Capitulo 1: Algo cambió.
Sus ojos negros observaban con detalles, se profundizaban analizando cada rincón del rostro de su compañero, su dedo se paseaba por sus labios y sus ojos seguían cada movimiento, se mantuvo quieto, totalmente silencioso, encorvado sobre su silla mientras que una mano suya se aferraba a sus rodillas, algo había cambiado, él estaba seguro de ello, la manera de pestañear, el respirar, sus pasos, sus palabras, sus gestos, su mirada, todo había cambiado, había dado un giro tan abrupto que no daba tiempo a analizar, sus ojos se mantenían estáticos sobre el rostro del más joven, tratando de buscar una respuesta, una solución a una incógnita tan ilógica, ¿era posible que algo así podría suceder? ¿era posible que él estuviera equivocado? ¿Qué todas sus conclusiones simplemente se guiaban de acuerdo a su testarudez a no equivocarse? ¿Era posible que desde el principio todo estuviera mal?, sus dedos se enroscaron entre sí mismo con rabia y mordió su pulgar hasta el punto de enrojecerlo, estaba frustrado.
-Oye Ryuzaki ¿estás bien?- preguntó de manera preocupada a su compañero, los ojos del mayor se mantuvieron como navajas clavadas sobre los ojos del menor.
-… - su dedo se escapa de sus labios y abre su boca- ya no estoy seguro- dijo mientras sus ojos grandes ojos de cuervo se mantenían acechando al castaño.
-Lo lamento mucho Ryuzaki, debe ser frustrante para ti el que no sea Kira, yo en tu lugar estaría sumamente frustrado, porque después de todo tu investigación se basaba, no, se refutaba en que yo era Kira- decía el castaño mientras que apoyaba su mano sobre el hombro del otro.
-si…
-pero no te preocupes, te aseguro que lo atraparemos, no dejare que Kira quede impune después de todo lo que nos hizo- decía con unas chispas brotando de sus ojos avellanas, el azabache se quedo quieto observando aquellas chispas, en definitiva algo había cambiado.
-Tu mirada- dijo repentinamente.
-¿mi mirada?- decía el menor totalmente confundido.
-cambió- el menor frunció el seño ante la confusión.
-¿a qué te refieres con que mi mirada cambió?
-Antes tus ojos lucían más fríos, un poco más maduros- decía mientras que su rostro se mantenía a escasos centímetros del otro.
-Emm… Ryuzaki…- la cercanía lo mantenía incómodo.
-Pero ahora tus ojos lucen más brillantes.
-¿Brillantes?
-Más inocentes- de un segundo a otro su rostro se alejo, acomodándose en su posición original sobre la silla, en cambio el menor se mantenía incomodo- casi pareciera que no eres Kira.
-¿acaso sigues creyendo que soy Kira?- preguntaba con cansancio.
-Si te soy sincero, mi lógica dicta que no eres Kira, pero hay algo más dentro de mí que grita que lo eres- declaró, ambos se observaron en silencio.
-Si seguimos así me vas a terminar convenciendo que soy Kira- dijo con cierta gracia el menor- pero te aseguro que no lo soy- su voz salió con total seguridad y sus ojos lo atestiguaban- Kira aun esta por ahí afuera y yo- dijo mientras que se apuntaba a sí mismo- te ayudare a encontrarlo, limpiare mi nombre y lo hare pagar por todo el daño que ha hecho.
-…- lentamente sus labios se movieron- ya veo- sus ojos repentinamente se cerraron.
-Pero…- un tono de duda se presento en su voz- supongo que con lo que acabo de decir no es suficiente, lo que digo son solo palabras- sonrió- por eso también te pido tu ayuda Ryuzaki, demos todo para encontrar a Kira y hagamos valer la justicia- Light sonrió con completo valor llegando a contagiar al azabache, L movió sus labios en una sonrisa, en su mente millones de preguntas chocaban entre sí, “¿Light era Kira?” “¿Misa Amane sería el segundo Kira?” “¿ambos son inocentes?” Se repitió una y otra vez, pero se permitió sonreír, tal y como le había dicho Light, él atraparía a Kira y haría prevalecer a la justicia, tan solo con escuchar esas palabras dichas con tanta la pasión lo animaban desde sus cimientos.
-Lo atraparemos Light- dijo inevitablemente, ambos se observaban con respeto, Light elevo sus manos lleno de emoción, la inquietud se apoderaba de ambos cuerpo y fue inevitable no moverse, haciendo mover la cadena que los unía en esos momentos, la cual en esos instantes limitó sus movimientos bajándoles la emoción.
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Ambos varones se mantenían calmos uno frente del otro, en medio de una mesa de vidrio, la cual proporcionaba una gran variedad de dulces, el más joven con total quietud sostenía una taza de porcelana, la comenzó a elevar y de sus labios se escurrió un leve aire, soplando contra la tibies del café, luego bebió, sus ojos avellanas se mantenían sobre el azabache.
-¿no piensas comer Ryuzaki?- preguntó.
-no… no tengo muchas ganas de comer- los ojos del castaños se abrieron por un momento- aun estoy algo deprimido- dijo de manera lenta.
-Pero si no comes te mantendrás débil y no podrás concentrarte para investigar- dijo de manera seria mientras que cruzaba sus piernas.
-…- sus ojos se postraron sobre un trozo de pastel de manera desanimada- aun así no quiero comer- el menor suspiró.
-Se que sonara desconsiderado pero debes comer, no solo tu estas investigando, estamos todos los demás y de seguro retrasaras la investigación si te mantienes débil, lo cual causaría problemas para todos, ellos tienen familia ¿sabes?- observó seriamente al mayor, pero el azabache se mantuvo quieto y rodeado de un aura silenciosa, el menor sus piró nuevamente- si no piensas comer, yo te daré de comer- dijo finalmente, su mano sujetó un tenedor el cual se incrustó sobre un trozo de pastel, lentamente sostuvo el tenedor delante de la boca de L- abre la boca Ryuzaki- los segundos pasaban y ambos se mantenían en la misma posición- bueno… ya que- decía el menor de manera cansada mientras que retiraba su brazo, entonces repentinamente el mayor se abalanzó sobre el tenedor, robando el trocito de pastel, el menor se sorprendió por unos segundos, pero al ver que el mayor abría nuevamente la boca en espera de algo, se rió- vamos Ryuzaki no seas un niño, también puedes alimentarte por ti solo.
-Tú te ofreciste, debes terminar lo que ofreces- Ryuzaki abrió su boca esperando, el castaño con una pequeña sonrisa en su rostro suspiro levemente y con el mismo tenedor sacó un pedazo de torta.
-¿Quién diría que me transformaría en tu madre?- dijo con gracia mientras que le daba el trocito en la boca del mayor, repitiendo el proceso seguidamente hasta que el trozo de pastel termino desapareciendo- dios, no puedo creer que terminé dándote todo aquel trozo, que bueno que nadie estaba aquí para ver algo tan vergonzoso- decía mientras que reposaba su mejilla sobre su palma, el mayor pasó nuevamente su dedo sobre sus labios.
-…- el silencio nuevamente se apoderaba de la habitación- gracias- habló el mayor.
-no fue nada, pero para la próxima come por ti solo.
-Pero se te olvidó algo- repentinamente habló, sorprendiendo al menor.
-¿qué me faltó algo?
-si…- uno de sus dedos reposó en la dirección de un plato- se te olvido darme la frutilla que estaba sobre el trozo del pastel.
-Vamos Ryuzaki, tu puedes comerlo solo- la penetrante mirada de cuervo del mayor se mantuvo sobre la mirada avellana del menor- está bien- rindiéndose, sujeto con sus finos dedos la frutilla y la acercó a los labios del azabache- di ah- el mayor abrió su boca y recibió a la frutilla, entonces rápidamente el menor retiró sus dedos- bueno, lo hice, ¿contento?
-Sí.
-Sería bueno levantarnos- propuso- después de este día quede todo sudado, deseo ducharme.
-Está bien- respondió mientras que ambos se levantaban de las sillas.
Ambos se movilizaron hacia un pasillo que los dirigía al baño, el silencio rodeaba a los dos varones, el azabache posó sus oscuros ojos sobre el menor, seguían dudas en su cabeza, permanecían tanto antiguas incógnitas como nuevas incógnitas, pero la que se presentaba con mayor presencia era la duda de hace unos minutos, ¿porqué su corazón había latido tan rápido antes los gestos de Light?
Continuara…