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The Devil's Trill por BeyondBirthday

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen son propiedad de Nakamura sensei

No es plagio yo soy engel of the dark , espero que le guste

El gran salón estaba en silencio iluminado únicamente por la tenue luz de las velas, lo único que se escuchaba era el magnífico sonido de un violín tocado por un joven de no más de 25 años quien había logrado captar la atención de los presentes excepto la de él, quien al contrario de los demás consideraba su técnica apenas mejor que la de un principiante, su mirada miel se posó en el violinista con desdén y lentamente descendió hasta caer en su propio cuerpo más específicamente en su muñeca derecha casi inmóvil desde hace un año. Cerró los ojos, podía recordarlo.

Flash Back

Había sido una lluviosa tarde de otoño y él no quería salir, prefería quedarse en casa en compañía de su violín y lo habría hecho de no ser por la insistencia de su hermano, tal vez demasiada.

-por favor será un viaje corto –pidió por décima vez el mayor.

-entonces, ¿Por qué no lo haces tú? –respondió comenzando a exasperarse.

-a diferencia de ti, yo necesito seguir practicando, además –sonrió- Aki preferiría más verte a ti que a mí –finalizo con una mirada cómplice, sabia como convencer a su hermano menor.

-Bu-bueno yo –un sonrojo cubrió sus mejillas, la verdad él también tenía deseos de verla- de acuerdo iré, pero si el obsequio es de tu parte, tu deberías entregarlo.

Salió la sonrisa complacida de su hermano debió alarmarlo, pero él nunca lo sospecharía, al menos no en ese entonces. El camino estaba lodoso por todas partes pero ese no era un gran problema, siempre había sido un excelente jinete, el verdadero problema eran esos cuatro hombres que aparecieron de la nada, en el sendero boscoso que atravesaba el camino a su destino, la casa de Aki y sus padres.

-vaya que tenemos aquí –dijo uno de los hombres mientras le cerraba el paso y los demás lo rodeaban.

-no quiero problemas les daré todo lo que tengo, así que por favor…-no era un cobarde pero la diferencia de cuatro a uno estaba demasiado clara, sin contar el tamaño de sus oponentes el cual representaba un gran problema a su complexión delgada.

-‘por favor’, jajjajaja mmm veamos, bájate –ordeno mientras se acercaba, el otro obedeció bajando del caballo negro como la noche que comenzaba a rodearlo- así que nos darás todo ¿eh?, -dijo el desconocido mientras sus bruscas y ásperas manos se deslizaban odiosas por su rostro y cuello, cerro sus ojos con miedo, con asco no era virgen pero a sus 21 años no tenía ninguna clase de experiencia con un hombre y tampoco le interesaba.

-eres demasiado lindo, ¿Qué dicen muchachos si esta noche lo hacemos nuestra puta? –se escucharon gritos y risas de aprobación que le estremecieron, abrió los ojos no podía ser cierto, se olvidó de toda lógica e intento huir, inútil, le cogieron de la cola que sujetaba su cabello castaño y sedoso, haciéndolo caer de espaldas al barro manchando su pulcro traje negro y el hombre que había estado acariciándolo intento subir sobre él, intento defenderse pero los otros lo golpearon e inmovilizaron.

-AYUDA!!!! –grito tan fuerte como pudo, olvidándose del orgullo recibiendo una cachetada que rompió sus rosados labios –ALGUIEN… -un puñetazo en la nariz, otro al estómago, patadas en todo su cuerpo ya no sabía exactamente en donde- POR FAVOR – y se calló, uno, dos, tres golpes directo en su muñeca con lo que parecía una roca, silencio, algo se rompió pero él no estaba seguro si fue dentro o fuera de su cuerpo quizás fue en ambos.

-Ja!, no eres más que una puta –el hombre encima suyo le escupió en la cara, lagrimas, ya no dijo nada y solo miraba al cielo había comenzado a llover otra vez, la gotas de agua se confundían con la sangre y lágrimas que bañaban su rostro- y ahora vas a gozar como nunca.

Su saco y camisa habían sido arrancados sin cuidado, desgarrándolos, desgarrando su alma, besos amargos y caricias asquerosas cubrían su cuerpo, inmóvil se sentía impotente ni siquiera se atrevía a parpadear.

-por favor…por favor…por favor…-era un susurro casi inaudible hasta que se perdió en la lluvia al igual a su llanto que  era más abundante con cada nuevo rose, cerró los ojos el miedo había vuelto más fuerte que nunca, pateo y de nuevo comenzó la lucha sus pantalones al igual que su ropa interior habían sido tratados de bajar y; después todo ocurrió muy rápido, recibió un fuerte golpe en la cabeza, un grito, una voz conocida, confusión, oscuridad.

Fin del Flash Back.

El sonido de los aplausos lo saco de su trance, la sonata había terminado al igual que sus memorias, el violinista hizo una reverencia y luego pidió silencio.

-gracias, espero lo hayan disfrutado, pero ha llegado el momento de comunicarles el verdadero motivo, de esta reunión, Aki, -una bella joven de 19 años rubia y de grandes ojos verdes acudió a  su lado- sabes que siempre te he amado –la sujeto de ambas manos- hace ya casi un año que eres mi novia y ya he escuchado la opinión de tu padre pero quiero conocer la tuya –se arrodillo frente a la joven delante de todos los presentes, pero en realidad solo tomaba en cuenta las reacciones de uno cuya mirada miel era tan fría que congelaría el mismo infierno, no le importo si le odiaba ya tenía todo lo que quería y había sido de su hermano el reconocimiento de una habilidad para el violín que en realidad nunca tuvo, la preferencia de sus padres, y sobre todo a Aki, la bella Aki, sonrió esperando la respuesta  que conocía hace tiempo- ¿te casarías conmigo?.

-si –la respuesta fue tan rápida y sencilla, si, una simple palabra que cambiaría todo.

Por un momento la mirada verde se conectó con los ojos miel, tan indiferente al anhelo con que la observaba, incluso se distinguía un ligero tono de burla y un mal disimulado dejo de lastima en la expresión de la chica que solo confirmo lo que hace a mucho tiempo sabia y no quiso aceptar; a ella no le importaba. ¿Alguna vez lo hizo?

La pareja en medio de felicitaciones y aplausos ahora se dirigía a él, que luchaba por mantener la compostura y el casi inexistente orgullo que le quedaba.

-Hiroki, hermanito ¿no nos felicitas? –cada palabra solo aumentaba su furia, su odio.

-por supuesto, Yuuri, me alegra que la mujer que más quiero se case con mi querido hermano mayor – y por primera vez desde aquella terrible noche Aki bajo la mirada delante de Hiroki- con permiso, madre me solicita –hizo  una reverencia y se retiró tan digno como pudo, con el corazón destrozado con el alma vacía.

Por fin la fiesta había llegado a su fin y Hiroki huyo disimuladamente a su habitación sin darse cuenta de que era seguido por Yuuri.

-Hiroki, vamos sabes que no fue mi decisión –su voz asusto al castaño frente a él.

-sal de mi habitación –ordeno.

-no vas a felicitarme, esta vez de manera sincera si no te importa –lo reto.

-¿qué demonios quieres que te diga? –dijo tomándolo violentamente por el cuello de la camisa- felicidades, al fin lo lograste hermano, quitarme a la mujer que amaba y destruir mi vida, muchas gracias.

-no te atrevas a hacerlo de nuevo –dijo soltándose del fiero agarre- yo no tengo la culpa de que el padre de Aki haya decidido casarla con un hombre de verdad después de que tu bueno, hayas sabido entretener a esos hombres.

-tu sabes que…

-yo lo único que sé es que en seis meses me casare con Aki –dijo interrumpiéndolo- y vengo advertirte que no harás nada para impedirlo.

-¿y porque no debería hacer nada?, podría hacer algo parecido a lo que tu hiciste conmigo.

-de… que estás hablando –sintió una muy leve preocupación, era casi imposible que lo supiera, ¿no es cierto?

-sabes a lo que me refiero –rio con amargura.

-no tienes pruebas –dijo y se arrepintió al instante, estaba por delatarse.

 -yo no he dicho nada, aun.

-tampoco tendrías porque , lo que paso te lo merecías y no fue culpa de nadie además, recuerda que Aki no se molestó por la decisión de su padre y acepto encantada mi propuesta de matrimonio, aunque pudieras hacer algo para ella no vales nada –dijo burlándose- así que hermanito buenas noches, me retiro a tocar un poco para relajarme, es una lástima que tú ya no puedas –esta vez no contuvo la fuerte carcajada que se seguía oyendo dentro de la cabeza del castaño incluso después de que su hermano se retirara.

¿Así que Aki realmente no había puesto resistencia a la idea de casarse con Yuuri?, de pronto toda la tristeza  que sentía se volvió odio puro se vengaría, aunque le costara toda la vida, incluso la daría sin dudarlo con tal de vengarse, se sirvió una copa de vino para tratar de calmarse, pero en solo pensar en ello, lo enfadaba, así que la arrojo a la chimenea perdiéndose entre las llamas que rugieron.

Flash Back.

No sabía cuánto tiempo había estado inconsciente, despertó en la casa de Aki, estaba limpio y ahora podía ver los moretones y rasguños en su cuerpo, sintió asco y habría vomitado de no ser por las voces que escucho fuera del cuarto donde se encontraba, se levantó de la cama y se acercó a la puerta tratando de escuchar.

-lo golpearon salvajemente -¿esa era la voz del médico?- rompieron su muñeca derecha e intentaron violarle.

-¿lo violaron? –esa vez era el padre de Aki.

-afortunadamente no, usted llego a tiempo fue una suerte ya que estuvieron muy cerca de lograrlo, pero, su muñeca es posible que jamás pueda moverla de nuevo al menos no por completo.

 Y ya no escucho más, Hiroki no podía creerlo y es que era simplemente imposible, él amaba la música, amaba su violín, tenía que ser una maldita broma, NO MOVERLA DE NUEVO, esa frase retumbaba en sus pensamientos grito como un loco y salió caminado directamente hacia el médico, era una broma ¿cierto?

-¿Qué está diciendo? –su mirada se cristalizo.

-lo siento muchacho yo…-el médico no podía hablar sintió lastima, pero no hacia el joven que lo sostenía con una profunda tristeza mal disfrazada de furia, si no por su talento, jamás había escuchado algo tan bello como el violín del castaño y ahora nadie jamás lo haría de nuevo.

-no, no es cierto, soy un violinista, un maldito violinista, ¿entiende?, usted no puede…yo le prometí a Aki que compondría una sonata solo para ella y la tocaría el día de nuestra boda yo…

-Hiroki, -hablo Suichi el padre de Aki, meditando lo que diría- sabes que eres como un hijo para mí, tu familia y la mía han sido grandes amigas y aliadas durante años y a pesar de que nada me haría más feliz que entregarle a un joven como tú a mi hermosa y amada hija, simplemente no puedo hacerlo, no después de lo que ocurrió, en verdad lo siento pero tu compromiso con mi hija queda disuelto.

-No!, no puede hacerlo yo la amo, ella me ama no puede hacerlo solo por mi mano, si es sobre eso…por favor –rogo- ya perdí el violín no me quite al otro gran amor de mi vida.

-No puedo permitir que mi hija se case con un hombre que ha sido mancillado y con el orgullo hecho pedazos.

-pero usted lo hoyo eso no, ocurrió además usted acordó con mi padre que…

-el acuerdo dice que mi hija se casara con uno de sus herederos y, bueno tu hermano no ha sido humillado de ningún a forma – lo último fue más un susurro.

-No, no lo permitiré Aki es mía yo la amo y ella a mí –grito.

-Escúchame bien, Hiroki –amenazo ya sin paciencia- la verdad te aprecio mucho pero mi hija merece un hombre con orgullo y dignidad y, si bien es cierto que esos malditos no terminaron el ensuciarte también es cierto que tú lo permitiste. –Hiroki abrió desmesuradamente los ojos ¿Qué él lo había permitido?

Estaba a punto de reclamar, pero en ese momento entro Aki anunciando que Yuuri Había llegado para recoger a su hermano y con un hermoso presente para pedir su mano, hasta ese momento Hiroki nunca había visto las cosas más claras, todo había sido una maldita trampa, Yuuri siempre había estado enamorado de Aki  y lo sabía pero siempre creyó que su hermano era un digno contrincante y un buen perdedor pero se equivocó, Yuuri era solo un mal nacido.

Fin del Flash Back.

Trato de calmarse sirviéndose vino nuevamente, su hermano incluso Aki le había traicionado, ¿y  ahora se iban a casar? Y no conformes con eso se lo escupieron en la cara le humillaron, Hiroki comenzó a presionar tan fuerte la copa de cristal que sostenía hasta que se quebró cortando su mano, mezclando así su sangre con el vino, no le importo ni un poco.

-Aki, te odio tanto como te amo, por venganza le vendería mi alma al diablo, no importa si tú ya la destrozaste, no me interesa recuperarte si para ti no valgo nada, pero enserio era necesario dejarme vacío, arrebatarme lo único que estremecía mi alma, el único placer en mi vida. –miro el estuche que conservaba su violín el cual estaba cubierto por una fina capa de polvo, aguardando.

El pequeño charco de sangre y vino que se había formado comenzó a extenderse por toda la habitación y tomar forma, cada gota que caía formaba un nuevo símbolo y el castaño se vio sumergido en total oscuridad iluminado únicamente por la luz rojiza y violeta de lo que parecía un ¿pentagrama?.

-tu alma y tu cuerpo… -susurro alguien en su oído una voz que jamás había escuchado pero que le atemorizaba en igual medida que le atraía y cautivaba, tan profunda y dulce demasiado sensual para ese tono tan inocente, el ojimiel podía sentir el cálido aliento en su cuello erizando cada centímetro de su piel.

Tardo solo un segundo en voltear para encontrarse solo con la oscuridad, hasta que sintió alguien detrás de él.

-shhh –dijo la misma voz pasando los brazos por la cintura del castaño que era considerablemente más bajo que el misterioso hombre –estoy aquí porque me has llamado, Hiroki.

-yo no he llamado a nadie –dijo en un susurro demasiado nervioso.

-¿seguro?, no le ofreciste tu alma al diablo a cambio de venganza –aclaro, asustando al castaño, ¿el diablo?.

-tu eres el…

-soy un demonio, y estoy aquí porque me interesa tu oferta, claro si agregamos una cosa más -y aferro más el cuerpo de Hiroki contra sí.

-y ¿Qué es eso que tanto deseas? –Dijo liberándose del descarado abrazo- pensé que lo único útil de mi para un demonio seria mi alma.

-hay muchas cosas que no sabes Hiroki –lo tomo de los brazos y lo giro para mirarlo directamente a los ojos- solo tienes que satisfacer mi hambre y mi deseo, a cambio de tu venganza, a cambio de tu más grande amor –y en la mente de Hiroki se dibujó una delas tantas ocasiones en los que se había hecho uno con la música fundiendo su alma con el arco del violín.

-yo..-y por un momento se perdió en la belleza del hombre, no, del demonio frente a él, alto y de piel pálida y suave que contrastaba con el negro intenso de su cabello, sus labios delgados y su mirada rojiza ardiente como dos rubíes en llamas lentamente  se tornó de un azul brillante, dos zafiros cristalinos que lo miraban con ternura una, presencia tan contradictoria de lo angelical y bello que se veía, estaba hipnotizado.

-claro que si aceptas jamás conocerás el paraíso, tu alma, tu cuerpo, todo lo que eres será completamente mío, para siempre, en el infierno o donde sea serás mío, y ¿bien? –Sus ojos volvieron a ser rojos y una sonrisa que rosaba la lujuria se dibujó en él, mientras extendía su mano-¿Qué dices, Hiro-san?

El castaño lo miro por un segundo, cerró los ojos y, ¿había algo más que pudiera perder…………? 


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