Las playas de Cancún eran lo mejor que Stiles pudo haber visitado, aunque viviera en el estado de california y las playas no fueran un problema para él el poder disfrutar el fantástico sentimiento de libertad que da una hermosa costa como esta.
Un fuerte mareo le vino nuevamente, Scott se acercó rápidamente a él para tomarlo antes de que se cayera. Malia camino hacia el con un vaso de jugo natural y extendérselo para que se rehabilitará con el líquido.
—Joder, hermano. ¿No crees que lo mejor sería que fueras a un médico? —Pregunto mirando al castaño el moreno—. Me estas preocupando mucho, Cora ya está a punto de llamar a Laura para que te prepare una habitación en el hospital.
—Scott, calma. Es… solo es algo que debí haber comido ayer. Tu tranquilo sé que es lo que pasa con mi cuerpo —Malia curvo su ceja mirando seria al omega que evitaba su mirada a toda costa—, ve a nadar con Kira que de seguro debe estar aburrida de estar sola transformada en Zorro.
El aludido corrió hacia su novia mirando de vez en cuando a su mejor amigo omega que estaba sentado observándolo tranquilo.
Lo bueno que tenía Stiles según él, era que podía engañar a Scott como él quisiera, pero no a Malia, la jodida chica miraba con atención como él sonreía falsamente al moreno que se alejaba más y más: —Bien, sabes que no sé lo que me pasa. Iras a la farmacia y me compraras una prueba de embarazo —Demando casi sin aire de lo nervioso que estaba, cualquiera que pasara a su lado se daría cuenta de lo tenso que estaba el menor, la castaña volteo los ojos corriendo fuera de la playa en dirección a la farmacia más cercana.
Lydia seguía sentada con sus cascos puestos leyendo algún libro que a él de verdad no le interesaba en este momento. Pero ya que estaba casi solo sin nadie con quien conversar tomo el libro de la susodicha sin siquiera pedirlo.
— ¡Stiles! —grito llamando la atención de un montón de gente, que al ver que la alfa estaba molesta volvieron a lo que hacían— Stiles, sé que estas nervioso. Pero eso no te da el derecho a quitarme mis libros —Dialogó tomando el libro de las manos del oji miel que mordió sus labios.
—Lyds, esto más que nervioso, creo en cualquier momento tendré un ataque de pánico —murmuro mordiéndose el pulgar como cualquier maniático aria—. Si lo que creo es verdad estaré muerto, Derek me matara, no sé qué hacer, ¡Lyds préstame atención!
—Te estoy escuchando Stilinski, lo que pasa es que no entiendo es que: ¿Qué tiene que ver el hermano de mi novia aquí? —Pregunto dejando sus lentes de sol de lado mirando seriamente al otro—. Porque si mal no recuerdo, el día que fuiste a conversar con el llegaste al otro día. ¿Será que perdiste la virginidad Stiles?
— ¡Cállate! —Grito ruborizado—. Si ya sabes para que preguntar, basta ya con la humillación pública…
—Bien, bien. Pero dime ¿Por qué tanto problema con un polvo con Derek?
—Fue el día después de mi calor, como sabía que ustedes quería que nos fuéramos rápido para pasar más tiempo. Bueno, una cosa llevo a la otra y terminamos liándonos…
—Significa que estas embarazado de Derek —sonrió de costado—, ¿Cuál es el problema? De seguro Derek lo comprende —Murmuro ya que sabía que el adulto estaría más que feliz teniendo una vida compartida con el omega desde hace ya mucho tiempo.
— ¡Pero Derek no me quiere Lydia! —exclamo berrinchudo, más que molesto con la situación de como la pelirroja lo trataba como un niño—, desde los trece que me sentía atraído por él y hasta pops Peter me dio concejos para gustarle, ¡Pero ninguno funciono! Laura también me ayudo, quería hablar con él sobre diferentes cosas pero ¡bum! Salió con que estaba con Kate.
—Pero eso fue hace años Stiles, Derek que sepa no ha salido con más chicas —converso la mujer, con una sonrisa acaricio el cabello del omega que suspiro y se levantó para recibir el test que Scott traía en manos en la bolsa.
Los asociados del reino unido eran una escoria de verdad, ponían tantas excusas para firmar los papeles que nos permitiría un gran negocio de exportación pero como esos jodidos tíos rompe pelotas les daba la gana de joder a todos hacían los que se les diera la gana.
Tome un poco de café algo amargo y llame a mi asistente para que trajera un poco de azúcar, me estaba doliendo la cabeza de tanto estrés. Bufe más que molesto y abrí las ventanas para que entrara algo de aire para no sofocarme.
— ¿Qué mierda me pasa?
Iba a salir pero choque con Jennifer que me miro asustada. Negué y continúe mi camino fuera de la oficina.
—Cancela mis reuniones para hoy Blake, necesito un tiempo, diles que estoy indispuesto —murmure cerrando la puerta. Baje en el ascensor al sub suelo para subir a mi auto y llamar a Laura.
— ¿Derek? ¿Qué pasa hermanito? —pregunto desde la otra línea, gruñí del dolor en la cabeza y el incremento del calor que sentía, respiro varias veces antes de contestar.
—Laura, estoy en celo.