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siempre contigo por yuki666

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Notas del fanfic:

este fic esta ligeramente inspirado en la pelicula "dos vidas contigo", asi que si ya la vieron saquen pañuelos...

amm.. la verdad no deberia ni atreverme a publicar un fic mas cuando tengo tanto pendiente xD pero prometo que en cuanto pueda publicare mas...

Notas del capitulo:

hola!!!

como extrañaba publicar!!! ultimamente he estado un poco ocupada y por eso tengo tan desatendidos mis fic..

pero creo que e vuelto !! ToT

como siempre vengo con mucho drama, ternura y espero seguir contando con su apoyo

pronto regresare con mas actualizaciones, lo prometo.

empecemos esto!!!

Taiga entro a la cocina y sonrió con ternura al ver a Himuro batallando con un sartén y unos huevos en un intento notoriamente fallido por cocinar, el desagradable olor a comida quemada y la carita de preocupación de su sensual  esposo era algo digno de ver a las 8 de la mañana de un viernes.

 

Entro con una sonrisa dibujada en su rostro tratando de evitar soltar la mueca burlona y chula que realmente quería hacer.

 

-definitivamente la comida sigue sin ser lo mío- le saludo Himuro mientras retiraba el sartén del fuego, tomaba un plato y ponía en él lo que parecía ser un par de huevos revueltos con unas tiras quemadas que supuso Taiga era tocino.

 

-pero creo que esto es comestible…- aseguro el pelinegro con una sonrisa satisfecha por haber realizado su primer desayuno presentable en un mes de casados.

 

Se dieron un beso de buenos días y se sentaron juntos a la mesa, Taiga se sirvió un vaso con jugo y Himuro bebió una taza de café, expectante a que el pelirrojo probara el desayuno y le diera su crítica constructiva.

 

Taiga probo  un trozo de tocino y sonrió… estaba realmente quemado pero aún era comestible… era como comer una goma de mascar pasada con sabor a carne. El pelinegro le sonrió con mayor emoción al ver que el “desayuno” era del agrado de su esposo.

 

Taiga tomo una porción de huevo y comió con lentitud ¡santa mierda! Nunca en sus 26 años de vida había probado unos huevos revueltos tan asquerosos, en serio, asquerosos, sin sal, quemados, duros y con trozos bastante grandes de cascaron. Le sonrió agradecido a Tatsuya e hizo de tripas corazón mientras continuaba comiendo “eso” tomando nota mental de después tomar algún pepto bismol para evitar el malestar estomacal.

 

Pese a que los huevos sabían realmente a mierda frita sonrió divertido de ver que  Tatsuya se estaba esforzando, tenían tan solo un mes de casados y taiga sabía que el moreno nunca había tenido la necesidad de cocinar,  no cuando eres el niño pequeño  mimado de papi y mami  y más tardabas en abrir la boca que tener enfrente lo que querías; para Taiga había sido todo lo contrario, al vivir solo con un padre empedernido en su trabajo el pelirrojo se había visto en la obligación de cuidar de el mismo y de su progenitor en todos los aspectos, cocinaba, lavaba, planchaba, era todo un amo de casa,  ambos nacidos en ambientes hogareños tan distintos  se estaban acoplando a su nueva vida tras enamorarse hacia 5 años en la universidad.

 

Himuro era veterinario, amaba, en serio amaba a los animales, a cualquier tipo de animal, “sobre todo a Taiga” solia decir sonriendo el pelinegro en broma. Taiga era arquitecto, no que amara totalmente las construcciones pero era una carrera que le permitía explotar su imaginación y podía plasmar su carácter en los edificios que hacía, se habían conocido durante la carrera en la universidad, ambos habían chocado un poco en su carácter pero en seguida notaron que se gustaban, el sueño de los dos era comprar un gran terreno y construir un albergue para animales en abandono.

 

-te amo…- le susurro Taiga mientras se inclinaba hacia enfrente en una invitación muda para besarse.

 

Tatsuya le imito acercándose eróticamente a él, ambos tenían que ir al trabajo pero seguro una buena sacudida antes de partir no le haría daño a nadie.

 

Los labios de taiga rosaron los del pelinegro, suave, sonrieron y tras perderse en las profundidades de los ojos contrarios profundizaron el contacto. Taiga se puso de pie, cruzo la mesa para estar frente a frente a su esposo  y acaricio las blancas mejillas y el cabello negro.

 

-eres tan hermoso…-  le susurro Taiga mientras tomaba la cintura del moreno y lo sentaba en la barra de la cocina, de inmediato Tatsuya enrosco sus piernas a la cintura del pelirrojo.

 

-va a tener que ser rápido porque tengo una cita en el zoo a las  8:45- taiga sintió que un interruptor en él se encendió, era como un pequeño suich que solo Tatsuya conocía y le hacía actuar como un ser primitivo que solo quería satisfacer la necesidad básica de sexo.

 

Tan solo de escuchar esas palabras desabrocho el pantalón de su esposo, el suyo y comenzó a acariciarlos por encima de la ropa, Tatsuya sonrió travieso y coopero mucho con Taiga en su encuentro cercano del tercer tipo.

 

La estrepitosa entrada de nigou, su cachorro y Murasakibara, el mejor amigo de Tatsuya hicieron que Taiga lanzara a su esposo del lado contrario de la barra y comenzara a acomodarse la ropa, Tatsuya chilló al golpearse pues había caído como bulto de harina al suelo a medio vestir golpeándose el brazo y los recién llegados se detuvieron mirando la escena con alarma.

 

-¡Murasakibara! ¿Por qué no tocaste al llegar? –

 

El alto pelimorado miro con un puchero de fastidio a los, se acercó al moreno, le ayudo a levantarse y a vestirse para de inmediato abrazarlo como un gran oso protegiendo a su cria.

 

-¡Kagami! ¿Pero qué le hacías a Murochin? ¡Pervertido! Abusas del lindo Murochin porque te quiere mucho y le haces cosas guarras en la cocina en la mañana-

 

-¿ah? ¿Pero de qué demonios hablas? Si es mi esposo podemos tener sexo donde queramos y a la hora que queramos… tú eres el maldito intruso aquí…

 

Se escuchó un jadeo profundo y entonces ambos hombres, bastante más altos que Tatsuya se percataron que el pobre hombre estaba siendo asfixiado por el fuerte abrazo de Murasakibara.    

 

-hola Atsushi… ¿podrías…? – fue incapaz de terminar la pregunta ante la falta de aire, Murasakibara le soltó y se paró como niño pequeño en busca de una muestra de cariño… hablando de animales, pensó Taiga.

 

Himuro se puso de puntitas obligando a Atsushi a inclinarse para saludarlo con el usual beso en la mejilla que siempre le daba. El alto pelimorado pareció resplandecer ante el contacto.

 

-vine porque Murochin me dijo que trajera a Nigou, hoy los tres vamos a pasear solitos… JUNTOS y SOLITOS… como  una parejita con su cachorro.- pucheo Atsushi a Taiga, retándolo con la mirada y restregándole eso para provocarlo.

 

La voz infantil del pelimorado hizo que el moreno riera divertido. –o como una madre con su hijo y su perro…-  bromeo el joven.

 

-o mi esposo  con dos mascotas… - refuto Taiga con el ceño fruncido. Himuro le dio un golpe en el hombro.

 

-¡ustedes dos son taaan…!- bufo exasperado, Atsushi y Taiga siempre se comportaban así, era como dos niños peleándose por su juguete favorito… lastima de estatura, al parecer las personas entre más altas más infantiles.

 

-Taiga… termina tu desayuno, Atsushi… espérame un momento por favor, voy por mis cosas para irnos – se inclinó para acariciar la cabeza peluda del cachorro que al parecer era el único con algo de raciocinio aparte de él.

 

-hola bebe… ¿me extrañaste?… yo también te extrañe- el cachorro meneo la cola y ladro en respuesta.

 

Tatsuya salió de la cocina.

 

-eres un estúpido.- sentencio Taiga apenas y su esposo salió de la cocina al pelimorado.

 

El chico le miro realmente molesto –te dije que no le iba a dejar de hablar… Murochin es mi amigo… lo amo mucho y no me quiero separar de el…-

 

El pelirrojo sintió que una venita de celos comenzaba a palpitar en su sien. -¡es mi esposo! ¡Mío! No te le puedes acercar si  sigues teniendo otra intención… -

 

Murasakibara bufo molesto –yo conocí a Murochin mucho antes que tu… él también me quiere, los dos pudimos ser muy felices si tú no te hubieras aparecido… pero él te eligió a ti… eres tu su esposo, eres tú el que le hace el amor todas las noches, así que no me puedes decir que deje de ser su amigo… no tienes ningún derecho a quitarme eso… -

 

El pelirrojo bufo exasperado, mierda, tenía razón, pero simplemente no podía evitarlo, Murasakibara también era su amigo, el único error que había cometido fue el decirle el día de su boda que él también amaba a Himuro, era comprensible, el moreno era alguien maravilloso y guapísimo.

 

-tranquilo… seré niño bueno… Murochin es mi amigo- una sonrisa triste se plasmó en la mirada purpura.

 

Himuro regreso con sus cosas, tomo las llaves de su auto y levanto los labios para despedirse de Taiga con un suave beso.

 

-nos vemos a medio día, me llevas a Nigou a la veterinaria, no lo puedo llevar a las oficinas, te amo…-

 

Taiga vio que su esposo y su mejor amigo salían juntos por la puerta, sonrientes, apurados, emocionados, aquella mañana fue el último día que los vio así…

Notas finales:

ok ok... amm... jitomatasos?? ya saben que acepto quejas, sugerencias, dudas, comentarios, ... gracias!!!


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