Prólogo:
Se encontraba pintando uno de los brazos de su “robot” de cerámica por alguna razón le estaba poniendo tanto empeño a este, la razón era demasiada siempre, tanto era eso que su libro de matemáticas se encontraba botado en el suelo, justo en la página de tarea incompleta. Seguía poniendo tanta delicadeza en el objeto, estaba a punto de acabar de pintar aquel brazo, pero un sonido de auto demasiado particular lo hizo poner el robot en la cama, y es que aquel sonido provenía del auto de su padre, del cual no sabía mucho hace algunos meses, la emoción se hizo presente en la forma de latir de su corazón, no puedo aguantar a salir de su cuarto y correr por las escaleras, para poder ver a su padre.
—¡Papá! —gritó el adolescente de cabello rubio alborotado, quien aún bajaba las escaleras.
—Naruto, que alegría verte —dijo el padre del adolescente quien también llevaba el cabello rubio un poco más largo—. He traído nuevos productos de la empresa, seguro que te gustara.
Naruto pudo percibir la mirada severa que su tía le brindaba en la sala por bajar corriendo las escaleras, pero eso ahora poco le importaba lo que le interesaba era abrazar a su padre quien no veía por un largo tiempo, su acción se interrumpió cuando bajó las escaleras, y vio como entraba por su puerta un adolescente de piel clara, con cabello y ojos de color ónix, y como olvidar su gran altura, incluso era más alto que Naruto por varios centímetros, pero lo que más lo sorprendió fue el tatuaje que portaba en su brazo izquierdo, las 3 perforaciones que tenía en su oreja derecha, y claro su estilo de vestir que era completamente diferente a la de él.
—¿Quién es él? —preguntó Naruto indignado apuntando con su dedo al individuo de cabello ónix.
—Es el nuevo integrante de la familia, su nombre es Sasuke —contestó Minato con una sonrisa, dejando su portafolio en el sillón de la sala, para ver de frente a su hijo y a su hermana, quien en este momento tenía el ceño fruncido.
—Pero, padre… Te has dado cuenta que parece un criminal, no se puede fiar en alguien como él —dijo alzando un poco el tono de su voz, que por lo habitual era suave.
—Cálmate, Naruto —advirtió Minato.
—Cómo quieres que me calme sí parece un cri….
No fue capaz de acabar la oración porque sus palabras fueron interrumpidas por la voz ronca de Sasuke, quien hasta el momento no había pronunciado ninguna palabra.
—Quieres callarte por una vez, creí que serias menos escandaloso, detesto a la gente como tú —acabo diciendo, para posteriormente salir de la casa.
Hubo un momento de silencio después de su partida, pero Minato fue quien interrumpió el silencio.
—Sasuke estuvo hace un mes en la cárcel junto a su hermano Itachi, el cual no pude ayudar y estoy arrepentido de eso. Su padre era mi mano derecha de la empresa, pero murió hace dos meses en un asalto a mano armada junto con su esposa, madre de Sasuke e Itachi, así que no fue capaz de sacar a sus hijos de allí, por lo que yo lo hice. Ahora diciendo esto, espero puedas tratar de llevarte bien con él, es un chico demasiado bueno, te puedo decir esto porque yo ya conviví con él, al principio fue un poco difícil pero solo es cuestión de tiempo.
Naruto no sabía que decir solo pudo mirar a su alrededor para darse cuenta que su tía tampoco se encontraba, soltó un pequeño suspiro para después hablar:
—Disculpa, padre. Tratare de llevarme mejor con Sasuke.
—Eso espero, Naruto. Ahora ve y ordena tu habitación que estoy seguro debe estar hecha un asco —aseguró Minato.
El joven asintió volviendo a subir por las escaleras, no sin antes darle un abrazo a su padre quien gustoso lo devolvió con la misma alegría.
En la habitación del joven Uzumaki se podía notar un desastre que era algo natural en un adolescente como el, ahora aquel desastre tenía que desaparecer para dar la bienvenida al extraño chico que parecía criminal, no podía dudar que compartiría cuarto con él ya que el padre de esté quería un relación cercana.
—No puedo creer que mi habitación será invadida —soltó con molestia.
Al tiempo que sacaba su ipod de su bolsillo para poner música, por algún motivo el poner música hacia que las cosas las hiciera más rápidas, se decidió por una canción de la banda de “The Smiths” uno de sus bandas favoritas, mientras tarareaba la canción ponía las cosas en orden, no tardo más de diez minutos en que su cuarto estuviera listo, por lo que viendo con una sonrisa ahora el orden se marchó al baño.
Pudo escuchar como alguien paro su música, no había podido ser su padre ya que muy pocas veces se metía en su habitación, así que algo enojado salió del baño para enfrentar a quien había parado de repente la música, no tardo mucho para darse cuenta que el culpable era nada más y nada menos que el joven criminal.
—¡Tú! ¿Cómo se te ocurre parar mi música? —avanzó con pasos decididos hasta la cama, donde el criminal se hallaba acostado.
—¿A esa porquería le llamas música? Imbécil —ahora fue su turno de preguntar a Sasuke, quien con una sonrisa sínica lo miro y tecleo algo en su celular, para después hacerse oír en un tono inusualmente alto una canción en la habitación.
—¡Yo estaba escuchando música primero! —grito aún más enfadado Naruto, no percatándose de la palabra que el final le dijo Sasuke.
—Esa canción era un asco, es aún mejor esta —dijo sin más, guardando silencio para que el rubio pudiera escuchar la canción.
—Joder esa puta canción es un asco —hizo ademan de vomitar, pues la canción que se oía de fondo era «God Save the Queen» de los Sex Pistols.
Sasuke no se sorprendió de las palabras, al contrario solo sonrió sínicamente, la razón era que no quería discutir con un rubio hueco quien era la versión pequeña y joven del señor quien lo había sacado de la cárcel.
—¡Hey! Me estas escuchando, criminal —volvió a insistir el rubio que podía ver como el otro lo ignoraba cuando este había empezado todo esto.
—Claro que si rubio hueco.
—Soy el mejor de la clase, no puedes llamarme “rubio hueco” —puntualizo las últimas palabras con comillas en sus dedos.
—Me importa una mierda si lo eres, ahora vete de la habitación.
Esas palabras sí que no le sentaron bien a Naruto, quien ahora estaba con una molestia que nunca había experimentado en su corta vida. Desde ese momento el rubio supo que sería imposible tratar de llevarse bien con aquel criminal que amenazaba por cambiar su vida de tranquilidad.