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Hola soy yo, ¿me recuerdas? por chibi_tsugumi

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Notas del fanfic:

Hola les traigo otro fanfic, inspirado en una frase que vi por ahi, espero que lesguste y disfruten de la historia   

Hola soy yo, ¿me recuerdas?

Miro el papel indeciso sin saber qué hacer con él, junto al celular en mi mano mirando fijamente los números que debo marcar, los primeros pensamientos que cruzan por mi mente son de que él no me recordara, simplemente dirá que marque un numero equivocado, o que se habrá olvidado de mi

Todo empezó  hace 10 años atrás cuando aún era un estudiante universitario de 20 años, me estaba empezando a gustar un compañero de clase, pero no de mi carrera, aunque como me pasa el mayoría de los casos era hetero, aunque sería un hermoso recuerdo y ¿cómo no?, alto moreno con unos ojos verdes que te derretían con una simple mirada, era tan guapo, pero obviamente no se iba a fijar en alguien simplón como yo, estatura promedio, pelo castaño, piel trigueña y ojos color chocolate, con unas cuantas manchas azules, que casi nunca se notaban.

Cada vez que terminaba la clase lo observaba de la manera más disimulada posible, haciendo todo lo posible para que no notara mi mirada sobre él, viéndolo salir por la puerta, para así seguir con mis clases.

Volviendo al presente, no hubiera pensado que las cosas se dieran de la manera más absurda posible, yo un chico simple estudiante en pedagogía de inglés y el un apuesto ingeniero comercial, pero bueno al menos pude disfrutar de los momentos que compartimos y vivimos como… pareja

Sumido en el pasado, aun con el teléfono y el papel que contenía su número en mi mano, como ansiaba llamar a Ignacio, pero la inseguridad me                lo impedía, pensando en la posibilidad de que el ya no me recordara y que estuviera con una esposa e hijos haciendo su vida como siempre quiso

Los recuerdos de cómo nos conocimos me hace reír, era una tarde de invierno, fui a comprar un café antes de la clase que me tocaba con el atractivo ingeniero, que en ese entonces no sabía su nombre, al ver que a la distancia una persona peleaba con la máquina de café me hizo reír, al fijarme de quien trataba me sonroje levemente tapándome con la bufanda que traía puesta, lo espere por unos minutos y la hora del descanso se estaba acabando, así que decidí hablar con el

-          Perdón,  pero paso algo con la máquina, por lo que veo estas un buen rato maldiciéndola – dije tímido pero apreciando su rostro

-          Bueno… lo que pasa es que la maquina me robo el dinero, ya metí el dinero pero dice que es insuficiente – con que eso era, bueno esas cosas pasan, pero para quedarse peleando inútilmente con la maquina es algo absurdo

-          Si quieres te ayudo – me acerque a la maquina escuchando a sus compañeros de clase decir que no sería posible funcionar; con un simple golpe metí la moneda que estaba atorada – listo, ya puedes pedir tu café, veo su mirada incrédula y me rio por lo bajo

-          Gracias, ¿cómo lo hiciste? – me miraba asombrado, solo desvié la mirada tapando mi rostro sonrojado

-          Bueno suelo comprar mucho café así que me pasa a menudo – al ver que termino de ocupar la maquina pido mi café rápidamente, viendo que él ya se había ido – al menos cruce palabras con el – dije en un susurro yendo a mi clase

 

Pasaron los días y pensé que esa fue mi única oportunidad, hasta que un día vi que peleaba con una máquina de snacks, creo que tiene mala suerte en eso

Otra vez con lo mismo – dije más alto de lo que quería por que el me miro y no estaba solo, se encontraba con sus amigos de carrera, creo

Ah, eres tú el de la máquina de café – no pensé que se acordaría – ayúdame con esto

Sinceramente me sorprendí y vi lo que pasaba las papas fritas se habían quedado atrapadas y no bajaron  - mmm… que raro – pedí un chocolate y justamente hizo caer la papa con su caída – listo tus papas – se las entregue mientras recogía el vuelto y era más de lo que pague – perdón, pero toma tu dinero, posiblemente la maquina lo haya devuelto al no sentir que el producto caía – me mira sorprendido y no entiendo porque

Gracias… ¿eh? ¿Cómo te llamas? – me miraba fijamente y trataba de no avergonzarme

Andrés y ¿tú? – lo mire por unos segundos –

Ignacio, gracias, adiós – se fue con su grupo de amigos y yo seguí por mi camino, pensando que esta vez sería la última oportunidad con él, pero como dice un dicho dos son coincidencia, tres es el destino y me dieron tres oportunidades, cuando tuve que hacer un trabajo con él en la clase de informática que nos tocaba en común,  así nos hicimos amigos a pesar de no estar en la misma carrera nos juntábamos a comer o a veces a salir incluso alguna vez me pidió consejos con alguna chica, sin saber de mi condición sexual.

Me pare para salir a pasear dejando mi celular junto con el numero en mi bolsillo, preferí escuchar música para evitar los ruidos de la ciudad, conforme con mi paseo me acordaba de todo lo que viví con él, el primer recuerdo que invadió mi mente fue como me declare,  al recordarlo reía por la vergüenza y por lo que paso después…  

Estábamos en un parque después de salir y que Ignacio me pidiera más consejos para sus citas, en esos momentos ya me gustaba, yo como siempre lo escuchaba escondiendo mis sentimientos y mi orientación sexual hasta que una pregunta inesperada dio inicio a todo

Y tú no tienes nadie que te guste, una linda chica o acaso has tenido tantas experiencias que ya te aburriste, porque para dar esos consejos, en serio me han servido mucho – por unos segundos entre en pánico y después hable como siempre lo hacía evitando a toda costa mi orientación sexual                                          

La verdad, no eh tenido tantas experiencia y me gusta alguien, pero sé que no se va a poder y los consejos, bueno creo que soy buen consejero sentimental – sonreí y desvié mi mirada rezando para que esa incomoda conversación, al menos para mí, acabara ahí, pero no fue todo lo contrario

En serio, ¿quién es ella?, podría ayudarte por todo lo que me has ayudado – me dijo totalmente interesado

De verdad no importa, sé que es imposible – esto es realmente incomodo – el…. – espera que dije, dije él o ella, miro lentamente a Ignacio que se notaba claramente sorprendido más que sorprendido, parecía que estaba en shock – mierda… debí haberme callado – dije por lo bajo suspirando, esto era el fin de una linda amistad, posiblemente es homofóbico y  la más mínima esperanza de que le interesara se fue al carajo – mira entiendo que no te gusten los gays pero lo soy, comprenderé que no quieres que sea más tu amigo así que me iré – estaba dispuesto a irme, pero su voz lo impidió

Espera Andrés, no te vayas, solamente me impresione por lo que me dijiste fue inesperado, pero a pesar de todo te acepto, además tenía mis dudas, pero nunca tuviste ninguna doble intención conmigo o con lo demás, pero no me importa tu condición sexual – suspire aliviado y volví a sentarme, pensando que esa seria todo la conversación….

Pero no seguía hablando de lo mismo     

Y, ¿quién es él? – lo mire sorprendido y reí negando con la cabeza

No te lo diré – reí con más ganas    

Vamos te ayudare, no sé como pero me las ingeniare para eso están los ingenieros – reí negando – vamos, es que acaso es alguien que ya conozco – toda mi risa se paró al escucharlo – entonces es eso, te da vergüenza, dime así te diré si tienes una oportunidad o no – me quede en silencio pensando por unos segundos – vamos será más fácil para ti y de paso te ayudo

Sería más fácil si no fueras tu…  - pensé que dije eso para mí mismo en silencio o a lo más murmurando y ese fue mi gran error porque lo que pensé no es exactamente lo que sucedió , sino que lo dije más alto de lo que creí y lo supe cuando sentí el silencio incomodo – mierda… - me pegue en la frente y me pare, ahora sí que se acabó todo, pero todo – ahora lo digo en serio entiendo que no quieras ser mi amigo así que me voy – camine con paso apurado a mi departamento, no pensaba en declararme y sabia claramente la respuesta que me daría Ignacio, al llegar a mi departamento, deje salir todo el dolor en esos momentos y lentamente me saque la ropa a darme una ducha y dejar que estos sentimientos y lágrimas se fueran con el agua, después de una reponedora ducha fui por ron y Coca-Cola un trago no muy fuerte calmaría el pesar de mi corazón, me senté en el sillón tomando un largo trago sintiendo la combinación de la bebida con el alcohol sintiendo mi cuerpo ligero y alivianado, puse música relajándome con cada trago, sabía que no era muy resistente al alcohol, pero era mejor que tomar en cualquier bar, cuando iba por el segundo trago, tocaron a mi puerta, supuse que era por la música, abrí y me sorprendí al ver a mi inesperada visita – Ignacio que haces aquí – maldición, no hablaba demasiado bien y mis mejillas debían estar levemente coloreadas, añadiendo que estaba en pijama  - creo que deje claro que… de lo que… dije en la tarde – dije inseguro y algo mareado por el alcohol – bueno adiós – intente cerrar la puerta, pero fue más rápido y entro rápidamente a mi departamento

Espera Andrés, con lo que me dijiste no quedo nada claro – se acercó demasiado a mí, más de lo que me gustaría en estos momentos –

Pero si es claro… - primera interrupción

Que está claro que me gusten las chicas no cierra la posibilidad de que me pueda interesar un hombre –

Y todos los consejos… – segunda interrupción

Los consejos eran para pasar el tiempo con las chicas, solo seducirlas y llevarlas a la cama nada más –

Ya pero, las chicas con la que intestaste – tercera interrupción y mi paciencia estaba en su punto limite

Salir, era para ver si resultaba, pero nada paso – cuando por fin creí que se iba a callar y escucharme decidí hablar y decir al menos una frase sin ser interrumpido

Entiendo pero nunca mostraste ninguna señal de que… - cuarta interrupción

Me gustara un chico lo sé pero… – ya me aburrió

¡Cállate por un segundo, carajo y déjame hablar! – literalmente le grite ya sin paciencia, que le gusta hablar e interrumpirme sí que era testarudo cuando de escuchar se trataba, lo mire molesto y el solo asintió

Bueno lo que quería decir y no era demasiado, es que todas la acciones que tu hacías, eran de un hetero, ni siquiera mostraste ser flexible en las relaciones ni siquiera un leve interés, por eso pensé que no pasaría nada, pero nada de nada, ¿me entiendes? – Lo veo asentir y suspiro – ya puedes hablar, pero cuando hable no me interrumpas – le advertí

Como iba a saber todo eso si hace unas horas eras hetero y bum… me entero que eres gay, además siempre soy flexible el placer puede ser tanto como un hombre con una mujer, pero no lo muestro por mi reputación – dijo orgulloso y pensé que perdería por segunda vez la paciencia –

Bueno si eso es todo te puedes ir, porque creo que solo buscas placer en los hombres y querido… yo no te daré  eso así que adiós, pero podemos ser amigos pero no intentes… - si no mal recuerdo esta es la quinta interrupción  o era la cuarta, que mierda importaba si unos labios que hace mucho deseaba, me estaban devorando la boca  

Después de eso se me declaro y empezamos una relación, con calma, porque era la primera vez el con un hombre y yo con alguien semi-hetero… creo

Aún seguía caminando, recordando mas cosas, caminando de regreso a mi hogar, cada recuerdo era en orden hasta que llego el de mi primera vez con el, todo fue perfecto, la cita, la habitación de hotel hermosamente decorada, las caricias, los besos, los gemidos ahogados, todo… conforme mi camino terminada y me acercaba a mi hogar, mi historia con él se acercaba a su final.

Tenía 22, llevaba más de un año con Ignacio y la relación  mejoraba conforme el tiempo, claro con sus discusiones, que superábamos a los días o con una reconciliación muy placentera, pero no todo es hermoso, mi novio estaba terminando su carrera con 24 años y quería realizar su magister en otro país muy lejos de mí, en Italia, no entendí el porqué de su decisión, pero lo apoye, aunque las palabras antes  de su partida trizaron mi corazón

Estábamos en su departamento, él estaba sentado en el comedor, viendo algunas cosas en su computador y yo cocinando

Andrés – me llamo con una inusual voz seria y yo solo me acerque a él sentándome a su lado en ese momento sabía que algo malo pasaría

¿Qué pasa? – pregunte temeroso y mirándolo de la misma manera

Hare mi magister en Italia – no creí que fuera tan malo solo serán unos meses y uno se comunica de cualquier forma con la tecnología de ahora – pero no sé cuánto me demore- eso me sorprendió y a la vez me dolió – y no sé si lo nuestro funcione si estamos mucho separados – el pequeño rasguño que tenía mi corazón hizo que se trizara pero no lo suficiente para que se rompiera en su totalidad, en esos momentos me mordía mi labio y miraba al suelo intentando no derrumbarme – espera cariño, no quise decirlo así solo que, estoy inseguro, pero si esto sigue funcionando aun a distancia, cuando vuelva estaremos por siempre juntos – solo asentí sintiéndome más reconfortado por sus palabras, luego me calme con sus besos, caricias y atenciones, olvidándome de la cena, de todo y centrándome en él y todo el amor que me otorgaba en esos momentos más íntimos.

Los días pasaron y junto con eso su partida a Italia, el beso fue una mezcla entre dolor y amor, su partida me dolió, pero la esperanza de que aún seguimos juntos me reconfortaba, los días y meses pasaban y la conversaciones con él se hacían menos frecuentes, hasta que un año después de nuestra separación, no supe nada de él y le perdí la pista, en esos momentos mi corazón trizado finalmente se rompió y dolió demasiado su partida y nuestra forma silenciosa de terminar.

Pare en unos de los semáforos y encendí un cigarro para calmar mi alborotado corazón, aunque habían pasado unos 7 años de ese acontecimiento, mi corazón aun sufría por él no sabía porque albergaba la pequeña esperanza  de encontrarlo nuevamente, aunque esa esperanza aumento cuando me encontré con uno de los excompañeros de Ignacio  y me dio su nuevo número, suspire nuevamente,  anotando el numero en mi teléfono, aun indeciso, cuando estaba a una cuadra de llegar lo vi, seguía igual de guapo, incluso más con el traje formal que ahora llevaba puesto, sorprendido y temeroso  aun con el teléfono en mano con su número listo para marcar, no lo detuve, pero me arme de valor, uno… dos…tres timbres de espera y cuando yo estaba en una esquina y por el rabillo del ojo vi que él también, me contesto                                            

Buenas tardes, Ignacio Romero, ¿con quién hablo? – dude por unos segundos

Hola, soy yo, ¿me recuerdas? – hable decidido y me puse de lado para mirarlo obviamente estaba sorprendido, escuche que iba hablar, pero fui más rápido – sé que quieres hablar y te preguntaras como te logre contactar después de un largo tiempo, pero escúchame primero – tome una gran bocanada de aire y procedí a hablar – aun no entiendo porque terminamos y mucho menos como desapareciste de mi vida progresivamente hasta que no supe nada de ti, ha pasado mucho tiempo, posiblemente tengas una linda familia y una esposa que te espere en la casa, como me comentaste cuando éramos amigos, lo más probable es que sea así y entiendo todo, cuando perdimos contacto entendí todo, fue una manera silenciosa y dolorosa de decir adiós a una hermosa relación al menos para mí – pare por un momento y volví a hablar – no sé si quieras a hablar conmigo nuevamente, mi numero ya está grabado en tu celular, si quieres contactarme ya sabes cómo hacerlo… ah, puede que te moleste, pero es inevitable decirlo, solo son dos cosas, primero te sigo amando como un idiota a pesar de todo y segundo…  sigues estando muy guapo, incluso más diría yo, sobre todo si estas con teñida de trabajo -  lo mire por última vez cortando la llamada y viendo su mirada buscándome por todos lados, pero me fui rápido para que no me viera  y además acelere el paso hacia mi departamento – al llegar… llore, lo necesitaba,  el dolor seguía presente no tan fuerte pero seguía cumpliendo su función. Decidí parar de llorar, comí algo, me bañe y me puse una polera para dormir algo grande y mis bóxer, cuando estaba a punto de acostarme siento unos insistentes golpes en la puerta, molesto fui hacia ella, probablemente era la vecina, como siempre, pero no era el al percatarme y salir de mi sorpresa trate de cerrar la puerta lo mas rápido posible, pero fue inútil, entro rápido y me miraba asombrado.      

Sentí su insistente mirada posada en mí, estaba en blanco no sabía qué hacer, trataba de formular algo en mi cabeza, como una excusa o salida, pero nada, no podía pensar en nada, solo en que el hombre que más amaba estaba parado en frente mío y yo sin saber qué hacer . Los sentimientos se acumulaban en mi interior, hasta llegar a mis ojos, formando las lágrimas, entre dolor y felicidad, cuando pensé en tomar la iniciativa, sentí unas manos en mis hombros y unos ansiosos labios sobre los míos, tratando de devorarlos y poseerlos como de lugar, llevándome directamente al sillón, tenía que parar esto, no está bien y yo no estoy preparado para nada relacionado con su persona, pero debo hacerlo.

Como pude separe mis labios de los suyos recuperando el aliento perdido, para después mirar esos ojos que me derretían cada vez que lo miraba, tome una gran bocanada de aire, para empezar a hablar – Ignacio… esto… no está… - fui interrumpido nuevamente por sus labios, pero besada de otra manera, que no pude descifrar

Ahora escúchame a mi primero – se separa de mi cuerpo sentándose a mi lado, me acomodo para mirarlo directamente a la cara – sé que perdimos contacto, que hice mal al no avisarte nada, pero todo lo del magister fue un caos en unas semanas que no sabía qué hacer y en ese momento perdimos contacto, sé que debí hacer lo posible por buscarte, explicarte todo lo que había pasado, pero no podía dar con  tu paradero, ni siquiera mis compañeros sabían dónde estabas – se nota que está pensando sus próximas palabras, así que guardo silencio con toda la paciencia que tengo – y me arrepiento tanto de todo lo que paso, perdón Andrés si te hice daño, te deje solo y rompí mi promesa, pero todo esto sucedió de la nada, si no quieres volver conmigo lo entenderé  - se quedó en absoluto silencio y yo pensé por un momento, me pare y como pocas veces acostumbre hice algo por impulso.

Me posicione sobre sus piernas, quedando frente a frente y lo bese como muchas veces lo quise hacer cuando estaba solo y extrañaba su presencia, devore sus labios y en esos momentos no quería responder a nada solo disfrutar del placer de unir nuestros cuerpos y perdernos en la lujuria y en el deseo, solo por esta vez hare lo que mi cuerpo y corazón desea, dejando a mis pensamientos de lado.

 

Lo seguí besando, sabía que quería decirme algo, pero no se lo podía permitir, solo por esta noche dominaría la situación, pero el poseería mi cuerpo. Al sentir que correspondía como debía, baje los besos por su cuello, desatando su corbata, sacándole el saco negro y desabrochando su camisa botón por botón besando cada centímetro de su piel expuesta, al llegar al borde de su pantalón levante mi vista deseosa, viendo como sus ojos me desnudaban con la mirada, subo nuevamente para besarle, dominado el beso, mientras sus manos ansiosas tocaban todo a su paso, tomando con fuerza  mis nalgas, para sentarme nuevamente sobre su regazo, aun besándonos con una pasión descontrolada, se para tomándome por las piernas estampándome con una de las paredes mientras el ahora devora mi cuerpo, cada mordida, lamida, beso, hace que jadee deseoso y lo desee cada vez dentro de mí. De un momento llegamos a mi habitación, mi polera ya había desaparecido en una parte de mi departamento, me tira sobre la cama, aun sobre mí, pero no esta vez yo quería dominar un poco la situación, así que invertí posiciones quedando sentado sobre su pene ya despierto, esperando un poco de atención y claro que la tendría, muevo un poco mis caderas, solo para torturarlo un poco, sus movimientos me hacen pensar que quiere volver a dominar, pero antes de eso bajo mi mano y acaricio su verga dura sobre la ropa, deteniendo toda acción de mi amante, bajo directamente a su intimidad sacando sus pantalones y de paso los bóxer,  admiro todo su cuerpo y me detengo específicamente en la anatomía que me hará gozar del placer, la toco  con una de mis manos, escuchando un profundo jadeo de mi acompañante, sin más preámbulos la meto en mi boca, para darle el mayor posible a mi expareja, complacido al escuchar  sus graves y sensuales gemidos, mientras comienzo el sube y baja intercalando distintas velocidades, siento sus manos sobre mi cabello ejerciendo la velocidad que necesitaba para venirse, lleve una de mis manos a sus testículos masajeándolos, mientras esperara a que culminara y lo hizo después de unos minutos dándome toda su esencia para tragarla como si fuera el mejor manjar. Le di una última lamida a su verga, mirándolo fijamente. Ignacio invirtió las posiciones y vi su mirada ansiosa por devorarme solo como él sabe hacerlo, sonrió con sensualidad, mientras me besaba con pasión, recorriendo ansioso mi cuerpo, bajo a mi cuello dejando una mordida, de las muchas que llenaría mi cuerpo, llego a mi intimidad lamiendo mi pene sobre el bóxer, arrancándome un gemido agudo, mientras me mostraba unos tres dedos, los tome y los lamí lujuriosamente, dejándolos totalmente empapados con saliva, cuando encontró que estaban lo suficientemente húmedos los llevo a mi entrada, metiéndolos bruscamente, solté un quejido, pero su forma de prepararme no paro, siguió con el segundo y tercero de esa forma brusca, sentí que sus dedos dejaban mi entrada solté un bufido porque recién los empezaba a disfrutar, sentí la punta de su miembro en mi entrada y ahogue un grito cuando entro de una sola estocada, maldición dolía, lo acerque hacia mí para besarlo y distraerme del dolor inicial que su invasión había provocado, pero no tenía compasión, se empezó a mover en el momento que entro en mí, empecé a rasguñar su espalda para desahogar el dolor placentero que sentía, después de uno minutos de besos y palabras ahogadas por gemidos, realmente disfrutaba de cómo me tomaba, de forma salvaje y segura, aburrido de estar bajo el invertí posiciones y empecé a cabalgar mientras me movía de forma sensual, para que el placer de ambos fuera el mayor, aunque sabía que no dudaría mucho, sentía que estaba por irme y el también, grite su nombre al llegar al clímax y el soltó un gemido ronco al venirse dentro de mí, me desplome sobre su pecho recuperándome un poco de ese intenso, no sé en qué momento caí en los brazos de Morfeo quedándome totalmente dormido.

 

Empecé a sentir los rayos del sol atravesando las cortinas, regresándome a la realidad y con ello los recuerdos de la noche anterior, me siento rápidamente en la cama para mirar a mi alrededor, mientras un dolor en mi entrada atravesó mi cuerpo, me desplome de nuevo y vi mi alrededor, viendo que todo el desorden de la cama y mi desnudes eran evidencia de lo que paso en la noche, suspire profundamente al verme solo, desnudo y sin su presencia, reprimí las lágrimas que amenazaban con salir, fui a buscar agua tomando mi polera para dormir en proceso y no estar desnudo, aunque que importaba estaba solo, como hace 7 años, me apoyo en el lavaplatos suspirando fuertemente, sin saber qué hacer, aunque era simple seguir adelante, ya que para Ignacio solo fue un polvo de una sola noche, tome agua directamente del grifo y me quede un momento pensativo, hasta que sentí unos brazo alrededor de mi cintura, solté un grito por el susto sin saber quién era…

Sigues siendo igual de asustadizo – escuche su voz y su risa burlona y yo me gire impactado

Porque…como… cuando… - me callo con un beso, como lo hacía cuando éramos novios

Porque estoy aquí, porque hace tiempo que no te veo y tengo michas cosas que decirte, como es que me fui y volví, tome tus llaves y fui a comprar el desayuno, cuando, obviamente cuando estabas durmiendo, ¿otra pregunta? – negué con la cabeza y me apoye en su pecho

¿De verdad eres tú? – pregunte temeroso, de que fuera otro sueño, lo vi dejar el desayuno en la mesa de diario y me beso pasionalmente, mientras metía unos de sus dedos en mi entrada, separándome bruscamente mientras me sonrojaba  -

Te queda claro que no es un sueño – hablaba conteniendo la risa mientras le pegaba en pecho y tomaba asiento –

Me puedes explicar, ¿por qué desapareciste? – hable bajando el rostro mientras el acomodaba la mesa para terminar, se sentó a mi lado abrazándome al instante

Como dije ayer no era porque quisiera, cuando estaba por terminar el magister tuve un accidente en el auto – palidecí al escuchar eso, solo basto un beso de su parte para que me calmara y seguir escuchando – permanecí un mes en coma, pensé que te vería al despertar pero no fue así, solo estaban mis padres y mis amigos, cuando pregunte por ti nadie tenía un numero de contacto y mi celular en ese momento que do totalmente destruido y por eso no conseguí contactarte, de verdad lo siento Andrés no fue mi  intención dejarte así yo solo – fue mi turno de interrumpirlo esta vez con un suave beso   -

Ya no importa, no necesitas disculparte y discúlpame tú a mí por no buscarte antes ¿ok?  - lo veo asentir, esperando una respuesta resople y lo bese – y también te perdono -  

Desde que arreglamos todo volvimos a ser los mismos y retomamos nuestra relación para nunca separarnos y ser felices como hace mucho habíamos prometido.

 

FIN  

Notas finales:

Hola espero que hayan disfrutado del capitulo y posiblemente haga la version de Ignacio, por si hubo algunas dudas. 

Cualquier duda consulta o felicitacion sera bien recibida

Nos vemos en otro fanfic  :)


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