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Difícil de Explicar por Jess M

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Notas del fanfic:

Es un minific de no más de diez capítulos.

Como soy una Exo-Lela anarquista y jarcor, escribo por lo general de novelas con couples no oficiales.

Esta novela es del gigante orejon con el venado demandas locas, asi que desde ya advierto a las hunhan y baekyeol shippers, que si no soportan ver uno de los que integran su ship con alguien mas, den click en cerrar y listo.

Sin mas a leer beibis.

 

Le dio un vistazo rápido al verlo en el rellano de la puerta.

Se le revolvió el estómago, y comenzó a preguntarse tantas cosas.

Luhan era consciente de que el aspecto no era algo que debía importarle, al final de cuentas ese tipo de personas estaban por algo en específico y él lo hacía por algo en específico. No podía darse el lujo de negarse o mostrarse dudativo frente a algún cliente.

Los ingresos que recibía eran bajos y perder clientes por su actitud no era una opción.

Quizá ser un poco más amable le traería unos ingresos extra, pero ser un bastardo moderado le traería de vuelta un poco de dignidad que tal vez por más estúpido que sonara se esforzaba por mantener. A estas alturas lo único que podía mantener más de tres días era eso.

 Luhan esperaba terminar pronto, pero nunca se le había cruzado por la cabeza que aquel individuo que tanto disgusto visual le provocaba le traería una jaqueca irreparable, apenas cerró la puerta el alto se sentó en la cama con los ojos sobre Luhan, abiertos y amables.

Luhan creía que probablemente esos ojos no eran lo absoluto cercanos a los ojos perversos de sus clientes regulares, eran ojos psicóticos que le provocaban que se le erizara los vellitos de sus brazos, su primera impresión fue su estatura anormal, la segunda fueron sus ojos de loco y lo tercero su sonrisa enorme.

Luhan sabía que aquella reunión no tendría ningún final bueno, pero no esperaba que fuera peor de lo que su cabeza maquinaba.

 

-Son $500 dlls por noche, $60 dlls por hora, y no incluyo los costos de este motel.- fue lo único que menciono Luhan, el alto de cabellos rizados seguía sin quitarle los ojos de encima, el rubio sin más comenzó a sacarse el suéter quedando en polera, usaba el mismo suéter azul marino y los mismos jeans ajustados que el día de ayer, con lo que ganaba conseguía visitar la lavandería y lavar su ropa todos los días, el resto del dinero que cobraba iba directo al alquiler del apartamento y los pagos en la universidad.

 

¿Por qué se debía mantener a si mismo?

Increíblemente en pleno siglo XXI los padres de Luhan lo dejaban llevar su propio camino porque necesitaba aprender de la vida y dejar de pensar en tonterías como el canto, nada le traería estudiar música y miradlo ahora, trabajando en un prostíbulo por las noches para pagar su carrera de música.

Gruño para sus adentros, cada ocasión que recordaba los rostros indiferentes de sus padres al alejarse de casa se le juntaba la rabia en su ser, por el momento no quedaba que callarse y soportar todo lo que necesitaba para hacer lo único que lo mantenía feliz en el mundo.

 

-¿Cuál es tu nombre? El mío es Chanyeol, me parece que te he visto en una ocasión, dicen que cuando ves a alguien una sola vez basta para que al volver a verlo recuerdes o por lo menos estés consciente de que lo viste.- hablo el castaño mientras sonreía de lado, la voz del desconocido era algo de otro mundo. Luhan pensaba que al escucharlo su voz sería bastante ordinaria aguda inclusive, tan aguda como un elfo, y no es como si supiera como hablan los elfos. Ni siquiera sabía si hablaban o existían siquiera.

 

Pero lejos de todas las divagaciones de Luhan, la voz del alto era bastante difícil de pasar a segundo plano.

Luhan escudriño con la mirada al alto, esta ocasión lo analizo a profundidad, tenía unos jeans de marca, una polera bastante grande y una gorra de los Steelers oscura, nada parecía ordinario en “Chanyeol”

 

-Puedes llamarme Luce.- menciono Luhan mientras se ponía de rodillas para desabrochar el pantalón del alto y comenzar de una vez para terminar pronto e ir a casa, había sido un día cansado y lo único que deseaba era dormir temprano.

 

Chanyeol aparto la mano de Luhan, con ternura tomo sus manos y las miro atentamente, el rubio se quedó estático, no se supone que deba evitar lo que venía, es decir, por alguna razón en concreto debía estar allí y no era para ver de cerca su mano.

Chanyeol acaricio la mano de Luhan, sus dedos e inclusive su palma, sus ojos reflejaban una admiración y un brillo que el rubio simplemente prefería ignorar dirigiendo su mirada a otro sitio.

 

-Tus manos son suaves, al igual que la seda, y tus dedos frágiles, como los de una princesa.- comento Chanyeol mientras obligaba a Luhan a levantarse del suelo, el rubio dudoso se levantó, el rizado le señalo que se sentara a su lado en la cama.

El rubio lo hizo y seguido el alto se volvió para verlo.

 

-Te recuerdo que el tiempo corre y al pasar las diez de la noche mis servicios no estarán disponibles.- comento Luhan con un tono de voz tan frio como la nieve, Chanyeol le dedico una sonrisa amigable. El rubio simplemente no entendía casi nada del asunto.

 

-No es por eso por lo que estoy aquí, y estoy bastante seguro que tu nombre no es Luce, es decir, ese, si mi cerebro no falla, es un nombre de mujer, debes tener un nombre.- y otra vez el alto con orejas grandes porque vaya que sus orejas resaltaban, comento animado casi euforico.

 

Luhan suspiro imaginariamente. Esa era la plática más larga que había tenido con un cliente desde que entro en el negocio ilegal de la prostitución. Era tan lamentable, pero era preferible a sentirse analizado por un gigante de ojos extraños y sonrisa de loco.

 

-¿Tiene mucha importancia acaso? Estas aquí por una razón y yo acepto estar aquí por otra.- fue directo al grano, y es que Luhan odiaba dar muchas vueltas al asunto, era directo y no importaba con quien. El castaño bajo unos segundos sus sonrisa, Luhan lo notó pero si le preguntan poco le importaba.

Lo único que podía pensar era en darse una ducha, quitar todas las caricias sucias que los tipos le habían dejado en su piel, y cubrirse con las sabanas de pies a cabeza para tratar de olvidar el tormento personal que le traía soportar toda la humillación de un día de trabajo indigno.

 

-Yo no quiero tener sexo contigo, quiero charlar.-respondió el alto mientras volvía a sonreír, Luhan se levantó de la cama y tomo su suéter del suelo y volvió a colocarselo, el castaño lo observo con cautela.

 

-Yo no soy un psicólogo para escucharte hablar, pierdes tu tiempo y yo estoy perdiendo el mío por este tipo de boberías.- ya dispuesto a irse, con suéter cerrado listo para el frio de la noche, el alto tomo su mano y lo detuvo centímetros de salir del cuarto.

El agarre no era brusco pero no débil.

Lentamente el rubio se dio la vuelta mientras el castaño borraba su sonrisa y formaba una mueca triste, llena de pena.

 

-Lo siento si te ofendí, pero te pagaré, estoy consciente de que probablemente estés cansado, solo quiero que descanses tú y que yo pueda soltar todo eso que traigo dentro, quiero conversar contigo solo eso, prometo que recibirás tu pago.- Luhan le miro de soslayo no totalmente convencido pero sin descartar la posibilidad.

Seguía sosteniendo el perchero mientras Chanyeol le rogaba con la mirada.

Y de no ser porque tenía un mes atrasado en la renta de apartamento, se hubiera largado de ahí sin dudarlo, pero derrotado por su necesidad, retiro la mano de la manija y se dio la vuelta.

El castaño sonrió alegre, mientras Luhan bufaba en silencio.

 

-Gracias.- menciono el rizado, pero el rubio simplemente rodo los ojos en cuanto el alto se dio la vuelta y se recostó en la cama, segundos después señalo a su lado y Luhan con pesadez se recostó a un lado del alto.

No quería aceptar que era un alivio no tener la obligación de coger con un extraño más, pero definitivamente escucharlo hablar era un tormento total.

Y es que no paraba de hablar y siempre divagaba en todo, parecía hacerlo a propósito, y sin darse cuenta había quedado dormido.

*****

Al dar las once de la noche, despertó y no había nadie en la habitación, el rubio se tallo los ojos mientras asimilaba bien su entorno y la misma habitación de motel era su campo de visión.

Sus ojos pasaron de la cama al ropero y del ropero a la mesita de noche, donde había un fajo de billetes de $200 con una notita.

Luhan vio de cerca el mensaje.

 

 

“Gracias y perdón por molestarte, habló demasiado, lo sé.

 Por ello te dejo una pequeña compensación.”

 

 

Y conto los billetes, eran cinco billetes, eran $500 más de lo que debía pagar en realidad.

Luhan sin poder evitarlo sonrió, eso era todo menos una “pequeña compensación”.

 

Pensó que probablemente el día no fue tan malo después de todo.


 

 

Notas finales:

Bien, ahora me doy cuenta de lo extrañamente ligero que manejo la profesion de Luhan, pero simplemente queria evitarme dramas y dejar de lado la sufridera por algo mas realista, porque no todo es lagrimas ni todo risas.

Dejen su RW sobre lo que piensan en general de la novela, tengo listo el segundo capítulo pero de ustedes depende de la rapidez con la que lo suba.

Nos leemos despues.


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