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For Minkyul's Shippers por caprigirl

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Notas del capitulo:

Estaba escuchando una de mis canciones favoritas "Need you now" de Lady Antebellum y me dieron ganas de escribir una historia siguiendo la letra.

Aquí les dejo el link de la cancion con subtitulos.

Su día, había sido una total porquería. No parecía estar rindiendo lo suficiente en su trabajo así que eso le ganó un fuerte e innecesario grito por parte de su jefa, que no era más que una idiota con grandes ínfulas. Tuvo que contenerse para no responderle y terminar perdiendo el empleo, pero de nada sirvió. Otro grito, otro maldito grito que estaba de más en aquella discusión con la mujer cuarentona, y Hyomin terminó gritándole en su cara lo insoportable, estúpida y despreciable que era antes de escuchar el colérico “¡Estás despedida!”

Maldita su lengua. Maldita ella por no tener más paciencia.

Recogió sus cosas, tomó un taxi porque su estúpido auto aún estaba en reparaciones. Y entró en un departamento solitario… como casi siempre. Y lo odiaba, odiaba llegar a casa y no tener a alguien que la recibiera, pero no siempre era así. Regresar a casa cuando sabía que Qri la estaba esperando siempre era diferente. Lamentablemente, había discutido con la mayor dos noches atrás y estaba segura de que esta no quería verla. Hyomin sí deseaba hacerlo, pero las palabras que dijo durante la discusión la detenían.

“-Estoy cansada de que siempre hagas lo mismo, Hyomin, siempre tienes que arruinarlo todo- había dicho la de cabello castaño cobrizo, hiriendo y rasgando los sentimientos de la mayor.

-Entonces, si tanto estropeo las cosas, vete. No me busques, no me llames. Yo haré lo mismo- dijo y en cuanto se dio cuenta de lo que había dicho, se arrepintió. Pero ya era demasiado tarde. Qri la miró con ojos llorosos antes de salir del departamento, deteniéndose en la puerta para decirle…

-Si eso es lo que quieres… así será.”

Que idiota había sido. Deberían darle un premio a “La más idiota del año” sí, deberían.

Dejó la caja en el suelo, luego se encargaría de guardar las cosas. Terminó en su cama, recostada sin hacer nada. Pasando las horas mirando el televisor pero sin prestarle atención… hasta que se cansó.

 

“Otro trago de whisky, no puedo dejar de mirar la puerta.

Deseando que aparezcas majestuosamente tal como lo  hiciste antes”

 

Caminó hacia la cocina en busca de algo en específico. Alcohol. Cualquier bebida alcohólica que tuviera le serviría, solo necesitaba embriagarse para poder olvidar el día tan patético que había tenido. Para poder olvidar a Qri, que parecía no tener intenciones de llamar, enviar un mensaje o aparecerse por esos rumbos. Tomó una botella de whisky, un vaso pequeño de cristal y luego salió de la cocina para sentarse en el sofá. Destapó la botella y vertió una cantidad razonable en el vaso, sin hielo, sin agua, lo tomaría puro. Quería que hiciera efecto lo más pronto posible así que tomó el trago hasta el fondo, nada de titubeos, nada de beberlo poco a poco. Se emborracharía rápido, ese era su plan. Luego caería dormida hasta el día siguiente y despertaría con un terrible dolor de cabeza, pero valdría la pena si con eso lograba dejar de pensar en ella. Se sirvió otro trago hasta un poco más abajo de la mitad y de nuevo, lo tomó de un solo sorbo.

Era increíble como de un día a otro, todo se volvía tan desastroso.

Había discutido con su novia y no sabía si aun tenía el derecho de llamarla así. Fue despedida, echada del lugar como si fuera un perro con escabiosis y ahora, tenía que preocuparse por buscar un nuevo empleo.

Tomó un trago más y ya comenzaba a sentirse mareada… sí, eso quería.

Otro.

Y otro.

 

“Y me pregunto, si alguna vez he pasado por tu mente. A mí me sucede todo el tiempo”

 

Pero en vez de olvidar a Jihyun, estaba comenzando a pensar mucho más en ella. Estúpidos sentimentalismos, ahora, no solo estaba estresada, también emotiva y ebria. Llorando por una chica a la que ella misma había apartado. Preguntándose si, Qri estaría pensando en ella también. ¿Lo haría? ¿Lo haría con la misma intensidad que ella? No lo sabía pero quería pensar que sí. Que la mayor estaría en esos momentos en su habitación, comiendo helado, viendo alguna película romántica o algún tonto drama mientras pensaba en ella. Sí, quería pensar que así eran las cosas.

Miró su celular en la mesita que estaba en frente, invitándola a marcarle, a que la llamara. Sí, estaba incitándola y ella, con todos los tragos que tenía encima ya estaba comenzando a olvidar sus propias palabras “Entonces, si tanto estropeo las cosas, vete. No me busques, no me llames. Yo haré lo mismo”. Se sirvió otro trago, ya ese debía ser el sexto, quizás el séptimo, no lo sabía. Lo única que sabía era que, quería verla, quería disculparse, tomarla entre sus brazos y besarla. Tomarla con delicadeza, encerrarla en un abrazo y nunca más dejarla ir. Dios, juraba que si lograba recuperarla, no volvería a comportarse como una imbécil. No, la trataría como siempre debió hacerlo, con todo su amor, con todo el cariño y la ternura de la que era capaz.

 

“Es la una y cuarto, estoy sola y te necesito ahora.”

 

Miró la hora, ya eran pasadas la una de la madrugada y ella, comenzaba a sentirse ansiosa. Desesperada.

Tomó el teléfono, lo miró durante prolongados minutos, pensando si sería correcto llamar. ¿Debía esperar un poco más? Probablemente la castaña estaría sentida en esos momentos. Soltó el móvil en el mueble y enterró la cara entre sus manos, sintiéndose como una torpe, bueno, lo era. “Soy una idiota” eso no era nuevo “No debí hablarle así” exacto. Miró de nuevo el dispositivo… tenía una foto de las dos como fondo de pantalla. Qri besaba su mejilla y ella, sonreía como solo podía hacerlo cuando estaba cerca de la castaña de tonos claros.

Un trago más… solo para conseguir la valentía necesaria. Buscó entre sus contactos, encontró el que buscaba y dejó el dedo al aire… dudando el siguiente paso, solo tenía que presionar sobre el contacto y estaría llamando. Pero que cobarde era, temía el rechazo, temía que la mandaran al demonio. Así que no lo hizo. Tenía una mejor idea.

 

“Dije que no vendría, pero he perdido todo el control”

 

Tomó sus llaves, y salió corriendo. Esperó por un taxi y no tardó nada en subirse cuando uno se detuvo frente a ella. Le dijo la dirección y se recargó en el asiento, ansiosa. Con el corazón acelerado. El taxista, un hombre de unos treinta años, notó como su respiración estaba agitada, también había percibido el olor a alcohol provenir de ella.

-Señorita… ¿Se encuentra bien?- preguntó, pensando que quizás la chica había escapado de algún hombre que intentó propasarse con ella.

Hyomin que aún estaba lo suficientemente sobria, asintió. No hubo más interacción entre ellos hasta que el señor le indicó que ya habían llegado, notando que ella estaba hundida en un mar de pensamientos.

-¿Quiere que la espere?

Lo pensó, no sabía cómo saldrían las cosas, si todo iba bien, probablemente podría quedarse en casa de Qri, si no, tendría que regresar a su departamento a llorar hasta dormirse. Miró al sujeto y levantó la mano para indicarle que esperara.

 

“Si, prefiero lastimarme a no sentir nada en absoluto”

 

Caminó hasta la puerta e hizo ademan de tocar el timbre… pero no lo hizo. Terminó mirando hacia abajo, no creía que a su ex o no ex, aun no sabía en qué situación habían quedado, le agradara ser despertada a esa hora. Escuchó unos golpecitos detrás de ella y al voltearse vio al taxista golpeando levemente la puerta del auto para llamar su atención, este, con una gran sonrisa, le hizo señas para alentarla. Hyomin lo miró con ojos extrañados y se giró de nuevo pensando que el hombre era un poco raro. Respiró y se atrevió a tocar el timbre. Esperó uno, dos, tres, cuatro minutos… ya comenzaba a dudar que le abrieran la puerta, de hecho, estaba segura de que no la abrirían.

Pero se equivocó. Una muy fresca Qri la recibió, no parecía que hubiera estado durmiendo. Se miraron brevemente antes de que la menor terminara evadiendo los ojos sentidos de la mayor.

-¿Qué haces aquí? Creo haberte escuchado decir que no querías que te buscara y que tú harías lo mismo- algo punzó dentro de ella, y con ojos culposos, volvió a mirarle.

-Qri…- se acercó y la otra pudo percibir el olor a whisky.

-Has estado bebiendo- dijo, con reprobación- ¿Qué haces aquí, Hyomin?- la hostilidad en su voz partía en mil pedazos las esperanzas de Sunyoung a la vez que parecía traer sobriedad a sus pensamientos. Así de fuerte era el miedo que tenía a perderla.

-Lamento lo que dije, lamento haberte tratado así, Kyul, fui una imbécil…

-Sí, lo fuiste- concordó, mirando al taxista. El curioso hombre las miraba con anticipación, como si esperara presenciar la mejor escena lésbica de su vida. Bufó.

-Lo sé… y lo siento…

-Pasa- interrumpió- Sigamos esta conversación en privado- dijo y Hyomin interpretó esto como algo bueno.

 

“Y no sé cómo estar sin ti, simplemente te necesito ahora”

 

Ahora sentadas en la sala, la menor sudaba ligeramente, la mente le daba vueltas, y se arrepentía de haber bebido tanto, pero a la vez no, porque, tenía la ligera impresión de que estando sobria no habría sido capaz de ir hasta Qri.

-¿Entonces?

Miró a Qri, que esperaba razones, y al ver lo herida que estaba no supo que decir.

-Vienes a mi casa, a casi las dos de la mañana, ebria ¿Y ahora te quedas callada?

-Quiero disculparme… Qri, no quiero perderte, no quiero que terminemos, yo… te necesito, te necesito ahora, te necesito siempre y… y he pasado solo dos días sin ti, pero dos días han sido más que suficientes.

-¿Suficientes para qué?- preguntó en un murmullo, con la cabeza gacha y la inevitable urgencia de llorar. Hyomin se puso en pie y caminó hacia ella, arrodillándose para poder verla a la cara. Tomando su delicado rostro con amor y mirándola con adoración, como si fuera esencial, como si fuera su todo.

-Suficiente para darme cuenta de que no puedo vivir sin ti- le dijo y se sintió aliviada con la facilidad de palabras que de repente había adquirido- Suficiente para entender que te amo más que a nada. Suficiente para comprender que si esto que tenemos acaba…- tomó una de las manos que descansaba en las piernas de la mayor- Yo no podría recuperarme- Qri levantó el rostro, sin intentar esconder o secar las lágrimas, lágrimas que Hyomin secó de inmediato, con cuidado- Te amo… y te necesito.

La vio sonreír y enternecida, terminó sonriendo también. La mayor tomó las manos que estaban cubriendo sus mejillas y las acercó a sus labios para besarlas. No podía seguir enojada con Hyomin, no después de todo eso, no después de la sinceridad que había sentido en sus palabras, esa que había centelleado en sus ojos junto con el temor que, le había dicho, tenía de perderla.

-Eres una idiota- dijo, soltando sus manos para tomarla del rostro y atraerlo al suyo- Pero no puedo odiarte, ni dejarte. No puedo y no quiero- susurró cerca de los labios contrarios- Porque también te necesito- dijo, y Hyomin estuvo contenta de saber que no era la única cuyos pensamientos estaban invadidos por la imagen de la otra, que no era la única amando de esa forma. Qri, la besó, con calma, con un devoción que solo ella podía darle, la besó y las discusiones y errores se desvanecieron- Ahora, vamos a mi habitación- los ojos de la menor se encendieron con la chispa del deseo- Pero no es para lo que piensas- ríe, besándola de nuevo, dándole varios besos cortos- Es para que tomes una ducha porque… apestas, cielo.

Hyomin hizo un puchero, intentando enternecer a la mayor para conseguir lo que había imaginado en un principio, Qri terminó riendo ante la imagen, mientras comenzaba  a jalarla al siguiente piso para hacerla tomar un baño y quitar ese despreciable y nada atractivo olor a alcohol y el taxista se quedó esperando un rato más, hasta que se dio cuenta de que la chica no saldría de esa casa.

Notas finales:

Curiosamente, a pesar de que el MinKyul es mi pareja favorita, este es el primer one-shot que publico de ellas.

Como estuvo?

Bien, regular, malo, mediocre? XD

Espero les haya gustado, si es así, comenten!!! mientras mas comenten más ganas de publicar otros one-shots tendré! ¬w¬ y ya estoy trabajando en varios...


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