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Whisper of Kisses por Onew_Key

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Notas del capitulo:

 

Holi (? Hay alguien ahi (?

 

Bueno este fic es uno de mis favoritos, espero que a ustedes tambien les guste... quiero aclarar que este fic no es mio, es de la autora: Laura Bartolome  y fue adaptado por Cinthya Rocafuente

POV JONGHYUN

De aquella primera época universitaria puedo recordar que era un chico confuso. Mi primer año de universidad lejos de mi familia, de mis amigos, viviendo solo en la residencia universitaria. Estaba allí gracias a una beca deportiva, pues comencé mi carrera en la natación de adolescente y gracias a mis habilidades y rapidez en el agua, pronto recibí toda clase de becas. Pese a ello, y a lo que crea mucha gente de las becas deportivas, yo me tomé muy en serio mis estudios de informática, pues no sabía lo que la natación me depararía. Una lesión, pocas oportunidades, el hacerme adulto. La mayor parte del tiempo la tenía que dedicar al entrenamiento con otros becados. Aun así fui sacando bastante bien las asignaturas de aquel primer curso.

Hice amigos, por supuesto, incluso gané popularidad (especialmente entre las chicas) al ganar varios certámenes de natación, lo cual alargaría mi beca y eso ayudaría a mis padres, que no se hubieran podido permitir enviarme a una universidad de tanto prestigio en varios campos y mucho menos pagarme el alojamiento. Yo solía trabajar los veranos desde los 16 años, aunque mis padres siempre me obligaban a guardarlo para mis gastos, sacarme el carné de conducir o gastarlo en irme de viaje con mis amigos. Toda su vida trabajaron duro para ayudarme a mí y a mi hermano pequeño en todo lo que necesitáramos, especialmente se esforzaron en permitirme competir en lo que más me gustaba, nadar. En lo único que yo me sentía especial.

Mi afición era tocar la guitarra, y sabía componer un poco de forma autodidacta. Cantaba bastante bien, pese a ello, tan sólo era eso, una simple afición. Eso también gustaba mucho a las chicas. De mí decían que era muy guapo y atlético, aunque yo no lo pretendiera. Muchas mujeres iban tras de mí, yo pasaba de todas. Entonces yo no me daba mucha cuenta de mi confusión. Lo cargaba todo a que era más maduro que otros chicos de mi edad y que mis metas en la vida eran otras más importantes que las de acostarme con chicas guapas, o salir seriamente con una. En mi adolescencia nunca tuve relaciones amorosas, más que un beso en la discoteca. Cuando una chica se me insinuaba, no me aprovechaba, no pasaba de un beso y una caricia, aunque a mis amigos les contaba mentiras sobre el tema, para que no me consideraran raro.

En el último trimestre del primer año de universidad, conocí a la que sería durante unos meses mi novia, Shin Sekyung. También competía en la natación, así que teníamos algo en común. Supongo que de algún modo comencé a sentirme presionado por mis nuevas amistades allí, porque un chico "tan atractivo", que no saliera con una chica guapa, simpática, deportista y lista que evidentemente se sentía interesada en ti, no era normal. Y yo deseaba ser "normal", como cualquier hombre de mi edad. Al estar con ella me reía, hablábamos de nuestros sueños de ir a unos Juegos Olímpicos o a un mundial, salíamos de fiesta... la primera vez que me acosté con ella, se sorprendió de que fuera mi primera vez, e intenté que fuera feliz. El problema es que yo no disfruté del sexo, y lo que realmente me preocupaba desde hacía años, vino a mi mente. ¿Y si yo no era "normal? Porque las mujeres no me excitaban todo lo debido, y aunque tenía una magnífica empatía con ellas, no las veía como algo deseable. Quería a Sekyung, pero no como se merecía que la amaran.

Llegó el verano, trabajé para ayudar a mis padres y ahorrar para mis gastos al curso siguiente. Estaban muy contentos de que saliera con Sekyung y deseaban conocerla. Eso me agobió bastante, y apelé a que no podía venir a pasar una semana a casa (y a ella le dije que no tenía sitio en casa para que viniera). No es que no deseara verla, pues éramos muy amigos, y oficialmente mi novia. Temía volver a las clases porque no sabía cómo afrontar mi confusión.

Ese momento llegó, y fue el momento en el que comprendí lo que me sucedía, la confusión desapareció para dar paso a la dolorosa claridad, a la realidad de mi verdadero ser interior. Aunque hacía días que había llegado a la residencia, antes del comienzo de las clases, debía aclarar temas de papeleo y pagos en la secretaría de la residencia. Hacía calor todavía, y más en aquella zona tan cercana al mar. 

Fue la primera vez que le vi, de espaldas, apoyado en la mesa de la administración, rellenando papeleo. Mi vida cambió en ese preciso momento, fui yo de verdad, sentí lo que mi corazón no dejaría de sentir jamás por él... Fue extraño, fue nuevo, fue perturbador, pero también lo aclaró todo. Mis ojos le vieron, para no dejar de mirarlo con ellos jamás. No era demasiado alto, aunque sí esbelto. La forma de su cuello, de sus hombros, de su estrecha cintura y caderas... El cabello rubio y brillante que le tapaba la cara de forma tímida. Entonces vi sus ojos tras las gafas de pasta. Eran tristes y lánguidos, color avellana pero que a pesar de ello me parecieron los más hermosos, divinos y maravillosos del mundo. Entonces vi sus labios que no sonreían y deseé hacerlos reír... verlos felices...

Él se fue y yo me quedé petrificado, ni siquiera reparó en mí, en el rubor que coloreaba mis mejillas, en el temblor de mis labios ansiosos... en mis ojos que le adoraron... y no escuchó el latir alocado de mi pobre corazón. El amor a primera vista siempre me pareció hasta entonces una estupidez, pues yo era de todo menos enamoradizo, hasta ese preciso momento en el que la luz y la claridad me inundaron, hasta el instante en el que me di cuenta de que aquel chico sería el amor de mi vida... el único amor verdadero de toda mi vida...

No sé ni cómo, pero conseguí averiguar con quién compartía habitación, así que fui por el tipo consiguiendo cambiarme por él. Me costó mi habitación para mí solo y casi todo el dinero ganado en verano. Lo que fuera para tener cerca al chico desconocido. El chico no hizo preguntas, aunque le expliqué que éramos amigos y que no habíamos conseguido que nos tocara juntos. Creo que me vio tan desesperado y dispuesto a dar lo que fuera, que se aprovechó de mí. Ni me importó, pese a que pasaría muy pobre todo el curso.

Nervioso como nunca en mi vida, ansioso, anhelante... incrédulo incluso de mí mismo, me fui derecho a la nueva habitación. Le pedí a todos los dioses del universo, que el chico estuviera en ella, y me escucharon. Al entrar, intenté ser natural.

- Hola. Me llamo Jonghyun. ¿Y tú?- alargué la mano para presentarme. 

Él sonrió tímidamente, pero sonrió. Lo supe de veras, no deseaba nada más que hacerle reír, porque era aún más hermoso cuando sonreía. Alargó su mano hacia mí para presentarse y al tocar la mano calurosa y suave, un escalofrío me recorrió por completo, hasta estallar en mi estómago.

- Hola. Yo soy Kibum, encantado. C-creía que mi compañero era otro- su voz era suave, aunque masculina. Me encantó, imaginé lo que sería escucharla en mi oído y eso me disparó las hormonas. Cada vez tenía más calor.

- Él me pidió el cambio por no sé qué- mentí descaradamente - De todos modos seguro que has ganado con el cambio- comencé a quitarme la ropa delante de él, un poco nervioso, acalorado. Realmente lo tenía allí, era verdad que había hecho una locura.

- Veo que tocas la guitarra- se interesó al verla.

- Me gusta componer por hobby, pero mi verdadera pasión es la natación. Tengo una beca- fui desprendiéndome de las molestas prendas hasta quedarme en ropa interior.

-Yo sé componer, me enseñó mi madre. Pero murió hace casi un año...

-L-lo siento...- escuchar eso y ver la expresión melancólica en su rostro, me partió el corazón. Deseé estrecharlo entre mis brazos desnudos y sentir su cuerpo pegado al mío, su piel clara, deslizar mis labios hasta aquella boca entristecida, besarla para que sonriera... mi entrepierna se excitó de verdad, así que me inventé una excusa para irme a la ducha.

- Voy a la ducha, hace calor- cerré por dentro y estuve un rato observando mi abultado pene. Ya había manchado el bóxer por la excitación. Me lo quité muy excitado para comenzar a masturbarme. Enseguida aparté las manos, no debía hacer aquello pensado en él, nada más conocerlo. Pobre Kibum... Kibum... Kibum... su nombre me sonaba a gloria.

Rápidamente me duché con agua fría y estuve bastante rato allí. Al salir, algo más relajado y consciente de que debía controlar mis emociones, intenté ser amable con Kibum. Él, por aquel entonces, se comportaba de forma tímida, siempre cabizbajo, poco hablador. Supe que me costaría conseguir que se abriera a mí, porque estaba claro que algo oscurecía su interior.

Sus sonrisas no eran felices, sonreía porque debía, no porque quisiera. Aquella primera noche compartiendo mi vida con él, apenas dormí. Yo tenía novia, una carrera como nadador por delante, no debía decepcionar a mis padres... y sin embargo al escuchar su respiración acompasada, saber que estaba tan cerca de mí... me hizo comprender que yo estaba allí porque me gustaba tanto que el corazón me dolía. Y que mi meta sería hacerle sonreír sinceramente ante la vida. Nada más...

De este modo comenzó la historia que tuve con el amor de mi vida... Así empecé a desear escuchar el susurro de sus besos en mi oído…

Notas finales:

Tambien dejen reviws. Haci me hacen recordar. Actu todo los domingos


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