchar los gruñidos y una pequeña pelea entre los salvajes, pudo escuchar como estos se alejaban al parecer se dieron por vencidos de buscarlo. Poco a poco levanto la tapa del contenedor y reviso a su alrededor al parecer el área estaba despejada, abrió por completo el contenedor, y salió tomando con él la espada y la maleta, cuando se hecho la maleta al hombro dio un pequeño grito de dolor, pues era pesada y lastimaba su espalda que no dejaba de sangrar, ahora si se maldecía por haberse quitado la mochila de la espalda y haberla vaciado en la maleta, era más que obvio que la mochila lo hubiera protegido del zarpazo del salvaje, pero bueno no remediaba nada con lamentarse el sol se estaba ocultando y no tardarían en salir más y terminar lo que minutos antes los dos salvajes anteriores había comenzado.


Como pudo comenzó a caminar de regreso al departamento y unas cuadras más adelante pudo visualizar a Souichi que caminaba de manera cautelosa con el bate preparado para la acción, Morinaga de forma inconsciente le salió una pequeña sonrisa, le agradecía a Dios que un tuviera la oportunidad de nuevamente mirar a su amado, así que camino un poco más aprisa hasta alcanzarlo.


-MORINAGA, MALDITO COMO TE ATREVES A DESOBEDECERME me tenías preocupado imbécil, te dije claramente que no nos separamos, mira ya falta poco para anochecer te tardaste demasiado qué DEMONIOS ESTABAS HACIENDO EEH- decía Souichi completamente enojado sin percatarse en la falta de color de Morinaga en su rostro pues el solo verlo lo tranquilizo en sobremanera y lo único que quería era reprenderlo.


-Vamos Sempai tenemos que volver de inmediato, ya me regañaras cuando volvamos al departamento, tengo los víveres que es lo importante he logrado tomar algunos medicamentos también y agua suficiente probablemente nos dure todo esto para otras dos semanas.- Decía Morinaga que lo que más deseaba en ese momento era echarse a descansar en el suelo pero se obligó a sí mismo a seguir de pie y comenzar a avanzar empujando a sempai por la espalda para que se pusiera en marcha.


-Está bien vámonos pero más te vale que no lo vuelvas a hacer porque me las pagas Moringa si esos salvajes no te matan lo hare yo de la paliza que te voy a dar, me escuchaste. Decía el pelilargo de forma más relajada pues tener a Morinaga frente a él en verdad lo tranquilizaba.


Una vez en el apartamento Souichi abrió la puerta y entro Morinaga le siguió adentrándose y quitándose los zapatos en la entrada para comenzar a caminar por el pasillo. Al final de este se encontraba Kanako y Matsuda que tomaba a la niña de los hombros, ambas los miraban aliviadas, Morinaga al sentir la reconfortante seguridad de su hogar sin más colapso en el suelo, haciendo que souichi volteará de inmediato a verlo.


Todos se asustaron y corrieron a ver qué pasaba-Ei Morinaga que te pasa, responde decía Souichi con evidente preocupación en el rosto, Cuando tomo a Morinaga del torso para levantar su cabeza su mano se llenó de algo viscoso por lo que miro su mano y al ver de lo que trataba se paralizo. Su mano estaba llena de sangre volvió la vista a donde lo había sujetado y miro la espalda de Morinaga llena de sangre y cuatro grandes heridas profundas.


-No puede ser como es que no me dí cuenta que estaba herido, no me fije en esta sangre cuando me lo encontré, o por dios fue atacado, el ii…imbécil no me lo dijo- decía souichi sin dejar de ver su mano ensangrentada que comenzó a temblar


-Niisan Morinaga-san va a morir- decía Kanako temblando y llorando al mismo tiempo


-No digas estupideces Kanako, él no va a morir, no se lo permito, NO TE ATREVAS MORINAGA, me escuchaste no te permito que me dejes solo- decía mientras las lágrimas se le comenzaba a acumular en los ojos pues el rostro de Morinaga cada vez estaba más pálido.


-Sou-kun llevémoslo a su cama para poder tratar su herida de inmediato, sería peligroso si sigue perdiendo más sangre-Dijo Matsuda para tratar de llamar la atención del pelilargo que parecía que no reaccionaría del shock en el que se encontraba.


Si más levantaron a Morinaga entre él y Matsuda tomándolo de los hombros entre los dos, cuando llegaron a su habitación lo recostaron boca abajo y Souichi tomo unas tijeras y rompió lo que quedaba de la camisa rota de Morinaga, más fue su sorpresa cuando encontró esas heridas profundas al parecer bastantes dolorosas, como fue que pudo soportar el dolor para que no él no se diera cuenta, se preguntaba Souichi bastante alarmando por las heridas serias de su compañero.


-Vamos Sou-kun tráeme el botiquín para limpiar la herida y vendarlo, tenemos que tratar de que pare la sangre- le ordenaba Matsuda mientras se secaba las manos mojadas que se había lavado para tratar la herida.


Souichi saliendo de sus pensamientos corrió hacía el baño y saco el botiquín que siempre estaba a la mano gracias a Morinaga que insistía en tenerlo disponible para cualquier ocasión.


Una vez que se le entregó el botiquín Matsuda-san tomo el alcohol y unas gazas y comenzó a limpiar la herida cuidadosamente, encontrando incrustada aún en una de las heridas una uña que al parecer se había roto cuando su el salvaje lo ataco la tomo con unas pequeñas pinzas y la saco cuidadosamente, haciendo que Morinaga se moviera en la cama y se quejará del dolor, Souichi solo miraba la gran uña que sacaban de la espalda de Morinaga en vez de uña se podría decir que garra pues era de un tamaño considerable, el peligris apretó los puños y maldecía una y otra vez por la testarudez de Morinaga solo por no escucharlo míralo ahora como se encontraba mal herido y quejándose de un dolor insoportable.


Una vez limpia la herida Matsuda tomo una aguja e hilo para saturar la herida, Morinaga se empezó a retorcer del dolor por lo que Matsuda le pidió a Souichi que lo sujetara para que no se moviera, Souichi lo tomo de los hombros y aplico fuerza para inmovilizarlo, le sorprendió la fuerza con la que se movía por lo que puso un poco más de presión, el peliazul comenzó a dar quejidos de dolor por lo que Souichi se puso tenso al mirar el estado de su amigo, sin darse cuenta en que momento las lágrimas que momentos atrás se obligó a no dejarlas caer ahora mojaban su cara sin siquiera darse cuenta.


-Va a estar bien Sou-kun, al parecer fueron graves las heridas pero no fatales, con un poco de descanso y muchos analgésicos se va a poner mejor en menos de un mes vas a ver, Morinaga es fuerte, prueba de ello es que no se quejó en todo el camino de regreso al departamento no?- Dijo matsuda al ver el rostro lleno de lágrimas de su sobrino, aunque en verdad la sorprendió pues habían pasado años desde la últimas vez que había visto a Souichi llorar y eso fue cuando su madre murió, el día del funeral fue el único y último día que vio al peligris derramar lágrimas, el verlo de esa manera se dio cuenta cuán importante era para él ese joven que se retorcía de dolor en la cama.


Souichi al escuchar las palabras de su tía se avergonzó un poco el que lo viera llorar por lo que se limpió las lágrimas de forma rápida y asintió con la cabeza. Una vez que terminó con su trabajo Matsuda junto las cosas y las guardo nuevamente en el botiquín dejando al peliazul con el torso vendado y con sudor en su cara y parte de su cuerpo,  tenía el entrecejo fruncido señal de que tenía dolor, pero ya no corría gran peligro.


-Traeré un paño y agua para limpiarle el sudor, en cuanto despierte le daré unas pastillas para que el dolor sea menor, enseguida vuelvo. Decía mientras se levantaba de la cama la señora.


-Déjalo yo me encargo de eso, gracias por su ayuda Matsuda-san, usted y Kanako vayan a descansar ha sido un largo día, ustedes dormirán en mi cuarto y yo dormiré con Morinaga, sirve que le cuido, ya no se preocupe más y nuevamente gracias por curarlo.


-No te preocupes Sou-kun, Morinaga fue muy valiente en arriesgar su vida para asegurar nuestro bienestar es lo menos que puedo hacer por él.


-No fue más que un idiota, maldito estúpido pudo perder la vida, y sobre todo no me dijo que estaba lastimado de haberlo sabido le hubiera ayudado a cargar las provisiones, solo se lastimo aún más. Dijo sin apartar la mirada de Morinaga en verdad estaba feliz de que estuviera vivo, pero le dolía en demasía verlo en ese estado.


-Vamos lo bueno es que está vivo y pronto se recuperará, tú también descansa ya. Dijo para salir de la habitación y llevarse consigo a Kanako que en todo momento se quedó junto a la puerta afuera del cuarto de Morinaga.


Souichi fue al baño y lleno un balde con agua y tomo un pequeño trapo para limpiar el sudor del peliazul, lo hacía de manera delicada como si pudiera dañarlo, mientras el ojiverde seguía con el ceño fruncido y dando queños quejidos de dolor.


-En verdad eres un IDIOTA- dijo sin más para inclinarse un poco y darle un beso en los labios, fue un beso inocente pero bastante largo, no sabía en verdad como sentirse, feliz por poder tenerlo a su lado y poder disfrutar de esos labios tan adictivos o enojado por saber que lo desobedeció y pudo perder la vida por eso.


No te atrevas a dejarme nunca solo Morinaga, nunca, nunca lo hagas. Dijo nuevamente para que unas lágrimas nuevamente se deslizaran por su cara sin su permiso.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).