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Draco in manu mea por Kryme

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Notas del fanfic:

Yaoi. AU. ZoSan

Notas del capitulo:

Cursiva: Pensamientos

 

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¿Hola? Pues, esto va dedicado a mis whasas sensuales de Facebook y Whatsapp <3

Espero les guste y dejen críticas para continuarlo o dejarlo así

Sus pisadas se hundían un mínimo de 5 cm. A cada paso que daba. El humo de su cigarro se fundía junto al de su aliento en una blanquecina nube que se desvanecía rápidamente. Le dio otra y última probada a su cigarro para luego dejar la colilla en lo que supuso era el basurero.
La nieve había aumentado bastante desde que entró a su lugar de trabajo, el famoso Restorán “Baratie”, administrado por su “padre” (Si se le puede llamar así) adoptivo, Zeff.

Suspiró al ver su caja de cigarros vacía y se resignó a no fumar más por esa noche al ver también la tienda cerrada frente a él.

—Maldición — Le habló al aire. Tratando de no caer por la nieve que ya llegaba hasta bajo su rodilla — Si ese viejo no me hubiera dejado lavando los platos, hubiera alcanzado a comprar cigarros.

Recordando la escena de Zeff con un cucharon en mano regañándolo, pateó fuertemente un montón de nieve. Aunque eso no fue todo lo que su pie hizo volar.

 Sanji notó un “extraño cuerpo verdoso” entre toda la blanca nieve (Blanca como la piel de Nami-swan, según él). El susodicho cuerpo cayó a unos cuantos metros de él. Curioso por saber que era, miró en todas direcciones por si se trataba de una broma u otra cosa; nada. Solo él, esa cosa y la compañía de las luces de la calle.

— ¿Qué demonios es esto…? —Se acercó con sumo cuidado de no hacer ruido alguno u moverse demasiado rápido. El rubio siempre había sido precavido en ello, aunque la curiosidad en ese momento sobrepasó a su razón.
Con sus manos cubiertas por resistentes guantes, recorrió el frio cuerpo de lo que fuera “esa cosa”, removiendo la nieve que aún había sobre él.

Lo primero que le asombró a Sanji fue ver que aquella cosa tenía una especie de pelaje escamoso, y de un precioso verde brillante.
Siguiendo su recorrido, se encontró con lo que supuso eran las “patas” del pequeño “cosa”, como le había apodado hace solo segundos; estas consistían en la extremidad en sí terminada en lo que supuso eran garras.

—Oi, oi, ¿No serás un extraterrestre? — Volvió a comentar al aire — ¿Qué demonios hago hablándole al aire?

Finalmente, sus manos dieron con la cabeza de Cosa, terminada en punta, su boca, en donde dos colmillos sobresalían de ella y sobre ella descansaban dos pequeños cuernos.

—Whoa, ¿Los aliens tiene cuernos? 

Sanji se sobresaltó al sentir como el pequeño animal se movía entre sus manos, quedándose totalmente congelado, sintió el corazón de Cosa latir por sobre su piel. Lento… y despacio…

Chasqueando la lengua se deshizo de su chaqueta quedando solo en camisa, envolvió al pequeño animal e ella y corrió directo a su casa en busca de calor.

No le importó en ese momento lo que fuera, había algo mucho más importante en juego:

Y es que el pequeño animal probablemente moría de hambre.

—¡Será mejor que no mueras, bola de Marimo!

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Sentía su cuerpo pesado y extrañamente cálido, trató de mover un poco sus piernas sintiendo punzadas por toda su columna vertebral, idea descartada.

Su nariz percibió un olor conocido por él, era algo parecido a la carne que solía comer cuando aún estaba libre y no lo habían capturado los humanos como atracción para más de su especie. Un escalofrío recorrió su espalda al recordar los ojos de ese hombre al que tanto temía.

Siguiendo por sus ojos, abrió lentamente el derecho notando con algo obstaculizaba la vista en su lado izquierdo, trató de acostumbrar la vista por su ojo descubierto viendo una especie de manta colgando sobre un palo por donde se podía notar la luz del sol.

Cerró nuevamente sus ojos disfrutando esos segundos de tranquilidad que le permitía la tenue luz del sol a través de esa tela. Ya luego se preocuparía de donde estaba y como había acabado ahí.

Lo único que su cuerpo pedía era seguir descansando un poco más.

Aunque su deseo fue destruido por un sonido de pisadas que se acercaban a gran velocidad a su dirección. Asustado, trató de levantarse nuevamente llevándose una gran punzada de dolor por toda su columna vertebral que casi lo deja inconsciente nuevamente. A cada paso que escuchaba su corazón bombeaba más rápido sangre a través de su cuerpo y un sudor frio comenzó a bañar su cuerpo escamoso.

Entre tal desesperación, cerró sus ojos pensando que sí se hacía el muerto, le dejarían en paz.

—Hey, Bola de Marimo. Sé que estás despierto. Ten— La relajada voz de un hombre resonó en sus oídos. No era como las demás personas con las cuales había tratado; comparada con ellas, esta era una voz casi del paraíso.

Algo en su interior le dijo que abriera los ojos, y así lo hizo. Lentamente, su ojo derecho se abrió contemplando algo un tanto peculiar:

Cejas rizadas…— fue lo único que su cerebro logró procesar

—¿Y bien, comerás o quieres morir de hambre? — El hombre había depositado un  plato con carne asada frente a él— Realmente no sé qué eres, pero supondré que te gusta la carne, ¿No, Marimo-cwhan~?

¿Qué demonios es eso de “Marimo-cwhan”? Ceja remolino… — Observó unos segundos el plato con la deliciosa comida en él. Su estomagó también la notó y rugió fuertemente.

—Oh, tienes hambre. Vamos, come. No está envenenada, mira— arrancando un pedazo de la carne con la mano, se la llevó a la boca saboreándola— ¿Ves? Aunque bueno, si no la quieres, me la llevo.

El rubio recibió una mirada de odio junto con un rugido por respuesta

—Oh, bien bien, te dejaré comer. Hoy es mi día libre, por lo que iré a comprar cigarrillos y volveré para cambiar tus vendajes—Dicho esto, se levantó y salió fuera del alcance de vista del animal, que comenzaba lentamente a comer la que ahora había sido la mejor de las comidas en su vida (Y la primera en dos semanas).

Esto no está mal después de todo…—  Pensó para sí mismo, para luego querer golpearse por tal estupidez. ¿Qué demonios estaba pensando? No porque alguien te daba abrigo y te alimentaba significaba que sería la mejor persona del mundo. O inclusive, dudaba ya que existieran personas buenas en el mundo.

Bien Zoro, lo primero será el tratar de ponerse de pie y revisar bien el lugar. Luego, correr. ¿Estás listo? Vamos, ponte de pie. — Cosas como el hablarse como si fuera otra persona ya eran costumbres de él, al fin y al cabo, estando solo uno mismo es la mejor de las compañías y la única que se puede pedir.

Siguiendo su propia orden, y ya acabado de comer, movió lentamente sus extremidades, notando que, a pesar de doler, podía soportar ya sin caer desmayado.

Primero, pie delantero izquierda… — moviéndose lentamente, logró apoyarse en la mullida superficie.

Bien, pie delantero derecho… — Siguiendo con cuidado sus indicaciones, logró ponerse de pie. Tembloroso, pero de pie.

Oooh, muy bien…Ahora, demos un paso lentamente si caerse ni nada…

El ruido de la puerta abriéndose le sorprendió a tal grado de botarlo de la cama. Sus adoloridos músculos le reclamaron por todo su cuerpo mientras sus pies se disponían a ponerse de pie nuevamente

Plan B, levántate y corre.

—¿Qué demonios haces, Marimo-chwan? — Zoro levantó la vista viendo al mismo sujeto de antes con algo que repelía humo en su boca y una bolsa en su mano — ¿Deberíamos visitar un veterinario? — Hincado sobre sus rodillas, posó sus manos sobre el débil cuerpo del animal, recibiendo un mordisco por parte de él.

—Hey, hey. Soy cocinero, nadie se atreve a tocar mis manos. ¿Entendido, bola de Marimo podrida? — Una amenazadora aura irradió del cocinero mientras tomaba al animal y lo disponía a la misma altura de su rostro.

¿Ah? ¿Quién fue el estúpido que me tomó por sorpresa? Además, suéltame. — Resistió las ganas de gritarle y escupirle fuego en su rostro. La última vez que lo hizo, las cosas no habían terminado bien para él.

—Siento que me quieres decir algo… y por alguna razón me enoja, bastante. — Siguieron con una batalla de miradas por unos segundos hasta que Sanji se hartó y lo volvió a depositar en la cama retirando el plato.

—Quédate en cama un tiempo, veré si Chopper puede venir a examinarte luego. — Zoro bufó y se acomodó en lo que supuso era su “Cama”, cosa que era muy diferente a lo que había entendido antes por ese nombre.

Notas finales:

Bien, espero les haya gustado mi rara explicación de Zoro, jajaja. En el siguiente capítulo explicaré más como es para que se entienda~


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