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Majo ~Witch Hunt~ por lenkautatane27

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Notas del fanfic:

Oneshot basado en la canción "Majo Witch Hunt" por Megurine Luka, Gackpo Kamui, Kagamine Rin y Len y Hatsune Miku.

Cuando la magia que detenga el tiempo sea olvidada, los momentos felices ya habrán desaparecido...

 

Dos hermosas y melodiosas voces atraían a las personas hacia el centro de la gran plaza principal, casi hipnotizados. Las mujeres vestían con anchos vestidos y ajustados corsés, a diferencia de los hombres que lucían unos elegantes trajes negros.

 

Un lugar en especial se encontraba rodeada de gente, justo de donde la dos voces provenían.

En medio de todas esas personas, dos adolescentes de dorados cabellos y rostros identicos estaban parados, mirando la multitud inminente.

Un niño y una niña.

La muchacha sonrió y empezó con otra melodía diferente- Acérquense, escuchen esta triste historia- canto con una energética y dulce voz surco de su garganta- Acérquense, y no se olviden de preparar sus pañuelos-

El muchacho tomó aire- Parece ser que en algún lugar, vivío una bruja- su voz era más calmada que la de la chica e igual de hermosa y risueña, pero esta vez llena de pesar- Y al parecer, ella y un príncipe se enamoraron...-

 

Pero, los gemelos se equivocaron en algo...

La llamada bruja era un hombre, un doncel...



Un muchachito de no más de 16 años caminaba felizmente y sin preocupación por las calles de aquel pueblo nuevo para el. Su largo cabello y platinado brillaba bajo la luz del sol y se ondeaba con gracia por el viento de aquella mañana en la que había llegado.

De tez blanca y sonrisa encantadora, junto a unos orbes heterocromáticos gozantes de felicidad y pureza conformaban al doncel llamado Piko. Lucia un vestido plano y simple de color blanco junto a una pequeña chaqueta negra, resaltando el pañuelo en su cabeza.

 

El iba solo, sin dirección la cual tomar; sus pies andaban por sí solos, marcando el paso.

Un fuerte viento desató el pobre nudo que había hecho en su cabeza, llevándose aquel pañuelo que guardo con tanto cuidado- ¡Oh no!- intentó agarrarlo cuando se elevó, pero no lo consiguió.

Corrió tanto como su cuerpo le permitía, persiguiendo el pañuelo por unos pocos kilómetros hasta que de repente el viento se detuvo.

 

Una mano se extendió bajo el pañuelo, resguardándolo entre sus palmas. Un joven de cabellos rubios levanto la vista para encontrarse a Piko corriendo con rapidez hacia el.

En el momento que cruzaron sus miradas, unos orbes dorados y otros de color verde y celeste; el joven quedó embobado por aquel doncel tan hermoso, una belleza exótica. Su corazón empezó a latir con tal rapidez que parecía que se le iba a salir del pecho.

-¿Esto es tuyo?- pregunto el rubio con una sonrisa de príncipe, extendiéndole el pañuelo al peliplata.

Piko se detuvo frente a él y sonrió con alivio, causándole un pequeño cosquilleo en sus labios y estómago. El doncel recibió el pañuelo e hizo una pequeña reverencia- Muchas gracias por atrapar mi pañuelo. Es importante para mi y no sabría que hacer sin el... Se lo agradezco de corazon- agradeció y paso un mechón de su cabello tras su oreja.

El joven quedó en shock; su cuerpo ardía y su mente parecía manipulada cariñosamente por aquel muchachito de plateados cabellos... ¿Acaso de había enamorado de el?- No es nada. Digame ¿Cual es su nombre?- pregunto cortésmente.

-Me llamo Piko ¿Usted?- el peliplata sonrió.

-Soy Oliver, príncipe de este país... Encantado de conocerlo, tiene un nombre muy hermoso- tomó la pálida mano del peliplata y la llevó a sus labios para besarla delicadamente.

Los pómulos del doncel tomaron color. Apenas Oliver dejo su mano, se inclino un poco exagerado- ¡L-Lo siento! ¡No sabia que estaba en presencia de la realeza! Soy nuevo en este territorio, vengo de las tierras vecinas, no conozco a nadie aquí...- dijo rápidamente, asustando a Oliver.

El príncipe suspiró enternecido y tomó a Piko de los hombros, irguiendolo nuevamente- No te preocupes, no hace falta que hicieras una reverencia así. Solo vengo a pasar unos momentos libres por aquí...- le tranquilizó, aún sin deshacer el contacto- Así que vienes del país vecino... ¿Porque has venido si no conoces a nadie? A pesar de que la mayoría del tiempo el pueblo puede ser tranquilo, pero para un jovencito tan bello como tu puede ser peligroso-  comento bajando sus manos lentamente por los brazos de Piko hasta llegar a sus palmas- Ven, caminemos un poco por favor-

El peliplata llevo una de sus manos hacia su boca y río tiernamente, siguiéndole el paso a Oliver que lo acurrucaba a su lado.

 

Una silueta femenina lo presencio todo, oculta tras las paredes de la inmensa iglesia.

Cuando se aseguro de que los dos jóvenes ya se hubieran alejado, corrió escaleras arriba, llegando a la cima de la torre. Se dejo caer de rodillas contra el suelo, dejando salir sus lágrimas de impotencia- ¿Acaso porque no me notas? ¿Porque no me tienes tanto cariño como a ella?- preguntó sin más a la estatua de Dios, sabiendo que no iba a conseguir ninguna respuesta. Tomó el crucifijo de plata que colgaba en su collar y lo besó, dejando caer una última lágrima- Esa... Esa bruja te ha hipnotizado. Su amor... Es brujeria- incoherencias salían de su boca, desesperada por algo de atención.

Rebusco en un baúl y encontró lo que buscaba; la imagen de una hermosa chica de cabellos rosas con un parecido a Piko y abajo se podía leer en letras grandes "BRUJA"

sonrió- Querido príncipe... Serás solamente para mi...-



Oliver y Piko caminaban felices por el pueblo, contentos con la presencia del otro. Sus miradas se cruzaban con cariño y afecto, como una pareja de enamorados.

-¡Principe Oliver!- una muchacha con una gran túnica corría en dirección a ellos con un papel en sus manos. Tras ella, una pequeña muchedumbre de gente la seguía- ¡Aléjese de ella!-

Oliver la miró desconcertado al igual que Piko. Las personas tomaron de los hombros a Piko, impidiéndole moverse.

-¡Piko!- el príncipe quiso interceptarlos, pero la chica lo detuvo por enfrente- ¿¡Pero que has hecho!? ¡Sueltalo Miku, el no ha hecho nada!-

La peli aqua sacó de su túnica un papel; se mostraba la foto de Piko y unos avisos de que se lo buscaba por "Brujería"- ¡Es una bruja, príncipe, el lo hechizó a usted con su magia!- trato de hacerle entrar en razón mientras apuntaba a aquel papel.

El cuerpo de Oliver empezó a temblar, su cabeza daba vueltas- No, no es verdad...- se mordió el labio con furia. Levanto su rostro y vio como se llevaban esposado a Piko hacia el centro del pueblo- Para aquellos que atrapan con su seductora magia, los momentos felices desaparecen- dijo Miku poniéndose la capucha que traía la túnica.

-¡Penitenziagite! ¡Penitenziagite!- gritaba Piko hacia el rubio con grandes lágrimas saliendo de sus ojos, resistiéndose a las cuerdas que habían puesto en su cuerpo. Los residentes de aquel país suelen hablar también Latín. De alguna manera, el doncel logró zafarse de las sogas y corrió a brazos de Oliver, intentando refugiarse en ellos. Sus lágrimas ya mojaban la ropa del príncipe- ¡Oliver! ¡Oliver! ¡Ayudame porfavor, yo no practico brujería! ¡Debes creerme!- le gritó desesperadamente, ocultando su rostro en el cuello de rubio. Tomo las mejillas de este y alzó su mirada, buscando aquellos orbes dorados a los que tan adicto se había hecho- ¡Mirame! ¡Mira mis ojos por favor, la verdad esta en ellos! ¡Soy inocente!- le suplico con tristeza y desesperacion, oyendo los pasos de la gente tras suyo.

El príncipe trato de no mostrar debilidad, pero en verdad le rompía el alma al ver en ese estado al peliplata. Suspiro con pesadez y puso su mirada más fría e indiferente- amarrenlo a la cruz, no dejen que escape. Pagarás tus pecados- le dijo y lo alejó de su cuerpo, yendo junto a Miku.

Piko quedó helado en su lugar, dándole la oportunidad a las personas de apresarlo de nuevo- ¡Oliver, Oliver! ¡Ayudame!- seguía llamándolo con fervor, a pesar de todo lo dicho anteriormente.



Oliver sabía perfectamente el castigo a los que practican brujería... Lo quemarán a fuego vivo en una hoguera.

Mordió su labio inferior, conteniendo los impulsos de ir a buscar a aquel doncel que lo había dejado "hechizado", aun si era magia o no. Una lágrima bajó por su mejilla, cayendo finalmente al suelo y desapareciendo.

 

"La mortz est super nos"



Piko estaba atado a una gran cruz de madera, justo en los pies y brazos... Abrazando a la cruz.

Las personas ya se juntaron alrededor de aquel "Brujo", formando un gran círculo. Junto a Miku, Oliver preparó su daga.

Todavía no habían prendido fuego, así que el príncipe se acercó al peliplata cuchillo en mano, apretando el puñal con furia y rencor... Como si fuera su mayor enemigo.

Levantó la vista y se encontró con los suplicantes ojos de Piko pidiéndole ayuda a gritos, aun sin hablar. Eran tan distintos a la vez que lo conoció.

No pudo mirarlo a los ojos; así que apartó la mirada. Su labio inferior temblaba levemente, apretando su mandíbula por la impotencia que poseía en esos momentos- Pagaras por tus pecados... Brujo- sentenció con voz segura e imponente y a la vez tan miedosa.

Tomó los platinados cabellos de Piko y de un solo movimiento los corto, dejándolos hasta los hombros- Oliver...- susurro con tristeza el peliplata con lágrimas bajando por sus mejillas- ¡Sácame de aquí! ¡Soy inocente, escuchame! ¡Nuestro amor no es brujeria, yo te amo verdaderamente!- comenzó a gritar de nuevo, llamando la atención de las personas.

El príncipe se giró sin mirar atrás, sin mirar a aquel doncel que apenas había conocido...

 

Miku se paró a su lado, sosteniendole las manos cariñosamente- No se preocupe príncipe, el brujo ya no hechizara a nadie más... Yo estoy aqui para ti, Oliver- le dijo limpiandole la lágrima que salió por su mejilla.

Justo en ese momento, las llamas bajo el tronco iluminaron a todas las personas presentes.

 

"Acérquense, y echen un vistazo al ardiente cielo.

Acérquense, y no olviden las llamas de la justicia.

 

Parece ser que en algún lugar, vivía una bruja.

Y al parecer, a un príncipe engaño"



Abrazando la cruz, levantó la vista al cielo; observando aquellas ondas rojas que lo atravesaban a cada segundo. Las lágrimas seguían bajando de su rostro, aun suplicando el nombre de su amado. Piko luchaba por zafarse de aquellas cuerdas las cuales empezaron a lastimar sus brazos fuertemente, causándole un dolor abrumador. Sus pies lentamente se iban calentando por aquellas llamas carmesí que se extendían por todas las ramas desparramadas, consumiéndolas hasta arder en fuego vivo.

-¡Oliver! ¡Escuchame por favor!-suplicó nuevamente. No se daría por vencido tan fácilmente.

"¡La estupidez de las mentes vacías!"

 

-¡Penitenziagite! ¡Penitenziagite!- gritaban las personas al doncel atado en la cruz.

-¡Su amor es solo brujería!- le grito Miku apuntándolo con su cetro. Oliver solo los observaba tras aquellas llamas que lo separaba del peliplata, sintiendo como sus ojos nuevamente se cristalizaron.

Piko comenzó a desesperarse- ¡No lo es! ¡Yo lo amo verdaderamente!-

"Si vas a llamar a este amor brujería... Deja que despierten las llamas del odio"

 

Miku se giró hacia las personas presentes y levantó su cetro hacia ellos- ¡Atado a la cruz, un demonio ruge!- les gritó señalando a Piko, que apretó su mandíbula y miró nuevamente al cielo- ¡Esta hoguera te consumirá antes de que grites tu maldición!- término y recibió una gran ovación del público.

Avanzó un paso y se puso a leer unas oraciones de la biblia en sus manos, elevando aquel pedestal hacia el sol escarlata.

 

"Virtus migrat un vitium"

 

-Castigando su pecaminosa magia...- susurró con desdicha Oliver mientras apretaba su pecho, queriendo sacarse el corazón en ese momento para no sufrir más.

 

Nunc cuncta rerum debita...

-¡Liberar estas llamas sagradas!- Miku golpeo el bastón en el suelo, haciendo que las llamas se elevaran aún más.

 

"xorbitant ta semita"

 

Nuevamente, Piko observó aquel cielo que jamas olvidara. Miku cada vez decía con mas furia las oraciones...

-¡Libera este amor producto de la brujería!- sentenció finalmente la sacerdote dando otro paso furiosa, las llamas más altas alcanzaron el vientre de Piko.

 

"Opus transit un otium"

 

El silencio inundó completamente la plaza; las plegarias ya no se oían.

Piko dejó de forcejear y bajo su mirada, ocultando con su cabello sus orbes- Si vas a llamar a este amor brujeria...-

 

Todos creían que en ese momento las llamas lo consumirian completamente hasta solo quedar cenizas, pero...

 

Un grito desgarrador secó la garganta del doncel, lleno de furia y desdicha. El fuego se movía hacia todas direcciones, como si en cualquier momento se fueran a apagar.

Todos dieron un salto al escuchar aquel sonido tan triste y lastimero que se extendió por todo su cuerpo, haciéndolos temblar.

Lágrimas carmesí caían por las mejillas de Piko, manchando el vestido blanco y tiñendo de rojo.

Sus ojos ya no eran heterocromáticos; se volvieron de un negro profundo. Ya habían perdido ese brillo gozantes de felicidad y pureza, dando lugar a un sentimiento desolado y frío.

 

"Nunc cuncta rerum debita..."

 

-Piko...- susurro Oliver intentando ir hacia el peliplata, pero fue detenido por Miku que se interpuso antes de tocar el fuego.

 

-Estas lágrimas de sangre; rojas y abrasadoras como las llamas...- dijo el peliplata a Oliver que se encontraba arrimado al fuego, decidido y a la vez temeroso de cruzarlo-... Nunca olvides porque comenzaron-

 

Piko dejó de temblar y unas grandisimas alas negras como las de un cuervo emergieron de su espalda. Miro a toda la multitud arrimada- ¡La mortz est super nos!- gritó a todos ellos y de un solo aleteo hizo romper las sogas que lo mantenían preso y levantó vuelo, elevándose a velocidad increíble hacia el cielo.

Las llamas se movieron violentamente, aun sin apagarse; todos se taparon el rostro por el viento ocasionado, muy fuerte que los llevaba hacia atrás.

 

-¡Piko!- gritó Oliver hacia el cielo en donde solo se veía una silueta de dos alas negras, desapareciendo a cada segundo que se alejaba.

 

Plumas negras cayeron, iluminadas por el sol escarlata.

Todas se quemaron en la hoguera, excepto una;

Cayó en la mano de Oliver.

 

 

Fin..

Notas finales:

Gracias por leer owo


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