El fin de semana había terminado ya para dar inicio a las clases nuevamente en el instituto para chicos "Scarlets". Todos andaban peor que zombis recien despertados. Más sosos y más aburridos a pesar de no llevar ni sólo 10 minutos allí.
Lloyd estaba leyendo un libro nuevo que le había regalo sus padrea mucho antes de su cumpleaños, pues ellos trabajan mucho y viajaban constantemente. Y esta vez no era la excepción. Estarían fuera todo el mes de su cumpleaños. Y aunque él les dijo que no había problema, ellos siguieron preocupados.
Esperaba ansiosamente que las clases empezarán, pues, a la primera hora, lo vería a "él". A esa persona que amaba con todo su corazón. Estaba enamorado de su maestro de Literatura, Kai Smith. Pero, obviamente, estos sentimientos no saldrían a la luz pronto, porque es simplemente estúpido el llegar y decir: "Sensei, lo amo. Por favor, salga conmigo. ¿Puedo besarlo?"
—¡Todos sentados!— ordenó alguien.
Cerró su libro rápidamente y lo guardo en su maletín en un tiempo récord. ¡Al fin había llegado! Y sin un minuto de retraso.
—Hola chicos— sonrió el profesor Kai. Lloyd sintió como su corazón recibía una lluvia de flechas en su corazón. Su cabello alboratado, su camisa roja y sus ojos verdes, acompañados de esa hermosa sonrisa hacían que Lloyd se volviera simplemente loco—. ¿Cómo se la pasaron este fin de semana?
—¡Aburrido!— gritó uno. Todos se rieron.
—¿Es así, Frakjaw-kun? Entonces he de suponer que mi tarea tampoco fue de su agrado— dijo Kai, en tono burlón.
—¡N-nononono! ¡Su tarea fue la más divertida!— dijo, agitando las manos de un lado hacia otro. Los demás volvieron a reír, incluso el profesor.
—Muy bien, en ese caso, Frakjaw-kun, ¿podría recordarme que deje de tarea? Se me ha olvidado por completo— dijo, sonriente.
—Investigar sobre el libro Fahrenheit 451— dijo, poniéndo una mano sobre su barbilla— y hacer un escrito de como pensamos que estará el libro en cuestión. Como una hipótesis en la clase de Ciencias.
—Vaya. Zane-sensei estará feliz porque su peor alumno sabe que es una hipótesis— respondió Kai.
—Espere, ¿qué?
Otra vez el salón estallo en risas. Lloyd también rió. El profesor Kai también era bastante gracioso.
—Bueno, bueno. Dejemos las bromitas para luego y pasen a dejar su tarea al escritorio, ordenadamente— hizo enfasís en esa palabra, pues bien se sabía que los alumnos eran unas bestias para hacer fila— mientras anoto la actividad del día de hoy.
Todos se levantaron y corrieron a formarse en cuanto Kai dió la vuelta hacia la pizarra para escribir.
Lloyd se quedó hasta el último. Le gustaba ser el último pues a veces, de esa manera, podía apreciar e incluso llegar a hablar con Kai. Eso lo hacía feliz.
En eso, alguien abrió la puerta de par en par. Jadeaba de cansansio y ponía sus manos sobre sus rodillas, buscando tranquilizar su respiración. Kai se volteó hacia él, al igual que la mayoría de los allí presentes, incluyendo a Lloyd.
Kai se cruzó de brazos y caminó hasta el chico, plantándose frente a él. El chico, peli-negro, levantó la mirada.
—Cole-kun, ¿y estas horas de llegar?
—L-lo siento, Kai-sensei. Pe-pero se me hizo tarde— respondió Cole.
—Espero que traiga su tarea. Vaya a formarse— dijo, mientras volvia hacia la pizarra.
Cole, una vez puesto sus cosas en el lugar vacío, se formó, justo atrás de Lloyd. Ya no era el último. Pero no importaba. Pues, por la interrupción que Kai tuvó, no terminó de escribir y así, Lloyd no podía saludar a Kai.
Su turno llegó y dejo el papel sobre la pila de los demás. Discretamente, antes de marcharse a su sitio, miró de reojo a Kai. Era tan guapo.
De fue a su lugar, seguido por Cole.
Kai terminó de escribir y todos sacarón la pluma y el cuaderno para anotar la actividad dicha antes. Se sentó en la silla tras el escritorio, cruzado de piernas, para revisar todos las hojas.
Era muy rápido leyendo o los demás habían escrito nada, pues las hojas pasaban de un lado a otro y de pila a otra con una velocidad increíble.
Al final, cuando ya todos se encontraban resolviendo las preguntas de la pizarra, Kai fue llamando de uno a uno.
—Frakjaw-kun— llamó. El mencionado se paró de un brinco y de otro estaba frente al escritorio, tomando su tarea—. Muy buena deducción, Sherlock.
—Gracias, Kai-sensei— dijo—. Ah. Una pregunta, ¿en serio Zane-sensei dijo que soy su peor alumno?
—Claro que no— sonrió Kai—. Era una broma. Ahora vaya y siga con la actividad.
Frak suspiró y se quitó un sudor invisible de la frente.
—Cole-kun.
Cole se paró y caminó hasta el escritorio.
—Aquí está su trabajo. Muy bueno— dijo, entregándoselo—. Pero después quiero saber la razón de su retraso, ¿vale?
—Claro, Kai-sensei.
El mencionado volvió a su lugar.
—Lloyd-kun— había estado esperando que esa voz pronunciará su nombre. Ahora si podría hablar con el sensei.
Lloyd literalmente corrió a su encuentro.
—Por su trabajo y la forma en que redactó todo, supongo que ya leyó el libro, ¿no es así?
—Así es, Kai-sensei.
—Vaya, me alegro. Pues así se evitará el problema de volverlo a leer, ya que la próxima tarea será hacer un resumen y opinión personal del libro— lo último lo dijo en voz alta, para que fuera escuchado por todos.
Muchos gritarón "¡aahhhhh!", otros se alegraron y pocos se quedaron callados.
Kai volvió a sonreír y Lloyd volvió a sentir la lluvia de flechas en él.
—¿Les gusto el libro, Lloyd-kun?— preguntó Kai, pasando la hoja.
—Bastante, es estupendo que hace ver lo difícil y horrible que sería la vida sin un libro en las manos— respondió, tomando la hoja.
Kai sonrió, pero ahora para él. Para Lloyd. Ya no fue una lluvia, sino una estaca.
—Espero su resumen con ansias, Lloyd-kun.
—G-gracias, Kai-sensei.
Se inclinó en forma de agradecimiento y regresó a su lugar. Estaba, ahora, más que feliz.
La semana había empezado bien.