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Formas de mirar por Danaedemar

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¿Mi nombre?, no es importante en esta parte de la historia, tengo 19 años y estoy cursando primer año de medicina en la universidad. Hasta ahora lo llevo bien, tengo 4 de los mejores amigos que existen actualmente en el mundo.

En una hora tengo el examen más importante del semestre y no tengo ni la menor idea de la materia, mi mete esta completamente en blanco, ¿la razón? Lo que paso anoche.

Constanza tenía la gran idea de asistir a una fiesta de su universidad en donde el 90% se embriaga y no recuerda nada al otro día y deja al 10% restante con la viva imagen de ellos ridiculizándose por efectos del alcohol.

No estoy criticando aquel estilo de vida, es solo que como diría mi poco célebre abuelo: “Si llegas a tener resaca un día lunes por la mañana, prepárate para la peor semana del año”.

Podría haberme unido al grupo de chicos que gustan de un buen momento para olvidar las obligaciones del mundo real.

Les contare lo sucedido, a eso de las 21:30 horas. Nos juntamos en la casa de Emilio, sus padres son demasiado liberales, llegando al punto de cubrirnos con los nuestros diciendo que haríamos unas de nuestra típicas reuniones de estudio mientras nos íbamos de juerga.

La fiesta era en la casa de la chica más fácil de su generación, razón por la cual la mayoría de los chicos se sabían la dirección de memoria y llegar no fue un problema.

Al llegar, mis amigos y yo nos dirigimos a la pista de baile y dimos vueltas como si supiéramos lo que hacíamos, note como en la cocina un grupo de chicos debatía sobre el abuso de poder que ejercen los profesores en el nivel superior, creyéndose prácticamente Dioses.

Trate de unirme pero estaban tan exaltados que opte por dedicarme a llenar  mi vaso con bebida, estando tan dentro de mis pensamientos no note como el vaso ya está rebalsándose y deje a la bebida correr por el mesón, una mano ofreció servilletas de inmediato y acepte de manera tímida, cuando levante la mirada me encontré con los ojos más penetrantes y hermosos que he visto, una sonrisa burlona pero a la vez compasiva.

Agradecí cordialmente la ayuda y me dispuse a presentarme, pregunte su nombre como si no me importara lo suficiente.

M e sonríe y me responde con una voz suave y confiada, Esteban, me llamo Esteban, respondió-

Luego de 30 minutos de charla y risas por la variedad de debates que se pueden presenciar en una fiesta llena de alcohol me susurra al oído que busquemos un lugar donde podamos conversar tranquilamente sin bulliciosos alrededor.

Lo que sabía de él hasta entonces es que tiene 21 años, estudia gastronomía cerca de mi universidad y vive solo, al menos no menciono compañía.

Nos dirigimos al jardín y secretamente agradecí a los padres de Eliana por comprar aquellos columpios presentes en las fantasías adolescentes, me ofreció su chaqueta y la dispuso en mis hombros, pese a que no tenía frio no puse resistencia a impregnarme en su olor.

Me cuenta que quiere tener su propio restaurante algún día, y que está consciente que se inicia humildemente, adquiriendo conocimiento de maestros y subir escalones cuando esté preparado para hacerlo, prometió una comida casera en su departamento, espero ansiosamente.

Le pregunte por sus padres, deseo saber que impulsa a un chico de 21 años a dejar el nido y ser independiente, básicamente la respuesta es la libertad

Me dijo que sus padres nunca estaban en casa, decidieron comenzar un negocio familiar y fue criado prácticamente por su abuela, quien le enseño las magníficas recetas que deleitan a sus profesores, sonríe orgulloso.

Le conté que mi familia es normal, mis padre trabajan en jornada laboral y mis hermanas de 14 y 15 años se pelean por sus ídolos juveniles.

Ya eran las 24:30 horas. Cuando mire mi celular, le dije que debía estar estudiando para un examen al otro día y me miro de tal manera que se me iba  a ser imposible concentrarme al llegar a casa de Emilio, intercambiamos celulares y arrastre mis amigos fuera.

Al acostarme comenzó a pasar por mi mente cada palabra, cada mirada y cada sonrisa, será que está buscando solo una amistad, como odio esta situación, no por estar en los 20 el amor es menos real y todo tiene que convertirse en aventura.

Ya son las 11:30 y el examen no estuvo tan mal, conteste más de la mitad, creo que puse suficiente atención en clases como para salvarme esta vez, no me confiare.

Quede con Sara en la biblioteca para repasar los temas que nos dio el profesor Ribera, si queremos pasar ese ramo, no puedes dejar ninguna duda sin resolver.

Le conté a Sara mi noche y me convenció de enviarle a Esteban un mensaje, no suelo ser yo quien empieza la conversaciones pero un poco de seguridad nunca viene mal.

El mensaje fue simple: -Hola, soy el desastre que desparramo la bebida anoche, ¿cómo amaneciste?

10 minutos... no hay respuesta

20 minutos... no hay respuesta

Ya va a comenzar mi clase asique decido apagar el aparato, es eso o mirar con agonía el celular cada 5 minutos para ver si recibo respuesta.

La clase se hizo eterna y aunque  concuerdo con las conclusiones de la Profesora Santibáñez, esta vez no logre concentrar mi atención en sus palabras.

Encendí el celular y nada, 3 horas de nada, me dirijo al casino y compre una bomba de chocolate con nueces que me devoré camino a casa, ¿patético? No lo creo... ¿Ayuda? Absolutamente...

Mientras terminaba mi informe sobre la importancia de la ética en el trabajo, suena mi celular, es Camila tratando de elegir el vestido que usara en la boda de su hermana.

Ella sabe perfectamente que no tengo sentido de la moda pero si palabras de aliento para superar las críticas de Constanza y Sara.

Me siento en la cama junto a Emilio, siempre hemos sido buenos amigos, me dice que planea ir a un concierto con nosotros, él es quien siempre trata de sacarnos al mundo exterior, más allá de nuestros grupos de las universidades, más allá de fiestas familiares.

Mi celular vibra, al mirar la pantalla sonrió estúpidamente, noto como Emilio ríe y comienza a prestar atención por primera vez desde que llegamos a la odiosa charla sobre vestidos.

El mensaje es de Esteban: “-Hola, tú!! Siento no contestar antes, problemas de carga. Ha sido una larga mañana, que tal tu examen?”

Recuerda mi examen, buena señal, no?

Intento no responder apresuradamente pero no lo logro y envío:”- Bien, mejor de lo que creía! GraciasJ”

1 minuto… “- Genial! Que haces ahora?"


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