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Los pecados de Kim JongDae por RinneRaccoon

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Notas del fanfic:

Recomiendo que lean la precuela ---> ¿Tu sonrisa? Todo un pecado

Notas del capitulo:

Antes que nada agradezco a las personas que han vuelto a leer este pequeño serial que aún no está terminado, estoy en proceso de hacerlo. (?) La uni me extrae la imaginación ;; PERO MUCHÍSIMAS GRACIAS TANTO A LOS QUE COMENTAN COMO A LOS LECTORES FANTASMAS U//U

Pecado #1: Su sonrisa

Él sabía que era el indicado, él era la persona que quería ver todos los días a su lado. Quería dormir y despertar siempre a su lado sin importar qué. Deseaba contemplar esa sonrisa para siempre y romper la rutina de todas las formas posibles porque eso era lo interesante: la sonrisa de JongDae y su forma de romper con todos los planes preestablecidos en la vida de su novio. MinSeok quizás siempre lo supo desde el primer momento que lo vio caminar por el campus, quizás otras veces lo había visto por los pasillos y no se había dado cuenta de su presencia porque él solo velaba por Luhan. Sin embargo, todo cambió con una simple sonrisa. Su sonrisa. El mayor no podía dar crédito, pero ese mismo día no pudo dejar de pensar en el chico de mirada y sonrisa juguetona, este se colaba en sus pensamientos furtivamente sin poderlo evitar.

MinSeok desde ese día afirmaría hasta el final de su vida que esa sonrisa era el mayor pecado que existía en la faz de la Tierra. Él podía amar y disfrutar de la comida, él podía ser un maldito perezoso que no se movía ni para cerrar la ventana aunque se congelase de frío, él podía envidiar la felicidad ajena o incluso algunas posesiones, pero todo esto se veía alterado en cuanto Chen aparecía en sus pensamientos o en su campo de visión. Todo se ponía patas arriba y lo único que lo apartaba de sus propios pecados era la sonrisa del chico. Esa que tanto amaba mirar y besar, esa que tanto atesoraba y por la que haría cualquier cosa para poder verla siempre. Definitivamente, el primer pecado de Kim JongDae era su sonrisa. Lo supiese o no, sabía cómo darle uso y sobre todo cuando se trataba de su hyung.

MinSeok parpadeó varias veces mientras un bostezo se escaba de sus labios y se estiraba, miró a su alrededor y vio que estaba sentado bajo el árbol de siempre junto con Luhan. Por un momento su corazón empezó a latir de una forma desesperada y atronadora. El miedo congeló todos sus músculos, ¿acaso todo había sido un sueño? ¿Acaso Chen y su sonrisa solo habían sido un producto de su imaginación? ¿O un escape de su asfixiante realidad? Las manos le sudaban, se las llevó al pecho mientras estas temblaban, le faltaba el aire y boqueaba como un pez fuera del agua ante el miedo que sentía. No podía creer que le estuviese dando un ataque de pánico. El sudor recorría su frente y empapaba su cabello castaño, el cual hacía poco se había cortado.

—¡Hyung! —dijo una voz en su oído, el mayor se asustó y dio un pequeño bote en el suelo. Alzó la vista tragando saliva y allí la vio: esa inconfundible sonrisa.

MinSeok sonrió ampliamente, cerrando los ojos con fuerza se tiró a los brazos de su novio, volviendo a respirar con tranquilidad y sintiendo que todo volvía a su cauce. El miedo comenzaba a abandonarlo y el contacto entre sus pieles lo aliviaba. Se sentía como una ola de tranquilidad, paz y armonía después de tomar la droga más exquisita y reconfortante que jamás había probado.

—¿Estás bien? —preguntó en un susurro y en un tono preocupado Chen, quien lo abrazaba con fuerza contra su pecho.

—Ahora sí…pensé que todo había sido un sueño —respondió el mayor en un susurro aún más bajo que el del otro y lo agarró con más fuerza, sin ser consciente de lo que los rodeaba.

Se separó levemente y con una dulce sonrisa observó el rostro de su novio, realmente lo adoraba a pesar de que en muchas ocasiones era demasiado plasta y cansino, pero así era el chico y, en el fondo, lo adoraba. Alzó una de sus temblorosas manos y acarició su marcada mejilla en suaves movimientos y luego deslizó los dedos a los finos labios del chico, el cual sonrió aún más.

—¡Hey, tortolitos! Buscaros un hotel, no quiero ver una peli porno —interrumpió el tierno momento una voz burlona. MinSeok puso los ojos en blanco y pasó del chico que estaba a su otro lado y se dedicó a seguir contemplando el perfecto rostro de su novio—. A mí no me mirabas así, eh —añadió el chico de cabello negro al ver que su amigo no le hacía caso. Hizo un puchero y se cruzó de brazos, tratando de llamar la atención de alguna forma—. Agh, por eso odio hacer de carabina. —Puso los ojos en blanco y se levantó limpiando sus pantalones azul cielo de tierra y puso los brazos en jarra sobre sus caderas—. Venga, besaros de una vez. ¡Ingratos! Yo os junté, ¡malditos! Agh, me voy a buscar a mi mascota —masculló el chico mientras se marchaba de allí indignado y con profundas pisadas sobre el césped.

La pareja empezó a reírse y vieron alejarse entre la multitud de estudiantes a Luhan. Ambos sabían perfectamente que no iba a buscar a su mascota, sino a su novio, pero él era tan orgulloso que nunca lo reconocería. Nunca admitiría que estaba realmente enamorado del chico de sonrisa angelical y lindos hoyuelos.

—No sé quién es más cabezota si tú o él…—susurró divertido Chen captando de nuevo la atención del mayor, quien puso los ojos en blanco, claramente ofendido, y le dio con el puño en el hombro.

—Gracias a ese cabezota puedo verte sonreír siempre…—susurró el mayor mientras se lamía los labios avergonzado, con las mejillas sonrojadas.

—Te amo, hyung. Y…no he olvidado que tengo que mostrarte mis pecados —Sonrió con malicia mientras movía las cejas de arriba abajo, divertido—, sobre todo mi lujuria —dijo arrastrando las vocales de una forma seductora mientras besaba la mandíbula de MinSeok hasta llegar a sus labios para luego mordisquearlos suavemente y lamerlos lentamente antes de succionarlos.

—Eres…realmente malo. —Jadeó el mayor pegándose al cuerpo del otro, posando las manos alrededor de su cuello para profundizar el beso en una cálida lucha de labios y lenguas en un intento de tener el control sobre el otro.

MinSeok lo sabía y JongDae también, ambos sabían que estaban realmente enamorados y estaban muy agradecidos con Luhan ya que sabían también que el mayor nunca hubiese aceptado salir en esas condiciones con el menor. Si no hubiese sido por su amigo y ex novio, MinSeok nunca se hubiese perdonado a sí mismo y se hubiese arriesgado a ser feliz. Pero ahí estaba, besando con ansias y deseo a su novio. Ese que tanto atesoraba y que tanto temía perder, al que tanto amaba ver sonreír todos los días aunque eso le hiciese perder el control de sus acciones y todo él se volviese puro instinto. Amaba que eso pasase porque nunca sabía qué podría ocurrir ni en ese momento ni nunca, con Chen nada estaba planeado. Y, sinceramente, MinSeok se moría por conocer todos los pecados del chico, no solo su sonrisa y la lujuria que siempre demostraba.

Quería conocerlo completamente, quería aprender a aceptar sus defectos y virtudes. Porque amar a alguien significa conocerlo y amarlo como es, con lo malo y lo bueno, soportar sus malos chistes y risas, pero también sus lágrimas y celos. Significaba confianza y perseverancia, lealtad y adoración, significaban tantas cosas para MinSeok que estaba dispuesto a cumplirlas todas y a aprender de todos los errores que cometió con Luhan. Porque, Kim MinSeok, solo estaba seguro de una cosa y esta era que estaba loca y rematadamente enamorado de Kim JongDae. Y, definitivamente, no lo dejaría marchar tan fácilmente como había entrado en su vida, sin previo aviso, como una sorpresa agradable de la que no tienes noticia hasta que no la tienes delante.

Eso era, Kim JongDae en sí era una caja de sorpresas. Nunca sabías qué podía pasar a su lado y eso lo volvía al mayor aún más loco. Eso y su sonrisa. Nunca se cansaría de verla ni de repetirlo ni si quiera en las largas conversaciones telefónicas que compartía con Luhan para hablar de sus respectivos novios, aunque el último se aferraba a decir que Yixing no era su novio, sino su adorable mascota. El amor era así: complicado y enredado, algunas veces incluso doloroso, pero también tenía agradables sorpresas cuando menos te lo esperabas. Ambos chicos lo sabían y realmente lo agradecían. Agradecían haber conocido a dos personas totalmente diferentes y que, de una forma un tanto extraña, los complementaban hasta la saciedad. Porque eso de que los polos opuestos se atraen era totalmente cierto. MinSeok ahora podría afirmar que los tópicos de que el amor a primera vista y que los polos opuestos se atraen era realmente cierto. Y, de alguna forma, se alegraba de poderlo comprobar día a día junto a Chen y su sonrisa.

Su sonrisa. MinSeok sonrió mientras besaba los labios del menor, había ganado la guerra de control y ahora los estaba saboreando hasta la saciedad. Terminaron separándose ante la falta de aire, ambos se miraron y sonrieron. Ninguno de los dos apartó la mirada del otro ni si quiera cuando Luhan, que arrastraba a su “mascota”, llegó para volver a quejarse sobre lo desagradecidos que eran con él. Los cuatros rieron felices y se fueron a pasar una tarde más juntos en una doble cita como acostumbraban a hacer todos los viernes, como una pequeña rutina dentro el descontrol de la relación entre MinSeok y JongDae. Pero quizás, descubrir todos los pecados de Chen no era una buena idea, nunca se sabía lo que podía ocurrir y eso de una forma u otra ponía nervioso a MinSeok, quien amaba ser perfeccionista y tener las cosas bajo control.

Notas finales:

Bueeeeeeeeno, ¿qué os ha parecido? Algo aburridito, ¿no? El próximo pecado es la lujuria juejuejuejuejue e////é Sufrí mucho para escribirlo, ¿vale? No sé cuándo lo subiré, seré mala y todo dependerá si hay un rw(?). Luhan necesita comer, ya sabéis, mi pobre secretario al que odio-amo-odio(?) 8/( Hasta la próxima actu~~~ 


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