Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Zero por -Raiden-

[Reviews - 33]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Vean el video del cortometraje que me inspiro...

  

https://www.youtube.com/watch?v=mBfjNRdY4dI

 

Si quieren la historia original son libres de verla...

Notas del capitulo:

Los personajes de One Piece pertenecen a Oda~sensei...

La historia que me inspiro pertenece a Zealous Creative...

 

"Nacimos en un mundo donde la escoria de la sociedad nos gobierna... Soy un cero..."

 

 

El viento soplaba con violencia arrastrando la fría lluvia consigo, parecían pequeñas agujas plateadas estrellándose en toda la superficie que tocaban para fundir su esencia con la materia que tocaban.

Esa noche, diez de enero donde aun los estragos del invierno con la infernal lluvia congelada, escondían hasta las sombras más diminutas de los roedores que habitaban en los callejones a refugiarse de esa tormenta.

No había una sola alma, espectro o animal en las calles de esa desolada cuidad, donde los relámpagos alumbraban como pequeños flashes intentando captar los aterrados rostros de sus víctimas, como si fueran fotografías para recuerdos… tormentosos recuerdos.

La gente que ahora se refugiaba en sus hogares, esperando que pasara la lluvia, estando con sus seres queridos junto a la cálida llama de la chimenea, viviendo sus vacías vidas donde creían tener libertad absoluta, solo siendo manipulados por la sociedad donde habitaban sin siquiera ser conscientes de ellos, interpretaban su papel a la perfección.

Pero había alguien que no estaba precisamente con su familia, ni siquiera en un lugar llamado hogar, solo con la compañía que estaba en su vientre.

-¡Aahh! – gritaba por el dolor apretando las sabanas blancas bajo sus manos.

La luz de la pequeña vela sobre la mesita de noche, alumbraba solo lo necesario para poder visualizar el diminuto cuarto donde se encontraba.

-Por favor… No te muevas tanto… Kid… - jadeaba para llevar una de sus ahora pálidas manos a su vientre.

Sentía las pequeñas pataditas de su bebe cada vez más fuertes, y muchas de estas acertaban en sus órganos blancos.

Definitivamente ser madre, no era tarea fácil, y más cuando estaba a punto de nacer el hermoso bebe que había creado con el fruto de su amor ahora fallecido en batalla por consecuencia de la guerra.

-Ahh… - trataba de regular su respiración para mitigar el dolor que se hacía más y más fuerte.

Su cabello rojo largo como el fuego de unas crecientes llamas, caía mojado sobre su frente y hombros por el tremendo esfuerzo que estaba haciendo.

-Ya quiero conocerte… Kid… - decía con cariño cada vez que lograba respirar siempre con una pequeña sonrisa en su pálido rostro.

A pesar de todo el dolor, de todo el esfuerzo que hacía por no cerrar sus oscuros ojos, necesitaba descansar un poco para cuando estuviera listo su pequeño bebe y llenara de dicha y felicidad su ahora solitaria vida.

-Tenemos todo listo. – anuncio la enfermera que entraba por la puerta con muchas mantas y una tarja de agua tibia.

Una vez más los relámpagos afuera de la ventana intentaron colarse con sus luminosos rayos, dejando impregnada su esencia en toda la habitación y revelando todo en su interior.

Era el cuarto de un hospital, uno con solo lo necesario para atender a la pobre madre que no podía pagar más que los servicios básicos de la época. Al morir su esposo en batalla, la pensión de la cual subsistía no le dejaba mucho para arreglárselas y menos que ahora serían dos.

Pero encontraría la forma de cuidar de él… haría lo que fuera necesario para poder salir adelante.

-Respire hondo y exhale. – pedía la enfermera para levantar la sabana que cubría las largas y pálidas piernas de la hermosa mujer.

El gran momento se acercaba con impaciencia y todo estaba listo para recibir al bebe tan esperado.

-Ahora… debe ayudar a su bebe, cuando empiece la contracción haga esfuerzo. – le dijo la enfermera para separa sus piernas.

La gran bandeja de agua estaba sobre una mesa y otra más debajo de la cama muy cerca de la orilla donde también estaba la pelvis de la madre para dar a luz a su pequeño pedacito de cielo.

El momento estaba cerca…

La hermosa mujer pelirroja empezaba a sudar por el dolor, empalidecía aun más y cerraba los ojos con fuerza haciendo que algunas lagrimas se deslizaran por sus mejillas hasta la sabana.

Presentía algo… algo que pasaría cuando su hijo al fin naciera.

-Ya casi… solo un poco más. – nuevamente la voz de la enfermera ahora preocupada se escucho mientras posaba sus manos lista para recibir al producto.

Un fuerte grito acompañado de la luz relampagueante de un trueno rompiendo el cielo, dio pauta a un pequeño llanto.

El bebe había nacido.

Pero había algo que no estaba bien… algo no estaba bien…

-Por favor… quiero ver a mi hijo… Quiero ver a Kid… - apenas podía hablar en susurros para estirar las manos y tratar de alcanzarlo.

Usaba las pocas fuerzas que le quedaban para no cerrar los ojos y respirar con mucha dificultad.

El llanto del pequeño bebe que ahora estaba recibiendo el baño de artesa, se sacudía con fuerza para abrir y cerrar sus manitas buscando a su madre, pero sus ojos que apenas podían abrirse, mostraron la naturaleza de estos.

Eran de un color muy extraño…

Un color ámbar quemado, casi dorado.

El escaso cabello rojizo al igual que su madre y la misma pálida piel, mostraba que era su hijo, pero su madre no tendría el placer de verlo crecer…

-Kid… Eustass… Kid… - fueran las últimas palabras de la hermosa mujer para dejar caer su cuerpo sin vida sobre la cama.

La madre… ahora al igual que su hijo… tenía una sería afectación en su sangre: Hemofilia A… o mejor conocido como un problema de coagulación de la sangre.

Si bien, las heridas no sanaban como debían hacerlo, esta grave afección impedía que su sangre coagulara lo suficientemente rápido para evitar que se desangrara como ahora.

La enfermera incapaz de detener el sangrado, cargaba al bebe en sus brazos sollozando ligeramente para atender al pequeño y llevárselo de ahí.

 

Ahora… sin una madre y sin un padre… tenía cero posibilidades de encontrar su lugar en ese mundo sucio y putrefacto…

 

Pero entonces… ¿Cómo puede lo que es nada llegar a ser algo?

 

Notas finales:

Gracias por leer...

Cualquier cosa estoy para servirles...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).