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Celos: Motivos de un asesino por Iori Yagami CCH

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Notas del fanfic:

Para el lector…

Estimado lector…

Vuelvo con un nuevo fic esperando que sea de su agrado.

Si ya ha leído con anticipación otro trabajo mío, comprenderá que mi manera de trabajo es distinta a la de muchos, pues, rara será la historia con ambiente feliz.

Si se considera un lector demasiado sensible, o que no tolera los fanfics tristes, queda bajo su responsabilidad.

Notas del capitulo: Gracias por elegir este fanfic como su nueva lectura, les aseguro que no se arrepentirán.
Escribo para ustedes y solo para ustedes.
Prologo:
Hacía frío, tanto que incluso las manos se entumían, las mejillas es congelaban y sentías que los dedos no estaban más en tus manos. Las hojas bailaban inconscientes de lo que aquella noche pasaría, es normal, después de todo, por algo ha de soplar el viento.
No había nadie en las calles de Iwatobi, el viento era terriblemente violento, lastimaba a todo aquel que osara salir, lo hería como navaja filosa en espera de cortar carne.
-¡Detente…!-.
Aquel gritó de terror se había escuchado en la negra noche y de pronto, nada.
Una canción infantil sonaba a lo lejos, una canción dulce e infantil, tranquila. Miró el cuchillo en sus manos y lo limpió con la ropa de su víctima que se desangraba lentamente en el pavimento, después sacó una hoja de papel de su abrigo y con un lápiz tachó un nombre. Después se hincó y acarició la mejilla de aquella persona que gemía de dolor en el suelo, su mirada se apagaba a cada segundo, y a sabiendas de eso, él no hacía nada.
-¿Sabes? No te odio. Pero no puedo dejar que sigas amenazando lo que es mío, porque, ¿sabes? él y yo tenemos una relación, no dejaría que alguien como tu decidiera alejarme de él… Te vi hablándole esta mañana… Lo toleré por mucho tiempo, pero alguien me contó que él te gustaba… sea una mentira o no… Más vale prevenir que lamentar…-
La voz casi muerta salió de aquellos labios murmurando un “Era mentira”, con el dedo pulgar, aquel asesino, limpió una gota de sangre que había caído en su mejilla, después le sonrió y siguió mirándole fijamente, no se inmutó si quiera cuando comenzó a vomitar sangre.
-El rojo… siempre te quedó muy bien-.
***
Tocó el timbre una vez, suspiró, aún no entendía porque seguía con la misma rutina, si la obvia respuesta era “No va a abrir”. Dio la vuelta a la casa llegando a la puerta de atrás, como supuso, estaba abierta. Entró cerrándola tras de sí, suponiendo que a quien buscaba se encontraba en su “santuario”.
Y así como lo predijo, el cesto con ropa estaba lleno, no era difícil saber que ahí estaría.
-Haru-.
El de cabellos color ébano salió de la tina y sacudió su cabeza haciendo que las gotas de agua que resbalaban de sus hebras, cayeran libremente, miró la mano que se extendía delante de él y después miró al castaño que se fijaba a él con una sonrisa.
-Vamos, o se nos hará tarde-.
El azabache aceptó la mano ofrecida y se levantó para salir de ahí y cambiarse para ir a la escuela.
Caminaron por el sendero que los llevaba a la escuela, Makoto hablaba y Haruka escuchaba, la rutina diaria de siempre, hasta que una llamada los sacó de sus pensamientos.
-¿Qué sucede, Nagisa?-.
-¡Mako-chan, Haru-chan, deben venir pronto, algo pasó, algo muy muy muy muy malo, por favor, vengan a la estación de trenes que está cerca de la escuela!-.
La voz de Nagisa a penas y se entendía estaba tan alterado que las palabras que salían de su boca eran inentendibles.
Makoto miró a Haruka, el cual asintió y se echaron a correr, pues aquello no significaba nada bueno.
Cuando llegaron, la escena era de lo más rara posible, había patrullas, personas, policías, de todo, Nagisa corrió hacia ellos seguido por Rei, el rubio abrazó a Makoto incontrolable, Rei acariciaba su espalda tratando de calmarlo, aunque el también temblaba asustado.
-¿Qué pasa?-.

-Rei-chan y yo… quedamos de vernos aquí, p-pero cuando llegamos…-hizo una pausa y miró a Makoto y Haruka que esperaban atentos y con rostro preocupado la continuación del rubio el cual volvió a romper en llanto- Cuando llegamos, vimos a Gou-chan-.
Señaló el rubio hacia el tumulto de gente, el castaño y el azabache corrieron hacia allá abriéndose paso entre la multitud morbosa, y al quedar en frente, miraron un cuerpo debajo de una manta negra pero encima de un enorme charco color carmesí, e indistinguible color rojo de largas y lisas hebras de cabello… en efecto, era Gou Matsuoka.
-¡Gou!-.
La voz de un pelirrojo los hizo volverse, Rin Matsuoka se acercaba a paso rápido pero con terror en el rostro, apartó a sus amigos de ahí y miró por encima de la cinta amarilla de “Prohibido”, sin pensarlo dos veces, brincó la cinta y se acercó con piernas temblorosas, dos hombres uniformados le detuvieron, pero al ver aquellos cabellos que sobresalían, les empujó gritando “Es mi hermana”.
Cuando quitó el manto negro miró a su hermana menor debajo de él, las lágrimas salieron de sus ojos escarlata “¿Gou…?” susurró mientras limpiaba una mancha de sangre de su mejilla, aunque ya seca, sin poder contenerse abrazó el frio cuerpo sin vida y comenzó a llorar, su uniforme blanco se había manchado de la sangre de su hermana menor… No había sido capaz de protegerla.
Makoto y Haruka bajaron la cabeza con tristeza y Nagisa seguía llorando mientras que Rei trataba de consolarlo. “Saquen a ese muchacho de ahí” habló un hombre, en ese instante tres hombres llegaron y trataron de separar a Rin del cuerpo, pero no podían, Rin amenazaba con matar a un segundo, por lo cual Makoto y Haruka saltaron la cinta y ayudaron a alejarlo.
Rin estaba inconsolable, no aceptaba palabras de nadie, solo quería encontrar al responsable y matarlo, todos estaban tristes, se leía en sus miradas ¿quién sería capaz de lastimar a Gou… No, ¿quién había sido capaz de matarla?
***
En la noche alguien reía de manera suave y risueña mientras escribía un nombre más en la lista.
-Yo con mis manos a todos borraré y entonces, no tendré que compartirte con nadie más…- cantó en tonada de música de cuna, miró el nombre de su siguiente víctima y susurró “Lastima que tengas ojos tan bonitos… Pronto, no se volverán a abrir jamás”
Notas finales: En cuanto pueda, subiré el segundo capítulo.
¿Quién seguirá? Eso ni yo lo sé. Mi musa me lo dictará en el camino.
¡Ah! Y antes de que lo olvide, el asesino es parte de nuestro querido elenco de “FREE!” lo de inventar OC’S no es lo mío. Así que espero que con el transcurso del tiempo averigüen de quien se trata.

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