~Buscar Ayuda~
No sabía qué hacer, andaba de un lado a otro, caminando por el departamento sin saber dónde encontrar una solución, ayuda, necesitaba urgente de eso… ya no sabía cómo salir del lio en él que el mismo se había metido.
Terminó una vez más frente al teléfono, sin atreverse a llamar para decir la verdad, sin ser capaz de arrepentirse y aunque trataba de tomar el aparato de la mesa en la que estaba reposando su mano temblorosa y sudada se negaba a recogerlo de una vez. Temblaba y sus nervios estaban al tope.
-¿Minho?- escuchó una voz a su espalda que le llamaba, pero incapaz de reaccionar ante el sonido continuó en su trance hasta que la misma persona posó una mano amiga en su hombro- ¿todo bien?
Un leve asentimiento de cabeza y una sonrisa torcida en la cual puso todo su empeño por formar, pero que no fueron suficientes para convencer a su compañero. El cual dando un bufido, encogiéndose de hombros se dio la vuelta para sentarse una vez más frente a la mesa y terminar su desayuno.
Se veía pálido, producto del lio que se estaba haciendo en la cabeza, pero nadie preguntó y lo agradeció, pues no se sentía con ánimos para contestar preguntas innecesarias en especial en el estado en el que se encontraba ahora.
-Tu madre llamó- dijo de repente, interrumpiendo el silencio que se había formado en la mesa, recibiendo una mirada reprobatoria por el resto del grupo, menos por él que no entendía nada de lo que estaba pasando- dijo que había conseguido el fin de semana libre para nosotros.
-¡Onew!- le gritó Key desde el otro lado de la mesa, dándole un manotazo a la misma completamente molesto por la metida de pata del contrario-íbamos a esperar a que él nos lo dijera ¡lo acordamos!
Con que ya se habían enterado, y para mayor desgracia tenían el fin de semana libre. Estaba perdido.
-Pero tarde o temprano nos lo iba a decir igual- se defendió terminando su vaso de leche de fresa, ganándose otra mirada de odio por parte del resto de sus compañeros.
-Está bien- intervino al fin, dándole otra mordida a su tostada para mirarles con calma fingida- supongo que ya se enteraron por mi madre, y bueno ¿quieren ir? No es una de esas reuniones con traje de etiqueta ni nada por el estilo.
-Nos dijeron que era con traje formal- dijo JongHyun ahora tranquilamente
-Pero no de terno… no hay que exagerar- respondió con tranquilidad mientras se levantaba de la mesa queriendo disimular el temblor en sus rodillas- ¿no creen que estaría bueno tomarnos el día libre y empezar a arreglar las maletas? Total no estaremos hasta el lunes de vuelta.
***
Le había parecido una buena idea, todos sus compañeros se movían por todo el lugar buscando lo necesario, y otros salían por los que llegara a faltar. Y convenientemente se había quedado solo.
Disimuló tranquilidad, ante la insistente sensación de ser observado, pero luego de convencerse que todo eran imaginaciones suyas prácticamente corrió hasta su habitación, para revolver de pies a cabeza la alcoba en busca del preciado objeto, sintiéndose la persona más feliz del mundo al tomarlo en sus manos.
La revista no tenía nada fuera de lo común, era otra de ese tipo de magazine que publicaba noticias amarillas o de farándula. No eran su estilo, pero había tenido las ganas de comprarla en su momento, y ahora lo agradecía.
Con suma precisión buscó a través de las páginas viejas un anuncio en particular que juraba haber visto la primera vez que lo leyó. Encontrándolo en la esquina de unas de las páginas finales, casi sin ser visto.
Y ahora solo rogaba que el celular apuntado bajo las letras grandes de “la tapadera infalible” no fuera una triste broma para los desesperados como él.
Apunto el número, y espero con impaciencia los tonos de llamada, sintiendo como su mano sudaba a cada segundo de eterna espera, siendo atendido al fin tras el segundo bip.
-Citas Falsas S.A, más que actuar es fascinar- le atendió una voz suave de chica joven que prácticamente le corto el aire- habla Mary y estoy lista para serle de ayuda.
Parecía de locos que ese número fuera real, que la voz melodiosa y atenta de esa chica existiera y fuera la solución perfecta a sus problemas, tuvo ganas de llorar y las palabras se le atoraban en la garganta, pero al sentir un movimiento impaciente por el otro lado del aparato reaccionó atropelladamente.
-Si… necesito una cita- habló lo más rápido y fuerte que pudo- la necesito por toda la siguiente semana- no era por tanto, pero no quería arriesgarse a nada.
-…- el silencio que se escuchó al otro lado del auricular rompió todas las esperanzas que había guardado, teniendo que aferrarse a la pared para no caer por el miedo- ¿toda la semana siguiente?- quiso confirmar la tal Mary.
-Sí, es urgente- aunque lo intentaba se veía demasiado desesperado para la situación.
-Joven- habló nuevamente tras un suspiro de cansancio para tratar de decir de forma conciliadora- siento decirle que las solicitudes se hacen con anticipación de dos o tres meses para tener la opción de escoger las características y condiciones en la que espera que sea su pareja simulada, además que a estas alturas, todos nuestros anfitriones se encuentran empleados.
-No importa, cualquier persona está bien… solo que pueda aparentar ser la pareja de un joven frente a mis padres.
-¿Algún límite de edad?- insistieron del otro lado.
-Mayor de 17, menor de 30- a esas alturas poco le importaban la edad y niñerías, podría inventar tapaderas – pero me conformo con que se vea joven.
-…- un nuevo suspiro por parte de Mary que pareció estar pensando en ese momento antes de volver a contestarle- bien joven ¿está ahí aun?- hizo un asentimiento de cabeza sin darse cuenta de que la chica no podía verle- puedo ingresar su solicitud al sistema y ver si tenemos suerte, pero para ello debe llenar la ficha de datos en nuestra página principal e ingresar el número de su tarjeta de crédito en caso de que no pague en efectivo, pero aun así no le puedo asegurar nada. Por si lo intenta ingrese el número 023 para identificar que esta es su llamada.
-¿Puedo tener una respuesta de aquí a mañana?
-Por supuesto, durante ese plazo podremos infórmale si se ha encontrado a alguien que cumpla con sus expectativas.
Iba a agregar algo más, pero la joven ya había cortado. Se quedó mirando el celular que mostraba el menú principal en espera de alguna orden. MinHo no sabía cómo reaccionar, así que simplemente dejo el celular sobre su cama y comenzó a ordenar las revistas desperdigadas por su recamara.
Sin embargo, se sentía levemente esperanzado.
***
-¿Diga?
-Hey, ¿qué tal? ¿Cómo va todo?
-Bien, supongo que no me puedo quejar
-Me alegro por ti amigo… ¿podría ser que estas libre la próxima semana?
-Jajajajaja, puedo adaptarme ¿necesitas algo?
-No, o si… bueno, tú sabes, solo quiero que me hagas un favor que obviamente termina por agradarte a ti también.
-¿Por los viejos tiempos?
-Por los viejos tiempos.
-… mmm… de acuerdo, ¿Qué tengo que hacer?