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El Inexorable Espacio Entre Tú y Yo por lakyday

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Notas del fanfic:

Esta es una historia original creada por mí. Quise intentar armar un relato donde la trama y los personajes fueran por completo creación de mi mente y así experimentar un poco incluso con el tipo de narración. 

Espero que sea una historia interesante a pesar de su simplicidad y que los personajes tengan buena acogida, personalmente me encariñé con ellos y lo que empezó como una pincelada fue creciendo como una bola de nieve y honestamente no sé donde irá a parar.

Notas del capitulo:

holass aqui empieza este viaje, ojala alguien lo lea xD y desee más

Capítulo 1 : Prólogo

 

-¿estás listo?

Pregunta Ariel desde la puerta de la habitación de Simón.

-¡sí, eh… sí!

Responde nervioso Simón alejándose de un salto del espejo en el que se estaba mirando y frente al cual había pasado la última hora decidiendo qué ponerse y cómo peinarse.

-¡Vamos entonces! No sabemos a qué hora pelea Gabriel.

- listo! vamos!

Simón toma su bolso y emprenden camino a la estación del tren subterráneo más cercana.

Simón y Ariel son amigos desde el jardín de niños, aunque el segundo es dos años mayor. Los dos congeniaron muy bien cuando se conocieron, ya que el primero era un niño muy tímido mientras que el otro era extrovertido y siempre lo invitaba a jugar. Ariel además tiene un hermano gemelo llamado Gabriel al que también había conocido en esos años pero nunca fue tan cercano como con Ariel. Eso fue, en gran parte, debido a que en el segundo año de escuela primaria los padres de los gemelos mandaron a Gabriel a estudiar al extranjero con la hermana de la madre. Desde entonces Ariel iba a verlo algunas veces o él venía para las fiestas y las vacaciones, aun así para Simón era prácticamente un desconocido.

Ahora, luego de muchos años, Gabriel había regresado y junto a su hermano iban a la universidad. Simón no se había quedado atrás y se había esforzado para entrar a la misma universidad que ellos aunque becado obviamente. De esa manera ahora con 18 años y los gemelos con 20, los tres compartían un acomodado departamento en el centro de la ciudad.

Llegaron a un gimnasio muy grande y fueron a sentarse en las gradas. Un gran grupo de compañeros de Ariel y Gabriel los estaban esperando. Ariel saludó muy animadamente llamando la atención de todos, como era típico de él, mientras que Simón lo hizo más tímidamente aunque ya todos lo conocían porque siempre andaba con los gemelos. Y los gemelos eran populares.

Ariel era algo hiperactivo pero muy buen alumno y siempre prestaba el departamento para hacer fiestas, todos lo estimaban mucho. Por otra parte, Gabriel era más serio, tenía un carácter algo complicado pero si no le daban motivos para odiar, era bastante agradable y un genio del humor negro. El y Ariel eran idénticos físicamente. Altos y de contextura recia. Tenían el cabello rubio y fino, aunque Ariel se lo dejaba crecer hasta los hombros mientras que el hermano lo llevaba correctamente corto, los ojos eran de color verde oscuro y las facciones y gestos eran varoniles pero elegantes. Provenían de una adinerada familia.

De otro mundo era Simón. Su familia era de origen modesto, inmigrantes italianos que llegaron al país escapando de la guerra. Su madre había quedado viuda cuando él era pequeño y después de un tiempo se había vuelto a casar. Sus raíces europeas se reflejaban perfectamente en él. Era un chico bellamente esbelto, de tez pálida, de cabello corto, liso muy negro y ojos color azul profundo como el alto cielo. No tenía nada que envidiarle a los gemelos.

-qué bueno que llegamos temprano!  ¿han visto a mi hermano?

-¿no vinieron con él?

Pregunta uno de los compañeros mientras otros escuchan atentos.

- a él le gusta salir solo y temprano, dice que es para concentrarse.

Responde Simón buscando a Gabriel con la mirada entre los competidores.

- ah, parece que lo conoces muy bien

Dice una chica pelirroja detrás de él,  que viene llegando recién.

- Hola, Roberta!

La saluda cariñosamente Simón con un beso en la mejilla y le da un lugar a su lado.

 Roberta es su compañera de carrera y de generación.  Se conocieron el primer día de clases y desde entonces son amigos aunque ella ha querido ser más que eso desde que lo vio por primera vez. Todos piensan que sólo es cuestión de tiempo para que sean pareja y no se les puede culpar ya que la chica era una hermosa y carismática pelirroja de ojos esmeralda.

Sin embargo, Simón va con cuidado con ella, amigos es todo lo que pueden ser porque desde hace años que está enamorado de otra persona.

-ahí esta Gabriel!

Grita alguien del grupo y Simón voltea a mirarlo. Está vestido con un dobok blanco y un cinturón rojo punta negra, está equipado con peto, guantes, empeineras y el casco en la mano. Se ve muy intimidante. Lo rodea la selección de la universidad, pero mira al rededor y los encuentra. Levanta un brazo para saludar y todos se ponen a gritarle para darle ánimos, entonces todo su grupo se da cuenta y saludan también.  Se forma un gran desorden en el que Gabriel se detiene a mirar directamente a Simón y es que el tiempo parece detenerse para ambos. El pelinegro le desea suerte en un movimiento de labios y el rubio le sonríe con confianza. Entonces comienza el primer torneo interuniversitario de Taekwondo del año.

 

Cuando llega la noche están los tres amigos en el departamento. Ariel está en el baño dándose una ducha puesto que más tarde irán a una discoteque a celebrar que Gabriel y tres compañeros más ganaron los primeros lugares y pasaron a la fase regional del torneo nacional, en el cual competirán en otras ciudades del país. Gabriel esta tirado a todo su largo en el sillón con los ojos cerrados. Estuvo descansando toda la tarde y aun esta adormilado. Simón pasa por la sala y se queda mirándolo. Viste una camisa azul ajustada y unos jeans rectos que se marcan justo donde deben. Se acerca a él y el deportista se da cuenta de su presencia, entonces se sienta dejándole espacio para que haga lo mismo a su lado.

- ya estás listo?

Le pregunta frotándose la cara.

- si... pero ya sabes... Ariel aun está en el baño.

El rubio se echa atrás apoyándose en el respaldo.

- si no fuera por él me quedaría aquí esta noche...

- estás loco?! Vamos a celebrar!… Lo que hicieron fue grandioso. Ganar el torneo y clasificar a la fase regional es muy difícil y ustedes lo lograron!

- sí... este año pude lograrlo.

-ves? Vamos a celebrar que todo tu esfuerzo está dando frutos.

Gabriel mira a Simón con media sonrisa. Lo conoce desde que eran niños por Ariel que siempre hablaba de él. No recordaba nada del jardín de niños, ni de su vida antes de irse a Londres. Las pocas veces que se habían visto, por iniciativa de Ariel, eran buenos recuerdos pero por alguna razón nunca llegaron a ser buenos amigos ni a tener esa confianza o familiaridad con el otro. No es que el ojiazul le cayera mal o hubiera algo de él que le desagradara sino todo lo contrario. El chico era responsable y realista, el cable a tierra de Ariel, y aun así era optimista y una buena persona, eso le gustaba mucho de él.

Simón siempre le había llamado la atención con sus ojos profundos y su cabello oscuro como la noche. Cada vez que lo veía, esas veces cuando eran más niños, no podía evitar mirarlo a cada rato. Era hechizante. Quizá fue el primer chico por el que se sintió atraído, sin embargo, cuando volvió a verlo ya habían crecido en él sentimientos extraños por las personas de su mismo sexo así que en ese tiempo creyó que no era realmente él quien le atraía sino el hecho de que era hombre.

Ahora que estaba más maduro se daba cuenta de que Simón ocupaba un lugar muy especial en su corazón.  Pero nunca aceptaría esos vergonzosos instintos que afloraban en ocasiones y que se niega a reconocer. Aunque si se trata de Simón a veces su voluntad flaquea...

-supongo que tienes razón...

Dice al fin y con la palma de la mano le acaricia la cabeza revolviéndole un poco el cabello. El moreno se queda quieto recibiendo la caricia.

-eres un buen perro.

Se burla el rubio.

- idiota…  Si fuera un perro preferiría que Ariel fuera mi amo.

Se defiende con el ceño fruncido y quitando su mano con brusquedad.

- por qué?! Si yo soy un amo maravilloso!

-oh, por favor! qué hombre más humilde!

-soy el amo de esta ciudad! acaso quieres hacer algo al respecto?

Lo reta con una sonrisa triunfante y una actitud altanera.

Entonces el menor se abalanza sobre él tratando de hacer una llave que practicó con Ariel hace unos días. Sin embargo, Gabriel sabe cómo manejarlo y no tarda en someterlo. En un segundo lo tiene besando el asiento, con las manos en la espalda y él alzado sobre su espalda, con sus piernas entre las suyas, inmovilizándolo cuando aparece Ariel.

-oh, siento interrumpir... no me advirtieron que aquí la celebración ya había empezado.

Se ríe Ariel por la posición en la que los encontró, ya que prácticamente Simón está en cuatro con Gabriel por detrás.

-que gracioso!

Escupe el deportista al tiempo que se pone de pie de un salto y pasa como un rayo mortal por su lado.

-y a éste qué le picó?

Pregunta el gemelo ante su repentino mal humor. El pelinegro se encoge de hombros aunque sospecha que detesta esa clase de comentarios.  Entonces se arregla la ropa sin poder negarse que esté un poco excitado y junto a su amigo van detrás del festejado.

 

Continuará...

Notas finales:

Y eso es todo. Ojala se vea interesante

Los comentarios son siempre bien recibidos y se agradecen mucho :)


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