El moreno se encontraba besando el rostro de su amado, buscando despertarle, pero solo tuvo de resultado una señoleada sonrisa de parte del flaquito profundamente dormido, al ver que no despierta, se levantó de la cama dirigiéndose a la cocina, toma un chocolate, disgustándolo e inmediatamente un sin fin de perversos pensamientos llegan a su mente.
-Yo quisiera… Pero… No… Quiero disfrutar también de… - Susurraba muy bajo más bien para sí mismo mientras inundaba su paladar con ese inigualable sabor.
FIN POV
“La luz es muy fuerte, no quiero abrir los ojos, por favor Dios 5 minutos más, apaga el sol solo unos minutos más, anda yo sé que puedes, por favor. ¡Hey! Aun me molesta la luz, ish, vez... Por eso es que no voy a misa los domingos, eres malito conmigo.”
JiYong abrió los ojos, ya ese rayo que se infiltraba por las finas cortinas de seda no le permitía seguir concibiendo el sueño, aunque los abrió, inmediatamente los cerro arrepintiéndose de haberlo hecho, la claridad era muy fuerte, ¿Qué hora serian? Como las 10:30 a.m más o menos. Aun no tenía las fuerzas necesarias para querer salir de la cama, una noche muy movida fue testigo de ambos en la cama, que ni cuentan se dieron en cuando quedaron dormidos. Una sonrisa de lado se dibujó en esos delgados y rosas labios ante su recuerdo.
Mayormente de tanto de lo que se movía entre la cama mientras dormía siempre amanecía de espalda a su Bae, a lo que como toda mañana se daba la vuelta para quedar sobre el pecho de su amado, agradecía grandemente que este siempre amanecía boca arriba. Se dio la vuelta pero no encontró nada, frunció el ceño aun de ojos cerrados, no había cosa en el mundo que odiara más que despertar solo, aun y cuando era niño dormía con millones de peluches por eso, había días donde amanecía sobre el pecho del moreno, completamente sobre este, o casi debajo de su costilla.
“Tal vez solo está un poco más a la izquierda”-Pensó el pelirosa mientras aun sin abrir los ojos se removió un poco más, a tientas movía la mano aun sin abrir los ojos y...nada, no estaba. Como si se le hubiese metido un demonio se sienta de golpe en la cama y grita.
-¡YOUNG BAE!
El moreno que estaba en la cocina pensando en distintas cosas, se espanta de repente ante el grito y dio un pequeño saltito soltando el chocolate. Como si fuera perseguido por una manada de toros corre como loco, entrando de golpe a la habitación. Como si fuera todo un agente de misión imposible, se tira en la cama dando una vuelta, donde luego de estar muy cerca del menor le mira con los ojos bien abiertos, bueno, lo más que puede. Exasperado habla.
-¡¿Estas bien?! – A lo que el menor solo forma un tremendo puchero y lloriquea.
-Nooo, ¡no estoy bien!
-Ji mi amor, ¿Qué pasa? Mi nino, estoy aquí mi cielo. – El mayor toma su rostro entre sus manos, posándolas con suma delicadeza por esas suaves mejillas mirando directamente esos ojos color avellanas. – ¿Qué le pasa a mi bebe?
-Que no te encontré a mi lado al despertar, y que aún no me has besado y y y y –Sonrió de una manera tan tierna que cualquiera se lo comía, poso sus manos en cada mano del adverso que sostenía su rostro. –Te amo… Buenos días mi amor, mi todo, mi vida, mi corazón, ¡mío mío!
-Si serás babo… –rio bajo el mayor uniendo sus frentes. –Solo estaba en la cocina, comiendo un chocolate. –juega un poco con su nariz mientras hablaba. -Buenos días mi ángel, mi hermoso nino… mi vida… Te amo.
Dicho esto unió sus labios en un suave y lento beso, de esos que pueden llevarte al cielo por unos segundos. Se separó despacio abriendo los ojos un poco antes que el pelirosa, así se dio cuenta en el momento exacto cuando el adverso los abrió y sus mejillas rosas estaban más que marcadas. Jiyong no dijo nada, simplemente miro los ojos de moreno y perdido en ellos sonrió amplio, una sonrisa hermosamente segadora contagiando a su vez a Young Bae, el silencio reino unos segundos, sus miradas hablaban.
-¿Qué hay para desayunar hoy? –Hablo el menor rompiendo el silencio, con ingenuidad. Realmente a veces era como un niño.
-Hay dos cosas, a ver que eliges... –Sonrió cálido el mayor.
-Mmm, a ver...
Se separó un poco más sentándose sobre sus rodillas en la cama, mirando al pelirosa.
-Pancakes y Taeyang. –Movió un poco los hombros como insinuando algo. El pelirosa rio por lo bajo y aprisiono su propia lengua al sonreír de manera coqueta.
-Pues si ese es el menú, ya sé que ordenar.
-¿Qué? –Se acercó un poco más nuevamente hacia el pelirosa.
-¿Enserio no imaginas mi respuesta?, ¿Ah? –Susurro audible JiYong mientras ladeaba un poco la cabeza, acercándose igual.
-¿Taeyang? – Este se acercó un poco más, casi rosando sus labios con el menor.
-Pancakes. –Susurro un poco más bajo el pelirosa, esta vez se acercó tanto que roso los labios del mayor, sonrió travieso.
-Eso es….
El menor atrapo los labios del mayor así no dejando que termine la frase, Young Bae inmediatamente movió sus labios al ritmo impuesto por su amado pelirosa que se acercó un poco más y rodeo los hombros del mayor con sus brazos pegándose solo un poco más. Deslizando la mano por toda la parte trasera del cuello de este término enredando sus dedos en la casi blanca cabellera del moreno, el beso de apoco se iba intensificando por parte de ambos, hasta llegar a uno necesitado, como si fuera el último, abrió los labios un poco más dando la bienvenida a la extensión húmeda del mayor en su cavidad bucal, iniciando una guerra húmeda entre ambas lenguas, sin buscar un ganador solo disfrutaban el sabor de cada uno y del placer que comenzaban a sentir con solo un beso.. Por falta de aire el moreno se separó, comenzando a dejar un rastro de besos húmedos por la barbilla del menor bajando después hasta su cuello.
Mientras disgustaba la blanca piel del menor le fue recostando de a poco en la cama posicionándose sobre él, sus rodillas a cada lado de la delgada cintura del pelirosa que mantenía sus labios entre abiertos soltando incontables suspiros y jadeos. Giro la cabeza dando más espacio al mayor que seguía un camino de besos en esa delicada piel, desde su cuello a sus hombros y pecho en donde se detuvo a besar lentamente cada botón rosa del pelirosa. Este se arqueo un poco soltando su primer gemido del día.
Sin saber dónde aferrar sus manos arrugo las sabanas en estas, por su parte el moreno comenzaba a sentir calor, y más al sentir que alguien estaba despertando bajo el. El camino de besos continúo desde sus botones rosas hacia su estómago, el menor jadeaba ya un poco ansioso, sonrió de lado al notar la imagen, era perfecta.
-Ba-bae, ah.
El pelirosa se apoyó en sus codos mirando al moreno, pero solo recibió una fuerte oleada de calor por toda la espina dorsal. El adverso le mirada con lujuria, una mirada deseosas, apasionada y dominante, titubeo un poco, iba a decir algo pero no pudo, quedo en shock ante esa mirada y prontamente sintió un roce jodíamente placentero y como delineo su delgado cuerpo con esas fuertes pero suaves manos. Dejo un beso torturante en la punta de su hombría ya muy despierta y con necesidad de atención, el mayor sonrió satisfecho cuando el pelirosa se dejó caer de nueva vez en la cama arqueándose solo un poco, escuchando un audible ‘joder’ de esos exquisitos labios.
Sin darle tregua metió toda la erección del menor en su boca, lo más que pudo, el pelirosa se arqueo esta vez de una forma poco natural gimiendo alto, aferrando las manos aún más en las sabanas mientras echaba la cabeza hacia atrás. El moreno le observaba con tranquilidad, disfrutando la vista desde su ángulo antes de seguir.
-Ahm, ah...
El moreno sonrió en sus adentros ante ese bello sonido, música para sus oídos. Saco la erección de su boca y con su diestra tomo la base mientras, como si se tratara del mejor dulce lamio esta desde arriba hacia abajo haciendo a su vez una leve presión con la lengua en la punta.
-Ahm, maldición. –Ji se retorció en su lugar.
-¿Te gusta cariño? ¿mnh?.
-Ah…
Metió de repente todo en su boca otra vez, haciendo círculos esta vez, movimientos de arriba abajo. El menor bajo este se retorcía de placer, de sus labios salía una mezcla de balbuceadas entre gemidos y su respiración estaba entrecortada.
-Te-te necesito ahg adentro y-ya amhg.
Escuchando esa hermosa suplica se sacó despacio toda la hombría de la boca, rasguñándola con sus dientes, sin lastimarlo, más bien era una caricia bucal un tanto brusca pero no dolorosa.
-Mierda, ah ahgm.
Ya con toda esta fuera, sonrió de lado.
-Esa boquita mi amor… -Quitándose la única prenda que llevaba se acerco a los labios del menor, frotándose sus hombrías en el acto logrando sacar un gemido por parte de ambos. Unieron sus labios en un apasionado beso, devorando los labios uno del otro. El pelirosa mordió el inferior del moreno un tanto fuerte por la excitación, este sonrió con lujuria en sus labios. Ji comenzó a restregarse un poco más feroz bajo el moreno, estaba muy duro y necesitaba atención inmediatamente. El mayor deslizo una mano por una pierna del pelirosa separándola un poco y este por inercia separo más la otra.
Posicionándose mejor, el moreno se rozó exquisitamente con el menor y esta vez fue el quien mordió el labio inferior del menor quien ahogo un gemido en los labios de su esposo.
-No creo que deba prepararte, ¿o si amor? –susurro jadeante en el beso, su hombría dolía.
-Mételo… ya
-Tan mandón... -soltó una risilla acomodando su miembro en la pequeña entrada.
Y claro que lo haría, se separó de sus labios uniendo sus frentes, una fina capa de sudor le cubría a ambos, le miraba fijo aunque este mantenía los ojos cerrados, los labios entre abiertos como recuperando el aire, poso ambas manos en los hombros del mayor abriendo despacio los ojos encontrándose con la atenta mirada del mayor.
-Te amo Ji.
Con calma fue introduciendo su miembro en la entrada del pelirosa, quien inmediatamente cerró los ojos con fuerza abriendo más sus labios para dejar salir los gemidos.
El moreno gimió mordiendo su inferior al sentirse tan apretado, aunque no era la primera vez en hacer el amor, el menor seguía placenteramente estrecho, se mantuvo tranquilo unos segundos.
-Mu-evete ah, Dios.
Comenzando un vaivén despacio, llegando más profundo cada vez. Coloco ambas manos a los costados de la cabeza del pelirosa, la imagen era digna de grabar, el menor sudado con los labios entre abiertos y los ojos cerrados, con el pelo revuelto y pidiendo cada vez más rápido. ¡Le volvía loco!
De a poco el ritmo iba aumentando y el calor por igual, pero el moreno en ningún momento cerró los ojos, no quería perder ningún detalle. En la habitación solo se escuchaban los gemidos de ambos, las varias obscenidades. El deseo y la pasión con la que hacían el amor, flotaban en el aire.
-Mas Bae, ahm, mas...
Conforme los minutos pasaban, los movimientos se volvieron frenéticos, llegando en cada estocada al punto dulce del menor, el cual se retorcía, arqueaba y gemía al ritmo impuesto, en un momento determinado enredo ambas piernas alrededor del mayor así dando más facilidad de llagar más hondo.
-Ah, me... me corro. Ahg Bae, ah.
-Los dos juntos amor, ah.. ah
Con su diestra el moreno tomo la erección de su amado pelirosa masturbándolo al ritmo de las embestidas que comenzaban a ser rudas, saliendo y entrando con fuerza. Gritos más bien que gemidos eran testigos del placer. La luz iluminando perfectamente la habitación y ambos cuerpos sobre la cama, cada vez más profundo, más fuerte hasta que al fin llegaron al deseado orgasmo. El moreno soltando su esencia en el interior de su amado, y el menor entre sus estómagos.
-A-¡Ah!- Gimieron al unísono ante el placentero gemido. Sus erráticas respiraciones era lo único que se escuchaba ahora en la habitación.
El moreno se dejó caer sobre el cuerpo de su amado, tratando de regular su respiración, el pecho del pelirosa subía y bajaba buscando lo mismo, recuperar el aliento, rodeo la espalda del mayor entre sus brazos repartiendo caricias desde arriba hacia abajo. Unos segundos en esa posición y luego con cuidado salió de su interior recostándose a su lado, donde el menor inmediatamente se abrazó a su pecho.
-Te amo Dong Young Bae.
-Te amo Kwon Ji Yong.
-¿Por siempre?
-Por siempre.
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