7:35 de la mañana, afuera un día gris, se pueden observar pequeñas gotas cayendo a una velocidad constante, afuera deben ser unos 10°C, pareciese que va a llover todo el día pero bajo el agua tibia de la regadera poco importa el frio del exterior.
Tomo la toalla que había dejado en la barandilla y salgo de la ducha, frente al espejo se expone por completo mi figura, las gotas resbalando de mi cabello hacia mis hombros y luego a los brazos, y ahí se observa debajo de mi clavícula derecha un pequeño hematoma luego otro en mi abdomen un poco más grande y el siguiente que puedo observar está en la cara interna de mi muslo izquierdo y una sonrisa se forma en mi rostro al recordar cómo se formaron.
Froto mi cabello con la toalla mientras envuelvo otra alrededor de mi cintura para salir del lugar.
Al ingresar a la habitación lo primero que puedo observar hace que una punzada recorra por toda la espina dorsal anidándose esa sensación en mi vientre bajo
Largas piernas, torneadas y doradas, con escaso vello ligeramente abiertas insinuando una tácita invitación al par de montículos que se levantan bien formados, suaves y tonificados sobre los que se puede observan pequeñas marcas de agarre que seguramente al pasar el tiempo se tornaran más oscuras, la espalda amplia deja ver ante el movimiento suave del sube y baja de la respiración corresponden a los propios durante el sueño
Me acerco y se puede observar su rostro ladeado hacia la derecha, bastante tranquilo, calmo con sus labios carnosos y de color suave, su pequeña nariz y sus grandes cejas, en este momento sus ojos se encuentran cerrados privándome de la posibilidad de ver ese azul que tanto me gusta mientras su dorado cabello cae suave y alocadamente sobre su frente
Mi mano se desliza lentamente por su pierna derecha llegando hasta la carnosidad del mismo lado, una tentación demasiado grande para no tomarla, solo un apretón, uno pequeño, no muy fuerte solo lo suficiente para que la piel sobresalga jugosa en el espacio entre mis dedos.
Un gemido, música para mis oídos
Tal vez otro apretón, pero esta vez un poco más fuerte, logrando que mis uñas se entierren en su piel
Ya está despierto, lo sé pero no se mueve, sabe que así es más divertido, dirijo entonces mi boca hacia el lugar que ocupaba mi mano, primero un lametón, luego otro hasta que entierro mis dientes en ese magnífico lugar mientras con mi mano izquierda apretó el otro montículo, otro gemido más.
Una piel suave, tersa, con sabor a miel, nada mejor se puede pedir, es lo que pienso mientras coloco mi mejilla sobre su trasero
-Se está haciendo tarde, vas a llegar tarde al trabajo
Sonrió, meto mi mano entre sus muslos separando un par se centímetros sus piernas –No importa, hoy no iré, tengo cosas más importantes que hacer – y divertidas
Repaso una de sus nalgas con mi lengua mientras de improvisto introduzco mi dedo índice en su entrada
-Hnmmmm Sasuke
-Shhh, ya sabes cómo me gusta, lo hare despacio intentare que no duela…mucho- le digo mientras me ubico sobre él, pero el aprovecha el movimiento para darse la vuelta quedando los dos de frente
-Estas mojado
-Anoche no pareció importarte eso- digo mientras froto con mi mano su ya despierto miembro
-¿No estás cansado?
-De ti… nunca
Sonríe mientras mueve su mano hasta mi trasero apretándolo y clavando sus uñas –déjame probarlo
-No, ya te divertiste demasiado anoche – introduzco nuevamente la punta de mi dedo índice en su entrada mientras observo como entrecierra los ojos y levanta levemente el mentón el cual aprovecho para morder –es mi turno…después ya veremos- digo mientras introduzco por completo mi dedo
-ahhh
-shhhhh… también se cómo te gusta a ti
Parece que no iba a sentir para nada el frio de ese día.