Sentí sus colmillos rozar sensualmente mi cuello —Mierda… —se sentía tan malditamente bien.
—Taiga… tú.. ¿estás temblando? —escuché su leve risa—. Eres muy tierno, ¿lo sabias? —susurró mordiéndome el lóbulo de la oreja.
—C-cállate —traté de sonar demandante, cosa que no funcionó, bien hecho taiga, eso sonó como estúpida suplica.
— Aquí parece un buen lugar.
— Suél-tame.
— No te preocupes, te gustará —comenzó a lamerme la zona en donde seguro mordería, yo sólo podía temblar, esa situación a pesar ser un poco espeluznante, era, tenía que admitirlo, muy excitante.
— Todo pensamiento se detuvo al sentir sus colmillos perforar mi cuello, escuché cómo mi carne se rompió y como comenzó a sangrar, no obstante tal y como él había dicho, se sentía bien, después de acostumbrarse a su intromisión.
Me acostó suavemente sobre el mullido colchón, sin haber roto el agarre que tenía sobre mí, se posó encima y rápidamente comenzó a desabrochar mi camisa. Se desprendió de mi cuello y comenzó a repartir besos desde mi clavícula hasta mis ya erguidos pezones, retorcía uno con su habilidosa mano, mientras que delineaba el otro con su lengua, ¡oh dios su lengua!, sabía perfectamente dónde tocarme con ella, mi cuerpo ya comenzaba a sentir los estragos por el placer recibido.
— ¡A-aomine! —suspiré sin poder detenerme.
— Taiga lo quiero todo de ti —dejó todo movimiento sobre mi tembloroso cuerpo y me miró a los ojos, sus ojos color azul profundo que resplandecían esta noche sólo alumbrada por la tenue luz de la luna que se colaba sutilmente por la pequeña ventana dándole así un toque salvaje—. ¿Me dejarás tenerte esta noche? —su pregunta me descolocó totalmente, pues era verdad que sólo nos habíamos visto una vez, pero fue suficiente para mover mi mundo y mi pulso, seguía mirándome esperando una respuesta, pero algo era obvio, ya no había escapatoria, me había capturado cual canario en una jaula, con su mirada penetrante y voz varonil.
— Yo… —bajé la mirada tratando de ocultar mi gran sonrojo, definitivamente no sabía cómo transmitirle que siguiera, simplemente mis palabras no salían de mi garganta—. Estoy a tu total merced, Aomine, desde el día en que te conocí lo estuve, así que haz lo que quieras —dije susurrando la última frase dicha, pero no obstante el moreno escuchó perfectamente.
— Ya no tendrás escapatoria, Taiga, de aquí no dormirás hasta el siguiente día —deseaba burlarme en su cara eso era lo que yo pensaba y a la vez quería.
— Eso ya lo sabía —sonreí.
Porque ya no había salida ni existía la posibilidad de dar marcha atrás y eso Aomine y yo lo sabíamos perfectamente.
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dejo estos espacios porque el drabble es corto y no fanfic. es no me deja subirlo.
Bueno ¿que les parecio?
les gusto? lo odiaron? les dio cáncer a los ojos?
Me gustaria que dejaran su opinion y si es que quieren una continuación en donde habría lemon.
(si veo que quieren la continuacion, seria para el proximo jueves o puede que antes aun no lo decido)
Bye y cuidense~!