ACE
Me quedé estático en la puerta de su camarote. Sin camiseta, con la espalda dolorida y las malditas esposas puestas. Venga, hombre... era imposible que le hubiera sentado tan mal... Traté de llamar a la puerta, pero estaba tan debilitado por el kairoseki que apenas emitió sonido alguno. Me senté en el suelo con la espalda apoyada en ésta, el frío le sentaba bien a mi tatuaje.
-Venga. Marco... no te enfades... lo he dicho sin mala intención... - no recibí respuesta alguna. - Sería posible que, al menos ¿me quitaras las esposas? - nada - Vamos, Marco... dame la camisa, al menos...
En ese momento la puerta de su camarote se abrió. A causa de eso me caí al suelo, por estar apoyado. Me miró desde arriba... estaba MUY enfadado. Me gritó que me marchase de allí y de un puntapié me apartó del hueco de la puerta, que volvió a cerrar de golpe. Ahora el que se había enfadado era yo.
- ¡Como quieras, Marco "el fénix irascible"! Quédate en tu nido de fénix sin salir regodeándote en tu orgullo de fénix. No eres el...
- ¿Qué está pasando aquí?
Thatch acababa de hacer acto de presencia. Le resumí lo ocurrido en el camarote de Marco y él sólo soltó una carcajada. Como había hecho Marco un rato antes, me levantó en volandas del suelo y me llevó hasta su camarote, justo al lado del de Marco.
- Se le pasará, ya verás.
- ¿A dónde demonios te crees que me llevas, Thatch?
- A quitarte esas esposas. A menos que sigas decidido a pedirle a Marco que te las quite él.
Me callé al momento. Marco no iba a dar su brazo a torcer lo más mínimo. Thatch me tendió en su cama y se puso a rebuscar por sus cajones...la llave, supongo.
MARCO
Cuando estaba a punto de abrir la puerta para volver a decirle cuatro cosas, escuché una voz de fondo. Ése era Thatch, y venía, cómo no, a poner paz. Me quedé apoyado en la puerta escuchando la conversación. Ace comenzó a contarle todo lo que había ocurrido y, de repente, Thatch se lo llevo a algún lado, y escuche cómo cerraba su camarote que estaba al lado del mío.
-Pues nada, que se quede con Thatch, al menos el no es un pajarraco....
Me quedé sentado en mi cama, de mala gana pensando en todo lo ocurrido. Seguramente irá a quitarle las esposas a su camarote, eso es todo... además, que me da igual, que no me importa. Y el idiota este tampoco se ha llevado crema para echarse en el tatuaje... bueno, tampoco le he dado tiempo... pero eso da igual… Oh, joder. Me levanté de la cama cabreado, y busqué por los cajones la crema hasta que la encontré. Se la llevaría, pero no porque me preocupara por él, solo porque.... bueno, pues porque sí y punto. Recogí la camiseta de Ace, y de ella venia su dulce olor, tan cálido tan... Me quede estático pensando lo que acababa de hacer. Mejor se la llevaría también. Salí por la puerta, con la crema y la camisa en mano, y me arrimé silenciosamente a la puerta de Thatch a escuchar que pasaba allí dentro.
ACE
Thatch seguía rebuscando en los cajones y maldiciendo por lo bajo. Parecía que no encontraba lo que buscaba. Mientras tanto, yo seguía ahí, tirado en la cama, observando cómo iba de un lado a otro de su camarote. Finalmente, con algo parecido a una ganzúa se acercó a mí.
- Lo siento, Ace, esto es todo lo que he podido encontrar.
Me dio la vuelta y me tumbó boca arriba en la cama, se sentó encima de mí, para estar más cómodo y empezó a trastear con el cierre y la ganzúa.
- Ay, Thatch... sé más cuidadoso, ¿quieres? Me estás haciendo daño...
- ¿Es la primera vez que te hacen esto? En este barco es bastante común... - dijo con una risa.
- Pues yo no tengo muy claro que quiera repetir - comenté con sarcasmo.
- Vamos, Ace, no es para tanto, luego te sentirás mejor. A ver... con cuidado... parece que está entrando...
- ¡Ay, Thatch!
- Si te mueves tanto, no atinaré nunca... Ya está casi dentro. Sólo un movimiento más...
En ese momento, la puerta del camarote de Thatch se abrió de golpe, con un fuerte ruido y tras ella apareció Marco. Curiosamente, era como si su enfado en vez de amainar, estuviera creciendo por momentos...
MARCO
Me puse pegado a la puerta a escuchar la conversación antes de entrar. Me pegué mas a la puerta, pues no creía lo que estaba escuchando, tenía que ser una broma. No, esto no puede estar pasando… Seguí escuchando atentamente… ¿cómo que si es su primera vez? No, no, no... Tiene que ser otra cosa, no es posible, estarán haciendo algo normal, y ya esta... "Ay, Thatch" Me quede estático por un momento. ¡Están follando! Entre furioso dando una fuerte patada a la puerta dejándola totalmente rota y entrando a grito pelado.
-ACE...
Me quede mirando la escena, no estaban desnudos.... Thatch solo le estaba quitando las esposas... Las esposas... Oh joder… Los dos se me quedaron mirando con los ojos muy abiertos, intenté decir algo pero no me salían las palabras.
-Mmm...
Los dos seguían mirándome sin creérselo, y yo sin poder pronunciar palabra alguna y sintiendo la mayor vergüenza que había tenido en toda mi vida.
-La crema del tatuaje...
Fue lo único que pude decir en esos momentos, la deje encima de la mesa, y retrocedí mis pasos, intente colocar la puerta, pero estaba totalmente rota, y se volvió a caer. Los volví a mirar.
-Lo arreglare....
Y salí de allí lo más deprisa que pude, llegando hasta fuera, y transformándome para acabar subiéndome arriba donde la vela.
-Oh maldición, que he hecho…
ACE
Me quedé totalmente mudo cuando Marco salió del cuarto. ¿Qué mierda le estaba pasando? ¿No se suponía que él era el hombre más tranquilo de la tripulación? Pero cuando miré a Thatch, éste empezó a carcajearse.
- ¿De qué te estás riendo ahora? - pregunté, incómodo.
- Él creía... se pensaba - tuvo que agarrarse la tripa - que tú y yo... ay, por dios... - en ese momento comprendí lo que Thatch trataba de decir.
- ¿¡QUÉ?! Ni de coña, ¿cómo iba él a pensar eso?
Pero una idea rondó por mi cabeza cuando aquella loca idea de Thatch comenzó a cobrar sentido. Así que... celoso ¿eh? Pues ahora se iba a enterar de quién era Portgas D. Ace. Cuando Thatch, ¡por fin! me quitó las esposas, cogí el bote de crema y la camisa y me la puse. Salí a cubierta y vi a Marco arriba de las velas. Perfecto. Esperé a que Thatch saliera de su camarote y, cuando lo hizo, le llamé para que viniera.
- Ey, Thatch, ¿puedes hacerme un favor? - él asintió, con su imborrable sonrisa. - Anda, tengo que ponerme la crema, pero yo no alcanzo, ¿serías tan amable de dármela tú, por favor? - Thatch asintió y, bajo la atenta mirada de Marco me despojé de mi camisa y dejé que Thatch me diera la crema por todo el tatuaje.
- Qué fresquito... se siente tan bien...
Lo último que alcancé a ver fue la figura de Marco, alejándose de donde estábamos nosotros.
MARCO
Me quedé pensativo allí arriba, la había cagado pero bien... ahora Thatch se estaría riendo de mí, y Ace... No quiero ni pensarlo. Al poco vi a Ace salir de los camarotes, a lo mejor debería hablar con él, disculparme por todo lo ocurrido... me quede mirándolo, y justo cuando ya estaba convencido de bajar, aparece Thatch. Me quedé mirándolos, Ace se quitó la camiseta y Thatch empezó a echarle crema por el tatuaje. Me sentaba muy mal verlos de esa forma, a Ace parecía que le gustaba lo que le estaba haciendo Thatch... Me levanté y me fui a la otra punta del barco, bajé y me encendí un cigarro para relajarme, eso necesitaba, un poco de relax. A lo mejor cuando Ace no estuviera deseando que todo el mundo le tocara, podríamos hablar como adultos...
ACE
Cuando Thatch terminó de darme la crema, decidí que ya iba siendo hora de comer algo. Llevaba tanto tiempo sin probar bocado que mi estómago comenzó a rugir desesperado. Bajé a la cocina y me armé de toda la carne que pude. Tanto, que casi me quedo solo en aquel comedor cuando todos mis, ya nakamas, habían terminado de cenar. Sólo quedábamos 5 ó 6 cuando la puerta del comedor se abrió y entró Marco. Desvió la mirada cuando le miré a los ojos. No sabía si seguía enfadado o no. Tampoco me importaba. Dejarme ahí tirado, sin camiseta, con las esposas... esa actitud tan infantil, le iba a costar una disculpa de las grandes. Cogió algo de comida y se sentó un par de mesas alejado de la mía, en la de los comandantes. Cuando terminó de comer, casi a la vez que yo, se acercó a mí supongo que con la intención de hablar, pero levanté la mano, dejando a medias lo que fuera que tenía que decirme.
-Ya has hecho bastante por hoy, Marco, no tengo ganas de otra escenita, así que, si no te importa, me retiro ya a dormir.
Le dejé de pie, como estaba y salí del comedor con paso apresurado.
MARCO
Después de cenar, por fin me había armado de valor a pedir disculpas por tan tremenda tontería en la habitación de Thatch. Me había levantado de la silla y avancé hacia donde estaba Ace, pero como si lo estuviera viendo, antes de hablar, me interrumpió. Se levantó de la silla y se fue, pero salí detrás de él. Ya iba a entrar a los camarotes de los demás tripulantes cuando lo agarre del brazo.
-Ace, déjame hablar contigo…
El se negó y lo agarre más fuerte del brazo...
-Ace, joder... espera un momento.
El insistía en que lo soltara, pero le tape la boca con la mano.
- Por favor, no hagas ruido, hablemos...
Lo arrastré un poco porque aún se negaba a andar, y nos metimos en mi camarote.
-Siéntate si quieres....
ACE
Aunque traté de andar todo lo deprisa que pude, Marco me alcanzó justo cuando iba a entrar al camarote en el que debía pasar la noche. Me agarró del brazo y traté de soltarme, en vano. Insistía en hablar conmigo, pero no tenía ninguna gana de escucharle, nada de lo que me fuera a decir me interesaba lo más mínimo en este momento. A pesar de lo mucho que insistí en que me soltara y me dejara tranquilo, me tapó la boca con una mano y prácticamente me arrastró hasta su camarote, donde me ofreció asiento. Yo, orgulloso como soy, me apoyé en la pared de al lado de la puerta, con la espalda y una de las suelas de mis botas.
- No voy a quedarme mucho, así que lo del asiento no será necesario. ¿Qué quieres ahora, Marco? ¿No has tenido bastante?
MARCO
-Ace.... yo... yo lo siento, no quería ponerme así, solo es que bueno... perdona, no sé exactamente cómo decirte que lo siento, me he comportado como un capullo, no debí ser así contigo, ¿vale? Aunque tú tampoco debiste faltarme el respeto con lo de pajarraco azul, pero... tampoco tuve que ponerme así.
Me miro de arriba abajo, y sin decir nada más, intentó salir de la habitación, lo volví a agarrar de brazo.
-Ace...
Y cuando se giro lo bese, agarrándolo levemente por el cuello y profundizando el beso, pero él se quedo sin reaccionar mientras le besaba.