El bosque… el extenso jardín tapizado de verde pasto con hermosas flores alrededor de la casa, los bosques que rodeaban el jardín, el pequeño camino de concha molida que llevaba al pueblo, el olor a las flores de naranja y limón en primavera con las gotas que caían de sus hojas que lo hacían recordar los diamantes al ser tocadas por los primeros rayos de sol, la lluvia que adornaba el paisaje como una cortina dejando ver en ocasiones el hermoso arcoíris o la forma en como la nieve cubría los arboles con colores gélidos cubriendo cada parte del exterior era solo una leve descripción de lo que él solía llamar su hogar. Upper Cross era lo que la gente llamaba un palacio en toda extensión de la palabra un terreno que abarcaba miles de acres con tierra de cultivo y bosque destinados a la tala, con un lago del cual cualquier vecino era libre de visitar y poder pescar en él, su familia era conocida y todos en la alta sociedad de Yennen los tenían en muy alta estima, era invitados a los mejores bailes y siempre causaban sensación en cualquier lugar, pero eso cambio repentinamente como un brusco cambio de estación la primavera se acabó para toda su familia
Termino cuando su padre perdió su fortuna y fueron obligados a vivir en una casa de campo que no era pequeña según su punto de vista pero a los ojos de su madre y hermanos era una pocilga que ella y ellos no podía tolerar, acostumbrada a lo mejor de todo, su madre que descendía de un noble linaje se casó por interés con su padre, un hombre de corazón débil y sentimientos nobles que solo vio en ella a una belleza inalcanzable pero lo que no vio fue su alma casi podrida por la avaricia, pero eso lo vio más tarde cuando se casó con ella y lo vio después en sus hijos, excepto en el más pequeño, él único que no solo físicamente se parecía a él si no el único que hedo su buen corazón
Pero eso ya había quedado atrás ahora lo único que sus ojos podía ver era un frio paramo carente de color con algunos árboles sin vida, ahora este sería su hogar, casi podía sentir su corazón romperse, su madre le había informado que había recibido una propuesta de matrimonio bastante conveniente para él o más bien para ella su inminente matrimonio lo lleno de tristeza por verse apartado de su familia y aliviado de que el circo de los pretendientes se acabara
-que incomodo!- dijo su madre obligándolo a dejar de ver el inhóspito paisaje a través del vidrio del carruaje- no sé porque ese hombre no quiso hacer la ceremonia en un lugar más civilizado!
-él va a pagar por ello tiene la preferencia- bajo la vista ante el gesto desaprobatorio de su madre por su comentario
Era verdad, él hombre que se convertiría en su esposo vivía lejos de su hogar pero no siempre fue así, Shuichi compartía un recuerdo del que se convertiría en su esposo aunque aún era un niño lo recordaba bien pero el tiempo y la guerra habían cambiado a esa persona que una vez considero el caballero perfecto, se decía que su carácter era peor que el demonio, que había matado a muchos durante la cruel guerra y que estaba loco, aun cuando fuera un héroe de guerra todos lo admiraban y le temían
Eiri Uesegui lord de Hamintti ahora noble caballero del reino condecorado con los más altos honores que se puedan ser otorgados seria ahora su única familia… su esposo
-me pregunto cuanto faltara, odio estar en este carruaje hace frio y tengo hambre!- decía su madre en forma infantil
-Debe faltar poco
-y tu como sabes eso?
-no creo que viva en el fin del mundo, además dicen que se ha decidido a apartarse del mundo pero nadie puede hacer eso
-es un hombre raro, siempre lo fue, bastante desagradable y egocéntrico, petulante alguien frio y sin sentimientos
-es un lord
-si tienes razón, así son los lord, pero este en particular no me agrada, se cree demasiado
-bueno tiene sus razones además no creo que sea tan desagradable solo no le gusta hablar tanto como a los demás es… taciturno
-bueno te compadezco porque tendrás que casarte con él
-no es algo que yo elegí
-pues mi culpa no es, fue del inútil de tu padre por perder nuestra fortuna
-y yo tengo que sacrificarme por eso
-tus hermanas cuentan contigo!- decía la mujer alterada con el cometario del menor de sus hijos
-lo se madre, discúlpame- sabía que su futuro matrimonio era una transacción por demás conveniente para su familia, pero lo que aún no comprendía era la decisión de su futuro esposo por su matrimonio desfavorable, ya que los que ganaban más eran la familia del menor que él mismo, si algo sabia de la sociedad era que un hombre solo se casaba por las adiciones que su futura pareja podría ofrecer
Aun recordaba la primera vez que había visto a su futuro esposo, era primavera y su familia había sido invitada a un picnic en la casa de campo de lo Ballini una familia distinguida, alguien a quien su madre consideraría una buena compañía aunque la verdad era que los niños Ballini eran desagradablemente desesperados y bastante mal educados pero a él jamás le preocupo puesto que se las arreglaba bien siempre y cuando llevaran un buen libro el siempre estaría bien
Y en ese día llevaba su libro favorito, tomo unos bocadillos y se alejó ahí buscando un frondoso árbol para sentarse a su sombra y leer tranquilo pero ese día no fue así porque sus hermanos llegaron corriendo arrebatándole el libro que tenía en las manos
-dame mi libro!
-NO! Si lo quieres tiene que suplicar por él- Shun su hermano mayor era la viva imagen de su madre avaricioso y arrogante fue consentido en exceso por ella, al igual que sus hermanas y hermanos ello eran igual de impertinentes y vanidosos, si no fuera por el dinero de su padre hace mucho que los mejores círculos sociales ya los habrían censurado
-eres raro, tus ojos dan miedo son muy feos-esta vez era Brando Ballini quien hablaba, su permanente acosador quien gustaba de molestarlo
-dame mi libro Shun o le diré a papá!
-no importa, yo le diré a mamá para que te azote, sabes que ella odia que estés perdiendo el tiempo con esos libros
-no, no le digas a mamá!
-pues suplica!- conteniendo las lágrimas se arrodillo
-por favor, me devuelves mi libro
-NO! Se dice por favor amo Shun me devuelves mi estúpido libro- casi a punto de soltarse a llorar en una fracción de segundo vio cómo su hermano era levantado por el saco sin ningún problema
-eso no te pertenece devuélvelo!- su hubiera sido cualquiera Shun habría soltado una palabrota pero esa persona que lo tenía agarrado de las solapas no era cualquiera, todos sus hermanos y los Ballini se quedaron mudos del susto-Ahora! O te doy una tunda que jamás olvidaras- lo soltó mientras su hermano se apresuraba a darle el libro en sus manos-y pídele perdón
-perdón- dijo su hermano todo colorado y asustado
-de rodillas y que se oiga sincero!
-perdóname Shu no quise molestarte- regreso su vista al sujeto que media más que el doble que él, entrecerrando los ojos hizo una señal con la cabeza y todos los niños salieron corriendo con rumbo a la casa de campo de los Ballini-estas bien
Asintió con la cabeza sin poder hablar abrazando su libro como si la vida se le fuera en ello mirando a su héroe casi como si fuera una estatua de oro puro, ese aire aristocrático frio y distante con su voz calmada parecía tener el control de todo, se aferró más a su libro sentía que su corazón se le saldría del pecho, no puedo evitar suspirar cuando su héroe le sonrió, era suplente perfecto. Y así descubrió que a sus 11 años se había enamorado de un imposible no solo por la edad también estaba la clase social, Eiri Uesegui tenía en ese entonces 23 años y era heredero Hamintti y un lord, aunque su familia era acomodada no pertenecían a ese círculo social
Aunque después de eso él lo tratara de manera indiferente, como si nunca lo hubiera ayudado como si nunca se hubieran visto, siempre en fiestas tenía que aguantar su indiferencia, a los 16 años se dio cuenta que su amor era solo unilateral y se conformaría solo con amarlo de lejos
Pero ahí estaba después de 14 años se casaría con él, pero 14 años lo habían cambiado y también a Lord Uesegui, la guerra cambiaba a las personas y después de tanto tiempo Shuichi Shindou se había convencido de que ya no estaba enamorado de él, había sufrido 6 años viéndolo desfilar con diferentes mujeres a veces pensaba que lo hacía al propósito para que supiera que jamás lo tendría pero había pasado los últimos años olvidándose de él
Lo había logrado, ya no pensaba en él ya no se atormentaba todas las noches pensando a quien tenía en sus brazos ni lo buscaba en las fiestas o reuniones ni siquiera se enteró cuando fue enlistado en el ejército solo se enteró hasta su regreso, había rescatado a muchos y había liderado misiones casi suicidas era capitán de su regimiento puesto que se había ganado por méritos propios y ahora regresaba a casa como un héroe renombrado, pero durante tantas misiones su cuerpo había sufrido severas consecuencias, decían que estaba loco que tenía una lesión en su pierna y su cuerpo estaba lleno de heridas de guerra
Aquel apuesto príncipe encantador y frio se había convertido en un huraño hombre que prefería la soledad de su finca en un lugar del norte que su hermoso palacio en Hamintti
Y meses después de su regreso había hablado con su madre y le había ofrecido una cuantiosa dote por su mano en matrimonio, después de tanto tiempo, después de tantas amantes y tanta agonía mandaba por él, por un chiquillo que quizás no recordaba pero porque?! Esa era una pregunta que rondaba su mente desde que su madre le informo su próximo enlace con lord Uesegui
Había rumores, muchos rumores de que el joven y carismático lord ahora era un despiadado demonio que podía matarte con su mirada, que era por mucho un ser frio y engreído y que su noble apariencia solo era un distractor para quitarte la vida, pero él no creía en leyendas oscuras y jamás se inmuto ante tales comentarios por mucho que los demás se sorprendieran él sabía que de hecho su excelencia había sido siempre así y que su único pecado era haber llevado una máscara de amabilidad y carisma que distaban mucho de la verdad pues él era en pocas palabras por naturaleza… demasiado honesto y deliberadamente grosero. Él ya lo sabía solo por largos periodos de observarlo se dio cuenta de que esos modales y comentarios educados y proclives a los cumplidos de las damas solo eran metidas, ardiles bien escondidos de su ensayada cordialidad y modales según su titulo
El páramo, su vista regresaba al paramo frio y sin vida de colores oscuros con árboles secos y con una tristeza cargada de años, el carruaje daba saltos de vez en cuando y el viaje ya hacia mella en su salud casi no dormía aun cuando paraban en posadas para descansar lo único en que su mente se ocupaba era en la infelicidad de un matrimonio concertado, su vida se extinguiría ahí y no por la lejanía sino por el desamor de su unión, era conveniente para su familia sí, pero no para él pero que podía hacer si dependían de él
-pobre de ti, vivir en un lugar alejado de toda civilización!- exclamaba su madre mientras se revolvía en el asiento tratando de mantener una postura cómoda
-sí, sería preferible morir-un susurro casi un aliento sin vida
-que has dicho?!
-que estoy cansado
-sí, yo también ese esposo tuyo es un tozudo mira que obligarnos a viajar por la nada sin protección y con el tiempo contado!
-sus razones tendrá
-umm es de la nobleza sí, pero debería tener un poco de recato y consideración con nosotros
-lo tendría si sintiera el mínimo aprecio por nosotros pero lo dudo
-dices eso como si no importara que fuese a casarse contigo
-no creo que para él signifique algo
-y entonces tu porque crees que lo hace?
-por conveniencia, es obvio
-somos pobre!- mascullo su madre con indignación
-y necesitados, eso le da cierto poder, creo que lo hace para que no le cause problemas ya que sin dinero, poder o conexiones será más fácil de manipular, más fácil de dejarme a un lado y poder hacer lo que quiera así nadie lo tomaría a mal ya que de hecho es un matrimonio inconveniente
-bueno, si eso sucede y no eres capaz de “satisfacerlo” deja que se busque a una fulana y tu calladito, ve a otra parte es más sencillo si no le das problemas porque el creador nos libre si trata de separarse de ti ese sería el fin de nuestra familia
-lo se madre
-es normal que un hombre mantenga una o dos amantes no lo limites
-lo se madre
-jamás le lleves la contra se siempre dócil y complaciente
-lo se madre
-y trata de darle herederos pronto, así será más pasable la vida
-…
-oh mira creo que hemos llegado, al fin!- Dorrens Park era lo que jamás había imaginado, una mansión enorme la fachada de piedra gris con los ventanales daba una imagen de olvido llenos de musgo en una partes y cubiertos por hiedra en otras, como si el tiempo se hubiera detenido, el carruaje paro y el conductor en persona bajo para abrirles la puerta amablemente ayudando a bajar a sus dos pasajeros miro lo que de ahora en adelante seria su nuevo hogar mientras dos hombres bajaban su equipaje-donde están los sirvientes?! Porque nadie viene a recibirnos?- el viento frio se coló por su ropa haciéndolo tiritar por un segundo, su madre caminaba de un lado para otro tratando de saber dónde se encontraban los sirvientes para que se llevaran el equipaje y los condujeran al interior de la casa- no creerán que cargaremos esto?- dijo dramática mientras señalaba los baúles- no tengo tiempo para esto, se supone que solo te dejaría aquí y regresaría a casa, no pienso quedarme en este lugar tan solitario y lúgubre! Me niego!
Shuichi entorno los ojos ante el dramatismo de su madre, la puerta principal se abrió dejando ver la figura de una mujer de constitución sobria algo rellenita pero su andar era decidido y vigoroso detrás de ella había dos chicas casi una niñas vestidas con la típica ropa de mucamas, apresurando el paso para alcanzar a la decidida señora que se notaba era la ama de llaves de la mansión
-mi lady, mi lord- se inclinó en una reverencia respetuosa- los esperábamos más tarde
-tengo prisa- dijo su madre de manera descortés pero la mujer no se inmuto lo que hizo pensar al menor que ya estaría acostumbrada a tales groserías, que clase de persona era su futuro esposo?
-mis disculpas, el señor ya se está preparando todo esta listo tal vez quieran calentarse un poco antes de la ceremonia, él tenía la capucha puesta que cubría la mitad de su rostro, observo como las jóvenes empleadas lo miraban con curiosidad siendo reprendidas por la mujer mayor, ellas se apresuraron a meter los baúles más pequeños todos se dirigieron al interior de la mansión, al entrar su madre no pudo evitar soltar un gritito de asombro, la casa era por mucho diferente al exterior como el día y la noche, el interior iluminado por múltiples velas dejaban ver los pisos de mármol completamente relucientes, el amplio corredor con un techo alto y hermosas pinturas de ángeles sobre nubes, hermosos jarrones y pinturas con marcos bellamente tallados, alfombras exquisitas daban un aire elegante
Fueron llevados a un salón decorado con hermosos cuadros de personas desconocidas, estatuillas y una sala antigua tapizada hermosamente con muchos cojines, otra muchacha entro con una bandeja con bocadillos y té, sirvió dos tazas y salió de la habitación
-dejare que se pongan cómodos mientras mi Lord termina de arreglarse-al cerrar la puerta su madre de aproximo a é quitándole la capucha
-deberías de estarme agradecido, sabía que este lord era muy, muy rico pero se está pudriendo en dinero
-no entiendo porque me quiere a mí, cualquier persona más cualificada
-acaso importa! Serás inmensamente rico- su madre le quito la capa y sacudió su traje intentando quitar una arrugas por el viaje saco de su bolso una caja donde llevaba su bolso, era el velo que su madre había insistido en que usara aunque él se había negado ella insistió-póntelo!
-por favor no!
-sí, que clase de novio serás sin velo! Como te atreverás a llegar al altar mostrándote como cualquier burdo sin educación, sin nombre, un don nadie!
-está bien, lo hare!-con ayuda de su madre se puso el velo que le cubría todo el rostro hasta la mitad de sus muslos, la tela aunque transparente era difícil de ver atraves de ella lo que suponía que nadie lo vería bien hasta que su esposo se lo quitara, ambos fueron distraídos por el leve toque de la puerta y la aparición del ama de llaves
-mi Lord los espera en la capilla, todo está listo para la ceremonia- ambos siguieron a la mujer por una serie de pasillos que llevaron a una pequeña pero hermosa capilla donde los esperaban un grupo pequeño de criados en la entradas y tres hombres dentro de ella, uno con el inconfundible habito de monje y los otros ataviados con trajes sobrios y elegantes para la ocasión
-espera aquí- le susurro su madre mientras caminaba al encuentro de los caballeros dedicándoles una leve reverencia y comenzando a hablar, de pronto uno de ellos comenzó a hablar alterado, por lo poco que se escuchaba pudo deducir que su madre había solicitado un aumento en el dinero que se entregaría tras su unión, sabía que su madre prácticamente lo estaba vendiendo pero era una falta de respeto pedir más de lo que ya habían acordado, el hombre que estaba claramente alterado no era su futuro esposo, aun sin poder ver bien con solo ver su silueta quien era permanecía quieto mirando la discusión de ambas personas sin el menor interés. Fue un pequeño gruñido el que lo hizo centrar su atención en otro punto
Frente de él los empleados lo miraban curiosos con un leve rastro de miedo, en el grupo una pequeña niña sostenía a un perro, como si quisiera cuidarlo el perro era casi tan alto como la pequeña niña, el perro se zafo fácil y camino meneando la cola junto a él sentándose perezosamente moviendo la cola, no pudo evitarlo, levanto el velo y se inclinó para acariciar la cabeza del perro
-NO!- el grito de enfado de su madre lo hizo virar su cara ella venia casi corriendo le quito la mano del perro regañando a los sirvientes por traer a un perro a una ceremonia seria, se levantó apenado mirando en dirección a los sujetos dentro de la capilla, sintió su mirada, sus ojos se cruzaron sus amatistas contra sus ojos felinos
De la admiración al amor, de la pasión desesperada al sufrimiento, del desasosiego y la desesperación a la fría indiferencia, antes habría matado porque él lo mirara pero ahora no importaba, antes lo amaba con dolor desesperado sabiendo que solo sería un dolor unilateral ahora él había dejado de amarlo… ya no lo amaba, prueba de ello era que no había sentido nada al verlo otra vez después de años de dolor silencioso, había recorrido un largo camino para dejar de amarlo y lo había logrado
-dale lo que pide- pudo oír su voz tranquila y profunda
-pero Eiri, es el doble de lo acordado!
-dáselo!-su frio esposo había elegido, elegido seguir pero para qué? En verdad valía tanto?