Siluetas de tiza
El agua sagrada no puede ayudarte ahora.
Ni mil ejércitos podrían alejarme.
No quiero tu dinero, no quiero tu corona;
date cuenta de que he venido
a reducir tu reino a cenizas.
El miedo huele a sangre. A sangre, a sudor y a lágrimas. Como lo imposible, como la impenetrable desesperanza. Como el veneno. Siwon sabía de esto, mientras cerraba y ponía el seguro a la puerta de su estudio después de entrar, presionando su cuerpo contra ella, como si fuese así a evitar que la sombra que se ceñía sobre él entrara. Incluso en circunstancias así de sombrías, a la gente le gusta encontrar una razón en la que creer.
En el caso de Siwon, sin embargo, no había esperanzas.
El humo que provenía del corredor empezaba a formarse dentro, mientras Siwon caía al piso y se alejaba de la puerta, de pronto, aterrorizado. Nada de lo que él hiciera podría sacar el humo. Se coló entre las rendijas de las tablillas del parquet, de la pared, por debajo de la mesa, hasta que el estudio estuvo lleno de él, adentrándose por sus ojos y boca, haciéndolo toser y nublándole la vista.
Y para cuando vio la sombra parada frente a él, ya era demasiado tarde.
Las siluetas de tiza sacaban de quicio a Baekhyun a veces.
Parecían tan fríos y analíticos, reduciendo a la persona a una simple mancha en el piso, no más importante que un recuerdo destinado a ser tirado al fondo de un gabinete y olvidado. Pero era parte del trabajo, aunque fuera su parte menos favorita.
“¿Detective?”
Baekhyun volteó, pasándose una mano por la corta y oscura cabellera, en un intento de estar más presentable para Kris, su jefe, quien se acercaba hacia él. Lo habían mandado a llamar, de repente, en las primeras horas de la mañana para que viniese a la escena del crimen, así que no lucía demasiado bien, pero a Kris no parecía importarle. Los hombros del hombre alto estaban tensos y su mandíbula, apretada, mientras dirigía su mirada a la silueta del cuerpo de Choi Siwon dibujada en el piso y Baekhyun supo al instante, incluso sin preguntar, lo que había pasado.
“Fue El Fénix.”, dijo Kris.
El nombre hizo que un escalofrío recorriera la espina dorsal de Baekhyun, inyectando miedo hasta el fondo de su estómago y haciendo que se le ponga la piel de gallina, a pesar de que mantuvo su expresión perfectamente seria y controlada. No tengo miedo de El Fénix, se dijo a sí mismo. No estaba asustado, porque la existencia entera de El Fénix se había construido en base a una leyenda; era solo un hombre y nada más que eso.
Nada más.
“¿Estás seguro?” le preguntó a Kris, sin quitar sus ojos del cuerpo de Siwon. Era una visión macabra, realmente. De lo que podía intuir, Siwon había estado encerrado en el estudio y luego, había ardido vivo; esto, con el fin de que pudiese sentir hasta el más mínimo detalle de la agonizante muerte a la que había sido sentenciado, mientras la carne se derretía de los huesos y sus órganos eran cocinados de adentro hacia afuera. Baekhyun tuvo que contener las ganas de vomitar.
Kris asintió. “Dejó su marca”, apuntó con un dedo al escritorio que había al otro lado del estudio y Baekhyun vio entonces lo que parecía un desperfecto en el liso acabado de caoba en la pieza de mueblería. Pero, a medida que avanzaba hacia él, pudo ver que había estado equivocado en su deducción inicial, porque no era un desperfecto. No, era una quemadura –una quemadura en forma de fénix.
De pronto, sintió su boca seca.
La escena del crimen fue cerrada después de eso. Kris quería hacerlo lo más pronto posible, ya que dijo que a menor cobertura de noticias que dieran sobre este caso en particular, sería mejor. Habían mantenido el caso de El Fénix fuera de la luz pública hasta el momento; no querían causar caos innecesario en las calles, así que lo que sabían de El Fénix era información clasificada. De hecho, la única razón por la que Baekhyun sabía del caso era porque Kris confiaba en él implícitamente (aún no estaba seguro de por qué). Sin embargo, lo que impactaba de este caso era que Choi Siwon había sido, aparentemente, un pez gordo del gobierno con muchas conexiones. Baekhyun no tenía todos los detalles, pero, por lo que había oído, Siwon había estado en buenos términos con muchos países, y era muy conocido en el gobierno americano por ser embajador de la paz de Corea del Sur. Era por eso, que si los medios encontraban apenas una evidencia leve de El Fénix, la noticia se extendería a la rapidez de un rayo.
Este era un asunto importante.
Por eso, fue completamente entendible que, cuando Kris le informó que estaría trabajando en el caso, Baekhyun se atoró con el café.
Había oído de “El Fénix” unas semanas antes, cuando Kris lo había llamado de repente a su oficina, cerrado con llave la puerta y le había extendido un archivo clasificado. Baekhyun se estaba preguntando internamente si tenía autorización para abrir el documento, pero Kris le urgió que lo leyera. Y así lo hizo.
Dentro, encontró una pesadilla de proporciones que jamás habría creído posibles. Un asesino en serie que aparentemente tenía poderes sobrenaturales, llamado “El Fénix”. Se le había dado este nombre debido a su afinidad para matar a la mayor parte de sus víctimas -si no a todas- con fuego. De ahí es de donde salió la llamada leyenda de los poderes súper naturales, porque nadie que lo hubiera visto –y vivido para contarlo- había mencionado algo referente a él usando un encendedor, o fósforos, o un acelerador, o cualquier cosa que sirviera para iniciar el fuego. De hecho, había unas cuantas personas que clamaban que con tan solo el chasquido de los dedos, había creado una flama de fuego, de la absoluta nada.
Baekhyun, por supuesto, había restado importancia a estos testimonios, tomándolos como el palabreo de victimas mentalmente inestables que habían entrado en estado de shock.
Otro rasgo que había dado a El Fénix su nombre era la marca de quemadura peculiar que dejaba en o alrededor de sus víctimas, una quemadura en forma de un ave (no necesariamente un fénix, pero lo suficientemente parecido). Esto, acoplado con el fuego y la leyenda del fénix, creaban a un asesino que era, ni más ni menos, la peor pesadilla de todos.
¿Qué peor forma había de morir que a causa del fuego?
De vuelta al presente, Baekhyun aún estaba atorándose con su café, cuando Kris lo miró con esa expresión seca, de fastidio, tan propia de él, y entonces, Baekhyun estaba más que decidido a aplastar su cara contra la pared.
“¿Ya terminaste?”, preguntó Kris después de que, finalmente, el detective se hubo recuperado.
Baekhyun solo le lanzó una mirada.
La mirada fija de Kris no flaqueó. “Esto es importante, Baekhyun. Te necesito en este caso.”
“¿Por qué? Hay muchos que son más calificados que yo para esto, gente que sabe de El Fénix más de lo que yo alguna vez sabré.”
“Pero eres nuestro mejor detective.”
Baekhyun bajó la guardia, asombrado por el cumplido. Kris nunca hacía cumplidos, era una de las cosas que él simplemente nunca hacía. Lo máximo que podías esperar de él era un gesto de asentimiento con la cabeza, e incluso, eso era escasamente dado. En su departamento, un asentimiento con la cabeza de Kris pesaba mucho más que una medalla de honor entregada por el presidente de los Estados Unidos. Por eso, recibir un cumplido así, tan de repente del jefe de policía, honestamente dejaba a Baekhyun indefenso. No tenía ni idea de cómo responderle.
“Umm...umm…”
“Tal vez debería retractarme sobre eso,” dijo Kris con una sonrisa.
“Espera, umm, lo siento. Es solo – me atrapaste con la guardia baja. La expresión de Baekhyun cambio a una de vergüenza. “Mire, no sé qué ve en mí, señor, o por qué me ha puesto en un pedestal tan alto, o por qué me deja saber del secreto de El Fénix, pero yo-“
“Nunca has fallado un caso.” Kris dijo, cortándolo. “En los cinco años que has trabajado para mí, nunca has fallado uno solo. Ese es un récord impresionante”.
“Pero –“
“Park Jungsu mismo ha pedido que tú estés en este caso, Baekhyun. Te sugiero que aceptes la oferta.”
Y con esto, Baekhyun quedó helado. Si Kris era el Lieunant de la fuerza policial, entonces Park Jungsu era el General, el cabeza honcho, el gran poobah, el mesías proverbial. Baekhyun nunca antes lo había visto en persona, solo aquellos de alto rango podían hacerlo, por lo que, saber que el mismísimo Jungsu lo había requerido era el más grande honor que podía haber esperado alguna vez.
“Lo haré.”
No tenía otra alternativa, de todos modos.
“Sr. Park?”
Jungsu no levantó la cabeza, meramente se limitó a asentir a quien sea que estuviera golpeando la puerta. Escuchó el crujido de la puerta, indicando que se abría y cerraba (tenía que aceitar esas visagras) y luego, todo se puso en silencio, a excepción del rasgueteo del bolígrafo de Jungsu en el papel. Pasado un rato, sin embargo,levantó la cabeza, sus cejas se alzaron al ver al hombre de estatura baja y cabello oscuro parado en frente de su escritorio. Este hombre era casi un hombre; sin embargo, Jungsu sonrió, cuando vislumbró “esa” chispa en los ojos del joven.
Tuvo sentido entonces.
“Debes ser el detective Byun Baekhyun”.
Baekhyun dio un respingo y asintió, parpadeando rápidamente. Lucía nervioso.
“Por favor, siéntate.”
Baekhyun lo hizo, aunque de forma un tanto reticente, y Jungsu notó fácilmente, por la forma en que el joven se sentaba, al borde de su silla, que estaba listo para levantarse y salir pitando como el rayo en cualquier segundo.
“Puedes relajarte.” dijo Jungsu, riéndose brevemente. “No voy a atacarte o algo por el estilo.”
Baekhyun le devolvió la sonrisa; a pesar de lucir forzada, trató de aparentar como si estuviera tratando de relajarse, pero falló considerablemente y solo consiguió lucir aún más raro y nervioso que antes.
Ya que Jungsu no mostraba signo alguno de querer decir algo más, Baekhyun se aclaró la garganta.
“Señor”, empezó, su voz no traicionada por la ansiedad que sentía, algo que impresionó a Jungsu. “Señor, ¿por qué me escogió a mí para tomar el caso de El Fénix?
Jungsu se inclinó en el respaldar de su silla y cruzó las piernas, mirando al más joven directamente. “¿Dudas de mi habilidad para tomar buenas decisiones?”
De repente, Baekhyun se puso rígido, todo color desapareció de su rostro, por lo que Jungsu se inclinó rápidamente hacia adelante.
“Oye, oye, solo bromeaba”, dijo, levantando sus manos en señal de paz. “Lo siento, wow, no pensaba que estabas tan nervioso”.
Baekhyun dejó escapar en un suspiro todo el aire que había estado conteniendo desde el momento que entró. “Bueno, es que usted es la cabeza de todos nosotros, señor. En los cinco años que llevo trabajando aquí, nunca lo he visto, ni una sola vez. Su reputación es un tanto intimidante”.
“¿En serio?”, dijo Jungsu alzando una ceja. “Interesante. Pero no es de eso de lo que quiero hablarte. Quiero hablarte de tu rol en el caso de El Fénix.” Tomó un gran respiro, todo sería negocios a partir de ahora.
“Bien, habrán otros trabajando contigo para encontrarlo y atraparlo, por ello, no quiero que te preocupes sobre eso. Quiero que te enfoques solamente en descifrar su identidad. Encuentra su nombre, su edad, su talla, su peso, dónde nació, su color de cabello y ojos, viejos amigos, conocidos, miembros de familia, a qué colegio asistió, etcétera, etcétera. Es muy importante para el caso y es imperativo que te asegures de que no perderás la cabeza”. Frunció el ceño. “Y ten cuidado. Inmiscuirte en los archivos personales de El Fénix ciertamente atraerá la atención, y lo último que queremos es que te conviertas en su objetivo. Así que te pido que trates el caso con el mayor cuidado y precaución. ¿Entiendes?”
Baekhyun pestañeó, tomando algunos momentos para absorber todo. “Sí, señor”, atinó a decir, finalmente, “¿Algo más?”.
Jungsu sacudió la cabeza, sonriendo mientras entrelazaba los dedos. “No. Solo revisa con Kris si todos estamos al tanto de lo mismo, y empieza lo más pronto que puedas. Quiero cerrar este caso lo más rápido que se pueda, antes de que atraiga la atención de la prensa”.
Baekhyun asintió, levantándose tieso y dejando la oficina con una leve inclinación. Jungsu lo vio irse, una pequeña sonrisa cruzó su rostro y solo cuando el pequeño hombre hubo salido, alzó el teléfono y marcó el anexo de Kris.
“Tenías razón”, dijo Jungsu apenas Kris contestó. “Él es justo lo que necesitábamos”.