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Ojos Bonitos -En Edición- por Ari_123_love

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Notas del fanfic:

No tengo idea de cuántos capítulos haré T.T

Tendré que hacer cuentas dependiendo de las cosas que iré quitando sobre la idea original. Sea como sea, no será un fic tan corto ^-^ 

*Nótese me ironía aquí* 

Notas del capitulo:

¡Primer capítulo! :D

Esta nueva historia, lo prometo, los hará sufrir (XD Buajajajajaja). Pero también espero que les guste.

Llevo ya algo de tiempo pensando en esta historia, así que la tenía que escribir x)

El capítulo en sí, es algo corto, pero creo que sirve lo suficiente para dar inicio a lo que será la trama ^w^ Ya no digo nada más y les dejo leer ♥

 

Editado: 7/7/21

Es grato volver a casa, Minho sonreía ante la imagen de la ciudad que le había visto crecer, madurar y de más. Definitivo, no se iría de nuevo, ¿cuánto había sido? Bastantes años, sin duda, pero había vuelto ya, sin ganas de dejar su hogar de nueva cuenta. Bajó del auto con una caja -de las muchas que lleva- entre sus manos. Era extraño, para él, volver a ocupar esa pequeña casa que había comprado mucho tiempo atrás, después de mudarse de con sus padres, antes de que ellos también decidieran irse de la ciudad. Sin embargo, el amor que Minho sentía por esa ciudad era tan grande, que aunque hubiesen pasado casi trece años de estar fuera, volvió, para seguir su vida ahí.

Era realmente temprano por la mañana, el sol pintaba de anaranjado todo a su alrededor. La casa que había comprado era casi tan bella como la que tenía entonces con su familia, o al menos eso era lo que Minho creía. Terminó de bajar las cosas en lo que el sol iba cambiando de posición. No se sintió cansado hasta que la última caja color marrón terminó desempacada. Vaya, ahora viviría sólo, en esa ciudad que siempre representó hogar. Sentía felicidad y nervios, estos últimos agregados por la razón por la que estaba de vuelta. Había conseguido una plaza como maestro. ¡Al fin! Conseguir trabajo en tu lugar de origen.

Ahora, tenía que descansar, dentro de un par de semanas el ciclo escolar iba a dar inicio, y por lo tanto él debía preparar todo el itinerario que seguiría a lo largo de los años. Estaba emocionado, no lo podía negar; a pesar de su edad, Minho creía que nunca se es demasiado grande para emocionarse por las cosas triviales de la vida.

 

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Primer día de clases. Debía ser optimista y pensar que todo saldría bien. ¡Por dios! Se estaba comportando como si este fuera su primer empleo. Minho llegó a la sala de maestros, para saludar a sus nuevos compañeros de trabajo. Vaya sorpresa la que se dio al reencontrarse con si antiguo compañero de clases, Kim Kibum. No sólo había sido su compañero, por un tiempo fueron más que cercanos, pero no lo suficiente. Aún así, era bueno ver una cara conocida a quien le podría preguntar las cosas cuando tuviera dudas.

-¡Hey! Años sin verte.- Kibum, le saludó. -¿Qué haces aquí? No sabía que habías vuelto.

-Volví hace poco. Me ofrecieron dar clases y acepté.- Sonrió, soltando la mochila que cargaba sobre su hombro. -No tenía ni la menor idea de que enseñabas aquí.

-Ahh...- Suspiró. -No he conseguido nada mejor.- Se encogió de hombros mientras terminaba su taza de café. -No me puedo quejar, de cualquier modo.- Y entonces sonrió, mostrando que en realidad se encontraba perfectamente feliz con tener esa plaza de maestro.

-Vamos, antes de aceptar el trabajo investigué. Se que este instituto es excelente.- Minho insistió. -Haré lo mejor que pueda.

-Buena suerte.- Incluso, con algo de burla, le deseó lo mejor. -Será mejor que nos vayamos yendo, pronto iniciará el primer periodo.

Minho asintió, para después checar su horario. La primera hora del día, del primer día de la semana le tocaba en el mismo salón del cuál sería responsable como tutor. Sonrió, así conocería a los chicos de los cuales estaría a cargo. Eran chicos de los mayores, promedio de entre dieciséis y diecisiete años, esperaba que la clase de historia no les aburriera mucho, así que para ser el primer día, se presentaría, después sólo les daría media clase, luego que hicieran lo que desearan, no los pensaba agobiar con tarea por ahora.

Caminó el pasillo con premura, llegando al salón sólo para encontrarse con que sus alumnos ya estaban preparando sus cosas. Vaya, o la escuela era muy estricta, o esos alumnos eran excepcionales. Dejó su maletín en el escritorio y se dispuso a iniciar con su presentación.

Entonces ocurrió. Un chico entró, después de él, con la camisa desarreglada, y el cabello despeinado. Increíble, para ser un instituto, él llevaba el cabello algo largo, pasando de sus hombros. Además, tenía un bonito color castaño claro. Minho no pensaba molestarse, pero debía dejar en claro que no le agradaba que llegaran después que él. No quería que le perdieran el respeto a su clase. Se cruzó de brazos, mientras observaba como el joven se sentaba justo en el asiento de enfrente, a mitad de la clase. Iba a empezar con una reprimenda suave...

Pero no pudo. Perdió el aliento al ver que el chico subía el rostro (mientras quitaba de manera para nada disimulada sus audífonos), develando una mirada espectacular. Jamás en su vida había visto ojos así; por supuesto había oído hablar de esa extraña cuestión, pero no era común, o al menos, no para él. Sus ojos, vaya ojos. Uno color gris con pequeñas betas de color café, otro color azul con un pequeño halo verdoso. 

Heterocromía.

-¿No va a dar la clase?- Fue insolente, o quizás no, sólo había sido seco. 

Ese niño, no podía dejar de ver sus ojos.

-¿Cómo te llamas?

-Lee Tae Min, señor.- Hizo una mueca burlesca.

-Bueno, joven Lee, déjeme decirle, no aceptaré que ni usted, o ninguno de sus compañeros, llegue tarde a clases. Después de que yo entre, nadie más podrá entrar al aula.- Dejó en claro, hablándoles a todos.

Después de eso, se presentó. Su nuevo profesor de Historia, Choi Min Ho, de 31 años de edad, y una gran lista de institutos en los que había dado clases, pero que no había durado. En realidad deseaba quedarse en este lugar. Instruyó lo que sería el programa que seguirían el ciclo escolar, y explicó el inicio del tema que iban a ver. Iniciaría con la historia de Europa, desde sus inicios, país por país. A mediados de ciclo cambiarían a la historia de Asia, y finalizando el curso, verían de manera rápida los inicios de América.

 

En realidad, la clase se fue más rápido de lo que parecería para ser el primer día. La campana sonó, indicando el cambio de clases. Minho dejó ir a sus estudiantes, mientras él acomodaba sus cosas, para también cambiar de aula. Rápidamente el aula quedó vacía. Él soltó un enorme suspiro, no había sido tan difícil...

-Esperen...He dejado la cartera en el salón. Ya vuelvo.- Se escuchó desde el pasillo.

Minho ignoró al chico que entró, había sido realmente difícil no detener la clase y preguntar sobre su heterocromía, pero no quería ser descortés. Simplemente había tratado de evitar verle, cosa casi imposible, ya que al parecer ese jovencito también gustaba de la materia. Terminó de guardar sus papeles, mientras se le escapaba una mirada, cuestión de segundos, en donde ambos se voltearon a ver.

-Profesor...- Habló Taemin. -Quisiera disculparme por haber llegado tarde.- Parecía querer dejar en claro las cosas, pero de cualquier modo se escuchó frío. -Me encontraba con el profesor Donghae, es por eso que he llegué tarde. No volverá a pasar. -Entonces hizo media reverencia.

-Está bien, en realidad no me molesté.- Trató de sonreírle, pero no podía, la actitud fría del joven Lee era una barrera que no te dejaba acercarte de manera amistosa. Curioso. -No quiero que le falten el respeto a la clase, si podrá entender.

-Oh, no. Jamás le faltaría el respeto a una clase, sobre todo de un profesor nuevo.- Entonces sonrió, de manera graciosa, como si hubiese pensado en un recuerdo ameno. -Me gusta la clase de historia.

-Entonces espero que sea muy participativo, señor Lee.- Minho afirmó, para tomar su maleta y la colgó sobre su hombro.

-Hasta mañana, profesor.- Volvió a hacer una reverencia, para después salir corriendo, tal vez apresurado por llegar con sus amigos.

Minho suspiró, era tan extraño Lee Taemin. No sólo por su heterocromía, sino también su actitud, de seco a cándido en un par de segundo. ¿Qué esperaría sobre él? Ese jovencito se veía como un misterio...Un misterio de ojos bonitos.

 

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Clase a clase, Minho se presentó y repitió lo mismo con cada grupo. No fue tan difícil, después de todo, le gustaba instruir, le gustaba saber que podría compartir el conocimiento que había adquirido a lo largo de los años. El día pasó, sin que el se diese cuenta, dejándole un sabor de boca a nada. Ni siquiera pudo saborearlo, había estado pensando en su estudiante, le maravillaban sus ojos. Esos ojos, el derecho color gris moteado, el izquierdo azul con un halo...Se preguntó si acaso no tendría algún otro problema, ya que suelen venir juntos la heterocromía con algún otro daño.

En la sala de maestros, todos parecían ya tener trabajo hasta el cuello. Minho se sentó junto a Kibum, quien le sonrió alegremente. Al parecer él también había tenido un buen día.

-Minho ah, no te pregunté, ¿qué materia das?- Kibum parecía tener tiempo libre, a diferencia de los demás.

-Historia...- Y a pesar de todo, Minho seguía pensando en el par de ojos bonitos.

-Nunca me agradó la historia, yo doy química...- Kibum empezó a hablar sobre su día, de manera alegre, explicando a su vez varias cosas sobre el instituto, cosas a las que tal vez, Minho debiese prestar atención. -Minho ah, ¿me escuchas?

-¿Qué? Oh, lo siento...Me he perdido...- Se disculpó.

-¿Pasó algo interesante en tu primer día?- Kibum era realmente intuitivo, sabía que Minho estaba distraído con algo.

-No realmente...Lo que pasa es que...

No continuó, a fuera se escuchaba una discusión que se acercaba. Un profesor y un estudiante discutían, pero no con esos respectivos papeles. En realidad, parecía una conversación más personal.

-¡Por favor! Sigues molesto. Ya pasaron más de seis horas.- Una súplica.

-¡Es que no es posible! Ni un día, Taemin; el primer día me haces llegar tarde.- Se escuchaba bastante molesto.

-No fue mi culpa que el despertador no sonara. Ya, no te enojes por favor...

-¿Qué no fue tu culpa? Dime, ¿de quién es la responsabilidad de programarlo? ¿De quién es el despertador? ¿A quién tuve que esperar porque se niega a venir sólo a la escuela?

-Mía...y mío...Yo- Se escuchó triste esa respuesta, como si le hubieran recalcada en la cara su pequeño error. -Donghae, por favor, ya no estés molesto.- Rogó, suavemente.

Dentro de la sala de maestros, nadie parecía prestarle atención a esa discusión, nadie a excepción de Minho. Parecía curioso de lo que sucedía, y le parecía curioso que nadie más estuviera interesado en ello. A los pocos segundo observó como el mayor entró en la sala, suposo que el chico se quedó afuera.

-Kibum, ¿qué a pasado?- Preguntó discretamente.

-Oh, no es nada. Donghae probablemente está discutiendo de nuevo con Taemin. Le encanta hacerlo.- Le quitó seriedad al asunto.

-¿Lee Taemin?- Alzó una ceja.

-Sip, ese Taemin...¿Ya lo conociste?- Tildó la cabeza hacia un costado.

-Soy tutor del salón en donde está.- Vaya, así que el chico de ojos bonitos tenía una relación cercana con aquel profesor. -¿Por qué se tratan así?- En serio, se moría de curiosidad.

-¡Oh! Cierto, no sabes. Lee Donghae y Lee Taemin, son familiares. Creo que son tío y sobrino, o primos entre ellos. Es muy raro, no son parientes cercanos, sino en segundo grado.- Explicó con sus manos, aunque terminó enredando sus dedos. -En realidad me había sorprendido no escuchar alguna de sus discusiones, pero ya todo volvió a la normalidad.- Rio.

-¿Familiares?- Exhaló en voz alta... -Entonces, él sabe de...- Señaló sus ojos. -Los ojos de Taemin.

-Vive con él, sería extraño si no lo hubiese notado aún.- Kibum se apoyó sobre su puño, riendo. -Apuesto a que jamás habías visto unos ojos así.

-No...Nunca...

 

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Taemin corría por el pasillo. Ahora si lo aceptaba, si se les había hecho tarde, era por su culpa. Sólo esperaba que el profesor no estuviera aún en el salón. Ya había pasado una semana desde aquella vez que había llegado tarde y el profesor Minho había dejado en claro que no dejaría que esa situación se repitiera. Entró al salón, para darse cuenta que llegaba justo a tiempo. Aventó sus cosas sobre el pupitre mientras respiraba más tranquilo.

-Hey, Taemin ah, casi no la cuentas.- Jongin le dio una palmada en el hombro, antes de que Taemin le mirara feo.

-Alguien tiene que dejar de trasnocharse.- Wonsik también se burló.-Vamos, Tae, sonríe, así no te ves bonito.

-Son un par de...- Respiró. -Tienes razón, ya no debo trasnocharme, pero estoy adelantando tareas.

-¿De nuevo?- Jongin le miró con esa mirada reprobatoria que siempre le daba a su amigo.

-Necesito conseguir empleo, y no puedo si tengo deberes por hacer...- Hizo una mueca. -Por favor, no le digan a Donghae o a mi madre que de nuevo estoy buscando trabajo.

-Puedes trabajar conmigo en la heladería.- Wonsik le ofreció. -Yo llenaré la forma, así mi padre no hablará con tu madre. ¿De acuerdo?

-Gracias, me harías un gran favor.- Se colgó de su brazo, haciendo lindo puchero.

-Chicos, me alegro de que hayan encontrado la solución, pero...Taemin, no deberías esconderle esto a Donghae, y tú, -señaló a Wonsik- no deberías contratar gente de manera ilegal.

-Ya, no es ilegal.- Se quejó. -Ambos sabemos porque Taemin hace esto, deberías ser más comprensivo.

-¿Qué estás queriendo decir? Escuchen...

Entonces el maestro llegó, y todos volvieron a sus respectivos lugares. Taemin quiso prestar atención, pero no podía, debía convencer a Kai de que guardara silencio. Toda la hora estuvo volteando a verle, haciendo pucheros para convencerlo. Necesitaba tenerlo de su lado, esta vez.

-¡Joven Lee!- Brinco en su lugar al escuchar el regaño del profesor. -Me podría decir, ¿cuál es la razón por la cual no ha estado prestando atención?- Porque Minho se dio cuenta, Taemin siempre participaba, y ahora no contestaba a nada, ni siquiera cuando le hacía preguntas directas.

-Lo siento.- Hizo una reverencia con la cabeza. -No he podido prestar atención.

-Será mejor que empiece a poner atención o...- La campana sonó, interrumpiéndole. Rodó los ojos, mientras se quitaba del banco de su estudiante. -Pueden irse.- Les dio la salida.

Taemin se levantó corriendo,  haciéndole gestos adorables hacia Jongin para que después Wonsik se le uniera, haciendo los mismos gestos. Minho les miró desde su lugar, ¿así que por eso no estaba prestando atención? Taemin tenía algo más en mente. Sólo esperaba que se concentrara nuevamente, era su mejor alumno y no quería que se distrajera más de lo ya hecho.

 

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Minho se dirigía a la sala de maestros, había terminado la última hora con un examen para sus alumnos de un grado inferior. Debía corregirlos para devolverlos al día siguiente y trabajar sobre los errores que habían tenido. Todo iba bien, pero por no mirar el camino, chocó contra un estudiante que venía corriendo. Extraño, hace rato que los alumnos se habían ido, eran muy poco los que quedaban.

-Lo siento, ¿te has hecho daño?- Se agachó, para ayudarle a ponerse de pie. -¿Huh? ¿Taemin ah?

Taemin se puso de pie en un brinco, escondiéndose detrás de Minho. Agarrado de su cintura, con la cabeza apoyada en su espalda, parecía tranquilizarse.

-Por favor, no se mueva.- Rogó.

Minho, que se había quedado quieto ante la reacción de Taemin, tardó en darse cuenta de por qué actuaba así. A lo lejos se podía escuchar los farfullos de Donghae, así que el niño le había hecho alguna travesura. En cuanto le vio tuvo que reprimir la risa, Donghae estaba cubierto con hojas y pasto, incluso manchas de lodo.

-¡Donghae!- Minho le llamó. -He notado que Taemin tiene mucho tiempo libre, quisiera que me ayudara a corregir estos exámenes.- Pidió amablemente poder llevárselo, y poder librarlo de lo que sería un regaño.

-Sí, llévalo contigo; después hablaremos, muchachito.- Se dirigió directamente a él. -Espero que no sea un problema.- Lo dijo de manera a disculpa, pidiendo perdón a Minho por adelantado.

-Para nada.- Minho se soltó del agarre del menor. -Anda, vamos.- Le indicó, para redirigirse hacia el salón donde toman clases.

Dejó sus cosas en el escritorio, mientras veía que Taemin acercaba una silla. ¿Por qué le había rescatado de un regaño que se merecía? No tenía idea, pero le parecía gracioso lo travieso que era Taemin cuando se trataba de Donghae.

-Gracias.- Taemin dijo de manera seria, con la cabeza gacha. -No debió porque evitar que me regañara.

-Iban a discutir, y terminarías ganando.- Comentó de manera desinteresada. -Una semana aquí, y ya encontré un patrón en sus discusiones.- Repartió los exámenes en dos pilas, entregándole una. -Por favor, sólo quiero que pongas una marca en las que están erróneas.- Le indicó.

Taemin hizo una mueca, en lo que examinaba la prueba.
-¿Confía en mí?- Frunció el ceño, ¿cómo le ponía a revisar exámenes?

-Sé que tienes el conocimiento para contestarlo sin tener ningún error...- Le miró, de igual manera, serio.- ...Por ese motivo, noté que no estabas prestando atención el día de hoy.

-Disculpe- Aflojó el labio inferior. -Prometo ya no volver a hacerlo. -Sonrió de oreja a oreja, ganándose la mirada de Minho.

-Taemin ah...- Minho no pudo evitar hablar, quería preguntar por sus ojos. Dios, que bonitos ojos, podía observarlos en esa sonrisa, sonreían también, con un brillo bastante infantil... -¿No estás demasiado grande para hacerle bromas a Donghae?

-Tan sólo tengo diecisiete- Hizo otro puchero. -Sé que parece que no le tengo respeto, pero en realidad él es mi primo. No puedo evitar no tratarlo como un adulto, cuando es mi primo, y vivo con él, prácticamente lo veo en el espejo hasta cuando no está ahí- Exclamó.- A pesar de tener unos años más que mi madre...Sólo es Donghae, ¿si?

Minho le miró extrañado, ¿qué edad tendría su madre? Taemin tenía diecisiete, y Donghae, a lo mucho, treintaitrés. Era extraño, parecía que Taemin tenía una buena relación con todos los maestros de la escuela, y eso era porque se quedaba en las tardes, haciéndole compañía a Donghae, entonces ¿qué había acerca de su madre? ¿Por qué no iba a casa con ella? Y sobretodo, ¿por qué nunca había oído sobre el padre de Taemin?

-Maestro, ¿qué debo de poner si...- Taemin se acercó más, cuestionando algo sobre el examen que estaba revisando, no se dio cuenta de la manera en que Minho le observaba. En realidad a Minho le maravillaba que no le regañaran por el largo de su cabello, o por lo desordenado de su uniforme...Y tampoco podía dejar de pensar en esa mirada curiosa que tenía.

-Taemin ah...- Le alejó suavemente. -Tus ojos...

Taemin se coloró, algo avergonzado, escondiendo su rostro.

-Era el único que no había preguntado...- Murmuró, haciendo que Minho también sintiera vergüenza por haber resaltado esa característica. -Aún así, es el único que no preguntó la primera vez que me vio...Aunque usted me regañó.- Rio

-Llegaste tarde.

-Ya le pedí disculpas.- Hizo un mohín. -Ah...Mis ojos...Es hereditario, mi madre también los tiene así.

-¿Y no...?

-No tengo ninguna enfermedad, si es lo que se pregunta.- Sonrió. -Mucha gente piensa que estoy enfermo, pero no es así. Mi madre tampoco, y vaya que ella se ha asegurado que yo no haya tenido algún síndrome, o que se haya desarrollado algo eventualmente. Desde que tengo memoria me hace ir a hacerme chequeos una vez por mes.- Se encogió de hombros. -Tenemos suerte por ahora.

-Me alegro.- Le regresó la sonrisa.

-Profesor...- Le volvió a llamar. -Es fácil hablar con usted.

Notas finales:

Espero que me digan si les atrae, si no lo hizo, alguna sugerencia que quieran dar para que sume a la historia n.n Estoy abierta a propuestas, hasta luego ¡Besos! *-*

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Si están pudiendo leer esto una vez más, es porque al fin he decidido republicar la historia. Intentaré no modificar mucho con esta edición que le estoy haciendo, sólo esos pequeños detalles que se me escaparon la primera vez que la escribí, y que tampoco corregí cuando cambié de plataforma. Más que errores de dedo, son ideas fugadas que nunca terminé y ahora me incomodan porque no llevan a ningún lado. 

Honestamente, no sé cuánto me tardaré con este proyecto. Pero, he de confesar que la empecé a escribir estando a mediación de preparatoria/bachillerato. He concluido mi carrera universitaria, y realmente me gustaría terminar y despedirme de este bonito proyecte en el que trabajé tanto tiempo. Ha tenido cientos de versiones en mi cabeza, pero creo que es hora de dar una versión final que ustedes puedan leer.

Tengo algunos capítulos editados, pero aún faltan muchos por corregir. Busco el subir un capítulo por semana, para así poderme dar tiempo y forma de mantener la historia continuamente actualizándose sin caer en los constantes hiatus que tuvo en el pasado  ~^u^~ Nos vemos en una semana~,

PlumStardust/Ari_123_Love, 07/07/2021


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