Instinto por Noatharo

Veintisiete. Exactamente esa cantidad de minutos faltaban para que terminara esa tortuosa hora de álgebra. Ya no lo toleraba, números, ecuaciones que simulaban una lengua muerta. ¿Ya, en serio? ¿Dónde aplicaría esas cosas? Ni siquiera iba a comprar el pan personalmente, tenía gente que hacia todo por él. Miró nuevamente la hora y un chasquido salió de su boca al notar que solo han pasado cuatro míseros minutos más.
 
El profesor continuaba dictando su cátedra en lo que él seguía preguntándose en qué momento de su vida aplicaría dichas cosas.
 
Apoyó su cara en su mano formada un puño y dirigió sus ojos celestes hacia la puerta de entrada. Donde, justamente, coincidió con las miradas de dos chicas las cuales no le sacaban la vista de encima.
 
-Mmm... Interesante.- murmuró para sí mismo.<Puede que me divierta un poco luego de clasez>pensó y sonrió guiñando seductoramente hacia las jóvenes betas, quienes se dedicaron pequeñas risas entre ellas y devolviendo el gesto al alfa en manera de respuesta a sus insinuaciones.
 
En lo que él se dedicaba a coquetear su compañero de asiento llamó su atención por medio de un codazo algo fuerte.
 
- Ey... Oye, eso dolió- le murmuró por lo bajo para que el profesor no se percatarse de ello-.
 
- Ja... Así que juntando presas sin invitar a tus amigos. Que mal Thor, y yo que siempre te tengo en mente-.
 
- Si, como no Stark.- respondió Thor poniendo los ojos en blanco por un instante.- ¿como cuando te tiraste a esas hermanas filipinas?
 
- Bien, bien, eso fue un caso especial aparte, era en el cumpleaños de tu madre-. Contestó Tony sonriendo de medio lado. - Al menos déjame a la rubia, me gustan más, suelen ser sumisas. 
 
- Si quieres a alguien sumisa búscate una omega.- respondió con burla.- bien, llévate a la rubia, déjame la morena a mí-.
- ¡Ja! ése es mi buen amigo-. La campana de la hora finaliza sonó. 
 
Todos los estudiantes se encaminaron como ganado a hacia la salida. Mientras una rubia y una castaña se acercaban a los alfas.
 
Stark se dirigió a la rubia y le tendió un brazo como todo un caballero para que lo tomara.- señorita- pronunció mientras le guiñaba un ojo seductoramente. La joven beta lanzó una risita "inocente" y tomo el brazo del alfa mientras se dirigían a la salida, más precisamente a los baños del gimnasio en desuso. Era normal para ellos “relacionarse” en los horarios libre de clase, claramente no había betas que faltaran o se negaran después de todo. La mayoría mujeres y uno que otro hombre atraído por el distintivo aroma del macho alfa. 
 
Thor, dispuesto a satisfacer sus necesidades “naturales” solo tomó a la beta de la cintura y la guió hacia los salones vacíos del tercer piso.
 
Ya estando a poco de llegar, algo hizo que se detuviera abruptamente. Un olor. Levantó la cabeza y siguiendo su instinto busco la fuente del mismo. Caminó unos pasos olvidándose por completo de la presencia de la morena, pero está descontenta por la indiferencia recibida tomó al alfa del brazo y dijo con vos melosa y caprichosa.
 
-Thoooor... ¿Qué pasa? Vamos a divertirnos.-
 
Y justo en ese momento como si hubiera despertado de un trance el rubio se percató de lo que estaba haciendo. Pero... ¿Qué estaba haciendo? Solo siguiendo un suave aroma dulce y picante al mismo tiempo. Algo en él quería continuar sintiéndolo, pero al volver a intentar olfatear el aire ya no estaba. Decidió olvidarse del problema y continuar con lo suyo, ese aroma le había dejado una sensación de deseo y vacío, que por suerte a su lado tenía un buen reemplazo del que iba a sacar provecho. 
 
- Lo siento, preciosa. ¿Volvemos a lo nuestro? -. Tomado  la cintura de la beta besó sus labios y dirigió sus manos a los muslos de la chica mientras se encerraban en un aula vacía, lejos de donde alguien pueda escuchar su acto.
 
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Un joven omega de pelo rubio y ojos celestes se encontraba apoyado contra el umbral de la entrada de su instituto mientras esperaba a sus amigos.
 
- ¡Aquí, Steve! Ya llegamos-. Gritaba otra omega que llegaba junto a un chico azabache.
 
-Valla, ya era hora. ¿Por qué se tardaron tanto?-. Preguntó el rubio mientras se despegaba del muro.
 
-Pues Loki comenzó a sentirse mal, creo que tiene diarrea-. Habló  la castaña mientras señalaba con su pulgar al azabache a su lado.
 
- ¡Jodete, Jane! Que no tengo diarrea he dicho-. Le chilló Loki.
 
- Entonces, ¿por qué has salido disparado del almuerzo hacia el baño?-. Cuestionó Jane.
 
- Hmnp, eso no es de tu incumbencia -. Sentenció el azabache omega. Es que en realidad, ni él mismo sabía que había pasado, de repente sintió un profundo calor sofocarle, ese día no hacía calor era pleno otoño. Pero lo que dio la llamada de alerta en sí para que saliera despedido hacia el baño más cercano fue la repentina humedad en su ropa interior y el estremecimiento de en su ano, ¿orina? No, lo hubiera sentido, entonces qué. Mejor dejó el tema a un lado o volvería a ruborizarse y su orgullo se iría al caño.
 
- Bien, si ya estamos todos vamos por un café-.
 
- Espera, aún falta Pepper. ¿Dónde se habrá metido?-. Se preguntó Jane. Y en eso una beta se acerca a ellos corriendo.
 
- ¡Aquí estoy! Lo lamento deje mis cosas en el gimnasio y debía ir por ellas-. Se disculpó la chica.
 
- Mmm... ¿Así que el gym? Tú no eres de los deportes Pepps, o acaso estabas espiando a Romanoff?
 
Pepper sintió como la sangre se le acumulaba en las mejillas y vio como tanto Jane y Loki la miraban con una sonrisa burlona.
 
- Es... ¡Eso no es v... verdad!- chilló la beta esperando a que le crean y no ser descubierta.
 
- Ya, ya, chicos basta vamos que muero de hambre-. Interrumpió Steve, ya que veía una próxima pelea en camino y verdaderamente quería ese café. Por lo que comenzó a dirigirse hacia el café bar cercano al instituto.
 
Los demás lo siguieron. Todo iba bien entre risas y bromas pesadas hacia Pepper, pero toda esa tranquilidad y alegría se borró de su rostro al percatarse de un grupo, lamentablemente conocido para ellos, de alfas.
 
Intercambiaron miradas y entendiéndose entre ellos decidieron cambiar de acera. Pero antes de poder lograr su cometido el grupo de alfas ya se habían percatado de su presencia y los habían interceptado a poco antes de que nuestro grupo lograra siquiera cruzar.
 
- Pero valla ¿qué tenemos por aquí? Si no es más que el grupo cerebrito del instituto-. Habló el líder del grupo, un alfa de cabello corto castaño y ojos azul. 
 
- Déjanos en paz, Odinson. No queremos problemas.- Habló Stave, mientras se posicionaba frente a sus amigos, siendo él el mayor de todos ellos se sentía en la responsabilidad de cuidarlos.
 
- ¡Ja! ¿Y un insignificante omega como tú se atreve a hablarle a una raza superior de esa manera?-. Habló otro alfa a su lado, de aspecto tosco y que miraba a Steve de una manera lujuriosa que le dio un escalofrío al omega pero logró disimular.
 
Otra alfa salió de detrás de ellos, castaña y de ojos celestes. - Deberíamos enseñarles su lugar como los insignificantes omegas que son-. Habló despectivamente. 
 
- Ya, chicos, Siff, el omega no quiere problemas-. Espetó Balder. - No buscamos problemas, solo necesito a Laufeyson-. Y sonrió maliciosamente.
 
Loki por su parte se estremeció, sabía que Balder se traía algo entre manos, siempre era así, debía cumplir sus recados, hacer sus trabajos e incluso sus exámenes. Sino lo que le esperaba era una golpisa segura. Aunque solía ser el saco de boxeo de él y su grupo de matones. 
 
- Olvídalo, lo dije, no queremos problemas ni dentro ni fuera del instituto. Sólo dejamos tranquilos-. Sentenció Steve, sabía perfectamente como ese grupo de matones trataba a sus amigos y mientras él pueda no iba a permitir que los traten de esa forma.
 
- Ya Rogers, esto no es de tu incumbencia-. Fandral lanzó una mirada amenazante a Steve el cual solo pudo sostenerla hasta que el alfa la dirigió a Loki.- Tu -. El azabache se tensó aún más al sentir su voz llamarle, Balder le lanzó un bolso con unos cuantos cuadernos dentro. - Los quiero terminados para mañana, o ya sabes que pasara-. Y se alejó con su grupo riéndose de los omegas. 
 
- Lo siento, Loki. Quisiera haber podido al menos...-.
 
- Ya Steve, estoy acostumbrado. Además no hay muchos omegas con las pelotas bien puestas para enfrentarse a bravucones como él-. Loki le regaló una suave sonrisa y puso la mano sobre su hombro.- Aun así, muchas gracias.
 
Steve le devolvió la sonrisa aunque su mirada aún se notaba un poco de decepción de si mismo. Si tan sólo fuera un alfa podría proteger como corresponde a sus amigos, pero si hubiera nacido como uno y hubiera terminado siendo como el idiota de Balder y sus amigos? Era muchas cosas que pensar por lo que dejó de lado eso y decidió enfocarse en pasar la tarde con su querido grupo.
 
- Bien!-. Jane notó lo tenso del ambiente y quiso aligerarlo un poco. - Aquí parados no llegaremos nunca a descansar, esos idiotas no cambiarán nunca y mejor alejarnos más rápido la próxima vez. Vamos, me apetecen unos brownies-. Y emprendió la marcha nuevamente seguida de sus amigos.
 
<Valla, la tendré pesada esta nochez>pensaba Loki mientras miraba el bolso que le había arrojado Balder. Pero antes debía investigar qué demonios había sido lo de esa mañana.
 
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Anatomía del Omegaverse.
 
- Bien como ya todos sabemos nuestra población está compuesta por tres clases-. La profesora terminó de escribir es la pizarra el tema del día y se dio vuelta hacia su alumnado.- ¿quién puede decirlas en orden de jerarquías? Si, señorita Foster-. Jane que había levantado la mano junto con los que comúnmente participaban activamente de las clases, respondió.
 
- Son tres clases. Alfa, beta y omega. Siendo los alfa los de jerarquía más alta seguidos por los beta y por último los omega-. Respondió sencillamente.
 
- Bien, perfecto-. Respondió la profesora, y al darse vuelta para anotar lo anteriormente dicho por su alumna, una bola de papel se estrelló justo en la frente de la omega. Al levantar la vista vio al grupo de Balder Odinson burlándose de ella.
 
Sin embargo, esta le restó importancia, para ella eran simples bravucones que se creían en la cima del mundo. Lo que en verdad le preocupaba era su amigo.
 
Loki lucia cansado, probablemente por las tareas extras que tuvo que hacer para el estúpido de Balder, además de que parecía estar divagando en sus pensamientos. 
 
- Bien-. La profesora se dispuso a continuar.- Cómo ya vemos los alfas son la especie dominante, los hay hombres y mujeres*, siendo los hombres la gran mayoría. Son los más fuertes, grandes y en ocasiones pueden ser de carácter agresivo, son la cabecilla, tienen un fuerte instinto de protección y son muy territoriales. Sus sentidos de olfato, oído y vista se encuentran muy desarrollados, por lo que se basan principalmente en el olfato para encontrar pareja mediante la percepción de las hormonas tanto de betas como omegas. Siendo estos últimos los que son de preferencia para un alfa. Poseen un nudo en la base de sus geniales, el cual al momento de la liberación del semen se hincha, anudandose a su pareja y así asegurando de hacer más efectiva la fecundación de la misma. 
Es muy difícil que un macho alfa fecunde a una hembra alfa, ya que estos por instinto buscan a betas y omegas, y las hembras alfas son en un 95% estériles para concebir, más son 100% fértiles para fecundar en otra hembra beta u omega. Si reaccionan al celo de los omega, los alfas pueden llegar a  no controlarse, despertando ese instinto agresivo y de posesión.
 
Los betas son la especie más cercana a los antiguos humanos por lo que poseen menos cantidad de instintos, aun así poseen el instinto de proteger a los de menor jerarquía, es decir, los omega. La población es menor que la alfa, y su población es más abundante en mujeres que hombres, aunque no hay mucha diferencia en cantidad. Las mujeres beta son capaces de ser fecundada tanto por alfas y hombres beta. Sin embargo los hombres betas no pueden concebir y solo pueden fecundar a mujeres beta y a omegas. Los betas no reaccionan al celo omega a pesar de ser capaces de percibirlo.
 
Los omega por su parte son la última jerarquía, suelen ser en su gran mayoría mujeres aunque también son hombres, su contextura es de menor tamaño que los alfa y beta, suelen ser tranquilos y sumisos. Los sentidos de estos son casi tan desarrollados como el de los alfa, teniendo el instinto de resguardarse y huir en situaciones de peligro, aunque esto se ve afectado durante su época de celo. Son muy dependientes emocionalmente y buscan protección.
 
El celo se da cada una determinada frecuencia de una vez cada 3 meses, donde sus hormonas liberan una esencia aún más fuerte que su aroma natural, el cual llama al apareamiento de los alfas. El sistema natural del cuerpo del omega hace que entrado el celo el cuerpo se auto prepare para el coito, es decir, se autolubrique para recibir a su pareja y sus instintos guíen a aparearse y ser fecundado. Durante este periodo, el celo puede controlarse o disminuirse con píldoras supresores,  las cuales no dejan que el omega libere el típico aroma de su celo y sea más tolerable el calor.
 Un omega hombre y mujer tienen la capacidad de albergar una cría en su interior. Un omega hombre puede ser fecundado por un macho alfa o beta, sin embargo, una mujer omega solo puede ser fecundada por un macho o hembra alfa o un hombre beta. Una mujer beta no puede fecundar a una mujer omega.
 
Como ya explicamos antes cada clase lleva un aroma distintivo. Cuando un beta u omega se une a un alfa u beta, los primeros comienzan a  oler como los últimos. Así se aseguran de mantener a otros alfas y betas lejos de sus parejas-.
 
La profesora dio por sentada la información dada y continuó.- Bien, supongo que muchos de ustedes pensarán que esto es un tema muy bien sabido por todos y por qué volvemos a verlo. Pues precisamente es porque la mayoría de ustedes ya entró o está entrando en la etapa de los cambios hormonales. Principalmente los omega, en cuyo caso están preparándose para comenzar la etapa del primer celo-.