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Ten Years Ago por Karyu0san

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Notas del fanfic:

No es necesario ser un experto en la historia de los juegos o de los cómics ya que modifiqué varias cosas.

Dependiendo del apoyo, estaré realizando ilustraciones o bocetos del FIC. (Los que por temas de compatibilidad se subirán en mi Tumblr).

ADVERTENCIAS:

SHADOW X SONIC / NSFW / +18 / (probablemente MPREG pero no en este capítulo) 

 -Sonic, Shadow y la gran mayoría de los personajes que acá aparecen OBVIAMENTE no son míos, son de SEGA.

Diez años, diez años han pasado desde que todo sucedió. Hace diez años que él desapareció de la noche a la mañana. Hace diez años que estoy completamente desolado. ¿Qué fue lo que sucedió? Te preguntarás. Pues, para que entiendas, mi querido lector, tengo que comenzar desde el principio de todo.

Mi nombre es Shadow, soy un erizo creado genéticamente para ser perfecto, mi pelaje es negro con betas rojas en la cabeza, brazos y piernas. Mis ojos también son rojos. Ya ni me acuerdo cuantos años tengo, sé que más de cincuenta, pero realmente no me interesa, encuentro que preocuparse por la edad es algo tan corriente y  banal, pero para ser franco, evito pensar en ello, me deprime. Pero en fin. Mi vida siempre había sido tan solitaria. La única persona a la cual había querido y respetado de verdad fue eliminada frente a mis ojos. Pero eso es otra historia. Después de todo ese incidente estuve congelado durante mucho tiempo. Para hacer el cuento corto y no darles la lata me saltare todo lo que sucedió al momento de despertar nuevamente. Salvo por un pequeño detalle, él. Su nombre es Sonic, un chico totalmente opuesto a mí. Su pelaje azul eléctrico hace resaltar sus ojos verde claro. Su personalidad es explosiva e irritante a veces, pero es increíble lo rápido que te acostumbras a ello. Siempre estaba con una sonrisa en sus labios y cada vez que me veía, sin que lo invitara, se acercaba a hablarme, aunque fueran solo estupideces.

Sonic estaba catalogado como el trágico héroe de todos, siempre salía en busca de aventuras y adrenalina. Nunca se separaba de sus compinches y siempre tenía de sombra a una chica que lo seguía con la esperanza de que le diera aires, pero me río en pensar de que fracasó rotundamente.

Lo odiaba, me molestaba su presencia, cuando lo veía me daban ganas de patearlo en el piso, de humillarlo, de hacerlo sufrir. La razón de mi odio es porque él tenía todo lo que yo nunca tuve. Si, simple e irreverente envidia, celos. Él era feliz, tenía amigos, era querido por todos, no lo miraban con desprecio en la calle. Todo, todo lo que yo una vez quise.

A medida de que pasaba el tiempo lo iba conociendo cada vez más. Y no porque me acercara a hablarle, si no que a la inversa. Como mencioné anteriormente, siempre me buscaba conversación. Sentía que ya no lo odiaba, pero por mi maldito orgullo no daba muestras de afecto. Soy así, que se le va a hacer,  no me gusta demostrar lo que siento, mi maldita coraza está llena de agujeros, pero aun así es de acero.

Cada vez que se acercaba yo ponía mi cara de más profundo desprecio, aunque en el fondo no lo sintiera. Pero el nunca retrocedió y con su avasalladora personalidad arrasaba con todos mis intentos por caerle mal.

No sé muy bien como se dieron las cosas, ni como comenzó a suceder, pero cuando caí en cuenta ya estaba anhelando verle otra vez. No sé porque, pero sus idioteces y pendejadas me entretenían. Aunque no me rebajaba, según yo, a buscarlo. No había necesidad de ello, el siempre llegaba, como por arte de magia, cada vez que pensaba en escucharle reír.

 Y un día en especial, comenzó todo, no diría el caos, si no que comencé a vivir por primera vez. Comencé a sentir algo real en mí, no falsas ilusiones de sentimientos amargos. Desde ese día mis recuerdos son más vividos, más reales.

Estaba dando vueltas por el centro de la ciudad, pensando en lo cruel e injusta que ha sido la vida conmigo. Sin darme cuenta estaba sentado en una triste plaza en medio de todo el bullicio, en una banca con la pintura saltada, encorvado, con los codos en las piernas, mirándome los pies sin mirar. Por mi mente pasaban un sin fin de incongruencias, como un torbellino. Dando un respingo me percaté de que había alguien sentado a mi lado. Era Sonic.

-Vaya amigo, te estaba hablando como hace mil años ¿te pasa algo?

- Nada, lo de siempre

-Tú y tu depresión ¿Seguro que estás bien?

-Sí,  estoy bien

Me sentía mareado, me pesaba la cabeza y sentía un malestar en el estómago, nunca me había sentido tan enfermo y eso que yo no me enfermo. Escuchaba que Sonic me hablada de lejos, como dentro de una bóveda vacía, lo veía borroso y luego no vi más.

Desperté varias horas más tarde en una habitación pequeña y muy desordenada. Había cajas de comida china en un escritorio que estaba oculto bajo un montón de ropa, unos envoltorios de hamburguesas y quien sabe cuánta basura más.

Aún estaba mareado, traté de levantarme  pero casi caigo a suelo. Casi, por que unos brazos me atraparon antes de caer.

-Yo que tú no me levantaría

-¿Dónde estoy?

-En mi habitación, perdona el chiquero, pero me da pereza ordenar. Vamos, recuéstate

Y muy dócilmente me dejé llevar hasta la cama. Me sentía cansado, pero no podía dormir. El lugar estaba impregnado con el aroma de Sonic, y para sorpresa mía no me desagradaba. Mientas pretendía estar durmiendo, hundía la cara en la almohada para captar más aquel tentador aroma. Hasta que sin proponérmelo caí rendido nuevamente.

Desperté a media noche de un brinco. Estaba oscuro, pero eso para mí no es impedimento. Comencé a buscar que fue lo que me despertó, no tardé tanto en encontrar. Era Sonic. Estaba acostado a mi lado, no me había percatado de que me estaba tomando la mano. Eso me sorprendió mucho, quedé petrificado en donde estaba, él seguía durmiendo. En eso algo se apoderó de mí, un impulso incontrolable, tenía la mente turbada, no pensaba con claridad, como si algo en lo más profundo de mí me impulsara continuar. Lentamente me fui acercando a Sonic, este comenzó a despertar.

-Shadow, despertaste ¿Cómo te sientes?... ¿Qué… qué estás haciendo?

Ese rostro tan inocente me empujaba más hacia el abismo, no pude controlarme en callarlo con un beso. Él se resistió un poco, pero para sorpresa mía dejo de oponerse y me correspondió.

Nos estuvimos besando un largo rato. Sus labios me tentaban de sobremanera, y sus gemidos ¡Maldición esos gemidos! Me tentaban mucho más. Jamás me sentí así, tan descontrolado. Hubo un momento en el que ambos teníamos la respiración muy agitada, nos separamos para tomar un poco de aire.

-Creí… creí que no te gustaba estar conmigo ¡mmh!

Comencé a besar su cuello y él obedientemente echó la cabeza atrás, dejándome el camino libre para hacer y deshacer con él. No contesté a su apelación. No porque no quisiera, si no por que no podía hablar. Me había transformado en una bestia y no tenía dominio de mí. Sonic estaba vestido con un sencillo pijama gris, de pantalón suelto y polera abotonada la cual no tarde en desabrochar por completo.  Comenzó a aumentar la intensidad de sus gemidos y por cada mordida que le daba el me tiraba de las púas que están en mi espalda. De un momento a otro él ya me tenía rodeado con sus piernas, besándome apasionadamente, diciendo mi nombre entre suspiros, mirándome con lívido en los ojos. Jamás creí que Sonic tuviera un lado tan lujurioso. Pero si creen que esa noche pasó algo más que eso están equivocados. Si se lo preguntan, fui yo quien se detuvo. Así como floreció en mi esa bestia se esfumó por completo y en su lugar quedó miedo y confusión. Mucha confusión. Nunca me sentí tan vulnerable, Sonic se percató de ello y, como su naturaleza le manda, se preocupó también.

-¿Qué pasa? ¿Te sientes mal otra vez?- Me dijo con las mejillas encendidas y preocupación en sus ojos.

-Yo… No lo sé… Perdona…

E incorporándome rápidamente, sin mirarlo a la cara, me acomodé la ropa, me puse los guantes que estaban en una mesita de noche y los zapatos. Me detuve un momento, sentado en el borde de la cama, mirando a la puerta. Sentía la mirada del chico en mi nuca, pero no me atreví a verle.

-Lo siento Sonic, pero me siento confundido… no te lo tomes a mal, pero necesito pensar las cosas…

-¿Soy yo? ¿Me odias?- Se escuchó tan triste que no pude evitar voltear a verle. Tenía los ojos anegados en lágrimas. Y en ese momento me di cuenta de cuanto es lo que me gustaba ese erizo. Dando un largo suspiro me acerqué a él, poniendo mi mano en su mejilla y suavemente le besé los labios.

-No, no eres tu… para variar soy yo… Sólo necesito un tiempo para pensar ¿Si?

-Ok…

Me levanté y me dirigí a la puerta, cuando tenía la mano en el picaporte le escuche hablarme tan suavemente que creí que lloraba de nuevo.

-Te amo

Cuando escuché eso casi se me arranca el corazón por la boca. Me detuve a mirarlo y con una media sonrisa salí de la habitación.

Recorrí la ciudad casi completa y llegue nuevamente a la plaza. Me senté donde mismo, mirando alrededor, con los brazos en el respaldo. Parece irónico, pero ahora veía en torno a mí y ya no me parecía un lugar triste. A pesar que eran las tantas de la mañana, lograba ver vida en el lugar. Los vagos que dormían en unas bancas más allá, tapados con cartones, unas que otras ratas que correteaban entre las flores e incluso unas putas que se paseaban buscando clientes al otro lado de me parecían refinadas ¡Maldito Sonic! Pensé en ese momento, me haces parecer un idiota. Y riéndome para mis adentros me dirigí a casa.

Durante dos días no me moví, estaba acostado, vestido sólo con una playera con hoyos y bóxers que utilizo como pijama, tapado con una sábana, mirando a la nada, pero pensando profundamente en cierto erizo azulado. Me levanté lentamente, ya había tomado una decisión y estaba dispuesto a todo por cumplirla. Me duché, me puse ropa decente, desayuné solo por hacer algo y me dispuse a salir en busca de mi cometido. No puedo decir que tardé mucho en encontrarle. Estaba sentado en la misma banca, dando de comer a las palomas. Se le veía alicaído, un poco triste. Traía puesta una polera con capucha, de mangas cortas, blanco con celeste, pantalones grises y sus típicas zapatillas rojas. Dando un lento pero profundo suspiro me acerque para hablarle.

 

Continuará...

Notas finales:

Wow, este FIC lo estaba haciendo hace MUCHOS años. Subí el primer cap en otro foro (esa cuenta la perdí hace rato XD), pero esta es la verción 2.0. Espero que les guste, si es así, se agradecería que comentaran, eso motiva para seguir. 

Como mencioné anteriormente, si el apoyo es bueno, subiré dibujos (hechos por MI) a mi cuenta en Tumblr (o talvez en DA).

 

Nos leemos pronto. Bye! 


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