Ya pasaron varios meses desde que te perdí, desde que no estás aquí todo es oscuro, ya no hay luz, ni alegrías, me hubiera gustado seguirte pero no puedo por la promesa que te hice, que seguiría mi vida sin ti, pero siento que ya no puedo, lo intente por estos últimos 11 meses, muy pronto se cumplirá un año desde tu partida y tome la decisión que ese día sería el perfecto para ir contigo para estar a tu lado para ser felices otra vez, mi vida se ha convertido en una rutina, muy monótona, ahora me encuentro en el tren, donde te vi por primera vez, dirigiéndome a casa.
--------
El tren que se dirigía al centro de Tokio, sufrió un accidente, del cual solo pudieron salvarse algunas personas por milagro y ninguna con daños severos, hasta ahora nadie sabe el motivo, las investigaciones siguen hasta el momento, entre una de esas personas estaba Usami Akihiko un joven empresario de 22 años que hace pocos meses perdió a su prometido el cual falleció por una enfermedad, el joven peliplata estaba en aquel tren y fue uno de los sobrevivientes, salió un poco lastimado por salvar a un hermoso chico de cabello castaño y ojos verdes, de aproximadamente 18 años, ni el mismo sabia porque lo había hecho, para él hubiese sido mejor morir, es lo que deseaba desde hace mucho tiempo, será tal vez porque ese niño se parecía a su prometido, bueno realmente ni él lo sabía.
---- en el hospital -----
- señor, que bueno que despertó – dijo la enfermera, la cual revisaba los extraños aparatos – conoce al joven que salvo – el aún sigue inconsciente, según su identificación revisamos sus antecedentes, pero es huérfano sus padres y su hermano viajaban con el en el tren, pero los todos fallecieron, buscamos un poco de información para ubicar a sus parientes, pero parece que no tiene ninguno, y para peor sus padres tenían una gran deuda por lo que se quedara sin casa – dijo la enfermera mirando al peliplata, él no podía creer en que se había metido en un aprieto, por salvarlo tenía que hacerse cargo de el – hoy sí que no fue mi día – pensó.
- sería bueno si usted lo conoce, pues sino se quedaría en la calle y eso sería muy triste, es muy joven y lo perdió todo en un solo día, hasta podría perder la razón – dijo la enfermera casi al borde del llanto
- si señorita, yo lo conozco es un amigo – dijo el joven, ni siquiera el sabia porque decía eso, en realidad no tenía nada que ver con el, sería mejor dejarlo así, a él no le gusta los problemas y este parecía uno muy grande pero ya no importaba lo que pensaba ya había comenzado y solo le quedaba continuar
- qué bueno joven – dijo un poco emocionada la enfermera, pues en realidad estaba preocupada por el – por lo menos el tiene donde apoyarse, eres un buen amigo, bueno no molesto más, me retiro, el solo está descansando no tiene nada severo, mañana se les dará de alta a los dos, es un milagro que solo hayan tenido heridas leves, bueno hasta luego – dijo la enfermera saliendo de la habitación.
Al día siguiente Akihiko fue a ver al joven, lo había visto pero no muy bien recién lo iba a conocer, entro a la habitación y ahí se encontraba el, era muy lindo, tenía el cabello color castaño, parecía una niño que tomaba una siesta la luz que entraba por la ventana resplandecía su rostro, tenía ganas de acariciar aquel rostro que parecía perfecto – en que estás pensando, tonto, es un niño y tú ya tienes a alguien – se regañó así mismo, pero algo lo saco de sus pensamientos, era aquel hermoso chico que habría sus ojos, eran de color verde, cuando abrió bien los ojos parecía muy confundido, y asustado
- quien eres?, donde estoy?, donde están mis padres y mi hermano? – dijo muy alterado
- bueno, supongo que tengo que presentarme primero, me llamo Usami Akihiko, el chico que te salvo, por mala suerte – dijo el peliplata, muy calmado – bueno lo que tengo que decirte es muy fuerte, yo no te puedo obligarte a nada, solo te puedo ofrecer una solución a tus problemas – dijo el chico ahora un poco molesto, el niño lo miraba asustado, parecía que podía adivinar lo que le iban a decir, se negaba a escuchar, a que confirmen sus sospechas, se tapó los oídos y comenzó a llorar
- no quiero que me digas nada – grito de repente – todo lo que me vas a decir es una mentira – decía mientras lloraba
- pero igualmente lo tienes que escuchar – dijo el peliplata un poco molesto, ya se estaba cansando de el – mira, ahora estas muy alterado, voy a regresar más tarde, espero que estés más calmado – dijo mientras se dirigía a la puerta – y si alguien te pregunta por mí, te conviene que digas que me conoces, por tu bien – dijo mientras salía, pero algo lo retuvo
- no – dijo el castaño, tratando de calmar su llanto – por favor espere, usted tiene razón, no voy a ganar nada, comportándome de esta manera, dígame lo que tenga que decirme – dijo secándose las lagrimas
- está bien, te lo voy a decir – dijo el peliplata mientras regresaba a la habitación y se detenía a lado de la cama, tus padres y tu hermano iban contigo en ese tren, verdad? – dijo el peliplata, el niño solo asintió con la cabeza – bueno, ellos no tuvieron la misma suerte que tu– dijo el mayor deteniéndose por un momento para tomar aire – ellos fallecieron en ese trágico accidente – dijo al fin, el sabia como era que alguien te diga, que la persona que más amas este muerta, el niño empezó a llorar, desconsoladamente, estaba solo, ya no tenía familiares, que será de su vida, Akihiko no podía soportar esa escena, y por reflejo lo abrazo
- yo sé cómo te sientes – dijo en voz baja, tratando de consolarlo – yo pase lo mismo que tú y sé que duele – dijo el peliplata, el silencio reinó por un momento, ninguno de los dos podía articular palabra alguna
- tus padres tenían una deuda muy grande – dijo por fin el peliplata, separándose lentamente – y piensan cobrarse con tu casa y si fuera así te quedarías en la calle – dio un grande suspiro y continuo – yo les dije a los doctores que eras un amigo mío y que me iba hacer cargo de ti, pero bueno esa es una decisión que solo tú puedes tomar, yo no te puedo obligar a nada, solo me hago cargo es porque después de todo fui yo el que te salvo, ahora descansa y piensa bien en la propuesta, voy a regresar más tarde por tu respuesta, hasta luego – dijo por último, dejando al lindo niño sollozando, pensando cómo iba ser su vida desde ahora, la única opción que tenía es estar con él, fue divagando en sus pensamientos por un largo tiempo, hasta que sin darse cuenta se quedó profundamente dormido.
En la tarde Akuhiko regreso, pero no encontró a nadie en la habitación, supuso que el se había ido, cuando ya estaba a punto de irse alguien le detuvo
- señor no se vaya – dijo el niño que ya estaba vestido y con una pequeña maleta – decidí ir con usted es mi única opción, prometo no causarle problemas
- bueno está bien, tengo muchas cosas que hacer, apresurémonos, ya pague la cuenta del hospital – dijo el peliplata sin mostrar ningún tipo de emoción, ni de alegría ni de tristeza, una vez fuera subieron al auto del mayor y se dirigieron a la casa de este, una vez que llegaron, el castaño se sorprendió, era una enorme mansión tenía un lindo jardín y algunos empleados los esperaban en la entrada
- disculpa por mi humilde hogar – dijo el mayor con un tono de sarcasmo
- de humilde no tiene nada señor – dijo un poco nerviosa el castaño, salieron del auto y ahí estaba el mayordomo
- ya vine, Tanaka-san, el es la mascota de la que te hable – dijo Akihiko señalando al ojiverde – hazte cargo de el, yo tengo una reunión importante, dale las indicaciones que te dije, regreso en la noche – dijo mientras subía al auto de nuevo y se iba por donde vino, el niño estaba un poco molesto – que significa eso de “mascota” – pensaba
- disculpe joven, sígame por favor, lo llevare a su habitación – le dijo el mayordomo, sacándola de sus pensamientos – ha-hai – fue lo único que pudo responder, los dos caminaron por la mansión en completo silencio hasta que llegaron frente a una enorme puerta(o bueno para el lo era), toda la casa era muy bonita por dentro como lo era por fuera, pero esa habitación, era hermosa, era la habitación que cualquier persona quisiera tener.
- esta es la habitación que el señor mando arreglar esta habitación para usted, ya paso mucho tiempo desde que tenemos un invitado, si necesita algo no dude en llamarme – dijo el mayor con una sonrisa mientras salía y dejaba sola al niño, la cual seguía contemplando aquella magnifica habitación, que era el tamaño de su anterior casa.
- ahora que voy hacer, supongo que tengo que comenzar a trabajar, no puedo vivir gratis aquí – se decía el castaño, acomodando sus pocas pertenencias – hasta ahora no he podido entenderlo, primero agresivo, después cariñoso, me ayuda y después me dice “mascota”, creo que nunca voy a poder entenderlo, quisiera saber más de él, no sé porque, pero siento que tiene una mirada triste como si le faltara algo, se quedó en la habitación por un momento, pero no soportaba estar ahí sin hacer nada y salió para ver si podía ayudar en algo, estaba caminando por los pasillos y se perdió, llego a una habitación que era un poco más grande que la suya, sabía que estaba mal si entraba pero no pudo evitar la curiosidad, cuando entro todo estaba ordenado y limpio pero no había nadie dentro, recorrió toda la habitación con su mirada hasta que dio con un closet lleno de trajes, los cuales eran muy hermosos, era su sueño tener un closet lleno de ropas, zapatos y todo eso, así que no pudo evitar coger los trajes e imaginar que se los probaba, pero eso no era suficiente, nadie la estaba mirando, así que solo se iba probar algunos, mientras que hacia eso llego la noche, y Akihiko ya había llegado del trabajo, y fue a ver como estaba su “mascota” pero cuando llego al cuarto no encontró a nadie, preguntó a su mayordomo y él le dijo que no lo vio en toda la tarde y pensaba que estaba en su habitación, el mayor temiendo lo pero comenzó a buscarla por todas las habitaciones, hasta que paso por la habitación de su ex-prometido, al cual estaba terminantemente prohibido entrar, pero en esta ocasión la puerta estaba semi abierta lo cual lo extraño, pues sus sirvientes nunca desobedecían sus órdenes, entro furioso, dispuesto a despedir a quien se haya atrevido ingresar, pero cuando entro, se quedó perplejo, por que lo vio, después de tanto tiempo vio a su novio, a la persona que más quería estaba ahí parada con ese característico traje que siempre se ponía, estaba de espaldas, tenía ganas de correr y abrazarlo, pero algo lo detuvo, no podía ser él, él estaba muerto, pero quien era el que está allí, camino lentamente y el niño volteo, se quedó muy sorprendido al ver al peliplata ahí, no lo había sentido llegar, y ahora estaba ahí mirándola primero con sorpresa después con odio, él estaba muy enojado y se notaba
- que haces aquí! – le dijo el peliplata, estaba muy furioso – lo jalo del brazo y lo saco afuera – no entres aquí nunca más! – fue lo último que dijo, cerrando la puerta de un golpe. El niño estaba muy confundido y asustado se levantó y corrió sin saber por dónde iba, sin pensarlo llego a su cuarto entro y cerró la puerta por dentro y comenzó a llorar, está mal que haya entrado sin permiso, pero no era necesario que lo trate de esa manera.