A finales del siglo XV el uso de la magia había comenzado a ser vista como algo peligroso y de mucho temer, los más grandes magos habían desatado incontables batallas por el deseo a más poder, ejército y tierras, lo que había conllevado al sacrificio de muchos otros magos y de gente inocente que nada tenía que ver en ello, la gente normal entonces empezó a temer a la magia, a los hombres cuyos cuerpos podían aplicarla, y comenzaron a odiarles, en cada ciudad, en cada país, en el mundo entero, la situación era la misma en todo lugar.
Por aquel entonces el rey de un determinado país también era poseedor de magia y por consiguiente sus descendientes también podían aplicarla, era sumamente extraño que algún hijo del rey no pudiera utilizarla, entonces los reyes empezaron a notar el temor de su pueblo y comenzaron a creer que era peligroso que muchas personas aparte de la familia real pudiesen aplicar la magia, entonces cada rey de cada país dictó una nueva ley, que, tal vez para muchos fue una bendición, y para otro tanto una maldición.
Y fue entonces que al iniciar el siglo XVI el uso de la magia fue totalmente prohibida, teniendo una sola excepción, “solo la familia real puede utilizarla”, y como era de esperarse, la noticia no fue muy bien recibida por la mayoría de magos existentes, y es así que los magos iniciaron una revolución desatando nuevamente una guerra, pero esta vez en contra de la familia real, siendo obvio que, por muy fuerte que el rey fuese era incapaz de derrotar a todos aquellos magos que parecían no tener debilidades, entonces los científicos pertenecientes al reino comenzaron a buscar una solución y concluyeron que el agua era la debilidad de aquellos hombres, pero en una guerra no se podría llevar agua y mucho menos asesinar con esta y fue así que el reino comenzó a perder.
Sin embargo, al llevarse a cabo un montón de experimentos pudieron encontrar una esperanza para ganar, habían logrado endurecer el agua hasta convertirlo en un metal al cual llamaron “kairoseki”, y fue así que las transformaron en armas, celdas y esposas, y estas armas fueron utilizadas en la guerra las cuales funcionaron para sorpresa de muchos magos, la punta de muchas flechas llevaba Kairoseki las cuales mataban sin mucha dificultad a los magos o les imposibilitaban de utilizar magia, pronto fue la familia real quien llevaba la delantera por lo cual, al ver sus bajas los magos no tuvieron más opción que la de huir, muchos fueron atrapados y esposados, otros fueron encerrados en celdas y solo muy pocos escaparon.
Y tan solo días después de haber acabado con esto se expuso a los capturados al público, donde fueron ejecutados a vista de todos, dejando en claro un solo mensaje, “todo aquel que vuelva a pensar en revelarse sufrirá las mismas consecuencias”, pero no habían asesinado a todos los magos capturados, habían dejado vivos a algunos, los cuales eran torturados constantemente, el kairoseki anulaba los poderes motivo por el cual ningún mago capturado podía defenderse, entonces el título de mago solamente les servía de adorno, otros pocos fueron convertidos en esclavos y sirvientes, siendo tratados con mucha crueldad, entonces todos los magos esparcidos por el mundo decidieron cumplir con la ley que anulaba por completo el derecho de utilizar la magia, con el tiempo los objetos mágicos cotidianos fueron reemplazados por la tecnología, por ejemplo, una piedra mágica de luz fue reemplazada por la electricidad, la cual daba energía a muchas cosas, y fue así como el avance tecnológico opaco por completo a la magia.
De vez en cuando se daba caza a los magos libres y ya por el siglo XVII y adelante la magia había pasado a ser casi un cuento de hadas, en pocas palabras había desaparecido…
Sin embargo, hace algunos años la magia volvió a cobrar credibilidad y por lo tanto la caza a los magos volvió a surgir, pero esta vez de manera distinta, siendo vista como diversión.
***
Trafalgar Law suspiro por enésima vez, se preguntaba cuanto tiempo había pasado ya, para el aquellos dos años le habían parecido décadas, y no podía evitarlo, estar todos los benditos días sin hacer nada era sumamente aburrido y agobiante, no podía soportarlo más, observo sus manos esposadas y miro tras la reja de su celda, todo era obscuro, apenas podía observar si por los pasillos pasaba alguien, en las celdas vecinas y fronterizas el silencio era igual al que el mantenía, probablemente esas celdas estuviesen ocupadas ahora solo por cadáveres, y así transcurrían los días, aquel silencio era insoportable, los únicos días que podía oír algo era aquellas pocas veces que algún guardia bajaba y comenzaba a torturar a alguien, había comenzado a pensar que aquellos gritos de dolor y auxilio que lanzaban los torturados eran agradables, después de todo era mejor que estar en silencio, de hecho él tampoco se salvó de aquello, a veces, si tenía suerte su celda era abierta y era llevado al final del pasillo, en la última celda donde muchos otros habían sido torturados y asesinados, y es aquí donde él había recibido todo tipo de golpes incluso con un látigo hasta que la mano del guardia se hubiese cansado, para posteriormente volver a ser lanzado y encerrado en su celda, y sí, el consideraba que aquello era tener suerte, al menos cuando oía sus gritos y sentía dolor podía darse cuenta de que aún estaba vivo, cosa que olvidaba a menudo en aquel oscuro y silencioso lugar.
Si sus días de libertad se veían sumamente lejanos, ahora realmente se preguntaba si alguna vez fue libre, a lo mejor y todo había sido un sueño, y es que los días en los que vivía de lo más tranquilo, haciendo lo que quisiera y yendo a donde le plazca le parecían ahora, imposibles, como si nunca los hubiera vivido, se preguntaba además si algún día podría huir, a lo mejor y el rey decidía liberarlos, sonrió ante ese pensamiento estúpido, él, mejor que nadie sabía la clase de persona que era el rey así que volvió a su realidad, sabía que la única forma de salir de allí era estando muerto.
Sumido entre sus pensamientos, sentado en el suelo cerca a los barrotes de la celda y con la espalda pegada en la pared decidió echarse a dormir, no sabía bien qué hora era, después de todo en aquel lugar no se distinguía entre el día y la noche, sus ojos comenzaron a caer rendidos, al menos en sus sueños las cosas podían ser diferentes, estaba a punto de entrar a aquel mundo cuando su siesta fue totalmente interrumpida, comenzó a oír unos gritos desesperados y de completo reclamo.
--¿Bajaron a torturar a alguien?,-- se preguntó a sí mismo, pero lo extraño era que los gritos comenzaban a acercarse aún más, pudo oír entonces algunos murmullos, al parecer de aquellos que ocupaban las demás celdas, era la primera vez que oía hablar a los demás, de seguro aquellos gritos habían llamado la atención de todos, y para cuando se dio cuenta los gritos podían oírse frente a él, abrió los ojos tratando de ver algo y distinguió la figura de un guardia el cual llevaba arrastrando un saco que se movía mucho, se dio cuenta entonces que los gritos salían de allí.
--¿Un nuevo eh?,-- se preguntó a sí mismo.
--Será tu compañero de celda, a ver quién sobrevive más, a lo mejor y uno de ustedes se termina convirtiendo en la comida del otro,-- soltó el guardia de manera burlona, abrió la puerta de la celda y tiro el saco dentro de ella para posteriormente cerrar la puerta y largarse de allí, Law observó entonces como algo salía de allí y corría rápidamente a los barrotes comenzando a gritar.
--¡Déjame salir!, oiii,-- sin embargo nadie hizo caso y al darse cuenta de que el guardia ya había desaparecido comenzó a soltar un montón de groserías, Law por su parte simplemente sonreía, al poco rato el inquilino comenzó a debilitarse.
--Aléjate de los barrotes, solo te quitaran más fuerzas,-- dijo Law.
Entonces el chico volteo a verlo pero la oscuridad no se lo permitía, solo diviso aquellos ojos grises que brillaban en la oscuridad y algo brillando a sus costados, probablemente algunos aretes que llevaba Law.
--¿Quién eres?,-- pregunto entonces el chico.
--Trafalgar Law, tu compañero de celda, ¿y tú?
--Monkey D. Luffy,-- contesto el chico,-- Traf… Traf, ¿Está bien si te llamo Torao?
--¿Eh?,-- Law guardó silencio después de ello.
--Es que me es difícil pronunciar tu nombre y de esta manera es más fácil,--
Law lo pensó un poco.
--Bien, trata de guardar silencio, nadie te hará caso.
--No lo sabré si no lo intento,-- hablo Luffy, dicho esto volvió a coger los barrotes y volvió a gritar, al cabo de unos segundos cayo a falta de fuerza.
--¿No te dije acaso que te alejaras de allí?, los barrotes están hechos de kairoseki, si te digo que no lo intentes es por experiencia, todos aquí lo intentaron alguna vez y nunca nos hicieron caso, así que no tienen por qué ser diferentes contigo, nadie te hará caso,-- explico Law.
--Pero tengo que irme, Ace debe estar preocupado,-- contesto Luffy.
--Sin embargo no importa tu insistencia, ya deberías saber que una vez aquí nadie sale vivo.
Luffy suspiro algo molesto y se quedó sentado en el piso, por mucho que Law tuviese razón él no estaba dispuesto a quedarse allí el resto de su vida, debía haber una forma de escapar, y de ser así entonces él lo haría.
--¿Alguna vez alguien logro huir de aquí?,-- pregunto entonces.
--Nunca, de ser así muchos de nosotros también hubiésemos intentado huir,-- contesto el de ojos grises.
Luffy cerró los ojos y comenzó a alborotar sus cabellos, de ser así entonces sería imposible que el lograse escapar pues la verdad no era bueno haciendo estrategias, sin embargo no dijo nada, esperaría a que suceda algo.
…pero los minutos pasaron y el inmenso silencio existente en aquel lugar comenzaba a molestarle, parecía un sueño del cual no podía despertar, por mucho que cerraba y abría los ojos no conseguía ver nada más allá de su celda, es más casi ni podía ver sus propias manos, nunca había estado en un lugar semejante y ahora mismo había comenzado a dudar de su existencia, comenzaba a sentirse cansado, estaba solo, en un completo vacío, parecía estar flotando en el tiempo, comenzó a sudar y a sentirse desesperado, incluso se sentía agitado, ¿de verdad estaba vivo o era un mal sueño?, habían pasado pocas horas y comenzaba a sentirse inseguro, hasta que se acordó de algo, no estaba solo en la celda, recordó que había alguien, entonces se dispuso a hablar para darse cuenta de si aún estaba vivo.
--¿Torao?,-- dijo entonces, esperaba recibir respuesta para confirmar que no había muerto, sin embargo todo continuo en silencio, ahora de verdad se preguntaba si en algún momento de verdad hubo alguien, todo esto lo estaba confundiendo, pero se animó a volver a hablar.
--¡¿Torao?!-- alzo la voz, desesperado, y entonces observo como algo brillante en la oscuridad comenzaba a hacerse más notorio, era Law, quien abría los ojos.
--¿Qué quieres?,-- contesto de mala gana.
--¿Estas despierto?,--pregunta bastante tonta, no había ido a responder porque siguiese dormido.
--Si, si estoy despierto.
--¿Podemos hablar?,-- pregunto el muchacho.
Entonces Law pudo sentir algo de desesperación y duda en la voz del muchacho, y comprendió perfectamente.
--¿Estas allí?,-- pregunto nuevamente el muchacho, comenzaba a creer que todo era producto de su imaginación.
--¿Dudas de nuestra existencia?,-- respondió entonces Law.
--¿Cómo lo sabes?,-- contesto asombrado.
--Tu tono de voz te delata, no te preocupes, es algo normal en todos nosotros, dentro de un tiempo podrías acostumbrarte.
--Lo dudo,-- susurro el chico, y una vez más todo se quedó en silencio, cosa que le agobiaba.
--¿Cuándo llegaste aquí?,-- pregunto Luffy, no quería darle la victoria al silencio.
--Pues haber… una vez aquí perdemos la noción del tiempo así que no podría ser exacto, tal vez unos ¿dos años?, no estoy seguro.
--Increíble, ¿Cómo puedes estar tan tranquilo?,-- pregunto asombrado Luffy, el apenas estaba allí unas horas y se sentía horrible.
--Terminas acostumbrándote, debo admitir que es completamente aburrido, por cierto… ¿Cuál es tu edad?,-- Law sentía la voz de su compañero un poco más ¿joven?
--17,-- dijo el chico.
--Entonces eres menor a mí.
--¿Cuál es tu edad?,-- pregunto Luffy.
Law suspiro de manera aburrida,-- paso los 20--.
--¿Pero tu edad exacta?
--No es de tu incumbencia.
--Sera que acaso, ¿te sientes viejo?,--
Law frunció el ceño aunque era obvio que Luffy no se habría dado cuenta siquiera, no le molestaron mucho las palabras, le molesto más el tono en que las dijo, como jodiéndole.
--No,-- contesto entonces de manera tajante,-- ¿cómo llegaste aquí?
--¡Ah!, bueno, un tipo comenzó a hablar mal sobre los sueños y comenzamos a discutir, pero luego la discusión se hizo más fuerte y comenzamos a pelear, hubo muchos destrozos y al rato llegaron algunos oficiales, mientras trataba de huir me lanzaron las esposas a mi mano donde se cerraron y perdí la fuerza rápidamente, rayos, solo fueron unos destrocitos no tenían por qué ser tan drásticos.
--Es algo tonto,-- pensó entonces Law del chiquillo,-- no te trajeron precisamente por eso--.
--¿Entonces?,-- pregunto el chico.
--En verdad eres tonto.
--Ah sí,-- respondió este, haciendo que Law se cuestione y sorprenda de lo idiota que era el muchacho.
--El uso de magia fue prohibido desde hace cientos de años, te vieron aplicarla y te cogieron.
--¿Qué?, ¿magia?
Law suspiro.
--Habilidades, poderes, o como quieras llamarlo, en la actualidad se refieren a ello como habilidades, y quienes pueden ejercerla son llamados usuarios, en este lugar son traídos solamente aquellos con algún tipo de poder.
--Ah, si los tengo, ¿tú también eres un usuario?,- pregunto Luffy.
--Obviamente.
--Pero… ¿Por qué la prohibición?
--Hace muchos años el uso de la magia era bastante normal, y había magos en abundancia, según los libros se decidió prohibir la magia por el “bien” de la población, que vivían atemorizados, y con el tiempo empezaron a matar a todos los magos rebeldes, entonces la magia se perdió y dejaron de nacer más magos,-- explico Law.
--Entonces… si el rey lo hizo por el pueblo pues debió ser un rey bueno.
--Eso según los libros, aquellos libros fueron escritos para dejar al rey como el héroe de la historia, si me preguntas a mí, el rey solamente lo hizo por temor.
--¿Temor?, ¿Qué debería temer un rey?,-- pregunto el chiquillo.
--Los magos eran parte del pueblo, si el pueblo se hace más fuerte podría surgir una revolución, el rey solo prohibió la magia por temor a que el pueblo le quite la corona, de ahí que la excepción en la prohibición de la magia sea que solo la familia real pueda utilizarla, de esta manera conservaba el trono y la fuerza para tener al pueblo bajo su absoluto mando.
--Entonces era un rey malo,-- dijo Luffy como un niño al que le relatas un cuento. –pero si la magia se perdió y dejaron de nacer más magos… ¿Cómo es que nosotros la poseemos?.
--Pues, desde que se dejó la magia de lado y supuestamente se perdió, hubo mucho tiempo en el que no se volvió a ver la magia, incluso las nuevas generaciones creyeron que aquello era solo un cuento, se vivió en tranquilidad por mucho tiempo, pero hace un par de décadas se volvió a ver algunos magos y como la gente teme lo extraño comenzaron a cazarlos, yo diría que la magia no se perdió, sino que simplemente los humanos olvidaron como usarla, piénsalo, si olvidas algo es imposible que se lo puedas enseñar a alguien, es por eso que muchos usuarios no están ni enterados de que poseen alguna habilidad.
--Entiendo, ¿Cómo sabes todo eso?,-- pregunto el menor.
--Hay gran información de aquello en los libros, ¿acaso no lees?.
--No, es aburrido.
--De verdad que eres idiota, deberías estar informado.
El chiquillo simplemente se echó a reír, cosa que molesto aún más a Law.
Había estado tanto tiempo solo y muchas veces rogaba por sostener una pequeña conversación para saber que estaba despierto, podría alegrarse mucho por tener un compañero de celda pero… ¿no habían podido conseguirle uno mejor?, este era bastante idiota, ahora deseaba todo lo contrario, prefería que le regresaran su soledad.
--Oye Luffy…-- no recibió respuesta alguna.
Entonces se preocupó un poco, ¿podría haberle sucedido algo al mocoso?
--¿Estás bien?, hey Luffy, respóndeme.
Cuando se disponía a buscar al chico en esa inmensa oscuridad pudo oír algo, eran ronquidos, Luffy se había quedado dormido.
--¡Idiota!,-- soltó un puñetazo al aire y un grito le destrozo los oídos.
--¿Qué te pasa? ¿A qué viene el golpe?,-- grito Luffy, la oscuridad no permitía que se viesen pero Luffy resulto estar frente a Law y recibió el golpe de este.
--No sabía que estabas ahí.
--¡Eres un idiota!,-- gritó Luffy
--Eso debería decirlo yo,-- contesto el mayor alzando la voz, pudo oír entonces una débiles risas que parecían provenir de las demás celdas. Es cierto, de seguro los demás presos se sentían bien al oír alguna conversación después de tantos años.
--Ahhh, y tan bien que estaba durmiendo, ahora no podré volver a cerrar los ojos.
--Pues es…-- Law no pudo terminar de hablar, los ronquidos del otro lo interrumpieron,-- ¿no que no podrías volver a dormir?, tch, eres molesto,-- dijo para sí mismo, esta vez lo dejaría pasar, el también dormiría, debía admitir que no se había molestado ni reído en meses, parecía ser un buen día, poder molestarse con facilidad le hacía sentir que no todo estaba perdido…