Loki estaba enojado, Thor lo había dejado para irse a jugar con sus amigos. “Entrenar”, le recordó una voz.
Entró a la biblioteca en busca de un libro para pasar el rato, ignorando a la bibliotecaria como hacía siempre, camino hasta el estante más alejado, en busca de libros extraños. Sonrió cuando encontró uno casi escondido; era viejo y feo, estaba desgastado, pero a Loki le había gustado.
“Los libros más viejos guardan más secretos”, recordó sonriendo.
Llego a sus aposentos y se sentó en la cama entusiastamente. “Que se pudra Thor y sus amigos, nadie los necesita”.
Comenzó a leer. El libro hablaba de un extraño suceso, que solo un mago muy poderoso podía hacer, entender su magia. Decía que no era difícil, la magia lo guiaría; también decía que se podía presentar de distintas maneras: como una voz en la cabeza, como pensamientos al azar, o como si fuera instintivo; como sea que fuere, se distingue fácilmente que es la magia la que está hablando.
***
Estaba frustrado. Por más que intentaba e intentaba no le salía la maldita cosa, no podía entender a su magia, ni siquiera un poco y eso le frustraba. Y lo peor, es que sabía la razón.
Perturbación. Culpabilidad. Tristeza. Desconsuelo.
Y para remediarlo, solo había una cosa que hacer, algo que no quería pero sabía, debía hacer tarde o temprano. Lamentablemente le toco temprano.
***
—Cariño, ¿Qué haces? —pregunto Frigga entrando a la habitación de su hijo menor. Loki se encontraba sentado en el suelo con los ojos cerrados.
—El otro día leí que para entender la magia hay que concentrarse —dijo abriendo los ojos para sonreírle a su madre. La única persona que le imposibilitaba traicionar a su pueblo, por ella no acepto el trato con el rey Laufey.
—¿Entender? —pregunto Frigga confundida.
—Sí, madre; entender —confirmó—. La magia se comunica, pero es difícil escucharla.
Frigga asintió interesada—. Y, ¿Cómo se hace?
—Debo concentrarme —dijo Loki—. Y la magia me guiara.
—¿Cómo vas hasta ahora? —preguntó Frigga sonriéndole.
—Mal —confesó—. No puedo concentrarme… es que… debo contarte algo —añadió al final—. Pero debes escucharlo todo, y por favor, no te enojes.
—Está bien —aceptó Frigga al ver que Loki hablaba seriamente.
—Hace unos día me llego una carta —comenzó Loki. Frigga asintió recordando el día en que Loki la recibió, había salido rápidamente de la sala—. Bien, esta persona me cito para hablar… nos juntamos ayer, y… me propuso algo; algo que yo estaba dispuesto a aceptar… —Guardo silenció.
—¿Qué te propuso, cariño? —preguntó Frigga.
—Prometiste no juzgarme, escuchar hasta el final —recordó Loki nerviosamente—. Esa persona me propuso traicionar… traicionar a Asgard —dijo al final sin poder mirar a su madre a los ojos.
Frigga se asombró—. Y, ¿dices que estabas dispuesto a aceptar?
—Sí —confirmo Loki—. Creo que Thor no es lo suficiente bueno para ser el rey, es arrogante y prepotente; en cambio yo… yo rechace la propuesta a traición de Laufey, así que soy mejor que él, ¿no? —preguntó dudosamente. Frigga suspiró.
—¿Laufey? —preguntó Frigga frunciendo el ceño—. ¿Querías traicionarnos uniéndote a Laufey? —preguntó.
—Por favor, déjame terminar —pidió sin mirarla—. Siempre… siempre me sentí a la sombra de Thor, yo… solo quería demostrar que podía ser tan bueno como él, y llego Laufey con su propuesta… él dijo que podría tener todo lo que había querido y más, si le ayudaba a atacar Asgard. Me haría un héroe para mi pueblo… creí que era la única solución. ¡Quería dejar de estar solo! —dijo al fin—. ¡Pero te prometo que lo rechace! —exclamó.
—¿Por qué lo rechazaste si él te daría lo que siempre quisiste? Si aquí no eres feliz—preguntó Frigga sin comprender.
—Porque recordé las veces que Thor prefería juntarse conmigo que salir con sus amigos… porque quiero que eso vuelva a ser así sin tener que hacer trampa, quiero que me vuelva a querer por lo que soy, no por salvar a su pueblo falsamente —confesó Loki encogiéndose de hombros—. Y porque… porque te quiero, y no quiero que sufras por mi decisión —añadió.
—Cariño —dijo Frigga suavemente acariciando su mejilla—. Lo importante es que no aceptaste. No te aflijas por lo que no fue —pidió—. Al final elegiste bien, alégrate por eso.
—¿No estas enojada? —pregunto Loki atreviéndose a mirarla.
—¿Por escogerme a mí sobre lo que tú deseabas? Claro que no —respondió sonriendo amorosamente—. ¿Por elegir a tu familia? Jamás me enojaría por eso —afirmó—. Entiendo que te sintieras apartado, y admiro que tengas la valentía de decirme todo lo que te atormenta, pero aunque lo creas, no estás solo; me tienes a mí, y a muchas otras personas que te apoyaran y acompañaran si sabes dónde buscar. Tu padre escogió a Thor porque es el mayor, no por cualquier otra razón que te estés imaginando, así que no pienses que eres más débil o más insignificante que Thor por no ser el rey, eres su hermano, claramente él llegara a ti a pedir tu consejo, eres el inteligente de los dos, ¿no? —preguntó riendo—. Pero no le digas que te dije, se enojara.
—Gracias —dijo Loki inseguro—. De verdad lamento haber pensado aceptar esa propuesta…
—Puedes demostrar que serías un buen rey de muchas maneras —afirmó Frigga—. Pero eso no cambiara que Thor ya fue elegido —añadió seriamente. Loki asintió.
—Lo sé, yo… ¡ni siquiera quiero ser rey! —exclamó Loki frunciendo el ceño.
—Ya veo —dijo Frigga comprensiva—. El problema es que tú no crees que puedas ser un buen rey, crees que lo estropearías… tienes miedo —afirmó acariciando su cabello—. Pero debes saber, que aunque nos traiciones, soy tu madre; y una madre jamás deja de amar a sus hijos.
Loki sonrió—. Gracias, y yo también te amo —afirmó.
—Pero debes saber que tu padre debe saber esto… —dijo Frigga suavemente—. Apreció que confiaras en mí, pero esto es un atentado… y aunque no ha pasado nada todavía y tú no hayas aceptado el trato con Laufey, él planeara algo sin tu ayuda —advirtió.
—Está bien —dijo Loki entendiendo a su madre.
—Pero no es necesario decirle todos —afirmó acariciándole la cabeza. Loki sonrió—. ¿Vamos ahora? Debemos hacerlo lo más pronto posible.
Loki asintió y dejando el libro sobre la cama siguió a su madre.