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Un encuentro no muy adecuado por MaliLO

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Notas del capitulo:

¡Hola!

Gracias por pasarse por aquí, me pone feliz el poder compratirles ésta historia. No desesperen que como todos los fanfics éste capítulo no tiene mucho a lo que engancharte...solo les pido paciencia y verán lo que viene. 

¡Muchos besos y espero lo disfruten!

-Así que… ¿qué tal estuvo?- Pregunto un joven pelirrojo sentándose en el pupitre delante de su mejor amigo. Éste lo miro con el ceño fruncido y en voz muy baja respondió:


-Ha sido la peor experiencia de toda mi vida-Dando un largo suspiro y apartando la mirada hacia fuera de las ventanas, continuó- No sentí nada, apenas y…- Dio una pausa y volteando a ver a su amigo le susurro muy cerca del oído- ¡No se me paró!- Dijo derrotado.


Había sido la peor experiencia de su vida, no quería ni siquiera recordarlo, al hacerlo la cara de Karen, la chica con la que casi se había acostado llegaba a su mente y lo atormentaba. Al final de todo salió corriendo como todo un marica casi llorando por no poder haber cumplido. Era humillante, ya tenía dieciocho años y su primera vez- Si no es que la última a su parecer-  terminó siendo un desastre. Todavía recordaba como pasaron las cosas.


Se encontraban sentados en el borde de la cama de Karen, ella era una muchacha que le había declarado su amor dos años antes pero no se sentía muy convencido ya que tenía fama de ser una “Libertina”. Se conocían porque vivían a cinco casas de distancia y siempre se encontraban camino a la escuela. Un día Jesse pensó que necesitaba enamorarse, quería sentir su corazón palpitar por esa persona, que lo volviera loco y al momento de intimidad sentirse el hombre con más suerte y rodeado de amor en el mundo. Por eso, cuando la oferta de Karen se hizo presente, Jesse acepto esperando más adelante poder sentir algo grande por ella.


-Entonces ¿estás listo?- Pregunto ella sonriendo mientras comenzaba a desabrochar los botones de la camisa de Jesse.


-¡¿eh?! A emm si sí- Respondió nervioso. Sintiéndose avergonzado y con las manos temblorosas, preguntó- ¿tú ya…haz tenido sexo antes?- Era estúpido, ya estaba lo suficiente grande como para platearse el perder la virginidad ya.


La chica rió bajito por la inocencia que Jesse mostraba y asintió con un movimiento de cabeza.


Jesse respiró hondo y armándose de valor comenzó a besar a Karen sintiendo como se iba desvistiendo rápidamente. Sus manos sudaban y su estomago se contraía por los nervios.  Por falta de aire pararon el beso y se separaron. Jesse miró los pechos de la joven pero no sintió nada. Asustado porque su cuerpo no reaccionaba, llevo las manos hacia los senos de Karen amasándolos un poco preocupándose aún más porque tampoco hubo nada de nuevo.


La chica emocionada por ver como Jesse la tocaba, se quitó la corta falda rosa y sus bragas quedando así completamente desnuda ante él.


-¿Te gusta lo que ves?- preguntó -Te haré sentir muy bien mi Jesse- El azabache sin responder, dejó que la chica le abriera la bragueta y desabrochara sus pantalones para sacar su flácido miembro de los vaqueros que llevaba. Rápidamente Karen tomó del medio el pene de Jesse para masturbarlo y después llevarlo a su boca chupando la cabeza. Así siguió hasta engullirlo completo.  Pasaron diez, doce, quince minutos y su miembro seguía igual. ¡No se le paraba!.  Jesse al borde de las lágrimas por sentirse humillado y avergonzado alejó a la chica de un empujón  haciendo así que sus pulseras se enredaran en el pelo de ésta sacándole un grito. Cuando logró desenredarlas se separó y  abrocho sus pantalones.


-¡¿Pero qué diablos haces?!- Gritó la chica furiosa.


-Lo siento mucho, de verdad pero…no puedo, no sé qué me pasa- respondió Jesse asustado y muy avergonzado.


-Yo sí sé qué tienes, ¡eres un jodido marica!- recriminó Karen comenzando a vestirse.


Jesse enojado por como lo habían llamado contestó:


-Y tú una puta ofrecida- Tomando el picaporte de la puerta la abrió y salió corriendo escuchando así los gritos que cada vez se iban alejando más de la chica.


-¡QUE TE DEN JODIDO MARICA!-


Abrió los ojos asustado de tan solo recordar lo ocurrido. Sintiéndose mierda volteó a ver a su amigo con ojos cansados.


-No sé qué me pasa, no me excitan las tías buenas, mucho menos las que se ven inocentes- frunció el ceño.


James, su amigo, puso sus codos en la paleta del pupitre y su cabeza en las manos y sonriendo dijo:


-Cariño, a ti te hace falta probar unos ricos dulces con leche- Sacando la lengua y lamiendo su labio superior provocativamente dijo.


Jesse inmediatamente abrió los ojos sorprendido. Nunca se había planteado tener relaciones con un hombre pero “Deben meterme una…por el…no no no no no” Salto del pupitre haciendo que sus libros cayeran al piso. Agachándose a recogerlos volteó y miro a su amigo.


-¿Estás de coña? No, eso es…no- Respondió asustado.


-Vamos Jesse bebé- James puso ojitos de cachorrito y prosiguió- Hoy tengo una fiesta, exclusiva en Madison, un amigo me invitó y quiero que vayas conmigo, te gustará anda ¿sí?-


El azabache lo pensó muy seriamente, Madison era nada más que uno de los fraccionamientos más lujosos de la ciudad donde no veías un solo coche que no fuera del año o una casa del tamaño de la suya junto con la de James multiplicada por cinco. Nada perdía con ir, solamente debía cuidar muy bien su retaguardia porque conociendo las fiestas de su mejor amigo ya sabía más o menos lo que vendría. Cerrando los ojos un momento e inspirando fuertemente, asintió varias veces.


-¡Muy bien mi precioso Jesse! Mañana pasaré a tu casa- Le guiño un ojo contento.


-Vaya…al parecer ¿irán a una fiesta de mariquitas, maricones?- Un chico alto, fornido aparentemente homofóbico se les acercó. Siempre era lo mismo, el estúpido mastodonte tipico abusador los molestaba cada que podía. Nunca se libraban de él, parecía como ssi estuviese pendientes de ellos a cada momento.


-Harold, por favor ve a joderle el coño a tu madre y no jodas aquí ¿sí?- Contestó Jesse cansado de ese brabucón estúpido.


-No prefieres que ¿mejor te jodan a ti Jessiquita?- Contesto mirándolo y acercándose a él –Aquí a mariquitas como ustedes no se les puede tomar en serio, son un engendro. Dios nos creó para reproducirnos no darse por el culo- Concluyo mirándolos serio.


James cansado de todo el royo que se traían dijo -¿Sabes? toma tu biblia y métetela por el culo ¡Cabrón!- Tomando a Jesse de la mano, salieron del aula dejando a un furioso Harold mirándolos con odio.


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Llegó a su casa una hora después de haber salido de clase, como siempre. Abrió la puerta y se sorprendió de ver a su madre ahí haciendo la comida.


-¿Mamá? ¿Qué haces aquí?- Sacó la chaqueta que traía puesta dejándola el el respaldo del sillón que estaba situado en la entrada descuidadamente para después arremangarse las mangas de su camisa.


-Ah, hola hijo.- dijo su madre asomando la cabeza por la puerta de la cocina. Era una mujer más alta que él como casi todo el mundo, con cabello chino que parecía melena de león porque hasta el color era parecido. Sus ojos grandes y café y su cuerpo no muy delgado pero tampoco gordo - Hoy iré más tarde al hospital por eso estoy aquí- siguió diciendo mientras se secaba las manos con una toalla yendo a abrazar al azabache separándose casi al instante.


-Que bien mamá. ¿A qué hora entras hoy?- preguntó empezando a subir el primer escalon de las escaleras de madera que su casa tenía.


-A las 9 empieza mi turno. El hospital estará cerrando por una visita de salubridad- girándose, volvió a entrar a la cocina para continuar haciendo la comida.


A Jesse le sorprendía  ver a su madre presente en casa a esas horas, normalmente llegaba hasta la madrugada o ya cuando él iba a la universidad por los horarios que el hospital tenía. Su madre era enfermera así que él se quedaba sólo en casa la mayoría del tiempo. Su papá vivía casi al otro lado del mundo desde hace más de 5 años cuando sus padres se divorciaron. Esa fue la peor etapa de su vida, al inicio creyó que no sentiría nada porque recibía regalos y demás después de escuchar alguna pelea entre ellos. Conforme pasó el tiempo se dio cuenta que en realidad todo eso si le afectaba. Al final, terminó yendo con cinco psicólogos diferentes para tratar el tema.


-Por cierto Jesse - gritó su madre desde la cocina, haciendo que el chico se quedará quieto antes de subir el último escalón -tu padre llamó, quiso saber cómo estabas. Le dije que tú le marcarias cuando llegaras de la escuela- Jesse simplemente suspiró y derrotado dijo:


-Está bien mamá, gracias- reanudado su caminata llegó a su habitación cerrando la puerta tras de sí al entrar. Su cuarto no era muy grande, las paredes eran de un color azul cielo dándole un toque infantil ya que su mamá había insistido en seguirlas pintando así. Su cama en el centro de la pared paralela a la puerta y a un lado de una ventana grande, vestida con una colcha azul marino y unas almohadas con fundas de barquito a juego con ella. Había un escritorio del lado izquierdo lleno de libros y otras notas escolares. Zapatos por doquier y por último su armario a un lado de la puerta. Caminó hasta su cama y se tiró boca abajo cerrando los ojos con algo de sueño.


El sonido de su celular avisándole la llegada de un mensaje le impidió seguir durmiendo. Se levantó con pesadez sacando su celular de la mochila que llevaba a la universidad para revisarlo.


"Jesse cariño, ¿ya sabes que te pondrás? Estoy deseoso porque ya sea mañana"


El azabache río al verlo y contestó:


"Todavía no veo qué. Pero me pondré a hacer eso ahorita"


Esperó pero como no recibió respuesta alguna, bloqueó su celular y fue a dejarlo en la mesita aún lado de su cama. Se acercó a su armario abriendo las dos puertas para poder ver mejor que es lo que tenía. Sacó todo lo que se le hizo adecuado para la ocasión recordando que su amigo había dicho que era una fiesta exclusiva.


Después de 30 minutos probándose de todo terminó eligiendo algo sencillo. Pantalones algo ajustados y cortos que no le cubrían el tobillo color negro, una camisa blanca con un estampado algo extraño de líneas de colores y unos tenis que parecían más zapato de suela un poco alta.


-¡Jesse baja a comer hijo!- escuchó que gritaba su mamá.


-¡Ya voy!- contestó abriendo la puerta de su habitación y saliendo.


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El día esperado llegó. Jesse estaba en su habitación eligiendo las pulseras que llevaría de acuerdo al conjunto que traía puesto. No iba a negar que estuviera nervioso. ¡Claro que sí!, bueno quién no lo estaría cuando iba a una fiesta en unos de los barrios más ricos de la ciudad con su amigo gay. En esas fiestas nunca podía estar completamente tranquilo ya que temía terminar enganchado por algún hombre presente. Él claramente no era homofóbico, pero aun así tenía miedo de descubrir que era homosexual. El pensarlo lo hacía temblar de preocupación. Aunque dada la experiencia pasada, creía estar seguro de lo que era.


Escuchó el timbre y el grito de James para que abriera rápido. Casi corriendo salió de su habitación bajando las escaleras tropezando con el quinto escalón. Logro detenerse con los barandales de madera que tenían las escaleras y revisando que todo estaba en orden, siguió su camino más lento y abrió la puerta.


Frente a él, James estaba vestido con unos pantalones de traje entubados negro, una camisa de botones blanca junto con una chamarra de cuero negra. Su cabellera pelirroja estaba peinada hacia atrás dándole así un estilo más sexy y sofisticado.


-¡Wow pero que guapo!- Alago Jesse al mirarlo. James solo sonrió y con gesto arrogante contestó:


-Yo siempre cariño, además me encontraré con mi guapísimo Dave- David, era uno de los tanto ligues que James tenía, no sabía cómo era que su amigo podía con todo eso…para él, el simple hecho de conocer a un chico guapo se le hacía muy macabra. Hablando de forma sensual y lasciva agregó el pelirrojo  –Puede ser que hoy se cumpla mi sueño de tenerlo entre mis piernas dándom…- Antes de que terminara Jesse le tapó la boca con las dos manos.


-¡Calla! No seas tan descarado cabrón- Dijo para después quitar sus manos y tomar sus llaves.


-Calma Jess- Dijo James riendo –Debes relajarte, ya verás que si lo intentas, te gustará- Concluyó formando un puño con la mano izquierda golpeando la palma de la derecha. Un gesto muy obsceno a los ojos de Jesse.


Suspirando derrotado por la actitud irremediable de su amigo, salió de la casa cerrando la puerta con llave. La zona en donde vivía no era de las peores, pero de todas maneras él lo hacía por seguridad.


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Media hora después, llegaron a su destino. Escuchando a una cuadra de distancia la música que resonaba fuera de la gran casa


…o ¿Mansión?.


Sorprendidos por el lugar, los dos jóvenes se quedaron fuera admirándola. Era muy grande al estilo “Casa blanca”, contaba con un jardín enorme en la parte frontal de ésta haciendo así que se viera más llamativa. Tenía ventanales grandes los cuales se podían considerar habitaciones de la casa. Se miraron sonriendo.


-Joder James, ¿con qué clase de tío te has metido está vez?- Dijo el azabache regresando su vista a la casa –no será como el pasado que estaba hasta casado ¿cierto?-


-¡OH! No no, este es soltero y sin compromisos- Respondiendo James a Jesse. Era cierto lo que su pequeño amigo decía, James había salido con un hombre casado tiempo atrás porque el jodido era guapo, muy guapo. Se habían conocido en un bar y tras hora y media coqueteando se fueron a un hotel de lujo que fue donde se dio cuenta lo forrado de pasta que estaba ese hombre; claro que después de casi dos meses de “relación” la esposa de aquel tipo terminó por descubrirlo –Aparte Derek se estaba divorciando- complementó riendo.


Jesse solo soltó una pequeña risa negando con la cabeza por lo descarado que era su amigo. Sintió como el pelirrojo lo tomaba de la mano avanzando hacia la enorme casa.


Entraron e inmediatamente reconocieron el olor a sexo, cigarros, alcohol y claro, diversión. James localizó a Dave y agitando la mano lo llamó haciendo que este se acercara a ellos. El joven era alto y pelinegro. Su estilo era demasiado casual para la ocasión. Vaqueros no entubados y una simple camisa de botones negra entallada al cuerpo marcando así sus fuertes brazos y abdomen.


-Hola, soy David- Estiró la mano dirigiéndose hacia Jesse. Éste lo miro y respondió el saludo.


-Hola, yo me llamo Jesse- se presentó él por fin soltando la mano del otro.


-Me alegra que hayas acompañado a mi gatito sexy, me había hablado de ti. En verdad eres lindo, me gustaría que más adelante conocieras a un amigo mío- Dijo sonriendo mientras rodeaba con sus brazos la cintura del pelirrojo.


-Oh...bueno yo no soy…tu sabes- Nervioso y con voz baja termino por decir- …Gay-


Dave solo levantó la ceja asombrado por lo que el chico había dicho. Por su forma de vestir y comportarse casi podía apostar que era homosexual. Terminando de escrutarlo con la mirada y tratando de creerse las palabras dichas por el azabache, sonrió de lado y los invitó a disfrutar de la fiesta. James se aferró al cuerpo de David y se fue con él dejando a un Jesse nervioso en la entrada no sin antes guiñarle un ojo y gritarle un “¡espero dejes de ser virgen hoy cariño!”.


Jesse avergonzado solo atinó a bajar la cabeza y aguantar la respiración. No se lo podía creer, acaso ¿James no podía ser menos inoportuno?.


El azabache camino entre todos los chicos que restregaban su cuerpo de una manera sensual al ritmo de la música. En el caminó choco con uno que traía una bebida haciando que la camisa de Jesse se manchara. “¡Rayos! Es mi favorita” Pensó.


Siguió su camino hasta un cuarto más tranquilo para poder relajarse un rato. Era una habitación amplia con papel tapiz café y una chimenea. Había retratos y figuras coleccionables de búhos por doquier. Se sentó en el sillón, cerrando los ojos. Cinco minutos después los abrió sorprendido al escuchar un gemido que salía por la esquina de la habitación, trató de acercarse hacia el lugar que era detrás de un estante por curiosidad, “La curiosidad mato al gato” dijo para sí, haciendo ruido al pararse logrando que los dos jóvenes que estaban besándose de manera pasional voltearan a mirarlo.


Frente a Jess haciendo que su corazón latiera de una manera descomunal, un chico alto con un brazo en la pared acorralando así a aquel con el que se estaba besando y el otro inerte al lado de su cuerpo, de pelo castaño peinado hacia atrás vestido con unos pantalones de vestir medio entubados negros y una camisa con corte V del mismo color lo escrutaba descaradamente con la mirada de arriba abajo. Jesse sintiéndose extraño pensó “Vaya que es sexy…Dios esa camisa me deja notar su escultural cuerpo y su…espera ¡¿Qué?!” Negó con la cabeza despejando su mente de los pensamientos tan absurdos.


-¿Necesitas algo?- La voz del chico sexy resonó en los oídos del azabache como una melodía perfecta. Era grave y sensual.


-Nno emm lo siento, gracias- Dijo nervioso. Nunca en su vida le había pasado el estar nervioso frente a otros chicos. De hecho en la preparatoria, cuando tenían clase de educación física se duchaban juntos y jamás tuvo pensamientos tan…eróticos se podría decir, con alguno de sus compañeros. Girando sobre sus pies salió de la habitación todavía sintiendo esa corriente eléctrica en su cuerpo.


*


Christian bajó el brazo dejando libre al muchacho todavía con la sonrisa de medio lado en su rostro. ¡Vaya que le había sorprendido aquél chico!.


-¿Te vas a quedar así o vamos a seguir?- Pregunto el pequeño rubio que estaba con él de una manera seductora.


-Ya no me interesas Eric, largo - Contesto serio Chris. Eric lo miró. No podía creer lo grosero he insensible que podía ser el castaño; sin embargo dio la vuelta y se fue.


Christian volvió a sonreír recordando la cara de aquel muchacho y claro, su cuerpo también. Eran bajito y delgado, con unos ojos color miel grandes. Sus labios rosas y carnosos imaginándoselos haciendo cosas sucias y excitantes para él. Su pequeña nariz afilada y su cutis perfecto. Y aprovechó cuando el chico se dio la vuelta para ver su respingado y redondo traserito. Le había parecido muy lindo. De tan solo pensarlo ya estaba empalmado. Lo quería, así podría satisfacer sus deseos de tenerlo debajo de él gimiendo o a cuatro patas mientras lo montaba. “¡Dios eso es lo que quiero!” pensó.


Salió de la habitación buscándolo sin buenos resultados. Sintió la mirada penetrante de alguien hacia él y volteando a ver quién se encontró con Cody, uno de sus ex amantes. Después de una mirada seductora por parte de los dos entendiéndose a la perfección, salieron de la casa rumbo al coche del castaño sabiendo así como terminarían las cosas. Ya tendría tiempo de ver al azabache después, si tenía una oportunidad de disfrutar con sexo más fácil no la desaprovecharía.


*


A Jesse casi le da un infarto al ver que su mejor amigo hacia un strip test sobre una gran mesa redonda en el centro de la casa. Con James nunca se la podía pasar aburrido en una fiesta. Él era el que ponía el ambiente.


Suspirando, se acercó metiéndose entre toda la gente hasta llegar y tomar la mano del pelirrojo, jalándolo para que lo mirara.


-Hey James, ya me quiero ir- Comunicó el azabache muy cerca del oído de su amigo por todo el ruido que había.


-¡¿Qué?! Nooo- Chilló – Porfa un rato más. Esto apenas empieza- enderezándose sobre la mesa, comenzó a agitar una camisa en mano mientras gritaba un “Uuuuuuuuh”.


Jesse ya sabía que cuando James se divertía, nada podía hacer, simplemente no lo escucharía.


Dando media vuelta, se encamino a la salida; ya le avisaría después al pelirrojo con un mensaje que había regresado a casa. Abrió la puerta principal y pasó por sobre toda la gente que yacía tirada en el jardín de tan borrachos que estaban.


Cuando se alejó de aquella casa, pudo visualizar que un carro rojo muy lujoso, exactamente un Thunderbolt V12, se acercaba a él a toda velocidad. Sintiéndose asustado trató de correr pero no llegó ni a la esquina cuando ya lo tenía obstruyéndole el paso. Paró en seco cuando la ventana del auto bajo y pudo ver al mismo castaño guapísimo al que conoció en la fiesta “Bueno, a eso no se le llama conocer” pensó.


-Hola- Dijo el chico agitando la mano –Me alegro de volverte a ver, soy Christian- Dijo para después deslumbrarlo con su brillante y blanca dentadura mostrando la sonrisa más perfecta y sexy que jamás había visto.


-Hola –Dijo Jesse levantando un poco la mano para acompañar el saludo. Chris simplemente sonrió por lo temeroso que se veía aquel chico.


-Veo que ya no quisiste seguir más ahí- Comentó recibiendo solo un asentimiento de cabeza por parte del azabache –Bien…¿Quieres que te lleve a algún lado?- Dijo recordando que hasta hace unos minutos, en su carro estaba Cody e iban directo a un motel; sin embargo al poder reconocer al pequeño le pidió a su ex amante que bajara diciéndole que ya lo dejarían para otro día.


 

Notas finales:

Bueno, éste es el primer capítulo. Si les gustó dején sus reviews y haré la siguiente actualización el viernes o sábado.

 

Si tienen alguna duda, les dejo mi fb https://www.facebook.com/profile.php?id=100009431263750

 

¡Besos! Nos leemos pronto.


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