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Feliz cumpleaños, Sanji por Drarko

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Feliz cumpleaños, Sanji


 


Lamió su cuello de manera lenta, calmada, asegurándose de dejar la primera marca de la noche en su cocinero. El rubio suspiró gustoso por ese gesto y enredó sus manos en el cuello de su amante y le facilitó el contacto con su cuello, Luffy volvió al ataque y le mordió un poco, y esta vez Sanji no pudo controlarse y gimió. Las manos del moreno hacían su recorrido por el pecho de Sanji, que ya estaba más que memorizado, mientras sus lenguas se enredaban en una lucha furiosa. Ambos cuerpos se encuentran en uno de los depósitos del Sunny, dispuestos a dar rienda suelta a su pasión, en un hábil movimiento, el cocinero tiró a su capitán al piso, quedando él encima de éste, pero aún sin separase del beso.


Cuando los labios del moreno finalmente abandonan los de su cocinero, solo lo hicieron para realizar un recorrido por su pecho, donde se dedicaron a brindar firmes mordiscos que enviaron deliciosos escalofríos a todo el cuerpo del rubio. Dejándose llevar por la situación y sin ceremonia alguna, ambos comienzan de deshacerme de cualquier prenda estorbosa que sea un obstáculo para ellos.


Luffy sonrió y le besó de nuevo, pero esta vez completamente desnudos, haciendo que sus erecciones se rozaran. El contacto les estremeció. Ambas estaban duras, calientes y necesitadas, el preseminal de ambas erecciones resbalaba por el glande, dando vida a la situación. El moreno descendió su mano e hizo a Sanji sentarse en sus piernas, empezó a acariciar ambas durezas, centrándose especialmente en la de su amante. El sudor resbalaba por ambos cuerpos desnudos, y la tenue luz de una de las ventanas hacia juego con esa erótica escena. Con su mano libre, y sin perder tiempo, el joven capitán pirata se dedicó a acariciar los glúteos de su amante, separandolos fuertemente para que sus dedos puedan comenzar a prepararlo.


Sin poder contenerse más, el menor sostuvo firmemente a su cocinero por las caderas, recostándolo sobre sí mientras llevó su miembro hasta su entrada y de un solo movimiento entró totalmente en él. Ambos gimieron fuertemente sin poder evitarlo, Sanji aún continuaba luchando un poco por el control, intentaba imponer el ritmo en las penetraciones, pero Luffy afianzó el agarre sobre sus caderas para impedírselo.


Sus miradas se encuentran y un mar de sentimientos y emociones pasan por sus ojos, el rubio sonríe levemente, en un gesto silencioso de confianza y entrega total. Luffy comenzó a moverse entrando y saliendo del interior de su cocinero, marcando un vaivén intenso. Las embestidas empezaron lentas, como si fuera la primera vez que esos dos cuerpos se conocieran, y la fricción del miembro de Sanji entre sus estómagos hacía que Luffy se apretara aún más. Los besos empezaron tan rudamente que era imposible distinguir una secuencia lógica en ellos. El moreno jalaba los labios de Sanji, los mordisqueaba, besaba, saboreaba, y todo a la vez, mientras el rubio no se quedaba atrás y apretaba más su cuerpo haciendo más placentera sensación del capitán al entrar en él. Los brazos del cocinero tocaban ahora el pecho de su amante, mientras éste sentía como si se estuviera quemando. Las caricias eran cada vez más rudas, más necesitadas. Los sonidos de la pasión inundaron el depósito, jadeos mezclados con gemidos profundos, palabras sin sentido junto a sus nombres, y piel golpeando contra piel.


Sin previo aviso, Luffy cambió sus posiciones colocándose en la parte superior, llevando las piernas del rubio por encima de sus hombros, logrando una penetración más profunda y salvaje. Ambos están cerca de alcanzar el clímax, y como es al parecer una especie de costumbre, el moreno asalta la boca de su cocinero. Sin importarles la falta de aire a ambos, no deshicieron el beso hasta que el clímax los invadió finalmente, gritando cada uno el nombre del otro. Luffy se derrumba sobre el rubio, jadeando pesadamente. Ambos permanecen abrazados disfrutando de las pequeñas réplicas del orgasmo.


-Feliz cumpleaños, Sanji- comentó el moreno, con una amplia sonrisa, luego de recuperar su aliento y apretar al rubio contra su pecho.


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