Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Trasfondo por Serenamoon

[Reviews - 89]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Ya saben que los personajes no me corresponden, solo los uso para mi no tan sana diversión y la de ustedes. Son de su grandisimo creador.

Es una historia un poco tierna, espero, tiene un salto importante en el tiempo, en letra cursiva y entre comillas van a aparecer algunos recuerdos de los personajes y a lo largo de la historia se va a develar que paso para que terminaran como terminaron. Mientras resuelven sus problemas e intentan superar el pasado para conseguir un futuro mejor.

Notas del capitulo:

No voy a decir mucho, porque seria adelantar la historia, es una introduccion para conocer a los personajes un poquito y ubicarnos de que va todo.

Espero que les guste.

Somos tus hijos

Una soleada mañana de verano, en Tokio. La actividad en el edificio principal de la corporación Uchiha era la de un día normal. Teléfonos sonando, reuniones, reclamos, contratos cerrados, finalizados. Empleados satisfechos, no satisfechos, con un día bueno o con uno pésimo. En fin un día cualquiera para todos en la gran torre negra de cristal, pero para alguien eso iba a cambiar.

La recepcionista de la planta baja examino a los tres adolescentes que la miraban. Dos varones y un doncel, hermanos sin lugar duda, el parecido era innegable. Lo dos varones casi dos gotas de agua. Cabello negro azabache, tez blanca, rasgos perfectos y hermosos ojos azules. Desprendían un aire de superioridad que había visto en alguno de sus jefes. El doncel por el contrario, era rubio, mas bajo que los varones. Piel canela y ojos negros noche. La inocencia y la dulzura lo desbordaban y la hermosa sonrisa lo hacía ver adorable.

- Buenos días – saludo sonriéndole al pequeño doncel - ¿Qué puedo hacer por ustedes?

- Muy buenos días – saludo entusiasmado y nervioso el rubio. Sus hermano solo hicieron una leve reverencia – nosotros queríamos ver a Uchiha Itachi por favor – pidió casi suplicando. Dándole una mirada imposible de rechazar a la mujer.

-No pueden ver a Uchiha sama sin cita previa – dijo con pesar y el puchero que hizo el rubio le lleno de ternura el corazón. De pronto tuvo ganas de apapucharlo. Pero supo por las gélidas miradas de los dos varones, que acercarse al doncel era suicida.

- Pero necesitamos verlo, muy urgentemente dattebayo – dijo el rubio, la muletilla termino de derretirla. Miro a sus costados y luego a su ordenador. Suspiro derrotada y les dio tres pases de visitantes.

- Solo no causen problemas, no puedo perder mi trabajo – dijo con una sonrisa. Fue el turno de los varones de mostrar sus encantos y con una sonrisa de medio lado le agradecieron dejándola sonrojada. Los mocosos eran guapísimos. Igual o más que su jefe. Volvió a mirarlos detenidamente – por Kami – dijo entendiendo lo que pasaba – vayan al ultimo piso, cuando vean a la recepcionista le dicen que tienen un asunto personal que tratar con Uchiha sama y ella los hará verlo – los menores asintieron – vayan con cuidado y no pierdan de vista al rubito – los azabaches asintieron y se marcharon llevando al doncel de un brazo cada uno – si algo le pasa a ese doncel van a matarme – susurro antes de tomar el teléfono y llamar a su colega – Ten-Ten – dijo antes de que la otra dijera nada -  están subiendo unos niños, dos varones y un doncel – suspiro – y que me parta un rayo si esos niños no son la nueva generación Uchiha.

- ¿Qué? – Grito la otra - ¿estas segura Mina?

- Un 99.9% - admitió – y cuando los veas me dices si no te parece lo mismo. Quieren ver a Itachi sama, llévalos a su oficina, no creo que él quiera que esto se ventile mucho.

- Bien, bien. Te llamo cuando sepa algo más.

- Mas te vale – ambas se mantenían al tanto de las novedades, por no decir chismes del edificio. Y unos hijos ilegitimas eran la madre de todos los chismes. El teléfono fue colgado y Ten-Ten esperó impaciente que el elevador llegara. Cuando se abrió salieron unos ejecutivos, un par de clientes y al último los supuestos Uchiha de la nueva generación. Tuvo que pestañear seguido para convencerse que no alucinaba. Si esos niños no tenían los genes de sus jefes entonces se estaba volviendo loca.

- Buenos días – dijo con una boba sonrisa, imaginando el trasfondo de la aparición de los menores – soy Ten-Ten, Mina me dijo que querían ver a Itachi sama – los varones asintieron y el rubio doncel le sonrió ampliamente ¿Dónde había visto esa sonrisa antes? Un poco aturdida los hizo seguirla hasta una sala de reuniones pequeña y que Uchiha Itachi utilizaba particularmente en vez de su oficina – pueden esperarlo aquí ¿quieren algo de tomar?

- Nada – dijeron al unísono los azabaches

- Un zumo de naranja dattebayo – miro sorprendido al doncel. Esa muletilla. El cabello rubio, la piel morena y la belleza casi irreal.

- En seguida – balbuceo para salir de la sala. Se puso una mano en el pecho y cerro lo ojos – Naru – susurro recordando un hermoso rostro, que enmarcaba dos zafiros por ojos. Sonrió feliz y fue a buscar el pedido del doncelito. Si la intuición no le fallaba a su jefe estaba por explotarle una bomba atómica. Y si era sincero el bastardo se lo merecía. Antes de ir por el jugo pasó por la oficina de su jefe. Tocó y cuando obtuvo permiso ingresó. El varón mas guapo que ella conocía estaba revisando unos archivos – Itachi san – dijo con la voz un poco chillona, por los nervios combinados con la emoción. El aludido la miró enarcando una ceja.

- Dime – pidió frio y serio como siempre. Ella trago duro. Maldito el hombre por parecer un sueño húmedo y tener la voz más ronca y sexi del mundo.

- Hay unas personas que quieren verlo – dijo retorciendo sus manos – están en la salita.

- No recuerdo ninguna cita para esta hora – dijo firme y esperando a que su tonta secretaria se marchara.

- Lo sé, pero creo que debería verlos – dijo decidida pero sin sonar prepotente. No era tan idiota como para darle una orden al rey del universo.

- ¿Por qué debería? – se hizo para atrás y cruzo las manos en su pecho, mirándola como si ella no fuera nada.

- Es un presentimiento – Itachi frunció el seño ¿de verdad esa mujer era su secretaria? ¿Cómo rayos había obtenido su titulo universitario siendo tan idiota?

- ¿Crees que me importan tus presentimientos? – el sarcasmo estaba impreso en cada letra de la frase.

- No, lo sé – se acercó dos pasos – pero señor, de verdad, de verdad debería ver a los niños.

- ¿Niños? – eso le sorprendió. ¿Cómo habían llegado unos niños a su piso?

- Si, niños, dos varones y un doncelito hermoso – dijo con ojos soñadores y la mirada molesta de su jefe la regresó a la realidad – tengo el presentimiento de que los niños son familia suya – la miro incrédulo – es imposible negar que tienen los genes Uchiha, aunque no se de quien son hijos. Porque no hay adolescentes en su familia ¿o si?

- No veo porque eso seria tu asunto, pero no, no hay adolescentes en mi familia – se puso de pie. La curiosidad lo llamaba, y algo muy adentro suyo le decía que debía ir a conocer a los supuestos niños Uchiha.

- En ese caso deben ser hijos no reconocidos o quien sabe – Itachi la miro mas enojado – sé que no es mi asunto, pero pensé que no seria conveniente que los demás los vieran. Como le digo el parecido es obvio y cualquiera con dos dedos de frente se daría cuenta – salieron de la oficina y caminaron hacia la cocina. La mujer no se callaba.

- Dijiste que estaban en mi sala – dijo perdiendo la paciencia.

- Ahí están, pero el rubio doncelito me pidió un jugo de naranja, no voy a dejarlo esperando – saco la cajita de la heladera. Puso un vaso en una bandeja, el jugo y salió guiando a su jefe. Itachi no entendía porque la seguía, podría haber ido a la sala por su propia cuenta. Llegaron a la sala en cuestión y abrió la puerta dejando entrar a su empleada. Respiro profundo y luego de calmar unos inexplicables nervios ingresó – este es Uchiha sama – Ten-Ten lo presentó. Sus ojos miraron incrédulos a los tres adolescentes frente suyo. Los rasgos familiares de los Uchiha eran, como dijo Ten-Ten, innegables. Pero fueron los azules ojos de los varones y la tímida sonrisa del doncel los que lo hicieron temblar. Esos ojos, esa sonrisa.

------------------------------

“Ita-chan, llévame al cine ¿si?”

------------------------------

El recuerdo lo golpeó con fuerza. Hacia más de 15 años que unos ojos muy parecidos lo miraban con amor, y una sonrisa casi idéntica le robaba el aliento.

- Buenos días – se obligó a decir. Por fuera nadie notaba la tormenta que se desataba en su interior - ¿querían verme?

- Si – uno de los varones se acercó a el - ¿podemos hablar en privado? – Itachi miro a Ten-Ten que no se daba por enterada que estaba sobrando en la habitación. Bufo cansado.

- Ten-Ten – ella lo miró – fuera – ordenó y le hizo señas a la puerta.

- Oh – se dio cuenta – lo siento, me voy – sonrió a los niños y salió cerrando la puerta. Después se enteraría de las novedades.

- Mi nombre es Tora – se presentó – ellos son mis hermanos, Ryu – apuntó al otro varón – y él es Hikari – el doncel le sonrió.

- Luz – murmuró. El nombre le quedaba como anillo al dedo. Porque el doncel brillaba – un gusto, como saben. Soy Uchiha.

- Lo sabemos – lo cortó Tora – por eso vinimos a verte – Itachi asintió – no se como decir esto de una manera que no sea una bomba, así que solo lo diré.

- Me gustan las cosas directas – el menor asintió y le sonrió de medio lado.

- En ese caso creo que te gustaría saber que somos tus hijos.

 

Notas finales:

¿Quedo cortito? Ya saben que no me gusta rellenar por rellenar y me parecio que era suficiente para un primer capitulo. Los demas van a tener el tamaño de acuerdo a como salgan, tengo escrito hasta el III asi que voy avanzando, la historia me daba vueltas en la cabeza, quise resistirme pero no pude, me obligo a que la escriba...

jajajaja.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).