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El juego de la seduccion por lotochoc

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Notas del fanfic:

Hola bonit@s, se que dije que no iba a publicar mas que en Corazón de piedra esta semana, pero quede tan feliz por las personas que me dieron animo asi que quise darles este regalo ^-^

Notas del capitulo:

Gracias por.estar aqui leyendo, espero te guste la historia y dime si quieres que la continue en un review. Bueno a leer. 

Que lo disfruten ^-^

Comenzaria en un nuevo lugar de trabajo y estaba muy ancioso, no era que nunca había trabajado era obvio con veintiocho años, pero luego de salir de la secundaria inmediatamente llegué a trabajar con mi padre en la mecanica automotriz de la que era dueño, todo era perfecto hasta que en la fiesta de mi primo-hermano y mejor amigo Leonardo, mi padre me descubriera besandome con un hombre y no un simple beso sino el mas apasionado que había dado en mi vida, es que ese chico que por cierto llevaba trabajando con nosotros tres meses me llevaba calentando las pelotas desde el comienzo, y yo no me aguanté mas, asi que simplemente sucedió. Mi padre un homofodo de primera se encargó de que todo el mundo se enterara, hay que aclarar que hasta que había llegado ese chico jamas me había fijado en un hombre, incluso tenía novia en ese tiempo, obvio mi padre le contó y terminamos, pero ya estaba aburrido de ella asi que no me importó mucho el escandalo que hizo, ya sabía que la muy zorra me engañaba. Pues luego de ello no volví a ver a mi familia mucho menos al chico. Fui obligado a dejar mi casa, cortar lazos con mi familia, dejar el trabajo que tanto me gustaba, pero siendo sincero...no me importaba, no se como o porque no me había dado cuenta que mi vida era una asquerosa monotonia y falsamente perfecta. Una buena casa, un buen padre, un buen trabajo, una hermosa novia, estaba tan absorto en la rutina que no me di cuenta de las falcedad de las cosas a mi alrededor, quizas con ese chico vi la posibilidad de quebrar ese estado.

Llegué a la oficina donde me hablarían sobre mi trabajo, el sueldo, la instalacion. Cuando iba entrando choqué con un hombre, al verlo a aquellos ojos color perdición sentí algo extraño en mi pecho y en mi estomago, se alejó disculpandose

<No salgas con que ahora eres gay Vladimir>pensé viendolo desaparecer tras la puerta de un ascensor y me acerqué a la recepcionista, luego de varios minutos de espera me indicó el ascensor, piso noveno. No estaba nervioso, lo unico que quería era llegar al lugar donde trabajaria. Hablé con una secretaria y esperé otros minutos hasta que al fin me dejaron entrar y fue grande la sorpresa al encontrar sentado junto a un asiento vacio al hombre con el cual habia chocado, me quedé observandolo hasta que el corrió su mirada con sus mejillas sonrojadas

-Toma asiento señor Salinas

-Gracias-me ubique al lado de aquel extraño hombre mirando al que era el encargado de personal.

-Bien Osvaldo te presento al señor Salinas tu nuevo empleado para la planta.

-Te habia dicho que queria hacer las entrevistas contigo-¿que se creia este idiota que yo no era capaz?

-El señor Salinas tiene nueve años de experiencia. Lo creo bastante capaz.

-Pues por lo que me contaste era la empresa de su padre-me miró de manera despectiva, en serio que ya me estaba cabreando esta muñequita delicada, quizas con un par de hostias se calmaria. No, debia controlarme, di un suspiro 

-Si quiere me prueba esta semana y si no doy lo que necesita puede echarme sin paga...-lo quedé mirando muy decidido, tenia que aceptar o no me retendria y le daria la paliza de su vida aunque practicamente era de la misma constextura que yo. 

-Bien. Una semana. 

-Entonces puedes ir con él, Vladimir.

-Gracias señor, fue un gusto-me levanté estrechando su mano cuando me di vuelta el tal Osvaldo ya habia llamado al ascensor, <hijo de la gran....>Nos subimos, el antisocial en todo momento tenia su vista en su móvil, no se de donde me nacieron unas ganas de acorralarlo contra la pared para incomodarlo y así divertirme un rato con mi nuevo jefe o mejor dicho encargado de planta. Llegamos afuera del edificio y se paro al lado de una camioneta enorme, el modelo mas grande del mercado, reí por dentro suponiendo que tenía un complejo mi mirada se fue a su entrepierna la cual estaba tapada por el sweter que llevaba, seguramente para ocultarlo. 

-Subete atrás por favor .

-Lo siento pero yo vengo en mi moto-apunté la joya que tenía mi unico bien preciado que me lo había regalado mi abuelo al año pasado. El hombre miró la moto y alzó los hombros en señal de desinteres. 

-Bien entonces sigueme.-se subió a la camioneta.

Luego de unas cuadras donde el tal Osvaldo iba como una tortuga, nos detuvimos en un cruce de tren, me detuve por el lado del conductor, me saqué el casco.

-Las calles estan vacias asi que puedes acelerar.

-No quiero poner en riesgo mi vida ni la de los demas.

-Mensaje subliminal....el auto es de mi padre y si lo choco me envia al ejercito.-sonreí, le había dado en el clavo, lo supe por la cara que puso. El sémaforo dio el verde, la baranda se levantó y el aceleró, reí y aceleré sobrepasandolo. Fue una guerra que ya había ganado, pero quería jugar con el idiota.

Llegamos a la planta y el nuevamente no me esperó y entró rapidamente. Tuve que correr para alcanzarlo, llamó a un hombre que estaba hablando por telefono y entramos a una oficina seguidos de el.

-Miguel el es nuevo-sacaba algo de un mueble mientras hablaba y luego me lo ofreció de una manera poco amable.

Salí con el hombre quien parecia intimidante, pero era todo lo contrario. Tenia otros cuatro compañeros, Pato, René, Tom y Axel, eran todos muy amables, para mi mala suerte el resto de la mañana fui vigilado por el hombre gruñon. Su mirada era de pocos amigos, tentandome muchas veces a darle un golpe. Descancé de él a la hora de colación, mis compañeros me invitaron a un restaurant cercano, donde servían comida casera. Me vine antes que ellos para fumar por el camino y en un restaurant cercano vi al gruñón muy cariñoso con otro hombre notablemente mas joven que él unos cinco años minimo, nuestras miradas se cruzaron, yo le sonreí burlesco, a lo que el respondió con un desprecio, me encantaba verlo molesto asi que decidí acercarme y sentarme en una mesa junto a ellos pero donde el hombre me daba la espalda y yo podía ver la cara del gruñon, se veia molesto. Yo pedí helado y comencé a comermelo insinuante mirandolo directamente a los ojos, se le veia incomodo, desvié mi vista notando que mis copañeros venian en camino Pato me hizo una seña y cuando volvi mi vista el idiota venia a mi encuentro

-¡¿Qué te crees idiota?! ¿Eres homofobico acaso?-estaba alterado y sus gritos trajeron las miradas de todos.

-No se que le pasa por la cabeza, pero controlece.-lo dije calmadamente dejandolo en ridiculo como un loco, miré a mis compañeros quienes miraban molestos al gruñón quien fue calmado por su pareja que parecía avergonzado, lo tomó de los hombros por detras y se lo llevó.

Volví con mis compañeros al trabajo, ellos no creían la manera que me había tratado, segun ellos el gruñon se destacaba por su pasiencia. Me di cuenta de que pasaron dos horas antes de que el idiota apareciera, aun se veia molesto, cinco exactos minutos despues me llamó a su oficina. No tenía miedo, sabia que no me podia despedir por algo como eso. Entré cerrando la puerta tras mi.

-No quiero que vengas mañana. Te depositare lo de hoy.-sentenció sin mirarme. Un cobarde como era de esperarse. 

-Entonces ahora puedo hacer esto-me acerque por el lado de su escritorio y giré la silla para darlo vuelta y tomandolo de la cara le di un beso, aproveché su sorpresa y que había abierto su boca para meter mi lengua y darle un beso tan apasionado como el que me había dado con el calienta pelotas. Me alejé mirando su cara de impresión y me comencé a desabrochar el overol

-¿Q-Qué haces?-seguí desabrochandome, debajo solo llevaba mi boxer, me lo quité por completo.

-Aqui está el uniforme.-me acerqué para dejarlo en el mueble tras él y salí de la oficina. Volví a mi casa pensando en el beso que le había dado a ese gruñón, el sabor de su boca me habia gustado y su rostro...

Me dormí feliz por el dia que había tenido. 

A la mañana siguiente me despertó mi móvil

-¿Quién es?-dije adormilado aun

-Oye ¿dónde estás? Deberías haber llegado hace dos horas.-reconocí la voz del gruñón.

-Ayer me quedó claro que había sido despedido.

-Pues tus compañeros amenazaron con hacer huelga si te despedía.

-Si quieres que se repita lo de ayer solo dame tu dirección o la dirección de algun motel.

-Callate imbesil. Si se te ocurre repetirlo me encargare yo mismo de que no vuelvas a conseguir trabajo en ninguna planta automotriz del país.

-Ay pero que orgullozo eres gruñón.

-No me digas así. Soy un hombre comprometido.

-Nadie dijo que no lo estuvieras, pero se puede hacer mas de una cosa a la vez.

-Escuchame muy bien, lo que estás haciendo puede ser considerado como acoso, asi que detente.

-Como digas.

-Te quiero aqui en media hora aqui.

-Llegare en dos-corté la llamada y me levante para ducharme tranquilamente, desayunar y ver algo de television. Llegué pasado medio dia justo para almorzar, en la entrada estaba el gruñon con su pareja, el me miró enojado y me acerqué.

-Hola mucho gusto, mi nombre es Vladimir Salinas.-le sonreí al hombre joven que me miraba sorprendido.-Espero el caballero aqui presente halla aclarado que lo que pasó ayer fue un mal entendido.-ambos miramos al gruñon quien me miraba con cara de asesinarme, no respondío asi que me vi obligado-¿Quieres que te cuente...? 

-¡Ya callate! Si, solo fue un error. Yo debí haberme fijado bien.

-¿Cuál es tu nombre niño?

-No soy un niño-me miró con desprecio-Tengo 18 años y me llamo Mauro.

-Pero que nombre tan masculino para alguien tan...

-Ya vete con los chicos-me miró partiendome a patadas con la imaginacion y tomando la mano de Marito se alejó. Yo sonreí, se notaba que no había nada de quimica entre ellos. Me preguntaba porque estarian juntos. Luego de cambiarme la ropa por el uniforme fui al restaurant donde estaba la pareja y me senté en la misma mesa que ellos. Ambos me miraron sorprendidos.

-Esta agradable aqui ¿cierto?-sonreí a ambos

-Nadie te invitó a sentarte con nosotros.

-Lo se, pero quiero darles el honor de estar en mi presencia.

-Vete ahora si no quieres que te eche a patadas.

-Uhmmm, no lo creo jefecito. Marito tengo algo que contarte. Tu pareja es tan buena que ha decido subirme el sueldo....-seguí fastidiandolos hasta que el almuerzo terminó y tuvimos que volver, claro yo sin despegarme de ellos. Cuando llegamos a la puerya se detuvieron mirandose a los ojos y sonriendo, pero se percataron de mi presencia.

-Puedes entrar-me miró serio

-Oh vamos, no me digan que no se van a besar porque estoy yo. ¿Acaso te da verguenza gruñon?

El gruñon me miró y luego le dió un apasionado beso al chico que quedò paralizado.

-¡Osvaldo!-chilló Marito-¿Porque me besas asi?-se notaba ofendido.-Siempre eres tierno conmigo-hizo un puchero

-Lo siento-le dió un beso superficial en los labios. 

Entramos y el se veia muy frustrado, yo me acerque a mis compañeros.

Por la tarde me retrace duchandome y al salir alguien me acorraló contra la pared ahogandome con el antebrazo

-A mi no me vas a chantajear ¿oiste? No pienso subirte el sueldo un maldito centavo. 

-Bien entonces...¿que tal otro tipo de pago?-miré hacia mi entre pierna insinuante, el miró dandose cuenta que mi toalla se había caido y estaba completamente desnudo, noté como se sonrojo y quiso salir, pero esta vez yo lo sujeté del brazo arinconandolo contra la pared y comenzando a besarlo con pasion, nuevamente el gruñon abrio la boca por sorpresa y yo introduje mi lengua para saborear la de él, esta vez por unos segundos me correspondió con la misma pasión y tuvimos que alejarnos por la falta de aire, me miraba espantado.

-Yo....yo no...¡No hagas eso!-me empujó y salió corriendo, yo sonreí, ese hombre, un hombre que podria pasar por hetero facilmente, ese hombre llamaba mi atención, no es que me gustara ni nada, pero había algo que me hacía sentir cuando estoy a su lado....me quedé mirando la salida por mucho rato. 

Al momento de salir el gruñon tambien lo hizo, nos subimos nuestras "naves" y antes de partir nos miramos, yo le tire un beso y el con su mano en un puño me levantó el dedo del corazón, reí y aceleré cruzandome por su camino haciendo que frenara bruscamente. 

Me acoste con una sonrisa en el rostro mientras mis manos se iban a mi ereccion que habia despertado al recordar el beso entre el grñon y yo, mi mano comenzó a moverse en mi eje cada vez mas rapido provocando un sonido particular, hasta llegar al climax con el rostro de ese gruñon en mi mente. No debia tomar las cosass tan encerio, solo no debia caer en el juego tonto de el señorito gruñon.

Notas finales:

Gracias por darte el tiempo de leer y como yo escribi ese fic con tanto cariño espero una retribusion en reviews. (Ese es mi.pago) 

Que tengan un buen dia bonit@s. 

^-^


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