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Luz en tu sonrisa por ArumaDTrafalgar

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Notas del fanfic:

¡Hey!, ¿Que tal?, vengo con un one-shot, de la nada se me ocurrió un titulo y me dije "Vamos a ver que sale", no es la primera vez que hago un escrito de la nada, así que les traigo otro y todo gracias a las buenas criticas de "Teclas y cuerdas", en fin, no les aburro mas.

Me disculpo si hay un error ortográfico o incoherencia narrativa.

 

Los personajes son propiedad del gran Eiichiro Oda.

Pov's Sanji.

 

El marimo esta encima de mi, me inmovilizo, no tiene la mas mínima intensión de dejarme ir, ¿Como es que termine atrapado de esta manera en mi propia cocina?, todo empezó hace un mes...

 

--------------------------

 . Un mes atrás, en verano.

 

-Mi bebida...-hay estaba el maldito marimo pidiendo su ración de alcohol del día, tenía una cara de amargado, con su voz exigente.

-No hay bebida hasta mas tarde...- estaba muy ocupado por un banquete para todos los idiotas y para mis amadas damicelas.

- ha?... No pienso esperar ero-cook, quiero mi sake ahora...-se cruzo de brazos, parecía un niño.

-Te jodes, he dicho que esperaras, nadie bebe o come antes del banquete, Luffy atrapo un gran rey marino y con ello irá el alcohol...-de vez en vez volteaba para ver que berrinches hacía, cuando de alcohol se trataba, Zoro era bastante necio y obstinado.

-Me importa poco...yo lo buscare -ignoro mi comentario, ¡claro!, es un cabeza hueca.

-Ni una mierda voy a dejar que toques la bebida - como chef experimentado, pude dejar algunas cosas se cocieran solas a fuego bajo, lo que me permite un breve lapso para poder detener a ese imbécil. -soy el encargado de administrar los víveres, si quieres alcohol tendrás que esperar -me pare frente a él, le lanze una mirada imponente, pero bueno, él no es de los que se asusten, al contrario, ni se inmuto.

-tch... Que fastidio... No voy a esperar- me desafía con la mirada.

-Eres un maldito imbécil...bien, solo una botella -tenía tanto trabajo como para quedarme a discutir con un necio, fui a la alacena donde guardaba una botella de a cuarto, no era mucho para un alcohólico como lo es él, pero se estaría alejado un rato, regrese para darle la botella.

-Pensé que darías mas protestas...-arqueo su ceja.

- Solo vete, tengo trabajo...-regreso a mi lugar, tenía aun varias cosas que preparar. Realmente amo mi profesión, cocinar es todo un arte.

 

••••••• En la tarde, la hora del banquete ••••••

 

Todos disfrutaban de la comida, estoy orgulloso de mi, aun que aun puedo mejorar mas, hay tantos ingredientes que aun no he utilizado.

Recargado en el barandal del sunny estaba el marimo mierdoso, como es costumbre estaba dormido, ¿Como alguien puede dormir tanto?, parece un oso invernando, es un maldito flojo bueno para nada, siempre tiene esa cara de amargado, yo no se como es que Luffy lo quiso como nakama.

- Gomu gomu no... fousen...-Luffy se había inflado solo para atrapar a Ussop y a Chopper quienes habían salido disparados por un nuevo invento de Franky. Como de costumbre Luffy no mide consecuencias, con el impacto había dado contra el marimo, el cual por obvio despertó y se enojo.

-¡Luffy!... -grita cabreado.

- shishishi...lo siento Zoro, ¡Ven! El nuevo invento de Franky es genial -dice extasiado, completamente impresionado, se jala a Zoro.

Toda la tarde transucurrio entre bromas y Juegos, yo no participo mucho en ello, siempre ando pendiente de mis damicelas, pero...

Solo un segundo me basto para notarlo, mi mirada había sido llevada hacía los idiotas como si me estuvieran llamando, hay fue cuando lo note...

 

La sonrisa de Zoro.

 

Jamás lo había notado, ese estúpido marimo estaba junto a Ussop, ambos tenían una jarra de alcohol en las manos, no se de que mierdas se reían, pero la sonrisa que el marimo tenía...no pensé que existía, incluso me atrevo a decir que irradiaba luz, era tan brillante, tan diferente a su semblante a ese amenazador que siempre muestra, ¡joder!, parecía otro, un rostro mas relajado y...feliz?, debería ser mas seguido asi, tal vez, y solo tal vez, asi no me desagradaría tanto. Espera... ¿Que mierdas estoy diciendo?, ese marimo siempre será un estúpido e insencible, olvidare que vi eso.

 

•••••• Una semana después ••••••

 

Aun tengo grabada la maldita sonrisa del marimo, ¿Por que mierdas no la puedo olvidar?, todos sonreimos en algún momento, ni que fuera la gran cosa.

Fastidiado de todo esos pensamientos, salí de mi amada cocina, me fui a la parte de atrás del sunny, quería fumar un cigarro tranquilamente sin que nadie me molestara, pero parece que llamo a la mala suerte con la mente, sobre el barandal estaba el cabeza de césped, estaba viendo el mar y hay de nuevo, diferente, pero estaba sonriendo, era una sonrisa ligera, aun que me cueste decirlo y asimilarlo, su semblante era diferente, nada intimidador, era esa luz que su rostro reflejaba, mi corazón dio un vuelco... Espera, ¡¿Por que?!, ¡joder!, me estoy volviendo loco.

-mh?... Cocinero, ¿Que haces? -me miro con la incógnita reflejada en su cara y como no quedarce así, yo me adentre a un trance y había visto al imbécil por un rato.

Reaccione -ha?...n-nada...s-solo venía a fumar...- ¡mierda!, mi tono salió nervioso.

- ¿Seguro? -hizo un gesto de "no te creo nada", fruncio ligero el ceño, se cruzo de brazos.

El marimo...¿Se preocupa por mi?, debo tener alguna enfermedad, estoy alucinando desde aquel día.

De nuevo había entrado en un trance, pues cuando me di cuenta, Zoro, digo, el marimo estaba frente a mi.

- ¡N-no te acerques demasiado imbécil!- salí huyendo como una damicela, sonrojado y con el corazón acelerado, pero... ¡yo nos soy ninguna chica!

 

••••••••una semana después mas ••••••••

 

Durante ese tiempo me la pase evitando al musgo mierdoso, aun que a medias, digo, por obvio tenía que cruzar palabra con él, como cuando me pedía su bebida, a la hora de la comida/almuerzo/cena, pero hasta ahí, trataba de estar solo en la cocina o con mis damas, el tiempo había transcurrido bien, creo que me cure.

 

Era la hora de la comida, todos ya estaban sentados, como era costumbre Luffy devoraba todo, lo golpee una vez y le di mas comida, el capitán no tenía llenadera.

Me dirigí a mi querida robin para darle una refrescante bebida, le sonreí, ella me devolvió el gesto, es tan hermosa. Levante mi vista a los idiotas, los tenía que regañar pues estaban jugando, ¡en la mesa no se juega!, eso iba a decir, pero de nuevo, hay estaba riendo felizmente el estúpido verdoso,¡joder! ¿Por que otra vez lo estoy mirando?.

-¿Hay algo que te gusta en todo esto, cocinero-san?...-era la voz de mi amada Robin, fue su dulce voz la que me trajo a la realidad, la mire y tenía una ligera sonrisa, a estas alturas sus palabras las sabía interpretar, pero tenía que evadir eso, ni yo sabía que demonios hago, además, ni que me gustara ese imbécil.

-A mi lo único que me gusta de aquí, son mis bellas damicelas, son mas hermosa que una flor -le sonreí, luego me retire al fregadero, aun había trastes que ocupe sin lavar.

 

•••••••• A la siguiente semana... ••••••

 

¡Mierda!, ¿Acaso me golpee la cabeza o que?, ahora estoy mirando por la ventanilla de la cocina al musgo y a Luffy, los cuales estaban platicando tranquilamente, ¿Que le estará preguntando?, debe ser algo serio como para que Luffy tenga su porte serio que muy raramente muestra, como sea, no es algo que deba interesarme. De la nada él voltea hacia acá, sin pensarlo me quito de la ventanilla y me escondo, ¡¿Pero que carajos?!, toque mi pecho donde estaba mi corazón y estaba acelerado. En definitiva, me estoy volviendo loco.

-Cocinero... -.

No escuche venir al musgo, di un nuevo salto, quería huir joder.

-Haz estado actuando raro, ¿Me vas a decir que demonios te sucede? -se acerco solo un poco a mi, tenía esa mirada seria, ¿Por que diablos no me sonríe a mi?, una amarga sonrisa se hizo presente en mi rostro...¡joder!, mi locura ya llego demasiado lejos.

- No se de que hablas...actuó como siempre- desvie mi mirada, no quería ver a ese idiota, tenía que aclarar yo solo todo esto.

-No te creo. ¿No piensas decirme?

- Ya te lo he dicho, no me sucede nada, ahora déjame solo, tengo trabajo...-me fui hacia la estufa, me puse a hacer mi trabajo sin prestar atención al musgo, pensé que de esa manera él se iría. Me equivoque, paso una hora y el imbécil no se iba, estaba sentado en una silla, en el comedor, observandome, su presencia me estaba poniendo nervioso e incómodo, trate de ignorarlo, pero esa mirada me seguía a donde fuera, y luego dicen que el acosador soy yo.

¡Suficiente!. -¿Que rayos quieres marimo? -lo mire de frente cabreado.

- Ya te lo dije...-me sostuvo la misma mirada.

- ah?, ¿Preocupado por mi? -me atreví a burlarme de esto, sonreí ladino.

-¿Hay algo malo en eso? -me sonrie burlón. Se esta burlando de mi, ¡esta jugando conmigo!.

-¡lárgate de aquí! -le grite, mi cabeza estaba aturdida.

A causa de mi grito, Nami-san entro - ¿Que sucede aquí?, no es momento para que se peleen, estamos por llegar a la siguiente isla, así que Sanji-kun, quiero que vayas y vigiles a Luffy.

- ¡Por supuesto Nami-swan! -me acerque a ella dando giros de alegría, mas luego mire al marimo, pues había chasqueado la lengua y después de eso se levanto y se fue, ¿Se abra molestado?, bueno, no es algo que me importe.

 

••••• una semana mas, ultima y llegado casi al momento principal del cual de todo esto... •••••••

 

Esos días me había puesto a observar de lejos al marimo, se que soy un estúpido y todo un acosador, pero ya no podía mas, tenía mas que presente su estúpida sonrisa, ese repentino comportar de él, pues aun insistía que algo me pasaba, y bueno, tan idiota no es, aparte ya estaba él sospechenado de mi, pues aun lo seguía evitando, ni yo sabia que era lo que me pasaba, suspiré.

-Esto es una locura...-recargue mi cabeza sobre la mesa.

-¿Que es una locura?- salte por reacción, pero no me sorprendí del todo, Robin-chan tenía la habilidad de aparecer de la nada, la voltee a ver.

- No es nada Robin-chan...-emití la sonrisa mas falsa que jamás haya echo, seguramente ella lo noto.

- Miente mejor Ussop...-me sonríe ligero.

Suspiré ligero, creo que a estas altura ya era evidente - cierto, lo siento, no es mi intensión mentirte, pero no tengo idea de que me sucede, solo se que no puedo sacar de mi cabeza al estúpido marimo..- lo dije, me sonroje, oculte mi rostro entre la mesa y mis brazos rodeando mi propia cabeza.

Ella emitió una pequeña risa -fufu... Eso se llama "enamorarse", cocinero-san.

¡¿Que?! ¿Yo enamorado del musgo?, Robin-chan tiene que estar bromeando, no, ella no hace esa clase de cosas, alze mi mirada para verla, pero ella había desaparecido, volvi a emitir un suspiro, ya comenzaba a cansarme de todo esto.

Me levante de la mesa, tenía la intensión de ir a bañarme y relajarme un rato, pero no pude, justo cuando abrí la puerta, hay estaba Zoro, de lo sorprendido que estaba no reaccione al momento, pues es cuestión de segundo el me había empujado y caí de senton al piso, cerro la puerta.

-¡¿Que mierdas te sucede?! -le girte molesto, ¿Quien mierdas se cree para tratarme de esta manera?, pero no me respondió, se acerco a mi - E-espera... ¿Que haces?... a-aléjate...-le intente dar un golpe certero y mandarlo lejos de una patada, pero mi nerviosismo me estaba ganando, él detuvo uno de mis golpes, se abalanzó sobre mi, tomo mis manos con una de las suyas y las puso sobre mi cabeza contra el suelo, su cuerpo aprisionó el mío, sus piernas inmovilizaron las mías, ya no tenía escapatoria.

Así es como llegamos a esto, en definitiva, este imbécil no me dejara ir tan fácilmente.

 

 -- Fin Pov's Sanji. Narra el narrador. --

 

Zoro estaba con esa mirada tan seria, tan profunda clavada sobre la de Sanji, es curioso que ambos tengan un ojo para verse y directamente, aun que por el lado de Sanji fue por su elección ya que durante esos dos años de separación se había cambiado el flequillo de lado, y Zoro, bueno, lo perdió en su entrenamiento.

- Sufiente, ahora me vas a decir que te sucede cocinero...-frunce el ceño.

- ¡Ya te lo dije!, deja de insistir, maldito retrasado, ¿Por que jodes con lo mismo?, ni siquiera... te importo -un tono de melancolía había salido del rubio en lo ultimo que dice.

- idiota...-chasqueó la lengua- claro que me importas...-cerro por un momento su ojo, se sentía algo avergonzado ante tal confesión, pero tenía que dejar toda vergüenza y orgullo a un lado si quería saber que era lo que ocurría con Sanji.

Por obvio el rubio se sorprendió, nunca creyó escuchar tal cosa de parte del peliverde, ¿Acaso era una alucinación?, si, eso debía de ser - mentiroso... -desvío la mirada, eso hizo que su flequillo ocultara su rostro.

- tch... Mírame, Sanji, hablo en serio... -le miro, estaba cabreado por la situación, el rubio solo le estaba dando vueltas al asunto.

¿Escucho bien?, Zoro le había llamado por su nombre, le miro, no sabia que decir o hacer, simplemente estaba confundido, pues si era cierto que se había enamorado ¿El marimo le correspondería? -yo... - no dijo mas, ¿Que diría?, mas de repente sintio los labios del espadachín sobre los suyos, ahora si que estaba sorprendido, juraría que sus ojos se le saldrían, pero tenía que calmarse, de a poco se relajo, con algo de nerviosismo y de manera torpe correspondió aquel beso, Zoro no lo estaba presionando del todo a que le dijera ni nada por el estilo, incluso en el beso estaba siendo calmado, pues era un beso donde sus labios se acariciaban con delicadeza, a Sanji se le estaban subiendo los colores al rostro, era algo tan hermoso para ambos.

Zoro ya estaba enamorado de Sanji desde antes de la separación de la tripulación, pero con lo mujeriego que era el rubio, no pensó que fuera apropiedo confesarse, estaba la posibilidad de que fuera rechazado, pero ya no era momento para seguir esperando.

El espadachín solto al cocinero de sus manos para con ambas propias recorrrer el cuerpo del rubio, dejo aquel beso, bajo hacia su cuello y repartir en este pequeños besos y uno que otro mosdisco, Sanji emitió un pequño gemido, jamás pensó que Zoro podía causar tales sensaciones en él.

-E-espera marimo... Ahora no -se mordió el labio inferior, quería contener todo sonido producto de lo que el peliverde le hacia, no negaba en sus adentros que estaba disfrutando del momento, pero temia que alguien entrara a la cocina y los viera en tan dicha escena tan comprometedora.

-Si te preocupa que alguien entre, descuida, me encargue de eso -miro al rubio, le dedico una sonrisa coqueta y perversa, si, el espadachín había prevenido todo para que nadie entrara, tuvo que sobornar a Luffy e hizo a Robin su cómplice en todo esto, ella distraería a los demás con alguna ingeniosa idea.

-ah?... Como sea, mejor en otro momento...-no negaba que deseaba estar con él, ya había aceptado que estaba enamorado del peliverde.

Pero Zoro no acepto eso, continuo en lo que estaba, comenzó a devorar el cuello del rubio, paseo sus manos por la mayoría de la anatomía del cocinero, Sanji emitía gemidos, se resistió al principio...pero termino sediendo, se entrego en cuerpo y alma al espadachín, fundieron sus almas, sus corazones latían a mil por hora, todo un desenfrenado acto de deseo y lujuria, completa entrega de un amor verdadero.

 

-------

 

Después de terminar, Sanji estaba parado abrochando los botones de su camisa, Zoro se acerco a él para abrazarle por la espalda.

- ¿Sabes?, eres predecible... deberías ser mas discreto -una sonrisa ladina se asomo en los labios del peli verde.

- ah? ¿De que hablas? -ladeo un poco el rostro para mirar a Zoro.

-¿Acaso crees que no me di cuenta?, estuviste observandome varias veces... -sonrie mas, pues le estaba causando gracia el cambio drástico de expresión de su ahora pareja.

-¡¿Pero que carajos?! -se molesta, su rostro se vuelve completamente rojo, había sido descubierto, aun que eso ya lo sabía, aun que según él eran suposiciones, no pensó que realmente había sido así.

Zoro comenzó a reír, Sanji vio aquella deslumbrante sonrisa, eso le hizo bajar el color de su rostro y sonreír un poco, se giro para encarar al peli verde.

-"Eso fue lo que hizo que me enamorara de ti, tu sonrisa irradia luz y jamás lo note hasta hace poco, maldito musgo, quisiera que sonrieras así siempre"-le da un corto beso a su amante, rodea su cuello con los brazos propios.

-¿Que sucede cocinero?, no me digas que quieres más...-dice con una ladina sonrisa.

- Maldito pervertido...-rie ligero- pero vayamos a otro lugar -le guiñe el ojo.

-Y el pervertido soy yo... Como quieras...Sanji.

 

Ambos se escabulleron al lugar donde Zoro siempre entrenaba, sabían que ser interrumpidos allí sería algo casi imposible, de nuevo fundieron sus almas, se hicieron uno solo.

 

"El amor llega sin avisar, sin distinguir sexo ni edad, un sentimiento que a todos nos puede dar, incluso con solo una sonrisa nos podemos enamorar".

Notas finales:

¿Que dijeron? ¡Lemon! Pues no xD, aun no me entran los deseos de escribir uno. Tal vez un día de estos les traiga un one-shot con lemon ;3

 

Espero les haya gustado, espero me puedan dejar un review, sus comentarios me animan a seguir subiendo historias como esta.

 

Que tengan un buen dia, bye! bye!


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