El sexo con Hasel era genial.
No importaba cuantas veces lo hacían, seguía teniendo ganas de estar debajo suyo sintiéndolo moverse tortuosamente en su interior, era delicioso.
Sin embargo todo eso se empañaba al pensar que no era el único que disfrutaba de ello, sino que había un número bastante grande de personas que lo hacían.
Por el momento todos eran simples cosas de una noche como máximo tres, así que no los envidiaba.
Pero él tampoco era algo especial.-pensaba mientras se movía entre las sabanas.
Ellos ciertamente continuaran viéndose, pero era porque eran amigos- “con derecho a roce” ---pensó con sarcasmo.
-¡mierda!- ese grito los saco de sus ensoñaciones post sexo.
-¿qué pasa?
-no tengo condones- así que por eso buscaba entre sus ropas, y el que pensaba que ya se iba.
-entonces deberías irte.
-vamos Dris déjame hacerlo-decía mientras volvía a la cama y se colocaba sobre el sugerentemente.
-no.
-cuál es el problema tu tomas anticonceptivos.
-¡Largo Hasel! Te lo he dicho hasta el cansancio, si no hay un condón no hay sexo, no pienso arriesgarme a que me pegues cualquier enfermedad.-gritó.
-¿no es como si fueras un santo sabes?
Duele.
-habla quien, el que se acuesta con las menen, eso es repugnante-escupió empujándole.
Ríe.
No es como si no hubiera pasado antes- pensó, y trato de calmarse.
No iba a llorar.
-no deberías hablar, sino sabes- respondió completamente serio. Cogió sus muñecas y lo recostó contra la cama-hueles delicioso-suspiro contra su cuello, estaba a punto de ceder, y eso no estaba bien.
-no tienes condones-le recordó.
-acabas de matar el momento-volvió e respirar en su cuello-vamos te juro que no me correré dentro-
-Ese no es el problema-respondió con pesadez.
-Déjame beber de ti-sintió su cuerpo arder, su seductora voz en su cuello era algo que se estaba tornando difícil de soportar.
-quítate.
-cuál es el problema ahora, antes me dejaste hacerlo.
-antes no habías bebido de media escuela Hasel.
-te dejare beber de mí, tengo hambre-propuso
No. Iba. A. Pasar.
-deberías irte mis padres llegaran temprano, no quiero que imaginen cosas.
-¿cosas?-rio divertido-como que nos acostamos que me dejaste beber de ti o como gimes cuando est-
-CÁLLATE.-A veces no entendía cómo es que podía hacer todo esto sin llorar- cosas. Como que tú mi mejor amigo; desde antes siquiera de que se notaran mis ojos rojos; y yo nos acostamos sin estar unidos. No pensé que estuvieras interesado en unirte a mi formalmente-escupió. IMBÉCIL.
-¡claro que no!
Dolía cada vez más.
Hasel tomo sus cosas y se fue.
La primera vez que lo hicieron, su primera vez, pensó que de alguna manera el deseo de Hasel por su cuerpo podría lograr que lo viera como algo más que el pequeño que siempre estaba bajo su cuidado .ABSURDO.
Ese día estaba asustado todas las sensaciones eran nuevas. Todo daba miedo. Pero se aferró al placer, nervioso mostro su cuello, sintió los colmillos perforar su piel, mientras su pene le embestía con fuerza.
No fue gentil.
Tal vez fuera que no tenía ganas de ternuras o tal vez el hecho de que creyera que ya no era virgen o tal vez porque hace tan solo unos días la madures había llegado a él y estaba tan caliente como el carbón en un horno.
El día siguiente lo vio tratando de meter su camisa dentro del pantalón mientras salía de un salón de clases de donde a los pocos segundos salió otro muchachito haciendo lo propio, el chiquillo ni siquiera era de buena familia. Un sucio desvanecedor de sangre.
La semana siguiente no había ido a clases había llorado encerrado en su cuarto, tuvo suerte de que coincidiera con su paso a la adultez y que sus padres no estuvieran en casa, los sirvientes solo habían hecho lo programado por sus padres semanas atrás cuando pensaban que el momento se acercaban.
Llamaron al esix alguien que tenía una deuda con su familia y por lo tanto se había comprometido a alimentarle, cuando tuviera sed. Lo hizo. Luego solo permaneció en cama “reposando”.
Para cuando regreso a clases media diez centímetros más y tenía unas curvas de infarto.
Hasel lo saludo, aún seguía siendo más alto que el, empezó a contarle lo que había pasado toda esa semana, cosas superfluas, como que Dren, que era amigo de Hasel y Sarim quien era el suyo también habían madurado.
Ninguno menciono lo ocurrido en su habitación la semana pasada y continúo así hasta aquel día en el ambos se habían emborrachado y lo hicieron como conejos toda la noche, luego de eso lo hacían regularmente al menos una vez al mes.
Dris tenía una gran popularidad en la escuela y entre todas las personas del Caerum; personas de buen linaje; si no que había logrado posicionarse como uno de los más bellos, por ende muchos pretendientes, los rumores sobre su vida sexual y sus parejas no tardaron en escucharse, pese a ello nadie jamás lo había ofendido
Muchas razones
Dinero, poder, linaje, conexión y Hasel.
Además el por supuesto era discreto con sus “amantes” y ellos jamás habían dicho o hecho algo para perjudicarlo. Todos lo trataban con respeto. Por lo menos en público.
…….
Al día siguiente Hasel se había ofrecido a comprarle el almuerzo lo cual implicaba llevarlo al restaurante más exquisito de todos en “El NOGAL donde la magia está presente” o algo así decía su slogan comercial lo cual no estaba tan lejos de realidad, uno se daría cuenta con solo mirar las bellas columnas estilo corintio, además debería llevar a Sarim , es decir , no era una cita, Hasel se estaba disculpando por su comportamiento cavernícola, solo eso .
-estoy a dieta – dijo seriamente
-eso es mentira tu jamás has hecho una dieta en tu vida.
-lo hacemos de vez en cuando- respondo Sarim agriamente, ESO era amistad.
-M.I.E.N.T.E.S.-miro a Samir furiosamente.
Lo hacía, ni siquiera pensó que su amigo conocía esa palabra.
-no lo hago.-contesto-no iremos. Fin.-dijo firmemente.
-no te invite a ti.
Esto era tan típico que la sensación de déjà vu era apabullante. Se levantó, tenía hambre.
-Sarim iremos al LUXES.
-Bien-se levantó.
-creí que estabas a dieta.
-yo un alma caritativa, no quería herir tu orgullo y decidí mentir a tu favor, pero dadas las circunstancias me veo en la penosa necesidad de revelarte que había sido invitado con anterioridad por alguien más. Si me dispensas-hizo una venia y se propuso a retirarse
-odio cuando hablas así.- reprocho.
-creí que buscabas perdón, no creo que así lo logres.
-¿perdón?, ¿por decir la verdad?- el esperaba que se molestara y entonces comenzar otra vez. NO PASARIA.
-por comportarte como un idiota.
El y Sarim salieron de ahí tranquilamente.
-Harier fue encontrado con un desvanecedor de sangre
-qué asco su familia debe estar devastada.
-ciertamente creí que me desvanecería con solo escucharlo, a pesar que tú ya me lo habías advertido. ¿Cómo lo supiste?
- eso se nota, estaba sucio era obvio para mí.
-yo-
-tu estas limpio ya te lo he dicho antes.
-no es que no te crea es solo que no hay nada que lo pruebe.
-tus ojos son como rubíes brillando, eres hermoso, eso es suficiente prueba.
-sin embargo a los cuatro mis ojos eran rosas, si tan solo tuviera un don como tú, eso sería una prueba irrefutable de mi sangre.
Se sentía frustrado se lo había dicho tantas veces pero no quería creerle.
-lo tienes- soltó
-no es cierto.
-Que tiene Sarim.-pregunto Dren acercándose por detrás-¿es un nuevo novio?
-tal vez – repuso Sarim. No lo podía creer Sarim estaba otra vez con esas cosas, la verdad era que últimamente paraba haciéndose el interesante frente a Dren.
-no sabía que te gustaba Dren.
-yo tampoco-
-¿qué es lo que pasa? Me asustan cuando se miran de esa manera.- Mierda no se fijó que estaba mirando tan fijamente a Sarim.
-Hasel está de un humor de perros porque Dris lo mando a volar, búscalo y dile: 5 en punto.-Sarim le sorprendía con lo rápido que podía cambiar de tema.
Obviamente Dren entendió la indirecta y con un simple “bien” se despidió. Luego de eso tan solo siguieron con su camino a de LUXES en silencio.
-yo y...yo.-Sarim estaba completamente rojo.
- se nota que eres virgen.
- lo sé es solo que… el pues ¿es sexi?
- no lo dudes claro que lo es.
-yo he… cuando duermo… es. Y entonces… ¿quiero tener sexo con él?
Sabía que era difícil para el decirlo, y trato de aliviar su pesar.
-y quién no.
- ¡¿tú te has acos... acostado con él?!
-no
-pero…
-su sangre es deliciosa.
-…
-n-no lo volveré a hacer si te gusta pues, seré un buen camarada- prometió.
-te ves pálido.
Se sentía pálido.
-Te has alimentado ya, hace dos semanas que no lo haces.
-Lo hare hoy.
Y de pronto todo estuvo escuro.
-¡¿DRIS?!