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Siete colores en el arcoíris por La Joss

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Notas del capitulo:

Siete colores en el arcoíris

Historias cortas, sueltas y carentes de lógica protagonizadas por los capis de mi ship: el Nijimura y Akashi. Todo esto en un patético intento de hacer algo decente para nijiaka week.

Prompt Day 1: Angst/Seasons

Aclaraciones: Post!Winter Cup, Pre!Extra Game. 

Invierno

─Oye, oye ¿De qué crees que vas?

Nijimura frunció el ceño, echándole una miradita a la visión frente a él: Akashi, El Akashi, haciéndole honor a su apellido ostentando una nariz enrojecida que dejaría en vergüenza a Rodolfo el Reno.

─No sé a qué se refiere con eso, Nijimura-san─ contestó el pelirrojo con el mentón bien arriba.

Qué soberbio hubiera quedado si el moco no estuviera a punto de colgarle de la nariz. Menos mal que Akashi llevaba consigo su pañuelo pijo para hacerle segunda.

─ ¿Es que me quieres ver la cara?─ la mueca de pato de pato de Nijimura incrementó su ira exponencialmente ¡Que a él no le vinieran con esas!─. ¡Anda! Nos vamos de regreso a tu casa, mira que salir así…

─Tengo que recordarte que estoy aquí de visita porque tú me invitaste, Nijimura-san. Mi casa está Kioto, nos sería imposible ir ahora mismo.

─Pues en mi casa será, listillo, allí a ver qué hacemos contigo ¡Ni siquiera traes bufanda, Akashi!

─Muchas gracias, senpai─ contestó él, haciendo caso omiso del regaño ¿Para qué? Mejor tomarle el brazo como pacto de paz.

La cara de sarna que se cargaba el Nijimura daba ñañaras a todos, menos a Akashi, quien ya se sabía al dedillo las sutilezas de la genérica expresión mala leche de su senpai y era bien consciente de ese casi inexistente ruborcillo traicionero en sus mejillas. Y no, no tenía que ver con el frío de Tokio.

No agradecía tener la nariz mormada, pero tener a un Nijimura preocupado por él tampoco estaba mal.

 

Primavera

Nada más bonito que estar viendo los pétalos de cerezo floreciendo, aumentando la belleza de los jardines de Kioto ¿No era acaso ese el ambiente propicio para un romance de película? Igual y sí, pero a Nijimura y Akashi les valía más bien un cuerno cuando estaban ocupados poniéndose atención el uno al otro.

─ ¿Cómo van los entrenamientos?

Uy, temita peliagudo fue a elegir el inepto. Hasta él mismo se dio cuenta de su error cuando los hombros de Akashi se tensaron visiblemente aún debajo de esa yukata que traía puesta.

─Hemos tenido óptimos resultados. Aunque ahora que Mayuzumi se ha graduado aún no estoy muy seguro de cuál debería ser el nuevo enfoque del equipo.

Nijimura frunció el entrecejo y se encogió de hombros. Ya a esas alturas estaba enterado de los detalles turbios de todo lo que había sucedido desde que se había graduado y mudado a Los Ángeles ¡Vaya sorpresa se llevó cuando volvió a Japón! Justo a tiempo para presenciar la derrota de Rakuzan a manos de Seirin.

─No tiene por qué ser igual que en la Winter Cup. Y si quieres que te eche una mano con eso…

Akashi le miró de soslayo y esbozó una sonrisa divertida.

─Nijimura-san, a veces deberías tener más presente que tú vives en Tokio y yo aquí.

─Eso me saco por amable─ refunfuñó de malos modos, mirando ahora sí los pétalos de cerezo. Más que nada para tener algo que ver que no fuera Akashi.

─De todas maneras, gracias. Escuchar tus consejos sería de mucha ayuda.

Además, Nijimura tenía razón, las cosas no tenían por qué ser como antes. La primavera había llegado ya ¿Por qué no aprovechar el nuevo inicio?

 

Verano

Alguien que le pasara una puta camiseta a Akashi, pero ya, o a saber qué iba a acabar haciendo Nijimura.

A ver, aclarando: él no era ningún depravado. Estaba en la incómoda transición entre su etapa como adolescente y adulto joven, lo que menos necesitaba era que Akashi Seijuurou anduviera andando sin camisa tal cual pavo (uno elegantioso, eso sí), contoneándose ahora sí y ahora también.

Qué mala decisión había sido asistir a la playa en compañía de toda la chiquillada (que de niños no tenían ya nada) a los que lideró alguna vez en secundaria, más los agregados.

─ ¿Y a ti qué te picó?─ le preguntó de malos modos a Akashi, quien había tenido el bonito gesto de hacerle compañía, o incordiarle, lo que saliera primero. Por el bien de su integridad, Nijimura había decidido recluirse debajo de la sobrilla, sentado en su toalla.

─ ¿Cómo dices?─ preguntó Akashi.

Cabe agregar que el muy no se había tomado la molestia de traer su toalla con él, qué va. Si para algo estaba la de Nijimura.

─Olvídalo… ¿Se te ofrece algo?

Traducción de “ándate a chiflar a otro lado”.

─No realmente ─contestó Akashi, haciéndose el que no se enteraba de nada─. Solamente te vi solo aquí y decidí hacerte compañía. Aunque si estás dispuesto a hacerme un favor…

Le pasó una botella de bloqueador solar a Nijimura y le dirigió una sonrisa, esa que ponía siempre que ocultaba segundas intenciones.

─A ver, dame eso─ masculló con cara de pocos amigos.

Personita más procaz que Akashi no había.

 

Otoño

Akashi escuchó cómo las hojas secas crujían bajo los pies de Nijimura mientras este hablaba por teléfono y daba vueltas guajoloteras. Ambos habían concertado otro fin de semana juntos, de nueva cuenta en Tokio.

Sí, se suponía que era el turno de ir a casa de Akashi en Kioto, pero el padre de Nijimura tenía que ir a un chequeo rutinario y, aunque el hombre ya estaba mucho mejor y saliendo airoso de su enfermedad, no iba a ser el pelirrojo un desconsiderado y arrastra a su novio tan lejos de su familia cuando bien sabía que su antiguo capitán necesitaba estar al pendiente, solamente porque lo necesitaba a su lado.

No lo había hecho en Teikou, no iba a empezar ahora.

Cuando Nijimura terminó la llamada y se acercó a él de nuevo le alivió ver una expresión relajada en él.

─Todo bien─ contestó Nijimura a la pregunta silenciosa de Akashi─. El viejo no se deja vencer tan fácilmente, ya lo sabes.

─En ese aspecto son como dos gotas de agua─ comentó Akashi─. Me alegra escuchar que tu padre está mucho mejor.

─Eh, muchas gracias, Akashi. Oye, escucha bien, ya sabes que no me gusta estar repitiendo las cosas… Gracias por estar conmigo en esto.

Como regalo, Akashi le dio una sonrisa y un apretón de manos.

─Es porque eres tú.

─Deja de intentar hacerte el galán conmigo, me das repelús.

Sin más, reanudaron su marcha sobre el lecho de hojas secas en las calles, dejando que el viento otoñal les hiciera mella en el cabello. Total, ese airecito de nada no los iba a derribar.

Notas finales:

Pues... ¿Qué puedo decir? Primera historia en este sitio, a ver qué tal sale. No pensé en verdad participar en la NijiAka week, pero conmemorando la aparición de Nijimura en el preview y el arco de Teikou que se nos viene encima, aquí tienen.

¡Hasta mañanita!


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