Trainwreck por OhBany

Kim Jongin encuentra una peculiar palabra para definir a Do Kyungsoo. Un hermoso desastre.
Entre otras cosas es compulsivo, exagerado, es paranoia de ver casas azules cuando son blancas, es imaginar cosas que no están pasando en el mundo real. Jongin no hace más que recordarle que a pesar del camino difícil que ellos han recorrido las cosas permanecerán en orden, pero Kyungsoo es obsesivo y un simple “Va a funcionar” no es suficiente.

Jongin está lleno de seguridad y confianza, es alto, de piel tostada. Es puntillas deslizándose en escenarios de maderas y en las noches oscuras es un hogar de sábanas cálidas que arropan a Kyungsoo mientras éste tirita de frío. Es un hogar acogedor y cada palabra que sale de su boca es dulce néctar, agraciado y con júbilo. Es una mañana de abril en la que sol es cálido pero cegador al mismo tiempo. Jongin es organizado mientras que su amante es un cúmulo de nervios y manos temblorosas.

Kyungsoo es conflictivo por su parte, negativo y pesimista. No hace más que repetir que nada estará bien y que el mundo un día va a  acabarse sin que nadie pueda hacer algo al respecto; Dice cosas que normalmente no suelen cumplirse y el único acto valiente en su vida ha sido dejarse llevar por Jongin en un efusivo beso una tarde luego de su graduación porque Hyung, en serio me gustas. Por supuesto Kyungsoo había huido como la peste del moreno los días posteriores, sus palabras eran concretas, cargadas de miedo e inseguridad. Repetía para sí mismo como una mantra que estar con Jongin era contranatural y que no podían pretender una relación que se desmoronaría como una torre de naipes unos días después. Pero por su puesto Jongin fue persistente y Kyungsoo un enclenque terco, que se había enamorado.

Pese a todo el optimismo de Jongin, Kyungsoo sigue siendo un desastre. No toma pastillas para los dolores de cabeza porque hacen que duela más, y le propina golpes en el brazo a Chanyeol cuando le dice loco aunque lo cierto es que él lo está. Mientras que por un lado trata de huir de los cambios radicales, de las emociones fuertes y de las ideas de Jongin, por otro se mantiene luchando de manera constante por obtener un poquito más de su pareja.

Y pese a las estúpidas supociones de un futuro turbio, y la seguridad de que No estamos destinados a estar juntos, Jongin. Ellos se mantienen en el mismo carril, en las vías por donde pasa el mismo tren a la misma hora. Jongin sonríe a pesar de que la situación es de locos, es un manojo de flores amarillas en las mañanas turbias de Kyungsoo, flores que lo distraen de sus comunes dilemas, cuando dice que sus panqueques no están lo suficientemente dulces, a pesar de que han quedado perfectos, o cuando dice que el color negro a veces lo hace parecer emocional y se enfrasca en una pelea con él mismo. Jongin lo observa desde la cama, siguiendo con la mirada su rutina, como cepilla sus dientes y se queja porque la pasta dental no tiene suficiente menta para empezar, se queja del agua y dice que pagan un servicio de agua caliente cuando en realidad ésta sale fría.

A veces Sehun le aconseja que quizá Kyungsoo no es la persona indicada para él, pero como ha sido durante cuatro años, Jongin lo ignora y sigue su día a día, escuchando al final de la noche historias acerca de lo malo que es Yifan como jefe y como Tao es el secretario más molesto con todo ese Gucci innecesario que compra. Jongin cierra sus ojos, no ignorando lo que dice Kyungsoo, más bien deleitándose con su voz porque a pesar de que se está quejando su tono es calmado y su aliento embriagador, el mismo que hace que Jongin quiera sentirlo chocar cerca de su piel.

Como todas las noches es Jongin quien da el primer paso. Es Jongin quien baña a Kyungsoo de numerosos Shu~ porque no necesita palabras diferentes a Te amo, y te extrañé éste día. El mayor protesta y se retuerce en la cama mientras sus manos están hechas puños y sus pie se encorvan porque Jongin está besando esa zona en su cuello que tan delicada es. Kyungsoo a veces se convierte en murmullos de No te merezco que Jongin se encarga de callar con su propia boca, y robando el aliento de su amante en un beso con sabor a No me importa lo que digas hyung, te amo.

Jongin sabe cómo es Kyungsoo. Lo sabe desde el primer momento en que el mayor pisó el salón. Fue impulsivo desde el primer trabajo junto a él, cuando Kyungsoo aseguraba que usar hojas tipo carta sería más estético que usar hojas tipo oficio, y mientras mantenía su pequeña lucha mental Jongin lo observaba con ojos soñadores, grabando su ceño fruncido en la mente y proclamando a Kyungsoo como la persona con la que compartía la vida, a pesar de ser polos completamente opuestos.

Pero precisamente por eso. Polos opuestos se atraen.

Jongin es ese sol que sale después de la tormenta, Jongin es como un paraguas y Kyungsoo más como un semáforo que cambia cada segundo que pasa, como las estaciones del clima, constantes y variantes. Mientras Jongin es Vamos a hacerlo, Hyung Kyungsoo discute consigo mismo porque es un sí, y un no al mismo tiempo. Es Jongin, creo que deberíamos terminar lo nuestro en tardes acaloradas y luego un No podría vivir sin ti, en noches donde las luces de neón predominan en la ciudad. Pese a todo, cada palabra, positiva o negativa, que viene de Kyungsoo alienta a Jongin a no rendirse, porque entre tantas luchas han llegado lejos y cada paranoia de su Hyung es un motivo para levantarse y renacer como Ave Fénix, porque el amor es complejo y normalmente no entiende de razones.

Para ser sincero si Jongin hubiese cedido en el primer “No lo lograremos” no estaría contando su historia de esta manera. La gente le dice que incluso está más loco que Kyungsoo por permanecer tanto tiempo y llevar en sus hombros a una persona tan inestable pero de nuevo Jongin los ignora porque al final de día lo único que cuenta es ese momento en el que, sin hacer ruido alguno, Kyungsoo entra en la tina del baño y con sus manos masajea el tensado cuerpo de Jongin preguntando cómo estuvo el día porque incluso él entiende que no todo se trata de él y sus momentos catastróficos.

Cuando Kyungsoo es el primero en tomar la iniciativa murmurando prosas en el oído de Jongin, es cuando éste se ríe de la ironía. Es gracioso, Kyungsoo sostiene que no funcionará nunca, pero han pasado cuatro largos años desde entonces.

Kyungsoo sigue siendo un desastre, pero Jongin no estaría enamorado si fuera de otra forma.