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Sleeping Beauty por sehunnie swift

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Un lunes por la mañana, Sunggyu salió de su apartamento, recién duchado y vistiendo su camiseta roja favorita, y bajó por las escaleras, en dirección a la cochera. Su coche, un bonito jaguar de color azul oscuro, estaba esperándolo, y Sunggyu sonrió, acariciando el capó de este con su mano derecha, como si fuera su propio hijo.

La tapicería estaba impecable, y puede ser (o no) que Sunggyu tuviera algo por los coches.

El sonido del motor arrancando fue suficiente para ponerlo de buen humor, y eso que él odiaba levantarse temprano.

La razón por la cual lo había hecho, sin embargo, era muy simple.

Su cama, su preciosa y maravillosa cama, se había roto (Sunggyu solo recordaba vagamente una fiesta, sus amigos subidos en ella, el sonido de las tablas partiéndose, sus amigos en el suelo y él llorando). Por lo tanto, necesitaba una nueva. Y no solo una nueva, si no de lo mejorcito que pudiera haber en el mercado.

Así qué, con la música de la radio a toda pastilla, Sunggyu se puso en marcha sobre la autopista, en dirección al Ikea más cercano.



****



A las diez de la mañana, uno no espera encontrarse mucha gente por las calles, y efectivamente, casi no había a nadie, porque al parecer media Corea se había reunido en ese maldito Ikea.

Sunggyu se llevó un par de codazos, uno en las costillas y el otro peligrosamente cerca de sus partes nobles, y estuvo a punto de mandarlo todo a la mierda y darse media vuelta e irse cuando la imagen de su cama, rota y desarmada, apareció en su mente.

Con una nueva y flamante resolución, Sunggyu se abrió paso entre la multitud de señoras mayores y familias, buscando muebles o utensilios para la cocina.

Cuando estaba a punto de alcanzar el ascensor, una de las señoras mayores le dio un empujón, y estuvo a punto de caerse de boca e incrustarse uno de los cactus en toda la cara.

Tragando con fuerza, echó a andar con paso rápido, metiéndose en el ascensor, y pulsó los botones con fuerza, deseando escapar de aquel calvario de una buena vez.


La tercera planta, en la que se encontraban las camas, estaba mucho más tranquila, y solamente había un par de personas allí y aquí.

Sunggyu respiró, aliviado, y comenzó a caminar por la planta, echando un vistazo a todas las camas.

Ninguna de ellas le llamaba la atención: unas eran demasiado rosas, otras parecían muy incómodas, algunas tenían formas...perturbantes, etc etc.

Casi se había rendido, cuando vio, al final del pasillo, una cama grande, de matrimonio,con sábanas blancas, unos cuántos cojines de tonalidades oscuras, y una colcha calada de color beige.

Los ojos de Sunggyu se iluminaron, y caminó hacia la cama cómo si hubiera encontrado el amor de su vida.

Se sentó en ella y, cuando pensaba que no podía quererla más, su colchón suave y blandito, pero terso y firme, le demostró lo contrario.

Dispuesto a comprarla costara lo que costase (además, tenía un jaguar, estaba seguro de que una cama no era algo que no pudiera permitirse), se acercó hacia el dependiente.

Justo cuando estaba a punto de llegar a la caja, un chico, de pelo anaranjado, y una nariz recta y afilada, se acercó hasta él, y señaló la cama de Sunggyu.

Su corazón comenzó a latir con fuerza, y terminó de acercarse a la caja, justo a tiempo para escuchar que el chico pedía comprarla.

“¡Pero esa cama es mía!” gritó Sunggyu, frunciendo el ceño. “¡Yo la vi primero!”

El chico abrió la boca, ofendido.

“¡Yo la voy a comprar!”

“¡Que no, que es mía!”

“Señores.” intervino el dependiente. “No hay necesidad de discutir, hay más de una cama.”

Ambos levantaron la mirada, casi fulminando al dependiente con esta, y esperaron a que el chico terminara de teclear algo en su ordenador.

“Pues....resulta que esa es la última.” dijo, en voz baja, temiendo lo que vendría.

“¡Pues es mía!” gritó Sunggyu. “¡La necesito para mi espalda!”

“¡Yo también la necesito!” sentenció el chico, cruzándose de brazos.

Sunggyu hizo un puchero, y sintió la necesidad de montar un berrinche. ¡Él quería esa cama!

“Está bien, hagamos una cosa.” dijo de repente el chico, mirándolo fijamente y esbozando una sonrisa. “Te dejo que te lleves la cama a cambio de otra cosa.”

“¿El qué?”

“Una cita conmigo.”

Sunggyu se sonrojó furiosamente, y apartó la mirada con rapidez, desviándola hacia el suelo.

El dependiente se aclaró la garganta, y eso pareció devolver a Sunggyu a sus cabales.

“Trato hecho.”



****


Sunggyu sonrió, sintiendo como unas manos lo sujetaban por detrás y lo volvían a dejar caer en la cama.

“Woohyuuuuuun.” exclamó, entre risas. “Suéltame, tengo que ir a ducharme.”

“No.” dijo el chico, enterrando su rostro en el cuello del otro, y jugando con su nariz contra este. “Quiero que te quedes aquí conmigo en la cama.”

“Pero tengo que ir a trabajar.”

“No vayas, eres el jefe.”

Sunggyu bufó.

“Que clase de jefe sería si no fuera a trabajar para quedarme en la cama con mi novio.”

“Uno muy bueno.” Woohyun sonrió, y besó a Sunggyu, juntando sus labios con un poco más de fuerza que la que usaría en un beso normal.

“Ah, no, no me vas a comprar con sexo, tengo que ir a trabajar.”

“Sunggyu.” el tono con el que lo dijo era de puro aegyo, y el susodicho puso los ojos en blanco.

“Te he dicho qu-”

Los labios de Woohyun estaban otra vez sobre los suyos, acallando sus protestas.

Hacía bastante tiempo que Woohyun y él se habían conocido en aquel mítico Ikea, discutiendo sobre la cama en la que ahora dormían todas las noches.

Sunggyu no podía estar más feliz viviendo con él, puesto que Woohyun era todo lo que siempre había buscado en una persona: divertido, inteligente, difícil, complicado, seguro y atrevido.

Y, por supuesto, no se podía obviar el hecho de que era tremendamente guapo.

Sunggyu se dejó hacer, y no protestó cuando Woohyun colocó sus piernas alrededor de su cadera, ni cuando sus dedos comenzaron a acercarse a su entrada.

“Te quiero.” dijo Woohyun, sonriendo, y depositando un pequeño beso sobre sus labios mientras faenaba con sus manos, y sujetaba a Sunggyu para atraerlo aún más cerca.

Una vez más, Sunggyu no pudo evitar pensar que el conocerse en aquella tienda, había sido cosa del destino, y que ellos estaban predestinados a estar juntos.







Notas finales:

Hola ~

Espero que os haya gustado!! Y me dejéis un review <3


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