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Esa Apuesta... por klimary

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Notas del fanfic:

Es de Tsubasa World Chonicles, así que por eso lo puse aquí xD para los que no han leído el manga, léanlo que va muy bien, para los que sí, sabrán que está basado a un diálogo en específico y en donde ¡bum! me explotó esta idea en la mente desde que lo leí ;))))) Disfrútenlo!

Notas del capitulo:

Espero les guste (:

Nirai Kanai tenía un aire distinto a otros mundos visitados, un aura mágica que no sabían descifrar, pero mientras esperaban el repuesto del brazo del ninja, descubrirían distintas formas de entretenerse en su camino…

Los viajeros estaban en el hogar que habían conseguido en dicho lugar, regresando de un evento en el cual el más joven había tenido un desmayo. Al parecer una chica a la que los aldeanos admiraban como a una diosa tenía cosas que contar al grupo; pero mientras Syaoran se recuperaba, debían esperar. Al momento de dejar al más joven en su futón, la pequeña bolita blanca se había quedado con él, ya que había caído la noche y estaba cansada como para ver a sus otros dos amigos discutir, como siempre.

-Por favor Kuro-sama, ¿Podrías por favor dejar por una vez el sake?, ¿O por sólo un día? Se nos está agotando el dinero- decía un abrumado mago fuera de la habitación mientras miraba al mayor tomando su admirada bebida. Ambos se habían sentado en el pasillo observar la noche antes de dormir.

-No. Yo cuido del dinero, yo sé qué hacer con él, no molestes. –cortó Kurogane mientras tomaba otro sorbo de su sake.

-Bueno –continuó quedamente el rubio –Y si me das un poco de dinero para comprar… ¿dulces? –el otro lo miró extrañado –lo que pasa es que dicen que en este lugar están deliciosos, además de que..

-Shh… Cállate –interrumpió el moreno –Puedes despertar al mocoso y al bollo blanco.

-Pero quiero guardar el dinero para.. –Enmudeció. Se quedó sorprendido de lo que había dicho. Había revelado algo de sus verdaderos planes y seguramente el otro enfurecería.

El ninja se le quedó mirando, ¿Cuál era la necesidad de querer el dinero? ¿Acaso él no lo había cuidado ya y lo había perdido en otros mundos? Por eso ahora él era el encargado; al parecer le gustaba hacerlo enfadar, y lo había logrado.
Lentamente el de ojos rojos se puso de pie sin dejar de mirar al rubio, haciendo que el otro por inercia (y por miedo) hiciera lo mismo; poco a poco, el ninja comenzaba a acorralar al mago en una pared, al parecer el hacerlo enojar provocaba en el primero sensaciones que sólo Fye podría satisfacer…

-Entonces- se acercaba lentamente al mago -¿Quieres el dinero para comprar dulces?

-Yo… -retrocedía el mago a cada paso de Kurogane –La verdad es que..

-¿Qué? ¿Era mentira?

-¡No! –el mago se sonrojaba- Lo que pasa es que ese dinero es necesario para seguir cómodos en este lugar –paso atrás –Y… -otro paso -¡¿Qué haces?!- gritó cuando terminó de acorralarlo.

-No mientas mago estúpido, ¿Para qué quieres el dinero? –dijo lentamente mientras acercaba sus labios a donde tanto anhelaban. Le gustaba provocar al ojiazul.

-Deja… de jugar conmigo, Kurotán –estaba por perder esa batalla, esa mirada lo mataba –sólo quiero el dinero, porque…

-No quieres que beba, lo entiendo –interrumpió el más alto- pero si quieres que te lo dé, debes darme algo a cambio.

-Ooooo alto ahí Kuroruro –empujó el ojiazul al moreno con el ceño fruncido, tenía un plan -¿Tengo que darte algo a cambio?

-Claro, si tú dices que yo gasto el dinero en sake, sé que tú lo gastarías en tonterías; necesito una garantía de que lo cuidarás bien.

-Está bien, ¿Qué quieres?

-¿No es claro? Quiero tomarte –dijo sonriendo. El sí que era directo.

-¡Si serás malo!

-Es lo que quiero, tenerte para mí en todas las formas que se me ocurran –dijo volviéndose a acercar –Quiero que digas mi nombre como debe ser, y sufriendo de placer.

-¡Eres un descarado, Kuro-hentai! –en esta ocasión no retrocedió, quiso ser valiente –Pero… -comentó subiendo su mano al pecho de Kurogane –La verdad, sabes que no necesitas nada de eso para tenerme; ya soy tuyo –finalizó dándole una sonrisa sincera.

-¿Entonces? –comentó el otro sorprendido por la sinceridad del primero. Por algo le encantaba.

-Entonces… -el rubio tomó una pose pensativa mientras el ninja lo tomaba de la cintura -¡¿Y si hacemos una apuesta?! –respondió emocionado.

-¿Una apuesta?

-¡Claro! –comenzando a acercar los brazos alrededor del cuello del más alto –El último en terminar se queda cuidando del dinero –habló con una sonrisa maliciosa.

-¿Terminar? –dijo curioso -¿Terminar qué?

-Creo que haces muchas preguntas, Kurotonto –Y sin darle tiempo a reaccionar, el mago une ferozmente sus labios con Kurogane, y aunque al principio estaba sorprendido, rápidamente correspondió a ese beso con fuerza, ya que esas muestras por parte del rubio eran escasas debido a las pocas veces que estaban a solas, ¿Lo disfrutaba? Demasiado. Ese mago complementaba su ser a la perfección, y aunque sonaba frío con él la mayoría de las veces, sabía que su mago comprendía que las miradas que le dedicaba eran de amor puro, y que siempre sería suyo.

De manera cuidadosa, Kurogane baja lentamente al rubio quedando sobre él, siguiendo con las caricias que su ex vampiro disfrutaba, intentando callar los sonidos que salían de su juego de seducción, ya que no querían despertar a los otros que estaban justo a una pared de distancia.

Mientras se desvestían con rapidez, intentaban no dejar los besos que quemaban en todas partes de su piel; ya que en cada oportunidad recordaban que tal vez podría ser la última ocasión, como cuando casi perdían la vida por intentar salvar la unión de su grupo, de su familia. Siempre entregaban todo y demostraban el gran amor que se tenían, y ésta no sería la excepción.

-¿Qué te parece… si subimos la apuesta? –Recorría con sus besos la piel pálida mientras intentaba hablar, simplemente no era fácil.

-Además del dinero… sería grandioso… -Fye no podía abrir sus ojos, necesitaba gritar.

-Ayudar en la casa…

-Jajajaja… ¿Qué? –Esa sencilla sonrisa del mago cortó el momento que tanto quería Kurogane, tenía que hacer algo rápido –Pues –replicó el mayor –Es sencillo, ser casi el esclavo del otro, poner la mesa, limpiar la casa, esas cosas.

-Suena interesante Kuro-guapo, acepto –dijo moviéndose rápidamente quedando sobre el ninja –Y creo… -susurró sobre sus labios –que vas a perder… -Terminó seguido de las caricias que le proporcionaba al moreno, que al poco tiempo se volvieron más intensas. La noche sería larga.

Ya sin ropa y justo fuera de la habitación, peleaban por ver quién dominaba la situación, y ya que a Kurogane no le gustaba estar mucho tiempo debajo del menor, empujó al rubio volviendo a quedar sobre él, y tomando sus manos, los colocó sobre su cabeza besando de manera salvaje toda su piel. Ambos gemían de placer, no querían que terminara, pero como el ninja necesitaba vencer, preparó al ojiazul colocando dos dedos en su entrada, lo cual solo provocó una corta mueca en el rubio, y como no podía soltarse del agarre del moreno, solo se dejaba hacer.

Cuando lo soltó, el mago colocó sus manos en los hombros del otro, y con una mirada significativa y una corta sonrisa, Kurogane entró con fuerza en él, sintiendo cómo se desgarraba su piel de placer.

Después de unos cortos segundos quedando quietos, comenzaron con el vaivén que culminaría con un ganador, era una manera salvaje y poderosa que se podía comparar solamente por el amor que tenían por el otro, y por ello disfrutaban más de este acto de locura desenfrenada.

-Dí que me amas… dí mi nombre… -gruñía el moreno mientras masturbaba al otro y besaba su cuello y sus labios dejando marcas en la piel.

-No puedo… los otros…-

-No importa… no despertarán…-

-Ahh… Kuro… por favor… -amaba esa dulce agonía.

-Termina con mi nombre mago… termina…-

-No… puedo perder…-

-Tonto… -

-Está bien… -dijo entrecortadamente -Te amo… Kurogane…- Y con esas palabras uno salió vencedor. Pero aún sabiendo que la apuesta tenía que cumplirse, decidieron dejarlo para después, ya que la noche, toda la noche, era para aprovecharse.

 

Al día siguiente, un somnoliento Syaoran salía de la habitación después de contarle a Mokona lo soñado. Ya fuera, divisó a sus compañeros.

-Buenos días.

-¡Ah, buenos días Syaoran-kun! Estás justo a tiempo para el desayuno –comentó el sonriente mago.

-¡Siento no haber ayudado! –contestó preocupado el castaño –No te preocupes, ¡Kuro-sama está ayudando! –le dijo Fye señalando al moreno que estaba en el jardín –Ah, ¡Abre la sombrilla, el sol está quemando –continuó diciéndole al ninja.

-Es raro ver a Kurogane ser tan cooperativo –sonrió Mokona.

-Anoche –comenzó el ojiazul –cuando los dos estaban durmiendo… Él y yo hicimos una apuesta. ¡Y yo gané! ¿Ven esto? –dijo con una bolsita en sus manos.

-¡Es nuestro dinero! –terminó la bolita blanca sorprendida.

-Sí, ¡Él no puede beber ahora que no tiene nada de dinero! –finalizó Fye sin dejar la sonrisa de su rostro. El pobre ninja solo podía acatar las órdenes; y se dijo mentalmente que la próxima vez se lo pensaría dos veces antes de hacer una apuesta, aunque tal vez, sería interesante ya que fue una de las mejores (y competitivas) noches de su vida.

 

 

Notas finales:

Es mi segundo fic terminado así que, no soy experta :B disculpen los errores cometidos, abrazo a toda la gente guapa que lo leyó hasta el final. ((:


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