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Threesome por Dara17

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Notas del fanfic:

Mientras publicaba Bang Institute&University estaba pensando en esta historia. Me tomé bastante tiempo mejorándola y moldeandola en mi cabeza, luego no sé por qué decidí que era hora de publicarla. Espero les guste, es un poco fuerte, o bueno, eso depende de cada quién. 

 

Los personajes no me pertenecen (ojalá :Q__). Los hechos sucedidos NO SON REALES. Las personalidades que se irán desarrollando en el Fan Fic no son las verdaderas personalidades de sus personajes.

 

 

 

Notas del capitulo:

Como siempre, aquí no tengo nada que decir LOL

¡A Leer!

Capítulo 1— Conociéndonos.

 

 

Isla Jeju. Noviembre 17 de 2013, domingo.

 

Hacía bastante frío, Jungkook se encogía en su suéter y acomodaba su bufanda, quería un café caliente o tal vez un chocolate. Sus amigos: Hoseok, Taehyung y Junhong aún alegaban por cuál película ver, aunque desde el principio Jungkook los había invitado para que viesen “Elysium”, que a su suerte en pleno noviembre  aún seguía transmitiéndose en las salas de cine. La zona de comidas del centro comercial más reconocido de la Isla Jeju estaba repleta, decidió al final ir por un café, al parecer terminaría con la bufanda en los ojos viendo una película de terror.

 

—Regreso en un momento —expresó, recibiendo un “está bien” de Hoseok y sonrisas por parte de Junhong y Taehyung.

 

Caminó hasta su cafetería favorita, pero antes de ingresar resolvió que debía ingresar al baño porque su vejiga de repente quería explotar. Iba con una sonrisa, le hacía gracia que sus amigos siempre le obligasen a ver películas de terror, que en cierta forma nunca comprendía porque se quedaba dormido o tapaba su rostro con lo que tuviese. Realmente no le asustaban ese tipo de películas, ¿o sí? No lo sabía, sólo no le interesaba verlas.

 

El baño estaba vacío, algo raro para aquel día, admiró sus paredes de un color verde claro y lo limpio que se encontraba este lugar. No tardó mucho en salir y comprarse un chocolate caliente con malvaviscos, cuando regresara se quejaría para que sus amigos viesen la película que él quería, estaba tardando mucho en ordenarles algo ese día.

 

Dio uno, dos o tal vez tres sorbos al chocolate y un par de chicos se interpusieron en su camino. Sus mejillas se sonrojaron debido a que ambos eran bastante atractivos. Uno era bajo y con sonrisa coqueta, su cabello negro estaba bien arreglado y usaba ropa bastante ajustada. El otro, llevaba una gorra puesta despreocupadamente, que dejaba ver algunos mechones de su cabello castaño, su rostro era serio, sus labios estaban apretados pero no lo suficiente para dejar ver lo carnosos que eran.

 

Le hubiese gustado seguir observándolos, pero debía continuar su camino, tenía muy buenas razones para ver aquella película. Cuando dio otro paso, ambos chicos volvieron a obstaculizar el camino, haciéndolo temblar.

 

— ¿Cuánto quieres? —soltó de la nada el pelinegro sin dejar de sonreír mientras el castaño miraba la hora en su reloj.

 

Jungkook miró hacia ambos lados y luego atrás percatándose de que le hablaban a él.

 

— ¿Disculpa? —no entendía a qué se referían.

 

—Dinero, hablo de dinero, ¿cuánto quieres? —repitió el moreno.

 

—Pueden ir a comprar uno, no habían muchas personas en el café cuando lo compré —respondió Jungkook de forma inocente mientras miraba su chocolate humeante. El castaño hizo un amague de reírse, pero su rostro se volvió tosco al instante.

 

—Vale, déjamelo a mí, Jimin —habló por primera vez éste quitando el chocolate de las manos de Jungkook y dando un corto sorbo para luego lamer sus carnosos labios de una manera provocativa.

 

Jungkook tragó con fuerza. Ese era su chocolate, el que tanto había deseado minutos antes, pero que ahora no sabía si prefería tomarlo o besar aquellos provocativos labios que en ese instante le estaban volviendo loco.

 

— ¿Cuánto quieres? Por sexo, a eso nos referimos —continuó el castaño y las fantasías que en aquel instante se formaban en la cabeza de Jungkook se esfumaron y sus ojos se abrieron como dos enormes platos.

 

—Creo que te has equivocado, no soy ese tipo de persona —respondió el menor y ambos jóvenes se carcajearon.

 

—No es necesario que seas ese tipo de persona, sin embargo puedes tener un precio —sonrió Jimin socarronamente—, anda, dinos, el dinero no es problema.

 

—No deseo seguir escuchando sus comentarios incómodos —expresó Jungkook con un rostro serio, tornándose un tanto rojo de lo enojado que estaba. Esta vez empujó al castaño y siguió su camino, mientras lo hacía escuchó la voz del pelinegro.

 

—Park Jimin y Kim Seok Jin —habló de manera tranquila—, recuerda esos nombres.

 

Jungkook no sabía si gritar o devolverse a golpearlos. ¿Le habían visto cara de puta? No, ellos habían recalcado que no debía serlo. Se sentó con fuerza en su silla, sus amigos se quedaron en silencio y clavaron sus miradas sobre él.

 

— ¿Sucede algo? —inquirió Taehyung mirándolo preocupado.

 

— ¡Oh, claro que sí! —Jungkook se acomodó en su asiento—, intento tomarme un delicioso chocolate y llegan un par de idiotas a ofrecerme dinero a cambio de… ¡sexo! —exclamó apretando sus puños encima de la mesa.

 

— ¿Eran guapos? Pudiste haber sacado provecho, supongo que querían un trío. Los tríos no deben ser agradables, aunque todo depende de las perso… —Taehyung se detuvo al ver la cara descompuesta de Jungkook al igual que la de Junhong y la mirada amenazadora de su novio, Hoseok.

 

—No sé hasta dónde llegarás con tu imprudencia —susurró Junhong para luego suspirar—, veremos Elysium —dijo después. Taehyung iba a alegar pero se calló al ver el rostro serio de su novio.

 

—Iré a comprar las entradas y tú vas conmigo —mandó Hoseok arrastrando a Taehyung que susurraba que le ayudasen, sus amigos le ignoraron y continuaron mirando la mesa sin saber de qué hablar, pues Jungkook estaba enojado y Junhong no sabía qué decirle en ese caso.

 

—Zelo… —susurró Jungkook y su amigo le miró—. ¿Tengo cara de puta? —Junhong sonrió por tal ocurrencia y negó.

 

—Tu cara es… de niño bueno, como la mía —alardeó Junhong con una enorme y linda sonrisa haciéndole olvidar por un momento lo que recientemente le había sucedido.

 

—Mi chocolate… él se lo llevó —recordó al castaño de labios provocativos. ¿Seok Jin? Debía olvidar ese nombre o terminaría enojado los siguientes días.

 

 

 

Isla Jeju. Noviembre 19 de 2013, martes.

 

Tomó las llaves de su apartamento, si así podría decirse ya que era tan pequeño como para llamarse sólo “habitación”. Contaba con un pequeño cuarto, una cocina en pleno pasillo junto al baño y una sala en la que a duras penas cabían una silla y una mesa. Si pudiese dar una descripción más exacta podría decir que contaba con un apartamento de cuatro metros de largo y cuatro metros de ancho. A pesar de ser tan pequeño vivía bien allí.

 

Llevaba dos años viviendo en Corea, había nacido en Japón pero su madre era de nacionalidad coreana, al igual que su padre, el cual abandonó a la joven mujer en bien se había enterado de su embarazo. La madre de Jungkook, llamada Eunjung, había muerto antes de su graduación del instituto, días después de su muerte, el menor recibió una carta en la que decía ser becado para estudiar Ingeniería Ambiental en una universidad de la hermosa isla Jeju por lo que se mudó a la Isla sin problema ya que no contaba con alguien más que le apoyara o cuidara.

 

Salió con cierta prisa de su apartamento, se hacía tarde para llegar a clases y no era justo que lo hiciera cuando estaba becado y todos los ojos estaban puestos sobre él, además tenía un examen parcial sobre fuentes de contaminación y había pasado toda la noche estudiando para obtener una buena nota de tantas que ya tenía.

 

Sonrió al cruzar la puerta de aquella universidad campestre, allí se encontraban sus amigos esperándolo como siempre. Taehyun besaba a Hoseok mientras Junhong se escondía en su bufanda algo irritado. Con la misma rapidez que entraron, se separaron de Taehyung, el cual estudiaba Artes. El medio día llegó con rapidez, todos subieron al auto de Taehyung, que siempre los llevaba a sus trabajos de medio tiempo.

 

Jungkook se bajó del auto y se despidió de su amigo, sintió envidia por él; tenía dinero, un padre que le proporcionaba todo lo necesario y buen novio. Se burló de sí mismo al haber pensado en tal cosa, disfrutaba de su vida, aunque extrañaba mucho a su madre. Tal vez debido a la falta de familia halló tales amigos, siempre preocupados por él, por su bienestar y el verlo sonreír, definitivamente ellos eran la familia que había elegido, posiblemente mucho mejor de la que realmente le hubiese tocado.

 

El café VIP, lugar donde trabajaba, estaba medio vacío. Éste contaba con dos pisos: el primero tenía acceso a todo el público y el segundo sólo le era accesible a los grandes empresarios o personas con buenos ingresos económicos. Saludó de forma enérgica a sus compañeros, tomó su lugar en la caja registradora y con una sonrisa recibió a cada una de las personas que iban llenando el café.

 

Al parecer el día terminaría igual que todos, normal y lleno de risas por parte del pelinegro y los otros trabajadores del local. Sin embargo, luego de las seis de la tarde tomó un corto descanso para comer algo, su estómago estaba casi suplicando por algo de comida, uno de sus compañeros llamado Changsub tomó su lugar. No tardó mucho comiendo y regresó a su puesto decidido por terminar el día igual de bien que todos, porque aunque tuviese o no razones para ser feliz lo era.

 

—Hey, Kookie —Sungjae se acercó mirándolo de manera pícara.

 

— ¿Sucede algo? —frunció el ceño intrigado.

 

—Tengo unos jóvenes en el VIP que desean chocolates con malvaviscos, dicen que no recibirán la orden si tú, el “cajero lindo”, no los lleva —expresó Sungjae sin dejar de sonreír.

 

—Creo que debería recibir un pago extra por esto —murmuró saliendo de la caja y tomando el pedido sin decir nada más.

 

Subió las escaleras de forma tranquila y caminó a través de las mesas cerciorándose del número, cuando subió la vista deseó que la tierra se lo tragara. ¿Sería raro si los ignoraba? ¿Su jefe lo despediría si lo hacía?

 

—Debí haberlo sabido —susurró dando temblorosos pasos hacia la mesa en la cual el mismo par de jóvenes que lo habían hecho enojar el domingo anterior le saludaban con la mano.

 

—Hola Jungkook —habló Jimin con su sonrisa de siempre. Jin sólo atinó a clavar su mirada en él haciéndolo sentir incómodo.

 

—Su pedido, señores. ¿Desean algo más? —habló de forma monótona y deseando poder marcharse lo más rápido posible de allí.

 

—Nunca habíamos hecho esto —la voz de Jin era suave—, pero para todo hay una primera vez —sonrió de manera escalofriante—. Acepta nuestra propuesta, sólo será una noche, buen sexo, nada que pueda atarte y tendrás el suficiente dinero para no trabajar en este lugar por un buen tiempo.

 

El trabajador dirigió su mirada a cada mesa del segundo piso rogando porque nadie pudiese haber escuchado tales cosas, su rostro estaba rojo, lo sentía arder de forma poco disimulada.

 

—Espero que disfruten su pedido —el pelinegro hizo una reverencia y caminó aferrándose a la bandeja en la que había llevado el pedido.

 

«¿Cómo demonios han llegado?», pensó sintiéndose algo mareado, le molestaba tener a esos chicos cerca, no le importaba lo guapos que pudiesen ser, estaban locos.

 

—Eran guapos, ¿no te parece? —inquirió Sungjae al verlo llegar.

 

—No, no lo son, están locos y nunca, ¡nunca!, Volveré a moverme de mi caja registradora —no gritó porque no podía, aunque quería hacerlo.

 

—Pero… —el pelinegro no lo dejó seguir.

 

—Tengo raíces y me he casado con esta máquina  —bufó cruzándose de brazos y dirigiéndose a su puesto de trabajo.

 

Fingió que necesitaba ir al baño de urgencia cuando vio que el par de jóvenes bajaban las escaleras sin dejar de mirarlo, luego con desespero siguió trabajando hasta que terminó su horario laboral a las ocho de la noche en punto y salió arrastrando sus pies hasta su hogar.

 

 

 

Isla Jeju. Noviembre 22 de 2013, viernes.

 

— ¿Estás diciendo que el martes fueron al café? —Hoseok casi estrella la botella de su cerveza contra la mesa del bar en el que se encontraban.

 

—Así es —exhaló Jungkook sirviéndose un poco de soju.

 

— ¿Quieres que hable con ellos? —inquirió Hoseok preocupado—. Están… sobrepasándose.

 

—No quiero que te metas en problemas, tal vez ya no insistirán más y dejarán de molestar —declaró bebiendo la copa en entera sin dudarlo.

 

—Debo marcharme —se despidió Junhong agarrando su chaqueta.

 

—Creo que todos debemos hacerlo —agregó Hoseok mientras miraba su reloj y arreglaba los desaliñados cabellos de Taehyung que se había quedado dormido después de haber bebido tanto.

 

—Yo ya no podré tomar el metro—se quejó Jungkook al ver que ya eran más de las dos de la mañana.

 

—Yo te acompaño hasta la parada —propuso Junhong ya que Hoseok estaría ocupado con el borracho/dormido de Taehyung.

 

—Nuestras casas están a diferentes caminos, no es justo —negó enérgicamente mientras se sentía un tanto mareado por el trago.

 

— ¿E-estás seguro? —preguntó el joven algo preocupado.

 

—Claro que sí, además un joven de 21 años no podrá defenderme en caso de que algo suceda —bromeó y Zelo sacó su lengua.

 

—No hables como si fueses el mayor, todos tenemos la misma edad, aunque el único que puede mandar… —Junhong dirigió su mirada a Taehyung— no puede cuidarnos —respondió con una sonrisa burlona.

 

—Es una mala influencia —se unió Jungkook mientras J-Hope dirigía una sonrisa llena de amor a su novio que no dejaba de dormir—. Bien, cada uno llama cuando llegue a casa, no hay excusas —ordenó y se despidió con ambas manos para luego meterlas en sus bolsillos.

 

La noche era fría y solitaria, debía caminar más de treinta minutos para llegar a la parada de buses que lo dejaba más cerca de su apartamento. Iba caminando con lentitud, no tenía afán de llegar y tampoco había alguien que lo esperase.

 

Cuando por fin llegó a su parada un auto negro se detuvo en frente, de éste se bajó Jimin y con una sonrisa lo mandó entrar. Jungkook negó con la cabeza sin saber si debía correr o gritar, pero mientras pensaba ya se encontraba dentro del auto, en la mitad de Jin y Jimin, el conductor no tardó en acelerar y Jungkook se sintió más frío de lo que normalmente debía estar.

 

—Voy a demandarlos por acoso —se mostró fuerte ante la situación.

 

— ¿Sabes, Kookie? —Comenzó Jimin—, al parecer estás en problemas —dejó de sonreír—. No debiste estar en ese centro comercial, no debiste aparecerte en frente de nosotros.

 

—Te daremos dos opciones —habló Jin con una voz ronca—. La primera, es que aceptes nuestra proposición, sólo serán un par de horas, lo disfrutarás y obtendrás una buena suma de dinero —Jungkook bajó la cabeza apretando los puños, estaba cansado de la misma situación—. La segunda y creo que es la que menos te conviene —aclaró—, es que aceptes todas y cada una de las consecuencias por negarte.

 

Jungkook inhaló y exhaló, ¿qué harían? ¿Tomarlo por la fuerza? Lo hubiesen hecho desde el principio, no se habrían tomado el trabajo de acosarlo por prácticamente una semana. ¿Consecuencias? No le temía a esa palabra.

 

Subió la cabeza y clavó su mirada en Jin, que tampoco bajó la suya, fue algo similar a una guerra de miradas en la que esperaban que alguno desapareciera o muriese atravesado por ésta, sin embargo Jungkook se rindió primero y pateó el asiento del conductor.

 

—Detenga el auto —lo dijo con voz autoritaria y fuerte, el chofer no se detuvo—.  ¡Que detenga el puto auto! —golpeó con más fuerza el asiento delantero.

 

—Hazlo, Minwoo —sugirió Jimin. Jungkook se pasó por encima del pelinegro y bajó del auto sin girar a ver al par de hombres que no dejaban de sonreír dentro de éste.

 

— ¿Estás seguro de lo que haces? —Gritó Jimin—. Estás aceptando la opción número dos. El menor siguió caminando no sin antes mostrarles el dedo medio de su mano.

 

Jimin cerró la puerta del auto con una sonrisa ancha que podría causarle dolor.

 

—Te dije que el mocoso nos divertiría un poco —comentó mirando de reojo a su hermano.

 

—Tienes razón, desde el principio la tuviste. Fue buena idea dejar a Namjoon a cargo de la sede principal en Seúl, además la sede en Jeju estaba teniendo problemas de administración —expresó Jin sacando su teléfono móvil.

 

—Sí, sí luego arreglaremos eso. Ahora dime, ¿qué tienes planeado? —inquirió el menor ansioso.

 

Jin se quedó en silencio mientras releía la información que cinco días antes había recibido.

 

Jeon Jung Kook. 01/09/1992 (21 años). No cuenta con familiares cercanos. Madre soltera fallecida el 01/08/2011, causa: leucemia. Cursa su segundo año de Ingeniería Ambiental en la Universidad Nacional de Jeju. Amigos cercanos: Kim Tae Hyung (21 años, hijo del empresario Kim Tae Hun), Jung Ho Seok (21 años), Choi Jun Hong (21 años). Trabaja como cajero en la cafetería VIP. Lugar de residencia:…

 

Jin se detuvo y le sonrió a su hermano.

 

—Minwoo, detén el auto —el conductor se orilló esperando una orden—, apunta lo siguiente y llama a Yongguk para que se encargue de todo.

 

—Sí, señor —el joven sacó el teléfono móvil de su bolsillo.

 

—Necesito cámaras dentro de su apartamento —dijo.

 

—Incluso el baño —habló Jimin recibiendo una mirada desaprobatoria de su hermano—, perdón, excluye el baño.

 

—Dile a Guk que hable con el dueño del café VIP para que despida a Jungkook y no lo contraten en ningún otro lugar, que junto con Himchan y Jongup lo sigan en todo momento, no me importa si deben inscribirse en esa universidad, diles que hagan todo lo necesario y nos mantengan informados.

 

—Entendido, señor —respondió el joven y puso en marcha de nuevo el automóvil.

 

 

 

Jungkook se revolcaba dentro de sus frías sábanas, su pecho subía y bajaba constantemente ya que había corrido lo suficiente como para llegar casi sin respiración a su hogar. Al llegar a la recepción del pequeño edificio en el que vivía, la dueña lo detuvo para preguntarle si el baño estaba funcionando a la perfección ya que la semana anterior lo habían arreglado por fugas, luego de un rato, mientras escuchaba las felicitaciones de su casera por tener su apartamento reluciente e impecable, logró llegar a éste y arrojarse directamente en la cama. No quiso cambiar su ropa ni quitar sus zapatos, sólo quería quedarse allí metido y quejarse por tener tan mala suerte.

 

Tenía un mal presentimiento y los nombres de sus acosadores no se salían de su cabeza. Salió de la cama con rapidez para tomar el computador portátil de la mesa que se encontraba en la mini sala y volver a su cama quejándose del frío, se acercaba el invierno y necesitaba un nuevo aire acondicionado.

 

Abrió Google tecleando casi al instante el nombre de uno de ellos: “Kim Seok Jin”. Se impresionó al encontrar tantos resultados, abrió el primero y leyó con lentitud:

 

“Kim Seok Jin, 04 de diciembre de 1989 (23 años). Segundo hijo del renombrado Kim Hyun Soo (1960-2007) y Han Hye Ri (1963). Ingeniero civil, actualmente presidente de la muy reconocida empresa constructora KIM. Hermanos: Kim Nam Joon y Park Ji Min.”

 

Su estómago se había revuelto, no quería seguir leyendo, sin embargo dio clic en el nombre de Jimin.

 

“Park Ji Min, 13 Octubre de 1990 (23 años). Tercer hijo del renombrado Kim Hyun Soo (1960-2007), no se tiene información de su madre. Ingeniero civil y vicepresidente de la muy reconocida empresa constructora KIM. Hermanos: Kim Nam Joon y Kim Seok Jin.”

 

En ese momento realmente no quería saber más. Estaba en problemas, y grandes. No sabía qué hacer, intentó tranquilizarse un poco, algo resultaría y saldría victorioso, debía confiar en sí mismo y en todo aquel optimismo que su madre siempre le había enseñado a tener.

Notas finales:

Bueeeno, como siempre, me gusta saber qué días quieren las actus. Con Bang I&U lo hacía los Jueves -recuerdo que llegaba algo tarde a clase por eso XD-. En fin, aquí está la encuesta para que por favor la respondan.

 

Y también les dejaré los looks de los personajes que ya aparecieron:

Jungkook - Taehyung - Hoseok -Junhong - Seokjin - Jimin

 

Espero les guste la historia, ¡Besos y abrazos

 

PD: Comienzo con mis pd para Lord... siento ponerte tanto trabajo

PD2: Recuerden darle clic al "aquí" de arriba para responder la encuesta. 


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