Esa noche de lluvia mirando el techo de su habitación meditaba acerca de todo lo que había vivido, lo hacía casi todas las noches, buscando un error para justificar por qué todo era así. Pero lo unico que podía decir apesar de todo era que su vida era... normal. "Normal" sin tener en cuenta que no tenía amigos, sus padres adoptivos casi no le hablaban y desde que tiene memoria ha vivido con una marca extraña en la parte inferior de su muñeca izquierda. Tal vez por eso sus padres lo veían de esa forma como si tuviera una clase de enfermedad. ¿No podía ser una simple marca de nacimiento? No, tenía que ser una marca que parecía tener forma de reloj de arena, podría haber tenido forma de otra cosa pero no, era solo eso, no era muy grande pero si volteaba un poco la muñeca se veía.
Esa marca que ha estado causando estragos cada vez que se hacía de alguna amistad, sobre todo cuando era un niño. Una vez que sus amigos la veían se alejaban, por miedo; ahora de grande se alejaban por el hecho de pensar que era un "tatuaje" un poco extraño para alguien de su edad. Y no quería ni siquiera pensar qué sucedería cuando entrara a la universidad. Tan solo restaba ese año y ya se graduaría de la secundaria con 17 años de edad recién cumplidos hacia un mes. Esperaba que su vida cambiase con su nueva etapa.
Algo en la noche se podía decir que estaba extraño, ¿muy calmado? Solo se escuchaban las finas gotas de lluvia caer en cantidad sobre su techo; no podía explicar qué era pero sentía algo inusual. Era extraño que él se detuviera a pensar en esas cosas. Se levantó de la cama y se dirigió al baño, al ser media noche sus padres estaban dormidos. Se miró al espejo, su cabello negro algo desordenado, unas pequeñas ojeras de noches como esta en las que no podía pegar un ojo, su abdomen descubierto dejando ver cada musculo bien formado de sus practicas diarias de artes marciales para poder distraerse un poco. Suspiró fuertemente, con su poca autoestima siempre que se veía al espejo se recordaba a si mismo por qué en todos estos años jamás había tenido novia, y al final ponía la excusa de que estaba guardando su primer beso para alguien especial... Comenzaba a creer que moriría antes de encontrar a esa persona.
Salió del baño luego de haberse mojado la cara y se dirigió de nuevo a su habitación, iba caminando como si las piernas le pesaran, estaba tan cansado por sus noches en vela. Sin embargo no estaba tan cansado como para no notar que algo andaba mal, podía persivir al instante cuando algo no estaba en su lugar, como si tuviera memoria fotográfica de absolutamente todo lo que ve, era dificil de explicar pero sentía que él mismo podía retroceder el tiempo y detener la imagen donde quisiera exactamente al momento donde se dirigió al baño y ver que el cubrecama estaba algo arrugado. Solo podía significar que alguien había entrado a su habitación por la ventana, tal vez se estaba precipitando pero era lógico teniendo en cuenta que su cama estaba pegada a la pared de la ventana y que la unica forma de entrar a la habitación por esta es pasando primero por encima de su cama.
Se quedó inmóvil, calmó su respiración, y comenzó a pensar, la persona que entró debe querer otra que solo robarle, porque de otra forma ya lo hubiera lastimado, por lo que hizo como si no supiera lo que esta pasando y se sentó su cama, mirando a su al rededor, la tenue luz de su lampara apoyada en la mesita de luz a un costado de su cama le permitía ver el resto de su habitación. Incluso podía ver hacia donde se puede haber escondido la persona que entró puesto que el rastro de cosas fuera de lugar seguía hasta llegar a su armario ¿estaba dentro? ¿Debía atacarlo? En su vida jámas había usado su habilidad con las artes marciales para lastimar a alguien.
De repente, quizás no había pasado un segundo pero la puerta se cerró sola, casi silenciosa. Rapidamente se levantó de la cama pero no pudo evitar que alguien lo sostuviera de atrás y le pusiera una mano en la boca para callar los gritos que no alcanzaron a salir.
Fue entonces cuando los vió. Tres chicos. Uno salió de donde Tao había adivinado, el otro salió detrás del pelinegro y el tercero era el que estaba agarrando a Tao, por lo que Tao podía sentir, este ultimo era más alto que él y eso que él mismo ya era alto, por lo que temió más.
-¿Así pretendías secuestrarlo Chen?- rió el chico un poco más bajo que él de pelo castaño claro, el chico que estaba a un lado suyo, al parecer se dirigía al chico que estaba escondido en su armario... Un momento ¿había dicho "secuestrarlo"? ¿Para qué lo querían? Se preguntaba.
-Oye, mi plan era perfecto no era necesario que vinieran -comentó Chen, de pelo oscuro, no más alto que él, cruzándose de brazos y por lo que parecía estaba ofendido
-De no ser porque Kris y yo decidimos seguirte entonces todo habría salido mal, este niño no es ningún idiota- dijo el castaño mirándo a Tao para luego dirigirle una sonrisa. Kris, el tercero que lo estaba sostiendo sin decir palabra alguna se llamaba Kris. Perfecto, todo indicaba que inevitablemente sería secuestrado sin razón aparente, su día no podía ser mejor- descuida pequeño, no te haremos daño, solo necesitamos que no hagas ruido ¿esta bien? -al parecer tambien estaban locos, claro, es normal que te pidan guardar silencio mientras te secuestran y esperar a que el otro te haga caso.
Tao aún estaba quieto por la impresión pero si comenzaba a calcular, estaba seguro que tendría alguna oportunidad, al menos hacer ruido para que sus padres se enteren y hagan algo. Asintió dándole a entender que haría todo lo que ellos dijeran, por lo que los otros tres se lo creyeron encaminándose a la ventana para salir por ella... y ahora que lo pensaba bien ¿cómo habrán hecho para entrar? Su casa tiene dos pisos y hay mucha distancia desde el suelo a su ventana, salvo que fuera por una escalera (cosa que tendría que ser muy alta y llamaría mucho la atención) no se explicaba como habían hecho para entrar. Pero eso era lo de menos; Kris seguía tapándole la boca y detrás de Tao por lo que seguía sin verlo, aunque no por mucho tiempo.
El pelinegro tomó con ambas manos el brazo de aquel que lo sostenía y con toda la fuerza que podía reunir estando un poco dormido, lo tiró hacia adelante haciendo que callera directo a la cama en la cual rebotó por toda la fuerza del menor. Luego tuvo que pensar rapido, asi que corrió a la puerta tratando de abrirla pero sorpresivamente esta no se movía ni poco y no había visto a ninguno acercarse a la puerta y ponerle seguro. ¿Qué estaba pasando?
Se dió vuelta para encontrarse con los tres hombres parados enfrente suyo, como si lo tuvieran a su merced, cosa que era muy cierta. Pero al segundo Tao comprendió que no tenía otra opción más que hacer ruido para alertar a sus padres, por lo que sin más se acercó al armario y lo tiró al suelo pero antes que cayera un fuerte rayo se escuchó afuera lo que hizo que el ruido del armario fuera poca cosa, pasó desapercibido, y los tres restantes se miraban sin decir nada como planeando qué hacer.
-¿Qué es lo que quieren? -preguntó furioso
-Nada que te perjudique, necesitamos que vengas con nosotros- dijo Chen
-¡¿Para qué?! -estaba harto de juegos
-Creo que sabes bien para qué -esta vez habló el castaño
-¡No se nada! Déjenme tranquilo, estan locos, deben haberse equivocado
-Para nada, debes saber ya que hay algo en tu vida que no encaja -continuó diciendo el castaño, luego una pequeña sonrisa de lado se formó en sus finos labios- por eso debes venir con nosotros
-¿Cómo puedo confiar en unos desconocidos que entraron en mi habitación y me taparon la boca? ¿Acaso no dijeron que querían secuestrarme? -preguntaba al tiempo que lentamente se acercaba a su armario, su palo con el que practicaba artes marciales estaba tirado muy cerca de ahí, si lo alcanzaba les daría una buena paliza
-No era tan literal, venimos a salvarte, deberías estar agradecido -decía Chen, el unico que aun no había dicho nada era Kris, y ahora que lo veía era muy diferente a los otros dos, su cabello era rubio, tal como había pensado antes era más alto que él, y su mirada parecía algo fría.
-¿Salvarme de qué? -estaba cerca, puso sus manos en su espalda y con los dedos pudo tomar el palo en sus manos
-De... -antes de terminar de contestar Tao se lanzó con el palo en sus manos hacia Chen pegándole justo en el estómago a lo que este cayó al suelo inmediatamente, el pelinegro no se hizo esperar y se lanzó hacia Kris quien parecía no inmutarse ante lo sucedido, sin embargo antes de llegar a él, sintió cómo el palo que sostenía firmemente en sus manos se movía solo y se alejaba cayendo por la ventana... ¿Qué había sido aquello?
-Kris, llévatelo -dijo el castaño y antes de que Tao pudiera procesar lo que acababa de suceder, Kris lo tomó de la cintura firmemente y en de un momento a otro saltó fuera de la ventana pero para sorpresa del menor no estaban cayendo, estaban... volando. ¿Acaso era un sueño? Porque parecía uno, y al parecer no podía resistir tanta fantasía, terminó cediendo y al momento se desmayó.