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PARA SIEMPRE |HUNHAN| por Selu95

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Notas del fanfic:

Holaaaa, tarde un poco pero no mucho xD
Muchas gracias por seguirme apoyando... 

Las dejo leer.

Notas del capitulo:

Todos los creditos a la magnifica autora Shayla Kersten

CAPÍTULO UNO

 

Luhan despertó empapado en sudor frío. El latido del corazón retumbándole en los oídos. El terror comprimiéndole el pecho. El sonido de la calmada respiración de su amo apenas alivió el miedo de Luhan.

 

La oscuridad los aislaba en la amplia cama de Sehun. Ojala pudiese quedarse envuelto en la seguridad de su presencia…

 

Unos números rojos lo miraban desde el reloj de la mesa de noche. Era poco después de medianoche, había estado durmiendo un par de horas.

Sehun estaba cansado cuando llegó a casa. Cansado y preocupado. No había hablado sobre lo que pasaba por su mente y un esclavo sabía cuándo no preguntar. Había ansiedad en el humor silencioso de su amo.

 

Oh Sehun era una clase diferente de amo. No como el anterior. El amo Lee nunca hubiera llevado a Luhan a su cama. Nunca lo hubiese abrigado con brazos reconfortantes hasta simplemente caer dormido. Lee hubiese tomado el placer que deseaba y encerrado a Luhan en un cuarto de un apestoso sótano con una manta por cama y un cubo por inodoro.

 

Luhan tocó la sabana que lo cubría. El olor a limpio y el cómodo colchón eran un placer secreto. Y el hombre cuyo pecho delineaba su espalda era su vida.

Después de cuatro meses de terapia y tranquilidad constante por parte de Sehun, Luhan todavía no podía convencerse a sí mismo de que esto no terminaría pronto.

 

—¿Cuál es el problema?

 

Una mano gentil se deslizó por el pecho de Luhan.

 

—Nada —mintió Luhan —. Vuelve a dormir.

 

Hubo un tiempo en que mentirle a su amo no hubiera sido posible. Ahora, tenía que hacerlo o arriesgarse a perder la única cosa buena que recordaba haber tenido en su vida

 

Un resuello hizo cosquillas en la nuca de Luhan.

 

—Tu primero —murmuraron los labios de Sehun contra su hombro.

 

Luhan giró la cabeza hacia Sehun. Besos gentiles y una cara rasposa por la barba incipiente contrastaban contra su mandíbula.

 

—No quise despertarte.

 

—Está bien.

 

Unos brazos lo rodearon y apretaron. Los labios de Sehun encontraron los suyos.

La ahora familiar dureza en su miembro zumbó. La polla se le llenó cuando la lengua de Sehun se deslizó por el borde de su boca. Una mano errante lo ayudó con largas y lánguidas caricias.

 

La engrosada polla de Sehun se frotó contra Luhan. Cortas y gentiles caricias se colaron entre sus nalgas, arando entre el surco de su trasero.

 

—¿Pesadilla? —susurró Sehun.

 

Luhan asintió. Una que tenía a menudo mientras duraba el juicio de Lee. Cuatro meses atrás envalentonado por el apoyo de Sehun y reforzado por la necesidad de obedecer a su nuevo amo, Luhan acusó a Lee de asesinato. Ahora, incluso con el apoyo de Sehun la idea de enfrentarse con el hombre que abusó de él durante nueve años se volvía más terrorífica cada día.

 

—¿Quieres hablar de ello?

 

Sehun quitó su mano de la polla de Luhan. Apretó el brazo alrededor del pecho de Luhan.

—No... No la recuerdo ahora...

Luhan se mordió el labio en cuanto soltó la mentira. Para distraer a su amo de preguntar más, Luhan se presionó contra la dura carne que acunaba entre las nalgas.

Sehun lo apretó y arrastró los dedos hacia su vientre. Su mano agarró otra vez la polla de Luhan. Largas caricias rematadas por su pulgar haciendo círculos alrededor, sobre la sensitiva punta hicieron a Luhan jadear buscando aire.

El calor del cuerpo de Sehun alejó los residuos del miedo. Cuando Luhan estaba con su amo, el mundo no importaba. Los largos días mientras Sehun estaba en el trabajo le daban a Luhan demasiado tiempo para pensar sobre el terror de su pasado y la incertidumbre de su futuro. Las sesiones con la Dra. Taeyeon no ayudaban.

Volver a vivir sus años de abuso, producidos tanto por su antiguo amo como por sus padres adoptivos, dos días a la semana mantenían sus recuerdos vivos y dolorosos.

Cuando al principio vino para quedarse con Sehun, su amo le hizo hablar de su vida, sobre Lee y sobre Taemin, el esclavo que Lee había matado. Se suponía que la terapia era para ayudar a Luhan a regresar a una vida normal. Excepto que la idea de normalidad de Luhan no coincidía con el estándar de la Dra. Taeyeon. Él entendía que la gente que había abusado de él estaba mal pero Sehun era diferente. Sin embargo, la desaprobación por parte de ella del estilo de vida de Sehun, de su posición como amo de Luhan, se vislumbraba en cada sesión.

Ella insistía que sus sesiones eran confidenciales y ni siquiera Sehun tenía derecho a saber lo que se hablaba en ellas. Ya que su amo le aseguró que la Dra. Taeyeon era la mejor en su campo, intentaba obedecerla. Sehun insistía que continuara incluso después de que Luhan eligió quedarse hacía tres meses.

 

Aunque Sehun dijo que podía quedarse para siempre, su amo no había preparado un nuevo contrato y no habían estado en el cuarto de juegos desde el último día del viejo contrato. Temía que su amo hubiera cambiado de opinión.

 

—Te deseo…

 

Las susurradas palabras de Sehun enviaron temblores a través de él.

Ojala esas palabras significaran algo más que atracción sexual...

 

Luhan deslizó hacia atrás, sobre la musculosa cadera de Sehun.

Empujando el firme trasero contra él, se apretó contra el calor de su polla.

 

—Tómame…Justo así…

 

La mano de Sehun revolvió bajo la almohada buscando el lubricante y los condones que tenían ahí.

 

Luhan liberó su apretón del trasero de Sehun. El cálido cuerpo de su amo se alejó y dejó un frío vacío. Una tapa se abrió a presión seguida por el rasgado de un pequeño paquete. Luhan se mordió el labio anhelante.

 

Unos dedos fríos y resbaladizos tocaron su ano. Relajó el cuerpo y le dio la bienvenida a la intrusión. Jugaron con él con tres rápidos golpes y luego desaparecieron. El cálido cuerpo de Sehun regresó a su espalda. Su carne inflamada empujó contra el anillo de músculos que resguardaba la entrada.

 

—Sí...

 

Luhan respiró la palabra mientras su pasaje se llenaba con la caliente polla. Cerró los ojos con intenso placer. Su necesidad de Sehun iba más allá del sexo. La íntima conexión ayudaba a tranquilizar el ansia de Sehun.

 

Al estar ambos de lado, los embates de Sehun fueron lentos, obteniendo sensaciones intensas.

 

La cabeza de Luhan apoyaba contra el hombro de Sehun. Inclinando la cara hacia su amo, atrapó los labios de Sehun. Besos largos con una lengua perezosa que exploraba la boca de Luhan, igualando el ritmo de las embestidas de Sehun.

La mano de Sehun se deslizó por el estómago de Luhan hacia su dolorida polla.

Su boca capturó los gemidos de Luhan mientras el pulgar e índice hacían un círculo justo debajo de la corona.

 

Todo se movía lentamente, labios, lengua, mano y polla. La tensión construyó un orgasmo rugiente y Luhan cayó con un clímax tan intenso que su cuerpo pareció colapsar sobre sí mismo.

 

Jadeando en busca de aire, sus dedos apretaron el brazo de Sehun. Las lágrimas nublaban su visión. Se alejó del beso de Sehun. Mordiéndose los labios resistió la necesidad de gritar su amor por Sehun.

 

Sehun le prometió que era para siempre pero aún no habían hecho el contrato. La incertidumbre del futuro lo asustaba de una forma que nunca logró su antiguo amo.

 

Luhan giró la cara hacia la almohada y dejó las lágrimas fluir mientras la polla de Sehun se vaciaba en él.

 

*

 

Todavía temblando por la intensidad del orgasmo, Sehun se inclinó sobre Luhan. Tomó algunos pañuelos de la caja de la mesita de noche. Primero se limpió la mano, después con un toque suave limpió a Luhan y con una pasada superficial limpió el desastre de la cama.

 

Después de echar los pañuelos a una papelera junto a la cama, Sehun sostuvo el cuerpo tembloroso de su amante

 

—¿Estás bien?

 

Luhan temblaba más de lo que justificaba el orgasmo. Algo parecido al temblor que se producía al sollozar.

 

—Sí...

 

El sonido al tragar saliva confirmó las sospechas de Sehun.

 

—Háblame. Quiero ayudar.

 

Luhan negó con la cabeza. El único desafío desde hacía tres meses, cuando deliberadamente provocó a Sehun para castigarlo. Se estaba negando a hablar. Algo por lo que Sehun no podía y no quería castigarle.

 

En cambio, Sehun lo abrazó cerca, acariciando su pelo ondulado rubio hasta que los sollozos cedieron y su respiración se tranquilizó.

 

De nuevo, Sehun se preguntó si su curso de acción era el correcto. Seguir el consejo de la doctora Taeyeon no había funcionado hasta el momento y no pensaba que estuviera funcionando ahora. Pero una terapia de cualquier tipo tardaba más de cuatro meses en funcionar.

 

Luhan sufrió abusos durante nueve años. No se curaría en una noche.

 

Aunque rechazara evitar el contacto sexual con Luhan, estaba de acuerdo en posponer cualquier discusión de un arreglo permanente así como cualquier juego de dominación. Ella insistía que cualquiera de esas situaciones obstaculizaría la recuperación de Luhan. También había expresado su desaprobación por su relación física. Su teoría era que cualquier relación física sin su completo entendimiento podría ser perjudicial. Pero Sehun no podía alejar a Luhan.

Con un beso apacible sobre la sien de su amante dormido, Sehun susurró:

 

—Te amo.

 

*

 

Luhan bajó del coche en frente de la oficina de la doctora Taeyeon.

 

El alto rascacielos con un vestíbulo enorme y frío lo intimidaba.

Después de cuatro meses debería estar acostumbrado a la vista. Al principio, Sehun lo llevaba a las sesiones y lo esperaba.

 

Ahora que Sehun había vuelto al trabajo a tiempo completo, organizó un servicio de chofer para llevarlo y traerlo. Las sesiones parecían más largas sólo con saber que Sehun no estaba detrás de la puerta.

 

Con un suspiro, Luhan fue hacia la entrada y pasó por la puerta giratoria. Mantuvo la cabeza gacha al pasar junto a los guardias de seguridad en el recibidor. Al ver que era el único ocupante del ascensor soltó un suspiro de alivio.

 

Había comenzado a odiar la terapia. La desconfianza había brotado en su mente durante el último par de meses.

 

Cuando el ascensor se abrió, Luhan arrastró los pies hacia la oficina de la terapeuta. Inhalando profundamente abrió la puerta.

 

—¡Buenas tardes!

 

La recepcionista, Tiffany, siempre sonreía.

 

A veces quería preguntarle porque siempre estaba tan feliz pero no lo hacía. No encontraba el valor para hacer más que contestar.

 

—Buenas tardes.

 

Se apresuraba a través del cuarto hacia una silla en una esquina tan lejos de ella como pudo. Unas pocas veces, ella intentaba hablarle. Sus intentos lo ponían nervioso.

 

Deslizó las manos por los apoyabrazos antes de dejarlas caer en su regazo. La fría piel de las sillas le recordaba el cabestrillo del cuarto de juegos de Sehun. Un fugaz recuerdo de su primera vez con Sehun lo reconfortó.

 

—Le haré saber a la doctora que estas aquí.

 

Levantó el teléfono y presionó un par de números.

 

—El Sr. Xi está aquí.

 

Hizo una pausa para escuchar a la Doctora Taeyeon.

 

—Sí, señora, se lo diré.

 

Colgando el teléfono, giró la silla hacia Luhan.

 

—Está un poco atrasada. Estará contigo en un minuto.

 

Esperaba que realmente fuera un minuto. Luhan estudió las puntas de sus zapatos de lona. Le ayudaba a prevenir hacer contacto visual. Aunque lo intentara, mirar a la gente a la cara era algo que aún no podía hacer sin sentir una oleada de pánico. No se suponía que un esclavo fuera tan valiente. Solamente algunas veces con Sehun y con la Dra. Taeyeon. Y aún entonces, las miradas fijas de la doctora revolvían algo muy cercano al miedo. Su mirada vacía era muy parecida a la del amo Lee.

 

Sehun le dijo que la doctora sólo haría lo adecuado. Se suponía que Luhan debía confiar en ella, pero confianza no era un concepto arraigado en su cabeza. Además, no le gustaban algunas de las cosas que decía. Especialmente cuando cuestionaba los motivos de Sehun para permitirle a Luhan vivir con él.

 

El zumbido de teléfono le asustó.

 

—La doctora esta lista para verte ahora.

 

La alegre voz de Tiffany rechinó sobre sus ya tensos nervios.  Su inhabilidad para desobedecer lo forzó a ponerse en pie y dirigirse hacia la puerta cerrada.

 

*

 

Sehun miró fijamente la disposición delante de él, pero su mente estaba a millas de distancia. Sus compañeros le habían pedido que regresase al trabajo hacía un mes. Con un número de casos aplastante, Sehun tenía que escoger entre retirarse y dejar el camino a otro abogado o regresar al trabajo.

 

La doctora Taeyeon no veía ningún daño en que Luhan se quedara solo en casa. Creía que esto ayudaría en su auto confianza.

 

A pesar de eso Sehun odiaba dejarlo defenderse por sí mismo en los días que tenía terapia. El servicio de transporte lo llevaba de puerta a puerta pero prefería estar con él. Las sesiones afectaban mucho a su joven amante. Estar ahí para consolarlo, tratarlo como algo especial cuando terminaba la terapia suponía una diferencia.

 

El zumbido del intercomunicador lo sacó de sus pensamientos. Presionó el botón con un poco más de fuerza de la necesaria.

 

—Sí —respingó ante el eco de su tono. —Lo siento     Mi Young. ¿Qué pasa?

 

No tenía sentido descargar su humor en su secretaria.

 

—El detective Park y el Asistente del Fiscal del Distrito Choi están aquí para verle.

—Hazlos pasar…—no les esperaba.

Choi Minho llevaba el caso contra Lee. Que se presentaran sin avisar no era una buena señal.

Sehun se levantó y rodeó el gran escritorio mientras se abría la puerta.

—Pasen caballeros. ¿Qué puedo hacer por ustedes?

Con labios finos y una osca mirada en sus ojos, Chanyeol tomó su mano en un apretón firme.

—Ha habido un cambio.

Casi escupe su disgusto al decir la última palabra.

—¿Qué quiere decir?

Sehun miró a Minho. La mirada del asistente del fiscal del distrito no pudo encontrar la suya.

—La Fiscalía del distrito está considerando hacer un trato con Lee.

El hombre delgado y joven sacudió la mano de Sehun en un pequeño apretón.

Una pequeña esperanza alumbro el humor de Sehun. Si Lee rogaba, Luhan no tendría que testificar contra él. La idea de enfrentarse con su torturador aterrorizaba a Luhan. Pero Chanyeol no estaría molesto si el trato fuera uno justo para el proceso.

Sehun guió a los dos hombres hacía unas sillas almohadilladas y de respaldo alto enfrente de su escritorio. Mientras caminaba hacia el otro lado del escritorio se preparó para lo peor.

Minho exhaló un suspiro agudo.

—Mire, el Fiscal de Distrito quiere la red de esclavos, Lee puede llevarnos. Aceptó decir todo. Sabe los nombres de los hombres.

 

Acomodándose en su silla, Sehun mantuvo su cara impasible.

 

—¿A cambio de?

 

—Un paseo de mierda...

 

Chanyeol interrumpió a Minho antes de que pudiera contestar.

 

—No un paseo, Detective.

 

La mirada culpable de Minho se endureció.

 

—Estará preso un tiempo.

 

Deslizó su mano a través de su cabello castaño claro.

 

—¿Cuánto? —preguntó Sehun.

 

El rubor debido a la cólera se inició antes de que pudiera contestar.

 

—Lo más bajo que el Fiscal de Distrito puede ir, homicidio imprudente.

 

La mirada de Minho bajó y se enfocó en la placa sobre el escritorio de Sehun.

 

—¿De uno y medio a cuatro años?

 

Una ráfaga de ira recorrió a Sehun.

 

—¿Por asesinato? ¿Por torturar a alguien hasta la muerte?

 

—Mire, es lo mejor que pudimos sacar y así obtener la información que necesitamos. Los forenses no pueden determinar la causa exacta de la muerte. El único testigo dispuesto a declarar es el señor Xi.

 

Pasaron un par de segundos mientras la mente de Sehun procesaba el nombre real de Luhan.

 

—Pero es un testigo sólido. ¿Y qué hay sobre su ataque?

 

—Agresión en segundo grado, sentencia a cumplir simultáneamente.

 

Minho evidentemente encontró el valor. Sus ojos encontraron la mirada enojada de Sehun y la sostuvieron.

 

—Tenemos que detener la red de esclavos.

 

—¿Cómo pueden estar seguros que la información vale lo que están perdiendo por ella? —Sehun gruñó las palabras entre dientes.

 

—No podemos —intercedió Chanyeol.

 

Se enderezó en la silla. Minho suspiró.

 

—El trato no será firme hasta la sentencia. Pondremos a cada investigador disponible a trabajar en ello hasta entonces. Si no aparece algo creíble, el trato se cancela. Es parte del contrato.

 

—¿Cuándo es la sentencia?

 

—Seis semanas.

 

Como abogado y oficial de la corte, Sehun entendía la necesidad de los tratos con basura como Lee. Considerando el posible número de niños víctimas, vendidos como esclavos sexuales o peor a la red de pedofilia, el fiscal de distrito no tenía opción.

 

Sehun le había prometido a Luhan que el hombre que lo había llevado al infierno sobre la tierra se iría para siempre. ¿Cómo le explicaría el significado del trato a su aterrorizado amante? Por otro lado, Luhan no sería requerido para testificar. Tal vez podría olvidar todo ese asunto más rápido si no se tenía que enfrentar a su maltratador en el juzgado.

 

Pensar en los miedos de su amante trajo de regreso a su mente la terapia de Luhan. Mirando el reloj detrás de sus invitados, notó que Luhan debería estar con la doctora ahora.

 

—Quise ser el que le informará del posible trato pero necesito volver a la oficina ahora —Minho se puso de pie. —Si usted o el Sr. Xi tienen alguna pregunta, no duden en contactarme.

 

—Gracias —Sehun lo saludó por encima del escritorio.

 

Chanyeol esperó hasta la puerta se cerrara detrás del ayudante del fiscal de distrito.

 

—Lo siento. No creo que esto sea correcto.

 

—Como abogado defensor, entiendo la necesidad del trato, detener a la gente responsable de la tortura de Luhan y quien sabe cuántos otros resulten responsables pero…

 

Se puso de pie mirando por la ventana, los hombros encorvados, las manos en los bolsillos.

 

Los autos eran diminutos puntos en la amplia avenida.

 

—¿Crees que Lee tiene algo que contar que valga la pena? —Sehun necesitaba la seguridad.

 

—No lo sé. Clama que todos sus esclavos vienen de la misma fuente. Si ha estado haciendo negocios con ellos todos estos años, podría saber algo.

 

—No sé cómo explicarle esto a Luhan —Sehun frotó su cara con la palma de las manos. —Le prometí que Lee se iría para siempre.

 

Para Siempre… Las palabras hacían eco en su mente.

 

También le había prometido a su amante herido que podría permanecer con él para siempre. Luhan nunca lo mencionó después de esa noche.

Con las advertencias de la Doctora Taeyeon, Sehun tampoco lo había hecho.

Tal vez debería pedir el consejo de la doctora antes de decírselo a Luhan.

Aunque Sehun no estaba seguro de que la Dra. Taeyeon estuviese funcionando.

En lugar de mejorar, Luhan parecía más retraído que nunca. Estaba considerando ver a otro terapeuta para tratar a Luhan pero conocer gente nueva era difícil para el joven.

 

—¿Quieres que hable con él por ti? —Chanyeol se giró a mirarlo.

 

—No, gracias —Sehun suspiró y miró su reloj. —Todavía está con la doctora Taeyeon. Cancelaré el servicio de alquiler y lo recogeré yo mismo. Tal vez la doctora sea útil cuando se lo diga.

 

*

 

Luhan se acomodó el sillón en frente de la silla de la Dra. Taeyeon. El sillón, profusamente almohadillado, lo engulló. Tal vez si podía hacerse lo suficientemente pequeño, desaparecería en el mueble. Algunas repisas se alineaban en la pared, llenas de libros. A Luhan le gustaban los libros. Se preguntaba qué tipo de historias leía la Dra. Taeyeon.

—Señor Xi, algo te molesta. Puedes hablarme de ello.

Luchó contra el estremecimiento que le causaba su verdadero apellido. Solamente la Dra. Taeyeon y el hombre del fiscal de distrito, insistían en usarlo. No se identificaba así mismo con el niño que fue Xi Luhan.

—No es nada.

—¿Por qué no me dejas juzgarlo?

Se detuvo un momento.

—Luhan, la terapia no funciona si no hablas.

—No sé qué decir.

Sus uñas largas tocaron su libreta.

—¿Lamentas tener sexo con Sehun?

La estrechez amenazó la garganta de Luhan.

—¡No! Nunca

—Entonces quieres quedarte con él.

—Sí.

Luhan acercó las piernas hacia el pecho. Susurró más para sí mismo que para la doctora.

—No sé si él me quiere también.

—¿Por qué dices eso?

La Dra. Taeyeon se inclinó sobre él con ojos entrecerrados. Luhan miró hacia abajo, lejos de su intensa mirada.

—Él…—Su boca se secó—. No ha escrito el contrato aún.

—¿Ha explicado por qué?

Negando con la cabeza, Luhan se forzó a tragar el apretado nudo de su garganta. Ella se recostó en la silla, una mirada casi aliviada cruzó su cara.

—Tal vez cambio de opinión. Tienes que considerarlo. Hace tres meses te ofreció quedarte para siempre.

Luhan negó con la cabeza. A pesar de lo mucho que quería negar esas palabras, no podía. Pensaba exactamente eso muchas veces. El pánico gorgoteo en su estómago.

 

—¿Pero por qué me mantiene con él?

 

—¿Por qué crees?

 

—Porque se siente responsable de mí.

 

Por primera vez Luhan dijo las palabras en voz alta. No podían ser ciertas.

 

—No, él me ama. —Miró a la doctora—. Me hace el amor, me deja dormir en su cama. ¿Por qué lo haría si no me amara?

 

Sus ojos duros no reflejaron la triste sonrisa de su cara.

 

—Porque los hombres como Oh Sehun están acostumbrados a hacer lo que quieren. Usan a la gente, las dominan, les infligen dolor.

 

Se inclinó hacia delante.

 

—¿No te golpea?

 

—Pero no es lo mismo.

 

Un temblor diferente le recorrió. La memoria de las ataduras en sus brazos y pies, la picadura de la pala transformándose en intenso calor con cada golpe y el brillo de emoción en los ojos de Sehun…

 

El deseo sexual se arremolinó en su cuerpo. Su voz se volvió un susurro.

 

—A él….le quiero.

 

Lo hacía entonces y ahora, quería a Sehun y las cosas que hizo ese día.

 

—¿Luhan en que estás pensando?

 

Arqueando la cabeza, murmuró.

 

—Nada.

Empujo fuerte las piernas contra su pecho para ocultar su naciente erección.

 

—Deberías pensar en encontrar tu propio camino en la vida. —Se inclinó hacia atrás otra vez. —Dejar de depender de alguien más. Alejarte de un estilo de vida que no fue tu elección.

 

La cólera eliminó el filo de su excitación. Ella no tenía derecho a decirle que hacer. Sehun había dicho que era elección de Luhan y él había elegido. Quería lo que Sehun le ofrecía.

 

Igual de rápido que su furia había llegado, se disipó. Sehun se lo había ofrecido pero no lo había llevado a cabo.

 

—No quiero hablar más.

 

Luhan se puso de pie. Su consulta no estaba cercana a terminarse pero no podía permanecer más tiempo allí.

 

—Luhan no hemos acabado. Siéntate.

 

Su tono severo casi le hizo obedecer. Casi.

 

—No.

 

Luhan caminó hacia la puerta.

 

—¡Luhan!—La doctora se puso de pie, el brazo extendido, su dedo señalando el sillón. —Luhan, siéntate.

 

Se dio la vuelta para mirarla. Negando con la cabeza, repitió la palabra que nunca había aprendido a usar.

 

—No.

 

Tomando el picaporte, dio un tirón para abrir la puerta. Su paso se apresuró a través del cuarto de espera. Tiffany levantó la vista de su escritorio asustada mientras el corría.

Notas finales:

Nuestro Lulú sigue fragil u.u

Este libro trae un poquitito más de drama. Igual incluye ocho capítulos. Espero que sigan apoyandome ^^

Con respecto a las actu, ya que este no lo tenía listo aún, temo que seran cada dos días, o quizas me den fuerzas y adelante un día más no se xD

Y con respecto a LUZ FUERA DEL ARMARIO, de la serie EL REFUGIO, de igual manera, actualizare entre los días que no actualize PARA SIEMPRE. de igual manera espero su apoyo ^^. Estare dando los link de las actu en mi pagina, en la de HUNHAN EXO LATINOAMERICA y en el grupo de HUNHAN LATINOAMERICA ^^

Y con lo de Tao... no tengo palabras, solo quiero lo mejor para mi panda, prefiero su salud a que se este matando en una empresa que no se preocupa por sus artistas (más los chinos)

#StayStrongTao <3

 

Baiii


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