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La verdad por CigaretteSmoke

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Notas del fanfic:

Sólo un poco de mi imaginación.

 

Stardom Entertainment, 20:30 p.m 

 

 

 

Y ahí se encontraba de nuevo, en esa sala de ensayos rodeada por un montón de espejos en sus cuatro paredes. Las últimas personas que permanecían ahí con él en ese lugar estaban terminando de recoger sus bolsos para partir, él se quedaría un rato más descansando, el día había sido demasiado largo en su opinión. 

 

—Jiho, tienes que prepararte para irnos -volteó a su izquierda para ver a Hansol que le dirigía la palabra-. ¿No irás con nosotros? 

 

—Es raro verte así -ahora era Sehyuk quien hablaba-. ¿Te encuentras bien? siempre son Jenissi y tú quienes salen primero de la sala haciendo carreras. 

 

Y al momento de escuchar su nombre lo recordó, él se había ido primero, no se molestó en esperarlo, tampoco le había dirigido la palabra en todo el tiempo que estuvieron ahí practicando. Y cuando trató de hablar con el casi al finalizar el ensayo para preguntarle si irían juntos esta vez a comprar café para todos, le respondió con un gran "no molestes ahora, Jiho" que ni siquiera le había dicho en la cara, sino que permaneció de espaldas haciendo quién sabe qué en su celular.Ahora simplemente había desaparecido al segundo de escuchar la frase "es todo por hoy" 

 

—No se preocupen, iré pronto. Ustedes pueden adelantarse -le respondió a ambos con una gran sonrisa. 

 

—Bien, pero no tardes, sabes que debes descansar -le advirtió P-Goon. 

 

—Lo sé, no tardaré mucho. 

 

Y ambos chicos que permanecían parados en esos momentos comenzaron a avanzar hacia la salida, no sin antes decirle "nos vemos" a Jiho, quien se encontraba sentado en el suelo y recargado contra la pared. Ahí comenzó a vagar en sus pensamientos. 

 

¿Desde cuándo eran tan distantes? Jiho no lo sabía, ni siquiera sabía por qué le decía "estar distantes" a esa situación. Taeyang podía hacer lo que le daba la gana. Además, él era uno de sus amigos, no podía estar distante con uno de sus amigos, ¿cierto? 

 

Y una nueva duda surgía en su mente, ¿eran realmente amigos? Si Taeyang estaba pasando por un mal momento y no le había dicho nada a él, a Jiho, quien lo había apoyado en muchos momentos, ¿lo eran realmente? ¿era lo que llamaban amistad? 

 

Jiho sacudió su cabeza para alejar esos pensamientos, estaba entrando muy en el fondo de la vida de Taeyang, y no quería ser un entrometido. 

 

Sinceramente... no lo quería. 

 

Se levantó de su lugar y caminó lentamente por los pasillos de la empresa, podía estar preocupado, pero también debía centrarse en ensayar y mejorar. Y no encontró nada mejor que ir por una  botella de agua antes de seguir. En esos momentos hubiera preferido un café porque el clima de fuera era sumamente frío. Pero si iba a bailar necesitaba algo refrescante. 

 

Además, no era divertido ir a comprar solo, recordó que había alguien que disfrutaba del café tanto como él. 

 

Se golpeó mentalmente, debía dejar de pensar en él o se volvería loco, pero la culpa lo consumía. 

 

Un ruido proveniente de una de las salas instrumentales llamó su atención, principalmente porque era el sonido de un piano. La curiosidad fue más grande y lo venció, siempre había sido una persona con un poco de curiosidad por las cosas, sólo un poco, y los demás estaban para confirmarlo, por lo que en esos momentos no se resistió y silenciosamente entró, escondiéndose en un movimiento rápido detrás de una pared. 

 

La sala se encontraba oscura, no recuerda haber estado ahí alguna vez, y saca la conclusión de que quizás era nueva. Pero gracias a la luz de una ventana pudo visualizar perfectamente el rostro de aquella persona que de una manera muy ágil tocaba cada una de las teclas del gran instrumento, ya sabía de quién se trataba. 

 

Taeyang. 

 

Sintió algo en su corazón que no podría explicar con palabras si le preguntaran, pero permaneció escondido, sólo con una pequeña parte de su rostro visible, rogando al cielo que el mayor no lo viera. Y se dejó llevar por la lenta y dulce melodía que resonaba dentro del oscuro y desolado cuarto. 

 

Parecía haber llegado justo al final de la canción, porque unos minutos más tarde Taeyang había dejado de tocar, y por instinto se escondió completamente, arregló la gorra que traía y volteó para salir lo más rápido posible de ahí. 

 

—¿No tienes nada mejor que hacer, Jiho? 

 

"Mierda" pensó cerrando los ojos, ¿y ahora qué debía hacer? Quizás debería correr. Sí, esa sería la mejor opción. 

 

Y tal vez, sólo tal vez mañana haría como si nada, porque en esos momentos la vergüenza se lo devoraba, ¿qué pensaría Taeyang de él después de enterarse que lo estaba espiando? La verdad, no quería saber. 

 

—No eres nada sigiloso, ¿sabes? -se escuchó nuevamente, y lenta y cuidadosamente Jiho dejó ver la mitad de su rostro-. Ya, sal de ahí. 

 

Lo meditó por unos segundos hasta que decidió salir a paso lento pero seguro. Si Taeyang tenía algún problema con él debería arreglarlo, ¿no? Era mejor que estar evitándolo, esa era al actitud de un crío. Se detuvo en la mitad de la sala con las manos en los bolsillos de su pantalón, ¿y ahora qué debía hacer? 

 

Antes de siquiera decir algo, el mayor lo interrumpió. 

 

—¿Necesitas algo? -preguntó mientras se levantaba del asiento y tomaba un bolso que se encontraba al lado del piano. 

 

—No. 

 

—¿Entonces qué hacías ahí? 

 

—Nada. 

 

Taeyang lo miró por un momento para luego encogerse de hombros. 

 

—Está bien -tomó su bolso y se dispuso a caminar para salir de ahí, pero al pasar por al lado de Jiho este lo detuvo tomándolo del antebrazo-. ¿Si? 

 

—Estás actuando raro -expresó el menor con un tono de molestia en su voz. 

 

—Te equivocas, estoy perfectamente bien. 

 

—Eso no es verdad, Jenissi. 

 

—No se te da llamarme por ese nombre. 

 

—Y a ti no se te da mentir. 

 

Un silencio se presentó en ese momento en aquella sala, la verdad es que Jiho no pensaba apartar su seria mirada hasta obtener una respuesta. 

 

—Ahora dime, ¿qué te está pasando? Necesito explicaciones. 

 

—¿Explicaciones? -Taeyang soltó una risa sarcástica acercando su rostro al de Jiho, y paró en seco al estar a unos escasos centímetros. El otro por su parte, se sorprendió por la repentina cercanía, así que optó por cerrar los ojos, ¿por qué lo hacía? no tenía idea-. Explicaciones son lo que menos tengo. 

 

¿Pero que le pasaba a Jiho? ¿por qué no abría los ojos? ¿por qué no se movía ni siquiera un poco? A él no le molestaba la cercanía así con todos, pero en esos momentos quería reaccionar y pegarle un golpe a ese idiota. 

 

—Nos vemos, Xero -se encargó de resaltar lo más que pudo la última palabra antes de marcharse. Y cuando Jiho abrió los ojos pudo comprobar que él ya no estaba ahí. 

 

 

 

 

 

 

 

 

------ 

 

 

 

El día siguiente había transcurrido normal. Pero eso era los demás, claro está. 

 

Para Jiho... no había ido del todo bien. 

 

Tuvo que evitar el más mínimo de los contactos con "aquella persona de la cual no quería saber", por supuesto también había decidido hablar con él lo justo y necesario, para no levantar sospechas de su incomodidad. Y se convencía a sí mismo diciendo que nadie se daba cuenta. 

 

Estaba completamente que su problema había sido resuelto, y pasó el resto del ensayo de la forma más normal posible. Pero por un instante pensó que todos sus esfuerzos se irían a la mierda al momento en que la sala comenzó a quedar vacía. Fue el último que quedaba practicando, como muchas veces en la última semana. Creía que debía practicar más, mejorar, así que aprovechó la oportunidad que se presentaba después de que la última persona, Yano, se fuera de ahí. 

 

Cerró la puerta, encendió nuevamente el reproductor, puso la música al máximo de volumen y comenzó a moverse al ritmo de ella. Y mientras bailaba, se planteó la idea de que quizás no estaba ensayando para mejorar, sino que lo hacía para mantenerse un poco más alejado de Taeyang. 

 

Se rio de ese pensamiento tan estúpido, es obvio que no era verdad. 

 

El sonido de la música era tan fuerte que no sintió cuando la puerta se abrió y simplemente siguió sumergido en sus propios pensamientos. 

 

Hubiera sido todo más tranquilo si la mirada de Byungjoo no estuviera clavada en el espejo mientras se sostenía de la pared con los brazos cruzados. Con el control del equipo detuvo la música y volteó para quedar frente al mayor. 

 

—¿Qué tanto me ves? -preguntó Jiho con el ceño fruncido. Pudo ver cómo Byungjoo trataba de disimular una risa. 

 

No lo hacía nada bien. 

 

—Nada -respondió-. Que grosero eres. No puedo creer como... 

 

Y dejó de hablar, parecía haberse arrepentido. Jiho pudo darse cuenta de eso cuando comenzó a moverse inquieto en su lugar. 

 

—¿Qué no puedes creer? -volvió a preguntar el menor. Pero justo después de haberlo dicho, una tercera persona hico presencia en la sala de ensayos. 

 

—Byungjoo, me han mandado a buscarte -Taeyang había ingresado al lugar con la vista fija en su celular-. No sabes lo horrible que es querer descansar durante el viaje de regreso, llegar donde están los demás y que te manden a buscar al que falta porque "eres el mayor" -hizo comillas de una forma exagerada y cuando elevó la vista paró en seco. Dos pares de ojos lo observaban atentamente, unos más incómodos que otros-. ¿Interrumpo algo? 

 

—No, sólo estábamos hablando -contestó Byungjoo con una gran sonrisa-. ¿Ya nos vamos? -comenzó a caminar tomando del brazo a Taeyang para que lo siguiera. 

 

—Oh, ¿y Jiho? ¿el no irá con nosotros? -preguntó el mayor de los tres girando su cabeza para mirar a Jiho, quien se encontraba de espaldas haciendo algo en su celular, o quizás sólo fingiendo. 

 

—Jiho se quedará aquí, dijo que quiere seguir practicando. 

 

—Hm, ya veo -Taeyang quedó pensativo por un momento-. Entonces, ¿podrías decirle a los demás que iré después? tengo que pasar a un lugar antes. 

 

Byungjoo alzó una ceja sin comprender, pero luego de un segundo optó por asentir con una sonrisa. 

 

—Claro, yo les digo. 

 

Y sin más decidieron abandonar la sala sin decir ni siquiera adiós. 

 

—Y luego yo soy el grosero -murmuró Jiho para sí mismo dejando su celular a un lado. 

 

Volvió a poner la música al máximo volumen, pero no se movió. Al contrario, decidió sentarse en un  rincón de la sala mirando todo a su alrededor. Le recordaba a esos días donde Taeyang le pedía que se quedara un poco más con él, porque necesitaba seguir practicando su rap, porque no lo hacía bien, porque podía ser mejor y no lo lograba. Y ahí se quedaba Jiho, dándole todo el apoyo que necesitaba para no verlo caer. A veces hasta obligándolo a irse porque ya era demasiado, se atormentaba mucho. 

 

Comenzaba a valorar esos días. 

 

Tenía ganas de llorar. 

 

Ahora ve la situación del presente, ¿de verdad era capaz de hacer todo esto? ¿de verdad estaba siendo tan dramático? Era obvio que para Taeyang el día transcurría normal, no estaba actuando. Incluso ni siquiera le había dirigido la palabra al momento de buscar a Byungjoo. Al contrario de él, que había mantenido muchas dudas a lo largo de todo el día encerrado en esas cuatro paredes. Cuando ya había decidido practicar los últimos quince minutos, se puso de pie y comenzó a moverse al ritmo de la música, no estaba nada mal. Había mejorado bastante. 

 

Luego de que la última canción dejó de sonar, apagó el reproductor, tomó sus cosas y se dirigió a la salida mientras se ponía su chaqueta y gorro. Abrió la puerta y dobló hacia la izquierda dispuesto a salir del edificio. 

 

—Creí que no saldrías nunca de ahí -una voz hizo que se detuviera. Giró sobre su lugar y abrió los ojos tan grandes sin poder con la sorpresa. 

 

Taeyang se encontraba ahí. 

 

Lo había esperado. 

 

Como en los viejos tiempos. 

 

—Taeyang. 

 

—La música de mi reproductor ya estaba por terminar, ¿que hubiera hecho después? -le preguntó mientras miraba su celular. 

 

—¿Piensas quedarte practicando? 

 

—No -respondió-. Te estaba esperando. 

 

En esos momentos Jiho creyó que su corazón se detenía y le faltaba el aire. ¿Què fue ese cambio de humor tan repentino? 

 

—Pensé que estabas enojado conmigo. 

 

—¿Contigo? -Jiho asintió-. No, en realidad estaba enojado conmigo. O bueno, lo estoy. 

 

—¿Por qué? -ambos ya se encontraban saliendo del edificio. 

 

Taeyang sonrió débilmente y lo miró. 

 

—Nada importante. 

 

Había algo que Jiho pudo notar desde el trayecto además de que existía un problema en la vida de Taeyang, y es que el rostro de este se veía cansado, triste, angustiado. Se dio cuenta mientras caminaban, cuando inconscientemente volteó para observar fijamente cada expresión del mayor. Obviamente el se había dado cuenta después de unos segundos, pero sólo se limitó a soltar una pequeña risa, haciendo que Jiho volviera su vista al camino más avergonzado que nunca. 

 

Se detuvieron en la mitad del camino, para descansar debajo de una parada de autobús. Estaban en completo silencio mientras veían los autos pasar de un lado a otro. 

 

—¿Puedo preguntar por qué te ves tan mal? -Jiho rompió el silencio, pero se arrepintió al instante. De nuevo se estaba entrometiendo demasiado en la vida del otro. 

 

—No es nada -Taeyang no desvió su vista de la calle, con su débil sonrisa nuevamente y sus manos en los bolsillos de la chaqueta-. Ya te lo dije -y su voz se quebró al final de la oración, además de una lágrima que recorrió lo largo de su rostro. Jiho se alarmó al instante, se acercó a él y puso una mano en su hombro. 

 

—Taeyang, ¿estás... 

 

—¡Es que no es posible! -gritó levantándose de su lugar, en esos momentos agradecieron que ya era de noche y que no había nadie ahí-. Yo lo intento, de verdad lo intento pero -se acercó a la pared detrás de la parada y la golpeó con su puño-. Tal parece que nunca haré nada bien 

 

Jiho pudo sentir cómo comenzaba a llorar, pero no pudo ver su rostro ya que se encontraba con la cabeza apoyada en esa pared. Así que se levantó del asiento, caminó hacia él y lo abrazó por la espalda. Fue uno de esos abrazos con lo que le transmitía confianza, de esos que le daba en la sala de ensayos cuando comenzaba a decir que no servía para eso, que nunca sería lo suficientemente bueno. 

 

—No quería preocuparte con esto -dijo Taeyang entre sollozos-. En serio no quería. 

 

—Ya -lo interrumpió Jiho-. Todo va a estar bien. 

 

—No digas eso. 

 

—Lo prometo. 

 

El camino hacia el departamento transcurrió en silencio. Pasaron a comprar un café para cada miembro del grupo, hace mucho que no lo hacían. Pero sólo Jiho entró a la tienda, Taeyang quiso quedarse afuera, disfrutando del aire fresco. 

 

Al llegar al departamento, el mayor pasó directamente hacia la habitación que compartía con Sangdo, aprovechando de que este no se encontraba ahí y saltándose los saludos de Byungjoo, Sanggyun y Hansol que en esos momentos se encontraban en la sala viendo televisión. 

 

—¿Pasó algo? -preguntó preocupado Sanggyun cuando Jiho cerró la puerta tras de él. 

 

—No lo sé -contestó-. Pero les traje esto -levantó las bolsas donde se encontraban los vasos con café y los otros las miraron con una mezcla de ansiedad, felicidad y admiración. 

 

Después de recibir las gracias de los demás por el tan amable gesto, caminó directo hacia su habitación, pero al pasar por el largo pasillo se detuvo frente a la puerta de la habitación de Taeyang. ¿Cómo se encontraría? ¿estaría mejor?

Después de apreciarla por unos segundos, decidió entrar sin tocar. 

 

Taeyang se encontraba parado frente a la ventana, mirando las luces que la ciudad mezcladas con las del cielo nocturno. 

 

—Taeyang... 

 

No volvería a preguntar si se sentía bien, no quería verlo llorar nuevamente. 

 

Pero ya era tarde, y lo supo cuando el mayor volteó a verlo con su rostro empapado en lágrimas. Jiho se acercó silenciosamente y con ayuda de las mangas de su suéter secó cada una de las gotas que recorrían el rostro del contrario. 

 

—Prometo no volver a llorar -le dijo Taeyang mirándolo a los ojos. 

 

—No es necesario que digas eso. 

 

—Es en serio. 

 

—No lo prometas si no puedes cumplirlo, no te obligues a eso. 

 

La lágrimas ya se habían detenido, pero a pesar de eso Jiho no retiró las manos del rostro de Taeyang. Este por su parte, puso las suyas por sobre las el menor, y lentamente se acercó a su rostro juntando sus labios con los de él. 

 

Jiho abrió más los ojos por la sorpresa, ya no sabía lo que estaba haciendo. Hace unos días Taeyang no lo quería ver, y ahora lo estaba besando. ¿Qué clase de broma era? 

 

Pero no se separó en ningún momento. 

 

Después de todo, él también lo quería. 

 

Y lo sabía por esas sensaciones y cosquilleos que estaban pasando por su estòmago. 

 

Hubiera durado más tiempo de no ser porque Taeyang se separó de él, y lo miró con ojos brillantes. Pero ya no reflejaban tristeza, ahora era una mezcla de confusión y alegría. 

 

Tomó una de las manos de Jiho y la puso sobre su pecho, donde su corazón latía rápidamente. 

 

—Puedo no decirte las palabras más bonitas -comenzó a hablar-. Pero quiero que sientas lo que yo en verdad siento por ti -suspiró pesadamente-. Y fue una de las razones por las cuales me alejé, porque no lo podía controlar. 

 

Jiho no contestó, no quería arruinar el momento como lo había hecho tantas veces. Sólo volvió a acortar la distancia y lo besó con la misma intensidad. 

 

En esa fría noche de otoño, dos cuerpos se encontraban durmiendo sobre la cama. Taeyang abrazaba a Jiho mientras este se encontraba con la cabeza sobre su pecho. 

 

Una tercera persona los observaba desde el umbral de la puerta, con una sonrisa de satisfacción en su rostro. Esa persona, era Byungjoo. 

 

—Al fin -dijo antes de cerrar la puerta de la habitación con sumo cuidado de no despertarlos.

 


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