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Después de la guerra por Kuro Neko Braginskaya

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen T.T

Todo... Todo se ha desvanecido. Lo que taaaaantos años me costó construir y mantener en unas pocas horas ha sido destruido sin una pizca de piedad. Mi imperio...Mi gente...Mi orgullo. Y todo por culpa de los rusos y de su representación humana, Ivan Braginski. Ahora me encuentro en una celda de su casa, encadenado de pies y manos a la pared, con heridas un tanto graves de la aún reciente última batalla para intentar mantener Königsberg en pie, la última ciudad prusiana que quedaba. Fallamos miserablemente. 

Una sonrisa sardónica cruza mi cara mientras que lágrimas caen desde mis ojos. Escondo mi cara en mis rodillas, el asombroso yo no puede dejar que le vean llorar, eso nunca. Recuerdo como me trajeron casi a rastras hasta aquí, como me hicieron arrodillarme ante Rusia, ante Ivan Braginski, el que me lo había arrebatado todo y una ráfaga de ira recorre mi cuerpo, pero no puedo hacer nada, ya no, ahora solo me queda pudrirme aquí dentro y rezar para que me deje en paz y no me haga ya más daño de lo que me ha hecho. Patético. 

¿Cómo estará West? Espero que mejor que yo, aunque no estoy muy seguro, desde que me metieron aquí no tengo noticias del exterior, no sé como irá la guerra, aunque supongo que mal, y el gran Ore-sama no suele equivocarse Kesesese. Recuerdo los buenos tiempos, cuando él era un criajo y me seguía a todas partes, aunque eso es normal, todo el mundo quiere ser igual que el awesome Gilbert Beilschmidt, como nos apoyábamos el uno al otro cuando estábamos en problemas, como él creció hasta ser más alto que yo, maldito West, aunque aún así lo aprecio Kesesese~. Me pregunto si algún día volveré a verlo. 

Las lágrimas siguen sin detenerse ¡maldición! El asombroso yo no debe verse de esta manera, a pesar de haber perdido todo lo que tenía, sigo siendo lo suficientemente rico como para tener orgullo. Escucho pasos y rápidamente me seco las lágrimas, dejando mi típica sonrisa burlona, como si nada hubiese pasado, como si un millar de prusianos no hubiesen muerto y Königsberg no hubiese caído para dejar mi más valiosa herencia en nada. Abuelo, viejo Fritz los he decepcionado, lo siento.

Entra en la celda Ivan Braginski, el causante de todos mis males, y me sonríe como si nada, con su típica sonrisa escalofriante que hace que me estremezca.

-¿Cómo estas conejito? Espero que bien, no me gusta que mis invitados estén mal da

-Púdrete maldito soviético - Le tengo miedo, pero no voy a dejar que me doblegue fácilmente, no al gran ore-sama.

-Tú antes eras la orden teutónica da? Sabes, yo cuando era niño solo quería ser tu amigo, pero tu siempre me pegabas e intentabas invadirme da? Eso me hacía ponerme muy triste, incluso me deprimí. Y ahora otra vez. ¿Quieres que te diga algo, conejito? Si tú no hubieses decidido invadirme, aún conservarías todas las cosas que tanto aprecias. 

 

A cada palabra que decía, Ivan parecía ir haciéndose más alto, y con un aura más y más oscura. Llego a darme verdadero terror, y tan solo pude encogerme más contra la pared, pero cuando terminó de hablar, respiró hondo y se calmó, lo que me tranquilizó bastante, aunque también me extraño, al fin y al cabo es raro que no halla decidido golpear al gran ore-sama, y más cuando estaba tan cabreado, bueno, da igual, debo ser tan sorprendentemente awesome que no pudo hacerlo kesesese~.

-Bueno conejito, te voy a decir los planes que tengo para ti. Mi superior ha dicho que puedo hacer lo que quiera contigo, así que me temo que vas a pasar una temporada bastante larga conmigo, espero que nos llevemos bien da?

Dios mío, ¿Qué ha hecho el gran Ore-sama para merecer esto? No voy a conseguir sobrevivir ni con mi gran awesomidad T_T y lo peor es que no he podido despedirme de nadie, ni siquiera de West, ni de los del Bad Touch Trio. 

-Oh vamos, no pongas esa cara, seguro que nos lo pasamos muy bien conejito, tan solo no me hagas enfadar da? Porque si lo haces pueden pasarte cosas muy malas y terribles. 

-Tú no le dices que hacer al gran ore-sama, yo hago lo que quiero cuando quiero y como quiero kesese~

Vi su rostro tomar unos tintes más tenebrosos, y su sonrisa se volvió más tenebrosa.

-Conque esas tenemos ¿eh conejito? Muy bien, veremos si dices lo mismo después de un tiempo sin comer ni beber nada, sin poder salir de aquí y sin ver la luz del sol. 

Dicho esto se levantó y cerró la puerta de un portazo, dejándome totalmente a oscuras y con un amargo sabor en la boca. Esto no es nada awesome, espero que los demás estén mejor que yo, y que la guerra termine pronto, antes de que West acabe igual que yo, o peor. También espero que el señorito podrido y el marimacho travesti le estén ayudando, tienen que sobrevivir.

-Por lo menos ellos- Susurro mientras una lágrima se desliza por mi awesome rostro.

Notas finales:

No me comáis T.T


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