Caminaba por las calles del pueblo, aquel lugar le sacaba una sonrisa tierna e inocente que se dibujaba en su rostro por sí sola.
Ver a tanta gente alegre, niños jugando y muchos puestos con dueños amables que te invitaban a comprar frutos y/o cualquier otro objeto llamativo y hermoso.
No dudaba ni un segundo en responder a los amigables saludos que les brindaban los aldeanos. Aunque claro, si él se hubiera mostrado tal cual es, quizá el trato hubiera sido distinto.
Llevaba su cabellera-algo larga- color morado, oculta tras el gorro de aquella gabardina café que traía puesta. Le causaba un poco de tristeza el que, por ser el príncipe, lo llegasen a tratar de mala manera, después de todo, su padre, el rey, tenía mala fama en el pueblo. Siempre escuchaba que la crisis estaba muy mal y el rey no hacía nada para ayudarlos, además de que cuando el alimento escaseaba el no hacía nada.
Y dolía, porque después de todo era cierto, por más de que el hablara con su padre este no lo tomaba en cuenta.
Dejo de mortificarse y pensar en aquellas cosas, mejor continuaría con su alegre caminata. Estaba tan entretenido y contento con todo lo que le rodeaba, hasta que sus orbes carmín se posaron en un pequeño tumulto de niños cerca de los muelles.
Con curiosidad se acerco, y quedo fascinado con lo que sus ojos apreciaron. Sin saber porque, sus mejillas comenzaron a arder, y sintió su corazón palpitar. En aquel muelle, rodeado de niños y sentado en un barril, se encontraba un hombre, demasiado atractivo a su vista. Con cuerpo bien formado y una llamativa cabellera rojiza. Llevaba un parche en su ojo derecho, mientras que lograba apreciar el bello color dorado en el izquierdo.
También logro apreciar que el hombre no tenía mano derecha, siendo reemplazada con una prótesis de aspecto metálico.
-Y entonces la batalla continuó, como pude me las arregle para separarme de aquel feroz tiburón y…
-¿Por eso perdió su mano, capitán Foxy?
-Exacto, aquel malvado tiburón logro salirse con la suya. Aunque, ¡Arg! Seguro y jamás olvidara al pirata Fox
Sus ojos color carmín brillaron con fascinación, aquel hombre al parecer era un pirata, y tenía a todos los niños alegres con sus historias. Sonrió encantado y se acerco un poco más con algo de timidez.
-¡Oh vaya, se nos unió un niño más!
-Eh, no yo…
¿¡Niño, tan pequeño era!? ¡No claro que no!, bueno, si era de estatura pequeña pero, más alto que cualquiera de los niños que ahí se encontraban.
-¿Cuál es tu nombre, joven marinero?
-Uhm, B-Bonnie…
-¡Arg, Bienvenido a la tripulación Foxy, marinero!
Se sonrojo de golpe y sonrió, tal vez era un poco infantil estar entre aquellos niños pero, a ellos no parecía molestarles, de hecho hasta podría decirse que se encariñaron con él.
Continuo la tarde escuchando los relatos de aquel atractivo pirata que llamo su atención, sonreía maravillado y preguntaba curioso, al igual que los niños.
El sol comenzaba a ocultarse, pintando el cielo con aquellos colores encantadores, tonos anaranjados y rosáceos. Los niños comenzaban a irse de a poco, satisfechos por el divertido día lleno de historias de aquel maravilloso pirata peli rojo.
Se levanto del suelo y sacudió su ropa, justo para irse al igual que los demás, después de todo era el último que quedaba.
-Oye pequeño Marinero, no te había visto otros días por aquí, ¿Acaso eres nuevo?
Trago saliva nervioso, sintiendo como sus mejillas ardían de nuevo. Ya no había niños, ya no era uno del montón, ahora se dirigía clara y únicamente a él… su corazón se acelero de un momento a otro…
-Eh, n-no yo… s-solo pasaba por aquí y…
-¡Arg! ¿¡Te interese!?-grito emocionado, sonriendo ampliamente-.
-¿¡Q-que!? ¡N-no, no, no! B-bueno n-no es que tu…
-Claro, claro. Entiendo… no todos los días conoces a un valiente pirata como yo…-Dijo burlón, sonriendo pícaramente de lado-.
-E-Eh… s-si claro, era eso…
Sonrió lo más que pudo, por poco y descubría que realmente se había interesado en él…Alto… ¿Interesarse?, ¿Cómo, porque, de qué manera?
¿¡Que era ese sentimiento!?
-¿Vendrás mañana?
-¿Y-yo…?
-¡Claro marinero!
Su corazón latió con más fuerza, ¿Qué era aquello? Era dulce… lindo y cálido… aquel palpitar que lo reconfortaba… nunca antes lo había sentido, era algo… inexplicablemente mágico y bello…
-Yo, no estoy muy seguro…
Y era verdad, ya se había escapado del castillo hoy… no sabía si mañana lo lograría tan fácilmente, y mucho menos si su padre se enfadaba y le daba una buena reprimenda por aquello…
-Realmente me gustaría que vinieras de nuevo…
Observo su ligera sonrisa, era bella… preciosa… pese a ser un gesto pequeño, era sincero y solo para él… Nuevamente se sonrojo, sintiendo sus mejillas arder. Agacho la mirada unos segundos, haría lo que fuera por estar siempre con él…
-Hare todo lo posible…
-Gracias, Bonnie…
Se sonrieron por última vez aquel día, para tomar cada quien su camino. Pero se verían de nuevo… claro que si… mientras tanto, había algo en particular que los unía, un extraño sentimiento que florecía dentro de su pecho…