Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lamentos de un ángel por demix

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Yo no pretendo ofender ni blasfemar a la religíón católica, mi intención no es hacer ningún tipo de mofa con esta historia. Yo respeto mucho a cualquier religión, y ésto no es ningún tipo de ofensa. Simplemente es algo que se me ocurrió de repente. Para los que lo lean, espero que les guste, y a los que no les agrade por su temática vuelvo a reiterar que no pretendo ofender a ésta religión y les ofresoco mis disculpas por ello.

 

Notas del capitulo:

disfruten...

Es la primera vez que escribo algo así y no se si me entenderás bien, pero empecemos desde el principio de todo.


Si mal no recuerdo, fuiste bautizado a tus cinco años. Ya podías expresarte, hablar por ti mismo, y diferenciar lo bueno de lo malo, ya estabas grandecito para tener un guardián adulto que te cuide como a todos los bebés.


Entonces el señor de los cielos asignó a uno de sus más jóvenes ángeles, un pequeño niño de siete en años humanos. Me encargó tu cuidado, y aunque yo no tenía ganas de hacerme responsable de un niño, tuve que aceptar porque me lo mandaba él y además confiaba en mí. Dicen que el rey de reyes siempre tiene planeado el destino de toda su creación, incluyendo sus ángeles.


Bajé de las alturas con la forma de un copo de nieve que llegó a tu ventana, tomé mi forma humana ocultando también mis pequeñas alas que apenas las usaba bien, que si no, hubiera bajado volando. Y ahí te vi, con toda tu familia celebrando tu bautizo, me quedé afuera hasta que todo termine. Me quedé dormido…


Cuando desperté, ya había oscurecido, y… ¡nadie estaba en la casa!, me llevé un gran susto, entré y te busqué por todos lados, aunque parecía que la casa se movía sola, siempre terminaba en el baño, me cansé y me quedé un rato ahí. Entonces, alguien abrió la puerta, ¡eras tú!, di un gran suspiro de alivio, perderte el primer día fue horrible.


Luego de que tomaras un vaso de agua y de hacer pipí saliste del baño, así que te seguí, no podías verme, eso lo sabía, los ángeles adultos me contaron una vez que solo las personas que en verdad lo deseaban con el alma podían ver a su ángel. Llegaste a tu habitación, vi que dudaste al querer apagar la luz, tenías miedo, cuando al fin la apagaste corriste desesperado a cubrirte con las sábanas, ahogué mi risa apenas. Pasó una hora, yo solo me la pasaba dando vueltas por tu cuarto, cuando un movimiento tuyo me distrajo, al parecer te hizo calor con todas esas frazadas, me acerqué a obsérvate mejor, la primera vez que me quedé asombrado con tus rubios cabellos, tu piel blanca, y una divertida ceja rizada, pero no pude ver tus ojos ya que los tenías cerrados. Eras demasiado angelical como para ser humano.


Al dia siguiente tu madre te despertó para ir al preescolar, te acompañé y conocí a tus amigos, un pequeño pelinegro Luffy y su hermano Ace, y un niño moreno llamado Law. Y aunque no lo creas, también conocí a sus ángeles, no debería decírtelo, pero ya no importa, KId era el ángel de Law y el ángel de los hermanos se llamaba Sabo, eran mis amigos y me alegró verlos de nuevo.


En fin, así pasaron los días, los meses y un año, hasta ese día, el día en que llegaste de la primaria enfadado, le contaste a tu abuelo que en el colegio te contaron que cada niño tiene su ángel guardián, pero tú no lo veías por ningún lado, también que Law si lo había visto y también Luffy, pero su hermano no, y tú, tu querías verlo, sonreí al oírte. Tu abuelo se carcajeó y te dijo que solo las personas que lo deseaban con el alma lo veian, lo mismo que me contaron a mí una vez, y al parecer era cierto, Kid estaba muy feliz ese día, emocionado porque su niño lo veía, igual Sabo, aunque algo triste porque Ace no lo hacía, tuve que explicarle que un ángel solo cuidaba a un solo niño, luego se enteró que Ace no había sido bautizado, por lo tanto, no tenía un ángel. Como ya sabes, nunca lo bautizaron ya que era adoptado y sus padres no se preocuparon por ello.


Y tú, rezabas todas las noches con la esperanza de ver un día a tu ángel, como siempre, yo te acompañaba. Pasaron algunos días, hasta que una noche, un estruendo nos despertó, nos asomamos por la ventana, y nos encontramos con esa maldita escena de tus padres muertos, perdón si te lo recuerdo, pero vi como las sombras del infierno se levantaban para seguir eternamente a esos delincuentes y luego, llegaban las almas divinas a llevarse el espíritu de tus padres, así que no te preocupes, ellos están en el paraíso. Lloraste toda la noche junto a tu abuelo, en la velada y en el entierro, y yo, tuve que acompañarte. A la tercera noche, rezaste una vez más con lágrimas en tus ojitos azules. Te abracé para consolarte, y diste un respingo, parecías asustado y yo también me alejé por la impresión, giraste lentamente, y me viste, no lo creía, me moví a un lado y tus ojos me siguieron, fui al otro y también me seguiste con la mirada, ¡Me veías! ¡Me veías!, salté de la emoción y mis alas se abrieron por equivocación, ¡también volaba! Y ahora que la veía, habían crecido un poco, estaba feliz, muy feliz, pero tú…tú seguías atónito. Me acerqué y tímidamente me preguntaste si era yo tu ángel, asentí con la cabeza, de nuevo empezaste a llorar y te lanzaste a abrazarme, hasta quedarte dormido.


A partir de entonces, todo cambió, te acompañaba a la escuela, conversábamos, pero solo delante de tus amigos ya que ellos también lo hacían con sus ángeles, y con tu abuelo pues… siempre creyó que era totalmente normal que un niño tenga amigos imaginarios, como sea, nunca nos importó ¿no?


Aún recuerdo las primeras veces que intentaste cocinar a tus ocho años, fueron muchas las veces que te alejé de quemaduras y cortes de cuchillo, al final, no pude siempre evitar todas. ¿Recuerdas la vez que incendiaste la cocina? ¿Y despertaste en el hospital? Yo te saqué de las llamas, y fue la primera vez que recibí un gracias de tu abuelo, todavía recuerdo sus palabras: “muchas gracias quien quiera que haiga salvado a mi nieto”, a partir de entonces Zeff te empezó a enseñar a cocinar, y aprendiste rápido, y lo que hacías para tu edad parecía ser delicioso, aunque nunca probé nada.


Pasaron los años, en la pubertad te fuiste olvidando de mí, ¿Recuerdas a tu primera novia, Vivi? ¿Eras feliz cierto? Pero, cuando descubriste que te engañaba, te sumiste en una de tus peores depresiones, y como siempre, yo estuve contigo, la verdad es que me dolía verte sufrir, me dolía mucho. Quizás esa fue una de las últimas veces que dijiste mi nombre.


Llegaste a los diecisiete y yo ya completaba los diecinueve, me acostumbré al tiempo de la tierra, pero sabía que apenas había pasado una hora en el reino divino. Te hiciste todo un don juan, te metías a cuantas chicas te encontrabas por ahí, yo ya no tenía ni voz ni voto en lo que hagas, ya no me veías, lo único que podía hacer era cuidar que no te pase nada malo, y si lo que hacías te contentaba, yo no podía juzgarte, eso solo lo hace el rey. Pero lo admito… me molestaba… mucho.


Te convertiste en un gran cocinero, con tus veinte años y tu carrera en buena racha te iba bastante bien, y eso me alegraba, pero… como te gustaba irte de parrando con tus amigos los viernes, esos días también veía a Kid y Sabo, Sabo era muy feliz, puesto que Luffy aun podía verlo, en cambio a nosotros ya nos habían olvidado y Ace pues… al parecer el gran rey no dejaría a nadie sin su ángel, Ace llevaba una vida feliz junto a ese chico llamado Marco, yo me alegré por ellos, pero Kid no, esto es algo que no debería contarte, pero ya no importa; Kid empezó a tener envidia e ira, sentimientos que son un pecado, éstos se intensificaban cada vez más hasta el punto de ser llamado por el grande, sentenciado a un juicio, en el que salió perdiendo y fue desterrado de los cielos a los infiernos, no volví a saber luego nada más de él.


Uno de eso viernes, por poco y te atropella una volqueta de cemento, no sé cómo, pero pude reaccionar a tiempo para tomarte de los brazos y levantarte en el aire para salvarte, luego de mucho vi mis alas otra vez, era grandes y hermosas, pero… al parecer cometí un grave error, cuando volví a ver abajo, noté que la muerte estaba ahí, en la carretera, mirándome con decepción y pena, en ese momento me di cuenta que… era tu hora y yo, yo la evité, eso es un delito para nosotros, y lo peor es que también te hice volar y me veías, me veías con asombro como la primera vez que me viste, con tus ojos azules abiertos como platos, atónito, hecho piedra, pero no me soltaste, hasta que llegamos a tu departamento, ninguno de los dos dijo una palabra, aun seguías observándome con la boca abierta, te pregunté si te acordabas de mí, asentiste con la cabeza, diciendo mi nombre de nuevo con la voz entrecortada, sonreí, me sentí el ser más feliz del universo en ese momento.


Durante el tiempo que estuve en la tierra aprendí las costumbres de los humanos, y por instinto, aquella noche, sentí las ganas de besarte, me acerqué lentamente, no hiciste ningún solo movimiento, solo tus ojos me seguían, me incliné un poco, y rocé tus labios, un simple roce para que te sonrojaras tiernamente, entonces te di un beso normal y te sonreí, no te moviste, así que continué con otro, otro y otro más, me gustaba, pero en uno de esos tú me correspondiste, me sorprendí y ahora eras tú el que me los daba, yo no me dejaría vencer, así que ataqué a tu cuello, diste un gemido y quise oírte más entonces continué, al rato sentí tus brazos abrazándome por el cuello, bajé mis brazos a tu cintura, para recostarte en la cama con toda la delicadeza que pude para luego, subir mis manos por debajo de tu camisa, hacías ruidos que me gustaron mucho, al igual que tu rostro todo sonrojado, nunca olvidaré esa noche…


Al amanecer, te encontré dormido a mi lado, me detuve a observarte unos segundos, recordé la primera vez que te vi dormir, aún me parecías un ángel perdido en éste mundo. De pronto sentí una punzada en mi cabeza, y luego un dolor indescriptible, te dirigí la vista una vez más, estabas despertando, así me di cuenta de lo que había hecho, sabía que, era la última vez que te veía, abriste tus ojos cielo, y fue lo último que vi.


Repito una vez más que no debería contarte nada de esto, pero ya me vale mierda todo. Aparecí en el reino sagrado, rodeado de un montón de ángeles, arcángeles y guardianes de todos los mundos existentes, y en el trono supremo el omnipotente señor, me miraban todos con seriedad, en silencio, me arrodillé y bajé la cabeza esperando lo que me tocaba, entonces, el rey me dijo con su expectante voz lo mucho que había crecido estos dos minutos que en la tierra eran ya catorce años, yo tenía como 21 años, y me había hecho un ser muy fuerte, esto se debía a que era muy apreciado por el ser humano que me había tocado cuidar, esa información me dejó en shock, era entonces que tu aún me recordabas, pero entonces ¿Por qué no me veías?, creo que jamás lo sabré. Pero entonces el grande me dijo que había cometido faltas muy graves, que evité tu muerte, te elevé para salvarte, y luego… la lujuria, y todo en una noche, estaba seguro de que me expulsaría a los infiernos, pero se compadeció de mí, sabía que lo que yo sentía por ti era amor, por cómo te salvé cuando incendiaste la casa, me dijo que en esa vez tu debías haber muerto para que llegues como ángel, pero yo lo evité, por poco me echo a llorar cuando me dijo aquello. Luego que las veces que sentía rabia cuando te encamabas con cada chica, eran celos, yo no sabía nada de eso, cuando tuviste tu primer amor, en realidad no era esa chica peli-azul, sino que había sido yo. Los ángeles pueden cuidarte pero no leer tus pensamientos ni tus sentimientos. Ya no aguanté más y las lágrimas comenzaron a brotarme por primera en todo éste tiempo.


Sin embargo él se compadeció un poco de mi dolor, me exilió a la tierra, pero no como un humano, perdón pero no puedo decirte en que y antes de convertirme y llevarme a donde es mi respectivo hábitat natural, te escribí esto, sin que nadie se entere, para que sepas que espero algún día volverte a ver.


Pdta.: te amo Sanji


 


Zoro

Notas finales:

15 reviews y hago el lamento de KId (no cuenta repetidos del mismo reader)

(^u^)/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).